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domingo, 23 de noviembre de 2014

UNIDADES DE ARTILLERIA DE LA WEHRMACHT QUE PASARON A LAS SS COMO LA "DIVISIÓN DE LA VENGANZA".....¡LOS LANZADORES DE LAS V-2

La División Venganza: los lanzadores de V-2
 

Día 18/11/2014 - 06.53h

Las unidades artilleras encargadas de atacar Londres con los misiles pasaron de depender de la «Wehrmacht» a estar controladas por las SS

Como parte del programa de desarrollo del primer misil balístico de la historia, el A-4, más conocido como Vergeltungswaffe 2 (Arma de Venganza 2) o V-2, la Wehrmacht estableció en julio de 1943 la Lehr und Versuchs-batterie 444 (Batería de entrenamiento y experimental 444) para efectuar pruebas de lanzamiento que permitiesen corregir defectos de diseño y crear un arma lo suficientemente fiable para poder usarse en campaña, lo que se logró finalmente con el modelo A-4C.
Poco después, entre septiembre y diciembre de 1943, se formaron tres grupos de lanzamiento motorizados de tres baterías cada uno, los Artillerie Abteilungen 836, 485 y 962, aunque no recibieron hasta mayo del año siguiente el equipo necesario para efectuar lanzamientos y el último grupo hubo de ser finalmente disuelto para poder equipar a los otros dos. Además, conociendo el interés de Hitler por las nuevas armas, Himmler, el jefe de las SS, decidió establecer su propia unidad lanzamisiles, la SS Werfer-batterie 500, que posteriormente llegaría a convertirse en grupo.
Inicialmente se pensó en disparar los V-2 desde emplazamientos fijos a prueba de bombas desde los que se pudiera alcanzar Londres, el principal objetivo previsto. Sin embargo, los continuos bombardeos aliados sobre los emplazamientos en construcción y su rápido avance desde la cabeza de playa de Normandía a partir de agosto de 1944 desbarataron los planes de los alemanes, por lo que se optó por recurrir a unidades móviles.
 
El 29 de agosto, Hitler ordenó el comienzo de la ofensiva con misiles A-4, bautizada como Operación Pinguin (Pingüino). Para entonces, las SS habían arrebatado al Ejército el control sobre las nuevas armas, en las que estaban puestas las últimas esperanzas de victoria. El general de las SS Hans Kammler se hizo cargo de las unidades de lanzamiento y las agrupó en dos mandos regionales: el Grupo Sur incluía al Artillerie Abteilung 836 y el Grupo Norte, al Artillerie Abteilung 485 y la Lehr und Versuchs-batterie 444. Poco después se creó la Division zur Vergeltung (División Venganza), a la que se subordinaron todas las unidades de lanzamiento y se reforzó el Grupo Norte con el SS Werfer Abteilung 500. En enero de 1945 los Artillerie Abteilung 836 y 485 se convirtieron, respectivamente, en los Artillerie Regiment zur Vergeltung 901 y 902, un cambio meramente nominal que no amplió el número de baterías disponibles.
 

El procedimiento de lanzamiento era bastante laborioso. Los misiles, sin su cabeza explosiva, llegaban por ferrocarril lo más cerca posible del punto de lanzamiento. Se descargaban y trasladaban en remolques hasta una zona de preparación, donde, con las cabezas explosivas ya instaladas y comprobado su perfecto funcionamiento, se colocaban en unos remolques-elevadores especiales, los Meillerwagen, que los trasladaban hasta la zona de lanzamiento previamente reconocida. Estos remolques-elevadores permitían situar los misiles en posición vertical sobre la Bodenplatte (rampa de lanzamiento), después de lo cual, se llenaban los depósitos de combustible, se instalaban las conexiones eléctricas necesarias y se hacían las últimas comprobaciones. El disparo se efectuaba eléctricamente desde un vehículo de control de fuego blindado a una distancia de unos 150 metros. Todo el proceso duraba entre 4 y 6 horas, de las cuales, los últimos 90 minutos se pasaban en la zona de lanzamiento.
 
El 3 de septiembre cayeron en el área de Londres los dos primeros V-2 sin causar víctimas. Desde entonces y hasta el final de la guerra, se lanzaron contra la capital británica 1.359 misiles con la intención de dañar la moral de los londinenses. Pero fue Amberes, cuyo puerto era clave para abastecer a los ejércitos aliados, la ciudad que sufrió más ataques, 1.610.
 
Uno de los pocos usos tácticos de estos misiles se produjo el 11 de marzo de 1945, cuando se lanzaron once misiles contra el puente de Remagen sobre el Rin para impedir el avance norteamericano, cayendo el más próximo a 1,7 kilómetros del objetivo. Poco después del último lanzamiento, efectuado el 28 de marzo, las unidades supervivientes destruyeron su equipo para evitar que cayese en manos del enemigo.
 
Aunque el V-2 era una maravilla técnica, como arma resultó un rotundo fracaso. El programa de misiles balísticos tuvo un coste equivalente al de la obtención de la bomba atómica y no causó más daños que un ataque corriente de la RAF sobre Alemania.
 
 

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