Si la Historia Militar o de las Fuerzas de Seguridad, te apasiona. Si la Militaría es tu afición. Si quieres conocer la Historia, sin valorar ideas ni convicciones políticas, sin tendencias, sin manipulaciones. La Historia Militar, sólo la vivida por sus principales protagonistas, los SOLDADOS que la han padecido.



¡Seguro que te gustará este Blog!


sábado, 2 de abril de 2011

GAGOMILITARI NOTICIAS.-LIBIA, MIENTRAS GADAFI RECHAZA EL ALTO EL FUEGO CON LOS REBELDES, NEGOCIA CON LOS ALIADOS








Las fuerzas de Gadafi atacan Misrata y Zintan

Los rebeldes comienzan a recibir entrenamiento en tácticas militares.- Los sublevados desplazan armamento pesado al frente de Brega, a 230 kilómetros al oeste de Bengasi

Las fuerzas del líder libio, Muamar el Gadafi, están atacando de forma intensa con artillería pesada zonas residenciales de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli. El portavoz de los revolucionarios, Mustafa Geriani, ha explicado a EFE por teléfono que "los partidarios del régimen están bombardeando intensamente con obuses áreas habitadas de Misrata". Además de los bombardeos, hay francotiradores en las azoteas de las viviendas.

El representante rebelde ha asegurado desde Bengasi, capital de los sublevados contra el régimen de Gadafi, que Zintan, en el oeste del país y cerca de la frontera con Túnez, también está siendo atacada de forma implacable. Geriani ha agregado que desconocen el número de víctimas que se han registrado en ambas ciudades porque "las comunicaciones están fallando", aunque ha reiterado que la situación es crítica en esta localidad.

Misrata y Zintan han sido dos de las ciudades más castigadas por la artillería de las tropas leales a Gadafi durante las últimas dos semanas. Ya esta mañana Misrata se convirtió en el objetivo de los fieles a Gadafi. El Ejército libio ha intensificado en las últimas horas los bombardeos. Los mercenarios del régimen están asaltando tiendas y viviendas en el centro de la ciudad, según esta fuente. "Están empleando tanques, lanzacohetes, morteros y otros proyectiles contra la ciudad. Ha sido un bombardeo aleatorio y muy intenso", ha explicado este guerrillero por teléfono. "El lugar está irreconocible. La destrucción no se puede describir con palabras". "Disparan contra todos, incluidos civiles en sus casas. Espero que Alá nos proteja".

Además de Misrata y Zintan, Sirte también está sufriendo los efectos de la guerra. El vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, ha asegurado que ocho civiles, entre ellos varias mujeres y niños, han muerto en los bombardeos aliados, en los que también perdieron la vida 40 militares del régimen de Gadafi. "Los efectos de la guerra se notan. Los bombardeos de la OTAN en la ciudad de Sirte -donde nació Gadafi- se han cobrado otras ocho víctimas, sobre todo mujeres y niños, además de 40 militares de Gadafi", ha contado Martinelli a la agencia vaticana Asianews .

Los rebeldes comienzan a recibir entrenamiento táctico

La temeridad y falta de disciplina que lastran a los rebeldes frente a la jerarquía y mando que gobiernan a las tropas leales a Gadafi es una de las claves para entender el conflicto libio. Los alzados contra el dictador han sufrido un severo retroceso militar desde que hace dos días los aviones de la coalición dejaron de bombardear posiciones de Gadafi. Ellos, por sí mismos, se ven incapaces de ganar territorio y conservarlo frente al embate de los tanques y artillería del régimen. Una señal más de su carácter anárquico que los aleja de ser un Ejército regular equiparable al del enemigo.

Pero eso podría estar cambiando. En paralelo a la decisión de Estados Unidos de desplegar a agentes de la CIA sobre el terreno para recabar información y adiestrar a los insurgentes en el uso de armamento y disciplina militar, las noticias que llegan del frente aseguran que los rebeldes empiezan a contar con mandos con mayor conocimiento de tácticas militares que están entrenando a los combatientes de menor rango. Además, el acceso a la primera línea de combate se restringe a aquellos que portan arsenal potente de largo alcance. Los milicianos que llevan consigo únicamente armas automáticas, blancas o sencillamente van desarmados tendrán que permanecer en la retaguardia. Son un blanco fácil para el enemigo y su contribución es más bien escasa.

Este giro en la estrategia rebelde ha sido relatado a la agencia Reuters por un combatiente desplegado en las proximidades de Ajdabiya, la puerta de entrada a Bengasi. "Solo aquellos con armas de largo alcance pueden ir al frente. El acceso de civiles está prohibido", ha dicho Ahmed Zaitoun, un voluntario que integra una brigada que ha recibido más entrenamiento que la mayoría.

"Hoy tenemos a oficiales con nosotros. Antes íbamos solos al frente", explica Zaitoum mientras señala a un joven retenido en un puesto de control quejándose por no poder secundar la batalla. "Él es un chico joven y no tiene armas. ¿Qué va a hacer allí arriba?", se pregunta. Este nuevo enfoque tendrá que ser puesto a prueba los próximos días para ver si resulta en una mejora para los sublevados, obligados a replegarse hacia Bengasi y que combaten por no perder el control de Brega y Ajdabiya, las dos ciudades anteriores en la carretera costera que culmina en Bengasi. En la carretera que conecta esa ciudad con Ajdabiya, se pueden ver en las últimas horas trincheras con nidos de ametralladora protegidos con sacos de arena, la primera señal de una defensa bien organizada de Bengasi, la joya y baluarte de la rebelión libia.

Por su parte, el Gobierno provisional de los rebeldes libios ha revelado que ha firmado un acuerdo con Catar para exportar crudo y que en estos momentos tienen una capacidad para producir un millón de barriles a la semana. El "ministro de Petróleo" del Consejo Nacional Transitorio Interino, Alí Tahur, ha dicho en una rueda de prensa en Bengasi que "Catar ha acordado embarcar el petróleo y comercializarlo". Tahur ha explicado que el crudo se extrae en la actualidad de los campos del sureste y de las áreas "liberadas" y que pueden producir más de 100.000 barriles al día.

Manifestación en Bengasi

Miles de personas se han manifestado en la plaza de los juzgados de Bengasi para pedir la caída del régimen y demostrar que no hay militantes de Al Qaeda en las filas rebeldes. Desde primera hora de la mañana, centenares de personas se han dirigido a la céntrica plaza, frente al mar Mediterráneo, pertrechados con banderas tricolor -rojo, negro y verde- de la época monárquica, pese a que el día lluvioso no acompañaba para estar al aire libre.

Muchos llevaban también enseñas francesas, cataríes, estadounidenses, libanesas, canadienses y británicas. Como ya es habitual, la protesta comenzó con el rezo musulmán del viernes en el que el imán que encabezó la oración habló del conflicto que se está desarrollando en el país. El líder libio, Muamar Gadafi, "es un problema para Libia, queremos una Libia libre", ha asegurado el imán, que ha subrayado que "los que están con Gadafi no serán parte de la solución". "Viva la Libia libre, tenemos armas para defendernos de su Ejército (de Gadafi)", ha agregado el religioso.

Tras el rezo comenzó la protesta en la que los manifestantes gritaron lemas como "no hay más dios que Alá", "levanta la cabeza, Libia libre" y "no Al Qaeda, no terroristas, sí jóvenes".

Pero lo que siguen añorando los rebeldes es la ayuda que les brindan desde el cielo los aviones europeos. Ayuda que se ha frenado abruptamente. Mientras, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que han liderado los ataques aéreos, debaten sobre la posiblidad de armar a las milicias antigadafi. Pero esa alternativa sigue a día de hoy lejos de ser una realidad. Barack Obama no quiere suministrar armamento a los opositores mientras no recabe información exacta sobre quiénes son y cuáles son sus verdaderos objetivos. Experiencias previas en Afganistán resultaron desastrosas.

El Ejército siembra de minas la costa libia

Los milicianos y los ciudadanos de Libia oriental tienen otro motivo de preocupación: las minas. En los alrededores de Ajdabiya, y a pocos metros de la carretera que enlaza esta ciudad con Bengasi, el vehículo de unos trabajadores de una compañía eléctrica aplastó el lunes uno de estos artefactos. La búsqueda se inició inmediatamente y, aunque se ignora cuántas pudieron sembrar los soldados de Muamar el Gadafi, Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que se han encontrado dos docenas de minas antipersona, prohibidas por un tratado internacional firmado en 1997, aunque no suscrito por el régimen del dictador.

Fueron desactivadas también 24 antitanque, legales aunque se viole a menudo la legislación humanitaria por su uso contra objetivos civiles. Esta ONG, laureada con el Nobel de la Paz por su campaña para la erradicación de estas armas, apeló al Ejército para que deje de utilizarlas. Tal apelación a Gadafi, que continúa bombardeando ciudades, es una petición a oídos sordos.

Ajdabiya fue conquistada el 17 de marzo por los militares libios, que durante 10 días provocaron serios destrozos en la ciudad que abre el camino a Cirenaica. En ese lapso enterraron las minas, según HRW. Los sublevados también cuentan con decenas de miles de ellas, después de que los depósitos del Ejército fueran abandonados en Bengasi al comienzo de la revuelta. Han prometido que no las usarán.

La guerra en Libia se estancó ayer en torno a la ciudad petrolera de Brega, 230 kilómetros al suroeste de Bengasi. El bando rebelde no avanza porque no puede, dado su raquítico armamento. Las fuerzas de Gadafi, bien adiestradas, porque parecen hacer la guerra con sentido, asegurando posiciones antes de seguir hacia delante. Las dos partes coinciden en estar bien atentas a quien en realidad tiene capacidad para dar un golpe sobre la mesa, aunque no tenga interés alguno en hacerlo: la OTAN, que ayer asumió el mando de las operaciones.

Los aviones de la OTAN han efectuado hasta ahora 178 salidas, 74 de ellas relacionadas con ataques a objetivos, desde que la organización asumió ayer el mando de todas las operaciones sobre Libia. Además, dos buques fueron detenidos para que informaran sobre su destino y carga, dentro de las operaciones navales de control del embargo de armas y mercenarios, aunque no fue necesario realizar abordajes.

El representante rebelde ha asegurado desde Bengasi, capital de los sublevados contra el régimen de Gadafi, que Zintan, en el oeste del país y cerca de la frontera con Túnez, también está siendo atacada de forma implacable. Geriani ha agregado que desconocen el número de víctimas que se han registrado en ambas ciudades porque "las comunicaciones están fallando", aunque ha reiterado que la situación es crítica en esta localidad.

Misrata y Zintan han sido dos de las ciudades más castigadas por la artillería de las tropas leales a Gadafi durante las últimas dos semanas. Ya esta mañana Misrata se convirtió en el objetivo de los fieles a Gadafi. El Ejército libio ha intensificado en las últimas horas los bombardeos. Los mercenarios del régimen están asaltando tiendas y viviendas en el centro de la ciudad, según esta fuente. "Están empleando tanques, lanzacohetes, morteros y otros proyectiles contra la ciudad. Ha sido un bombardeo aleatorio y muy intenso", ha explicado este guerrillero por teléfono. "El lugar está irreconocible. La destrucción no se puede describir con palabras". "Disparan contra todos, incluidos civiles en sus casas. Espero que Alá nos proteja".

Además de Misrata y Zintan, Sirte también está sufriendo los efectos de la guerra. El vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, ha asegurado que ocho civiles, entre ellos varias mujeres y niños, han muerto en los bombardeos aliados, en los que también perdieron la vida 40 militares del régimen de Gadafi. "Los efectos de la guerra se notan. Los bombardeos de la OTAN en la ciudad de Sirte -donde nació Gadafi- se han cobrado otras ocho víctimas, sobre todo mujeres y niños, además de 40 militares de Gadafi", ha contado Martinelli a la agencia vaticana Asianews .

Los rebeldes comienzan a recibir entrenamiento táctico

La temeridad y falta de disciplina que lastran a los rebeldes frente a la jerarquía y mando que gobiernan a las tropas leales a Gadafi es una de las claves para entender el conflicto libio. Los alzados contra el dictador han sufrido un severo retroceso militar desde que hace dos días los aviones de la coalición dejaron de bombardear posiciones de Gadafi. Ellos, por sí mismos, se ven incapaces de ganar territorio y conservarlo frente al embate de los tanques y artillería del régimen. Una señal más de su carácter anárquico que los aleja de ser un Ejército regular equiparable al del enemigo.

Pero eso podría estar cambiando. En paralelo a la decisión de Estados Unidos de desplegar a agentes de la CIA sobre el terreno para recabar información y adiestrar a los insurgentes en el uso de armamento y disciplina militar, las noticias que llegan del frente aseguran que los rebeldes empiezan a contar con mandos con mayor conocimiento de tácticas militares que están entrenando a los combatientes de menor rango. Además, el acceso a la primera línea de combate se restringe a aquellos que portan arsenal potente de largo alcance. Los milicianos que llevan consigo únicamente armas automáticas, blancas o sencillamente van desarmados tendrán que permanecer en la retaguardia. Son un blanco fácil para el enemigo y su contribución es más bien escasa.

Este giro en la estrategia rebelde ha sido relatado a la agencia Reuters por un combatiente desplegado en las proximidades de Ajdabiya, la puerta de entrada a Bengasi. "Solo aquellos con armas de largo alcance pueden ir al frente. El acceso de civiles está prohibido", ha dicho Ahmed Zaitoun, un voluntario que integra una brigada que ha recibido más entrenamiento que la mayoría.

"Hoy tenemos a oficiales con nosotros. Antes íbamos solos al frente", explica Zaitoum mientras señala a un joven retenido en un puesto de control quejándose por no poder secundar la batalla. "Él es un chico joven y no tiene armas. ¿Qué va a hacer allí arriba?", se pregunta. Este nuevo enfoque tendrá que ser puesto a prueba los próximos días para ver si resulta en una mejora para los sublevados, obligados a replegarse hacia Bengasi y que combaten por no perder el control de Brega y Ajdabiya, las dos ciudades anteriores en la carretera costera que culmina en Bengasi. En la carretera que conecta esa ciudad con Ajdabiya, se pueden ver en las últimas horas trincheras con nidos de ametralladora protegidos con sacos de arena, la primera señal de una defensa bien organizada de Bengasi, la joya y baluarte de la rebelión libia.

Por su parte, el Gobierno provisional de los rebeldes libios ha revelado que ha firmado un acuerdo con Catar para exportar crudo y que en estos momentos tienen una capacidad para producir un millón de barriles a la semana. El "ministro de Petróleo" del Consejo Nacional Transitorio Interino, Alí Tahur, ha dicho en una rueda de prensa en Bengasi que "Catar ha acordado embarcar el petróleo y comercializarlo". Tahur ha explicado que el crudo se extrae en la actualidad de los campos del sureste y de las áreas "liberadas" y que pueden producir más de 100.000 barriles al día.

Manifestación en Bengasi

Miles de personas se han manifestado en la plaza de los juzgados de Bengasi para pedir la caída del régimen y demostrar que no hay militantes de Al Qaeda en las filas rebeldes. Desde primera hora de la mañana, centenares de personas se han dirigido a la céntrica plaza, frente al mar Mediterráneo, pertrechados con banderas tricolor -rojo, negro y verde- de la época monárquica, pese a que el día lluvioso no acompañaba para estar al aire libre.

Muchos llevaban también enseñas francesas, cataríes, estadounidenses, libanesas, canadienses y británicas. Como ya es habitual, la protesta comenzó con el rezo musulmán del viernes en el que el imán que encabezó la oración habló del conflicto que se está desarrollando en el país. El líder libio, Muamar Gadafi, "es un problema para Libia, queremos una Libia libre", ha asegurado el imán, que ha subrayado que "los que están con Gadafi no serán parte de la solución". "Viva la Libia libre, tenemos armas para defendernos de su Ejército (de Gadafi)", ha agregado el religioso.

Tras el rezo comenzó la protesta en la que los manifestantes gritaron lemas como "no hay más dios que Alá", "levanta la cabeza, Libia libre" y "no Al Qaeda, no terroristas, sí jóvenes".

Pero lo que siguen añorando los rebeldes es la ayuda que les brindan desde el cielo los aviones europeos. Ayuda que se ha frenado abruptamente. Mientras, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que han liderado los ataques aéreos, debaten sobre la posiblidad de armar a las milicias antigadafi. Pero esa alternativa sigue a día de hoy lejos de ser una realidad. Barack Obama no quiere suministrar armamento a los opositores mientras no recabe información exacta sobre quiénes son y cuáles son sus verdaderos objetivos. Experiencias previas en Afganistán resultaron desastrosas.

El Ejército siembra de minas la costa libia

Los milicianos y los ciudadanos de Libia oriental tienen otro motivo de preocupación: las minas. En los alrededores de Ajdabiya, y a pocos metros de la carretera que enlaza esta ciudad con Bengasi, el vehículo de unos trabajadores de una compañía eléctrica aplastó el lunes uno de estos artefactos. La búsqueda se inició inmediatamente y, aunque se ignora cuántas pudieron sembrar los soldados de Muamar el Gadafi, Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que se han encontrado dos docenas de minas antipersona, prohibidas por un tratado internacional firmado en 1997, aunque no suscrito por el régimen del dictador.

Fueron desactivadas también 24 antitanque, legales aunque se viole a menudo la legislación humanitaria por su uso contra objetivos civiles. Esta ONG, laureada con el Nobel de la Paz por su campaña para la erradicación de estas armas, apeló al Ejército para que deje de utilizarlas. Tal apelación a Gadafi, que continúa bombardeando ciudades, es una petición a oídos sordos.

Ajdabiya fue conquistada el 17 de marzo por los militares libios, que durante 10 días provocaron serios destrozos en la ciudad que abre el camino a Cirenaica. En ese lapso enterraron las minas, según HRW. Los sublevados también cuentan con decenas de miles de ellas, después de que los depósitos del Ejército fueran abandonados en Bengasi al comienzo de la revuelta. Han prometido que no las usarán.

La guerra en Libia se estancó ayer en torno a la ciudad petrolera de Brega, 230 kilómetros al suroeste de Bengasi. El bando rebelde no avanza porque no puede, dado su raquítico armamento. Las fuerzas de Gadafi, bien adiestradas, porque parecen hacer la guerra con sentido, asegurando posiciones antes de seguir hacia delante. Las dos partes coinciden en estar bien atentas a quien en realidad tiene capacidad para dar un golpe sobre la mesa, aunque no tenga interés alguno en hacerlo: la OTAN, que ayer asumió el mando de las operaciones.

Los aviones de la OTAN han efectuado hasta ahora 178 salidas, 74 de ellas relacionadas con ataques a objetivos, desde que la organización asumió ayer el mando de todas las operaciones sobre Libia. Además, dos buques fueron detenidos para que informaran sobre su destino y carga, dentro de las operaciones navales de control del embargo de armas y mercenarios, aunque no fue necesario realizar abordajes.


El régimen rechaza el alto el fuego propuesto por los rebeldes


Los grupos opositores reunidos en torno al Consejo Nacional libio, una suerte de Gobierno de transición a la espera del derrumbe del régimen de Gadafi, ofrecieron este vienres un alto el fuego condicionado al cumplimiento de varias premisas, entre ellas que el Ejército libio abandone las ciudades conquistadas en el oeste y que concedan a la población libertad para expresarse. La respuesta del régimen de Gadafi no se hizo esperar. El Gobierno ha rechazado las condiciones y asegura que mantendrá sus tropas en los lugares donde están desplegadas. Según según la página web de la televisión catarí Al Yazira, el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim, calificó los requisitos de los rebeldes de "locura".

Mustafa Abdel Jalil, cabeza visible del consejo rebelde, reclamó también el desmantelamiento de las tropas de "mercenarios" de las calles de esas ciudades. "No tenemos problema de pactar un alto el fuego, pero en condiciones para que las ciudades del oeste libio puedan expresar sus puntos de vista", aseguró en una rueda de prensa conjunta con el enviado especial de la ONU de visita en Bengasi. Abdel Jalil también reiteró su petición de mayor armamento si las fuerzas de Gadafi no frenan sus ataques. Por último dijo que los rebeldes no renunciarán a su principal exigencia: que Gadafi y su familia abandonen para siempre Libia.

Un ataque aéreo de la coalición mata a siete civiles en Libia

El jefe militar de los rebeldes se desplaza hasta el frente por primera vez

Tan enorme poder de fuego causa la muerte de civiles por precisos que sean los misiles de los países occidentales. Siete miembros de una familia, tres de ellos niñas y otros adolescentes, fallecieron el miércoles después de que un caza de la coalición lanzara un misil contra un camión conducido por soldados libios en las cercanías de Brega, 235 kilómetros al suroeste de Bengasi. La munición que transportaba explotó entre dos viviendas y la metralla causó estragos. Además, el vicario apostólico, Innocenzo Martinelli, denunció que otros ocho civiles habían muerto en un bombardeo aliado a Sirte, la ciudad natal del dictador, que también mató a 40 soldados.

Es un suma y sigue a las víctimas que causa el bombardeo indiscriminado y diario de las tropas de Muamar el Gadafi contra Misrata. E imposible saber con exactitud -lo impide el régimen al controlar todos los movimientos de los periodistas- si alguien pereció ayer en la capital.

Las imágenes de víctimas inocentes de los bombardeos de la coalición internacional podrían ser una carta a favor de un régimen que comienza a ofrecer notorios síntomas de fractura interna. No ha podido mostrarlas a las audiencias del mundo árabe, siempre muy atentas a las muertes de civiles cuando caen bajo las bombas de los países que colonizaron Oriente Próximo y el Magreb (Reino Unido, Francia e Italia) o que ejercen ahora indudable influencia (Estados Unidos).

Pero por mucho que el déspota y su camarilla se sientan aislados y al borde de la derrota, sus soldados continuaban ayer atacando zonas urbanas de Libia occidental, mientras que el frente oriental seguía estancado en Brega, aunque por primera vez aparecía en el frente Abdelfatah Yunis, jefe militar de los rebeldes, con armamento más pesado que el empleado hasta la fecha.

En Misrata, 200 kilómetros al oeste de la capital, los tanques provocaron grandes destrozos, y los uniformados se dieron a la destrucción de comercios, viviendas y al pillaje, según relataban testigos citados por varias agencias. Sin embargo, la novedad más relevante se produjo en Trípoli. Es muy difícil que un alzamiento, si eso fue lo ocurrido ayer, pueda sostenerse porque la represión en varias ciudades que rodean Trípoli ha sido brutal.

Vecinos citados por Reuters aseguraron que tiroteos prolongados se desataron antes del amanecer cerca de Bab el Azizia, base militar y hogar del dictador, que apostó francotiradores en escuelas de la ciudad, tal como hicieron sus esbirros en Bengasi hace 12 días. Otros residentes hablaban de grandes charcos de sangre en las calles y de detenciones masivas de jóvenes, especialmente en el suburbio de Tajura, uno de los más combativos contra el tirano y donde ya fue aplastada la revuelta semanas atrás. Los sublevados sabían desde el primer día de la revuelta que defenestrar a Gadafi sería un camino de espinas. Pero siempre afirmaban sus portavoces que el sátrapa tenía los días contados. Esa confianza crece a medida que Cirenaica, el oriente, se siente libre, y más aún cuando observan las defecciones en el entorno del dictador. No obstante, brotan ciertos temores.

Entre los portavoces del Consejo Nacional, el Gobierno de la oposición, se aprecia preocupación por las declaraciones de funcionarios occidentales sobre la presencia de elementos de Al Qaeda en el campo de batalla. Resultaría sorprendente que algunos simpatizantes de la organización terrorista no estuvieran combatiendo contra las tropas de Gadafi, por minoritarios que sean, como es inverosímil que agentes de los servicios de espionaje de un sinfín de países no hayan entrado en Libia. Con la frontera de Egipto abierta de par en par, y habiendo sido un país herméticamente cerrado durante años, Libia es un territorio virgen y apetitoso para los espías.

Cuarenta espadas en apoyo del coronel

El régimen aloja en un hotel de lujo a guerreros tuaregs llegados de Níger

"Los tuaregs se han comido todos los cruasanes", dice un periodista británico en el restaurante del Corinthia, un lujoso hotel tripolitano frente a las costas del Mediterráneo. Son más de las nueve de la mañana y un grupo de tuaregs de Níger apura los restos que quedan del desayuno. Unos visten con sus tradicionales trajes y el turbante que les cubre parte de la cara para alejar los malos espíritus. Otros van en chándal. Todos son guerreros. Han atravesado el desierto para defender a Gadafi hasta la muerte.

"Él lo hizo todo por nosotros. Cuando ni nuestro Gobierno ni el de Malí nos ayudaban, Gadafi nos cuidó. Por eso hemos venido desde el desierto del Sahel a pie para morir por él", dice uno de los tuaregs, un joven con unas oscuras gafas de piloto que se hace llamar Mohamed. Según su relato, unos 50 hombres partieron hace semanas de Níger. Algunos no resistieron la caminata y se quedaron en Argelia. Al hotel Corinthia solo llegaron 40.

Desde que comenzó el conflicto, a mediados de febrero, el coronel Gadafi ha reclutado a unos 800 tuaregs para defenderle, según señalaba la agencia France Presse a principios de marzo. "Ha lanzado llamamientos a través de varios cauces", explicaba entonces a este periódico el disidente libio Otman Ben Sasi, "pero no sabemos cuál ha sido la respuesta".

La respuesta es que algunos han llegado a Trípoli y han sido alojados en el hotel Corinthia por el Gobierno libio. Por ahora les han quitado las takuba, las míticas espadas de un metro de largo. Sin ellas se les ve deambulando por el vestíbulo del hotel, sentados en los sillones o en el restaurante, zampándose un buen plato de cuscús. A alguno se le ha visto meterse en la sala del spa o peleándose con la llave magnética para tratar de entrar en su habitación.

Los tuaregs han sido reclutados en las oficinas abiertas en varias ciudades de Níger y Malí a través de compañías libias. Por unos 300 dólares y la promesa de obtener armas modernas, deciden emprender un camino incierto para acabar en Libia con una misión aún más incierta. Por ahora solo dicen que están aquí para apoyar al coronel y defenderle de los rebeldes del Este.

Los lazos entre Libia y los tuaregs son conocidos. En los años setenta, la Legión Islámica de Gadafi enroló a unos 5.000 tuaregs. El coronel siempre les trató como si fueran libios. Hay unos 70.000 en el país, sobre todo en el área meridional de Gat, informa Ignacio Cembrero. La presencia del grupo de guerreros en el Corinthia ha creado cierta confusión en el personal del hotel. Un directivo aseguró que "vienen a menudo", pero varios miembros de la plantilla dijeron que es la primera vez que los han visto por allí. En el hotel se alojan además una docena de periodistas.

Ayer por la tarde, después de hablar con algunos reporteros, el Gobierno decidió desalojarlos del hotel. Agentes de seguridad prohibieron hacerles fotos y metieron al grupo de 40 hombres en un autobús con destino desconocido.

Fuente Diario "EL PAÍS"


El régimen de Gadafi inicia el diálogo con Occidente para poner fin al conflicto

El régimen de Muamar Gadafi ha iniciado los trabajos para abrir líneas de comunicación con los gobiernos occidentales en un intento de llevar el conflicto en el país a su fin.

Según publica el diario británico 'The Guardian', el primer ministro libio, Abdul Ati al-Obeidi, ha asegurado al Canal 4 que están "tratando de hablar con los británicos, los franceses y los estadounidenses para detener la matanza de personas".

Aunque anoche el régimen del dictador rechazó una oferta de los rebeldes de un alto el fuego si Gadafi retiraba su ejército de las principales ciudades de Libia y permitía protestas pacíficas, altas fuentes del Bobierno británico han asegurado que Gadafi está abierto al diálogo.

"Si los aliados Gadafi quieren tener conversaciones, estaremos encantados de hablar", dijo un alto funcionario de Reino Unido. "Sin embargo, nuestro mensaje va a ser claro y consistente: Gadafi tiene que irse, y tiene que haber un futuro mejor para Libia".

Gadafi rechazó las condiciones de los rebeldes para un alto el fuego, excusándose en que las tropas del Gobierno no abandonarían las ciudades tal y como piden los opositores.

Sin embargo, las señales de que el régimen estaba buscando abrir una vía de diálogo se produjo después de que el diario 'The Guardian' informara de que había tenido lugar una reunión entre Mohammed Ismail, un importante asesor de Gadafi, su hijo Saif al-Islam, y varios funcionarios británicos.

La información se producía después de la deserción del ex jefe de la Inteligencia libia y ministro de Exteriores, Musa Kusa, que el miércoles aterrizó en el pequeño aeropuerto inglés de Farnborough después de una misteriosa "visita privada de 48 horas" a Túnez.

Algunos analistas en Londres interpretan la supuesta visita de Ismail como un indicio de que al menos los hijos de Gadafi están buscando una solución negociada con Occidente a la crisis.

Mientras tanto las fuerzas rebeldes sigue retrocediendo. Este viernes no lograron avanzar frente a las tropas del líder apostadas en las afueras de la ciudad de Ajdabiya, según informó la BBC, mientras que el jueves los rebeldes también habían fracasado en el intento por recuperar el control del puerto petrolífero de Al Brega.

A pesar del retroceso de las fuerzas rebeldes, Gadafi parece perder el respaldo de sus filas. Además del ministro de Exteriores libio Musa Kusa, que huyó esta semana a Londres, otros funcionarios de alto rango quieren abandonar el país.


El ex secretario adjunto de la ONU propone un plan para acabar con Gadafi


El ex secretario adjunto de la ONU Mark Malloch-Brown propone una nueva resolución del Consejo de Seguridad por la que se reconozca al Consejo Nacional de Transición como único representante legítimo de Libia.

En un artículo en el 'Financial Times', el ex diplomático británico y hoy consultor internacional, afirma que el Consejo ocuparía el escaño de Libia en la ONU así como la mayoría de las embajadas, algunos de cuyos jefes de misión se han pasado ya a los rebeldes.

El Consejo de Transición tendría acceso aunque con condiciones a los activos internacionales del país, actualmente congelados, así como a los ingresos por exportaciones de petróleo.

La ONU consideraría ilegal todo trato comercial con el régimen de Trípoli, escribe Malloch-Brown, que estima que ello contribuiría a aumentar el número de defecciones de personas hasta ahora próximas a Gadafi y quizás a la caída, negociada o no, del coronel.

Malloch-Brown cree que es precisa una gran habilidad diplomática para reunir a la comunidad internacional en torno a una plataforma bajo el eslogan de "El coronel Gadafi tiene que marcharse", como exige públicamente, entre otros, el primer ministro británico, David Cameron.

Esa plataforma se basaría en la amenaza que supone el coronel Gadafi no sólo para su propio pueblo, sino también para la paz y la seguridad internacionales, dice el ex secretario adjunto de la ONU, que fue también secretario de Estado del Foreign Office con el anterior Gobierno laborista y hoy ocupa un escaño en la Cámara de los Lores.

Malloch-Brown critica, por otro lado, la conferencia internacional de esta semana en Londres sobre Libia por la diferencia de posiciones que puso de manifiesto con alemanes e italianos proponiendo un alto el fuego y el exilio de Gadafi y otros países, como EEUU y Reino Unido, insistiendo en que había que continuar la operación militar.

Según el ex diplomático, si bien la declaración de la zona de exclusión aérea puede considerarse un éxito ya que impidió una posible matanza en Bengasi y otras ciudades controladas por los rebeldes, no deberían ampliarse las operaciones militares.

"La próxima fase no debe ser humanitaria, sino directamente política: la salida del coronel Gadafi", afirma Malloch-Brown, quien señala que para ello no basta el mandato actual del Consejo de Seguridad sino que se precisa otro nuevo, que es el que él propone

El régimen de Gadafi rechaza el alto al fuego propuesto por los rebeldes libios

El régimen del coronel Muamar Gadafi ha rechazado el alto al fuego propuesto por el enviado especial de las Naciones Unidas.

El plan, que los rebeldes libios se habían mostrados dispuestos a aceptar, preveía un alto al fuego con ciertas condiciones, entre ellas la conclusión del duro asedio al que ciertas ciudades sublevadas han sido expuestas al ser rodeadas por tropas leales a Gadafi.

"Nos están pidiendo que nos retiremos de nuestras propias ciudades... Es una propuesta de locos. No abandonaremos nuestras ciudades", ha declarado Musa Ibrahim, portavoz del Gobierno libio.

Esta tarde el presidente del Consejo Nacional Transitorio Interino, Mustafa Abdelyalil, se había mostrado dispuesto a aceptar el plan. Sin embargo, había puesto como condición el poner fin al asedio, la libre expresión en todo territorio libio y la continuada presencia del observador de las Naciones Unidas.

Fuente Diario "EL MUNDO"


La fuga de altos cargos mina la continuidad del dictador


La deserción del ministro de Asuntos Exteriores de Gadafi, Kusa Musa, no es la primera que se da en el seno del régimen del Coronel, pero sí la que podría marcar la diferencia y el comienzo del fin.

2 Abril 11 - - Francesca Cicardi - Enviado especial

Bengasi-La huida encubierta de Kusa a Londres indicaría que el coronel podría estar muy debilitado también políticamente y no sólo militarmente, debido a los ataques selectivos de la OTAN contra sus fuerzas armadas. «Kusa no habría abandonado Libia si hubiera sabido que todavía tenía alguna otra posibilidad», aseguraba a LA RAZÓN Sanussi Bsikry, destacado opositor que acaba de regresar a Libia desde su exilio en Londres. El ex jefe de los servicios secretos de Gadafi «sabe que el final del régimen está muy cerca y se ha marchado para salvarse a sí mismo», dice Bsikry, de vuelta a Bengasi, donde el nombre del ya ex de Gadafi no deja de sonar en las calles, en las que su deserción ha ofrecido nuevas esperanzas, mientras en los despachos de la capital rebelde se ha interpretado como una clara victoria. Si Kusa, que se encontraba entre los colaboradores más íntimos de Gadafi, ha desertado, significa que muchos otros le seguirán, en opinión de Bsikry, y parece que el efecto dominó habría empezado, con otros miembros del régimen que habrían salido del país a través de Túnez o estarían planeando hacerlo, siguiendo los pasos del diplomático.

El diario «The Independent» habla de que hasta diez altos cargos podrían desertar y menciona al ex ministro de Exteriores Ali Abussalam Treki (algunas fuentes dicen que ya ha abandonado el país) y al jefe del espionaje exterior, Abuzed Omar Durda. Varios ya traicionaron al coronel en los primeros días de las revueltas y, sorprendentemente, algunos de entre los más «malos» de los hombres de Gadafi, ahora estarían poniendo su experiencia y conocimientos al servicio de los rebeldes, como el ex ministro del Interior, Abdel Fatah Yunis, jefe de la temida «Amn el Daula», brazo del régimen encargado del control y la represión contra los ciudadanos. Yunis intenta ahora liderar y organizar el Ejército de los rebeldes, con la ayuda del general Jalifa Hifter, que ya había desertado de las filas de Gadafi en los años 80, después de haberle ayudado a acceder al poder en 1969 y luchado a su lado en las guerras africanas. Hifter volvió hace algunas semanas de su exilio de veinte años en EE UU y estaría en estos momentos en el frente de batalla junto a los revolucionarios. Kusa es el más malo de los malos de Gadafi, supuestamente informado e involucrado en todos los complots del dictador en el extranjero y los «crímenes del régimen», según Bsikry.

De allí que su deserción sea doblemente significativa e importante porque, si el ex jefe de los espías libios está dispuesto a colaborar, podría dar el golpe definitivo al dictador, desacreditándole definitivamente ante los ojos del mundo y llevándole ante la justicia internacional.

Fuente Diario "LA RAZÓN"

Los rebeldes frenan al ejercito libio en Brega

Gracias al refuerzo de artillería, el frente se estanca después de que las tropas del régimen hayan reconquistado 200 kilómetros, aunque en Bengasi se excavan trincheras por si llegan hasta allí

Después de tres días cediendo terreno conquistado, las fuerzas rebeldes de Libia han logrado contener hoy el avance de las tropas de Gadafi en Brega, a 200 kilómetros de Bengasi. Reforzadas con artillería, las milicias han podido equilibrar un poco la superioridad militar de los gadafistas y plantarles cara, con lo que están consiguiendo resistir en esta ciudad portuaria, según han informado líderes de la revuelta.

Durante la mañana, se ha visto un intenso movimiento de furgonetas y camiones, en los que se transportaba armamento pesado, hacia el frente. Además, según los rebeldes, se están produciendo combates cuerpo a cuerpo en algunos barrios. Entre tanto, se han podido ver aviones sobrevolando la zona, pero sin escucharse bombardeos.

De esta forma, se ha puesto freno, por el momento, a la reconquista por parte del ejército oficial, que en tres días había conseguido arrebatar a los sublevados unos 200 kilómetros en dirección a su principal bastión, Bengasi.

Con todo, en esta última ciudad no bajan la guardia. En los alrededores se podía ver hoy a los milicianos excavar trincheras, ante la posibilidad de que finalmente no pudieran conservar Brega y la batalla llegara hasta allí.
Condiciones para un alto el fuego

En un plano más «político», la dirección de los rebeldes libios se mostró hoy dispuesta a observar un alto el fuego siempre y cuando se levante el sitio al que están sometidas algunas ciudades por las fuerzas leales a Gadafi, entre otras condiciones, según recoge la agencia Efe. «Las tropas de Gadafi deben abandonar sus posiciones alrededor de las ciudades (sitiadas) y el sitio tiene que ser levantado», afirmó el presidente del Consejo Nacional Transitorio Interino, Mustafa Abdelyalil.

El dirigente rebelde ofreció una rueda de prensa junto al enviado del secretario general de la ONU, el diplomático jordano Abdelilah al Jatib, que se presentó hoy en Bengasi después de haber visitado ayer Trípoli. Abdelyalil también dijo que para que se cumpla ese alto el fuego el régimen de Gadafi «debe permitir libertad a la gente para que exprese sus puntos de vista».

Fuente Diario "ABC"

No hay comentarios: