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martes, 21 de agosto de 2012

LA CARGA DE PICKETT.





EL CAMINO HACIA GETTYSBURG.

La carga de Pickett, el ataque final del Ejército de Lee en Gettysburg, es probablemente la acción militar mejor conocida de toda la Guerra Civil Americana.

El Ejército Confederado de Virginia Septentrional, al mando del General Robert E.Lee, pasó en el lapso de un año bajo su mando, de estar entre la espada y la pared, cerca de Richmond, la capital confederada, a situarse a 75 millas al noroeste de la capital unionista, Washington.

En ese lapso había rechazado al principal ejército de la Unión, el Ejército del Potomac mandado por Mc Clellan, había derrotado a un segundo ejército federal al mando de Pope en la Segunda Batalla de Bull Run, sobrevivido a los errores de la sangrienta campaña de Antietam ( primera invasión del norte) y lograr las aplastantes victorias de Fredericksburg y Chancellorsville.

Luego de la resonante victoria de Chancellorsville en mayo, Lee recibió la aprobación del gobierno confederado para emprender la segunda invasión al norte. La muerte de Stonewall Jackson en Chancellorsville supuso una pérdida irreparable para la Confederación dada la valía de este general y su entendimiento con Lee. Esto obligó a Lee a reorganizar su ejército de 75.000 hombres en tres cuerpos de ejército en lugar de dos, mandados por Longstreet, Ewell y A.P.Hill.

En el pequeño pueblo de Gettysburg, estado de Pennsylvania, durante los días 1, 2 y 3 de julio de 1863 se produciría la mayor batalla de la Guerra de Secesión y de toda la historia del continente americano.

El encuentro de las tropas de Lee con el potente Ejército del Potomac de la Unión, bajo el mando de George W. Meade, de 97.000 hombres, se produjo casi por casualidad, cuando una brigada de soldados confederados se dirigieron a Gettysburg en busca de zapatos y otras provisiones y se toparon con una partida de la caballería federal el 30 de junio.

Los dos primeros días de lucha, a pesar de ciertos avances de los confederados, no habían conseguido quebrar la línea federal, Ewell había atacado la derecha de la línea unionista el 1 de julio, y Longstreet atacó la izquierda de Meade el 2 de julio, con numerosas bajas para ambos bandos.

 


LA CARGA DE PICKETT.


El 3 de julio Lee decidió lanzar su ataque principal sobre el centro de la línea de la Unión en Cemetery Ridge.

El día era caluroso, unos 31 º, típico del verano de Pennsylvania.

El General Lee se percató de que su proyectado ataque basado en tres aspectos ya no era posible. La batalla por la colina Culp había terminado, y los yankees le habían quitado esas trincheras que la noche anterior el General Stuart y sus hombres de Maryland tomó, con un costo muy alto en bajas. Longstreet todavía estaba algo indeciso, y pretendía mantener una posición defensiva con las divisiones de McLaws y Hood, esta última sin su General, que había recibido heridas graves.

Eso dejó a Lee sin ninguna otra oportunidad que el estudiar un nuevo plan. Tenía recursos “frescos” ahora, Stuart y Pickett estaban finalmente a mano. No obstante esto, Lee se centró en la única parte del campo de batalla donde sus Divisiones no hicieron un sólo intento en los días previos a la lucha: la Colina del Cementerio (Cemetery Hill). Lee había sido un oficial de Ingenieros desde que dejó West Point, y ese fue su rol en la Guerra de México, cuando el General Scott lo comprometió al reconocimiento y estudio de muchos campos de batalla, justamente en el momento anterior a cada batalla, y por eso mismo desarrolló una visión de campo muy fina.



Lee estudió cuidadosamente las características del campo ante él, y pronto le atrajo la parte más baja de la pendiente. Se dio cuenta que tenía que hacer converger a sus hombres hacia un punto en el cual un pequeño grupo de árboles era visible a simple vista. Allí la arremetida de sus fuerzas tendrá lugar. Una vez perforada la línea federal, el resto del Ejército acompañaría acto seguido el movimiento, y con la ayuda de Stuart, los yankees se desbandarían en estampida al final. Lee era consciente de que las divisiones de primera línea marcharían en terreno abierto una distancia de más de una milla, expuestas al fuego de Artillería enemigo. Era necesario desmoronar sus defensas con un bombardeo masivo, el cual sería abierto justo antes del avance de la Infantería.

El nuevo plan estaba ahora bien claro en su mente, y lo único que debía hacer era expresárselo a sus subordinados.

El ataque fue concebido en un ambiente de controversia y desacuerdo entre Lee y Longstreet.

Longstreet el “viejo caballo de batalla” (apodo  del General Longstreet, Old Warhorse, dado por el propio Lee),  estaba convencido que el resultado de la lucha del 2 de julio demostró la inutilidad de atacar a los federales frontalmente en la fuerte posición que tenían en las afueras de Gettysburg. La propuesta de Longstreet era de que el ejército confederado dejara sus posiciones y maniobrara alrededor del flanco izquierdo de Meade y desplazarse cinco o seis millas en dirección a Washington D.C., buscar una buena posición defensiva y esperar. Meade se habría visto obligado a atacar, y los confederados habrían tenido la ventaja del terreno e inflingido una derrota a los federales. Pero Lee había perdido la paciencia hacia él, y ciertamente no iba a retrasar el ataque más.  

Luego de las quejas de Longstreet, Lee concluyo que las divisiones de Hood y McLaw estaban bastante desgastadas desde el día anterior, y que bajo esas circunstancias no estaban en condiciones de pelear nuevamente. Lee se volcó a las divisiones de A.P. Hill, de las cuales escogió las unidades de Henry Heth y Dorsey Pender, las cuales no habían estado en combate el 2 de Julio, y, por lo tanto, estaban listas para la lucha. Si Lee hubiese sido informado de cuánto esas divisiones estaban reducidas por el combate del 1º de Julio, él probablemente hubiese cambiado de opinión. Las divisiones de Pickett, Pender y Heth (reemplazado en el comando por Johnston Pettigrew y Isaac Trimble) atacarían a la señal dada. Longstreet no se pudo contener más y pronunció:


"General, he sido un soldado toda mi vida. He estado con soldados en combarte en parejas, pelotones, compañías, regimientos, divisiones y ejércitos, y debería saber, al igual que cualquiera, lo que los soldados hacen. Es mi opinión que ningunos quince mil hombres alguna vez organizados para un combate, jamás tomarían esa posición."

El núcleo del asalto lo constituiría la división de George Edward Pickett, siendo todos sus regimientos procedentes del estado de Virginia, y que no se habían empleado en la batalla hasta el momento. Del ataque también participaría la división de Pettigrew y dos brigadas de la división de Pender, ahora mandada por Trimble luego de lamuerte de su jefe el día anterior, ambas integradas por hombres de Carolina del Norte mayormente. Un nombre más apropiado para este ataque sería “la carga de Pickett-Pettigrew-Trimble” ( por las divisiones que participaron, aunque esta última sólo en parte ) o el “asalto de Longstreet”, que fue quien comandaba toda la fuerza asaltante, pero pasaría a la historia con el nombre del comandante de una de las divisiones atacantes, la de Pickett.



General George E. Pickett, cuyo nombre inmortalizaría el heroico asalto.
Como resultado, unos 12.000 confederados participarían de la carga, la mitad de ellos de la fresca división de Pickett, el resto tenían una moral también excelente pero estaban exhaustos por haber participado en la lucha del día previo.

Longstreet personalmente le mostró a Pickett el terreno que tendría que atravesar y le dio instrucciones detalladas.

Del otro lado del campo, el Mayor General Henry Jackson Hunt, comandante de Artillería de la Unión, estaba inspeccionando sus baterías, las cuales la noche anterior había reorganizado eficazmente. Toda pieza dañada fue reparada o reemplazada, y los escoltas de municiones fueron reaprovisionados. Entre Ziegler´s Grove, el punto donde Lee iría a atacar y Little Round Top, 118 cañones estaban listos para abrir fuego en la Infantería confederada. Hunt sabía bien que los rebeldes atacarían pronto y que esa arremetida estaría precedida de un masivo bombardeo. A través de sus prismáticos estaba observando cuidadosamente los movimientos hechos por el personal a cargo del valiente joven Coronel Edward Porter Alexander, el Jefe de Material de Longstreet. Hunt fue claro con sus subordinados: no prestar atención a los cañones rebeldes, y esperar a que la infantería esté en la mira para abrir fuego. Esto preservaría todas las municiones disponibles para hacer añicos al enemigo solamente con la Artillería. 

A las 11.45 el General Longstreet envió un mensaje al Coronel Alexander, pidiéndole que le comunicara al General Pickett cuando sintiera que la descarga de Artillería haya alcanzado su meta. De lo contrario, el mensaje continuaba, sería mejor no ordenar la carga. Alexander sabía que su superior lo cargaba con una carga muy pesada, por lo que cumplió dubitativamente con la orden.


El soporte artillero estaría a cargo de 135 cañones al mando del Coronel Edward P. Alexander. A la 1 p.m., los unionistas fueron tomados por sorpresa cuando los cañones confederados comenzaron a atronar. El campo estaba tranquilo, nadie esperaba que la lucha continuara tan pronto, las tropas estaban muy desgastadas por el esfuerzo terrible de los dos días previos. Un puñado de oficiales de Estado Mayor federales, con Meade entre ellos, estaba descansando luego del almuerzo, alguno dormía, otro fumaba.

El silencio reinante en el paisaje fue abruptamente roto por un largo silbido, seguido de un estallido. Otro más siguió. Esa era la señal del ataque. Justo unos pocos segundos después una terrorífica descarga de Artillería se abrió desde las posiciones confederadas. El devastador fuego golpeó a las posiciones federales, las cuales fueron envueltas por una lluvia de proyectiles.



Ningún lugar era seguro en ese momento, el General Meade fue forzado a abandonar su puesto de mando. La descarga fue intensa, pero luego de la primera salva los yankees pudieron ver que muchos tiros fueron muy elevados, haciendo poco daño real. Los proyectiles se desperdigaron por la detrás de la línea del frente, pero la Infantería estaba detrás de sus parapetos, y los cañones habían sido apenas tocados. El General Hancock estaba prominente, sentado en su caballo, haciendo revista y alentando a sus tropas. Cuando uno de sus subordinados protestó, “General, el Comandante no debe arriesgarse así”, se dice que Hancock replicó “Hay momentos en los cuales la vida de un Comandante no cuenta”.


 Pero luego, los cañones de la Unión comenzaron a responder, y al poco tiempo el valle que separa Cemetery Ridge de de las líneas confederadas quedó lleno de humo por la mayor concentración artillera hasta entonces en la guerra.

El bombardeo de una hora de duración casi eliminó el apoyo artillero en el sector de la línea unionista denominado “ el ángulo”, una curva en el muro de piedra tras el cual se parapetaron los unionistas en ese sector. Pero la barrera de artillería sudista fue menos efectiva en otras partes de la línea federal.

Como resultado del formidable duelo de artillería que precedió a la carga, al menos 350 soldados de cada bando fueron víctimas de la artillería contraria antes de comenzar el ataque.

Luego de media hora, tanto Meade como el jefe de la artillería de la Unión enviaron mensajes a lo largo de la línea para que sus cañones dejasen de disparar, con la idea de reservar munición para el inminente asalto de infantería.

Para el joven Coronel Confederado la situación estaba bastante clara: sería una locura ordenar a los hombres cargar a no ser que les sea pedido realizar un sacrificio supremo. Alexander envió este mensaje a Pickett:

“Si de verdad van a venir, vengan de una vez, o sino no podré darles apoyo adecuado, pero el fuego enemigo no ha amainado. Por lo menos dieciocho cañones están todavía disparando desde el mismo cementerio.”

Alexander prosigue:

"A duras pena pude enviar esta nota cuando hubo un decidido deterioro en el fuego enemigo, y mientras observaba, vi otros cañones entrando en preparativos para la acción y retirándose. Nosotros frecuentemente nos retirábamos de combatir los cañones federales para ahorrar municiones para su Infantería. El enemigo jamás, hasta ahora, ha practicado tal economía. Luego de esperar unos minutos, y viendo que ningún cañón sustituyó a aquellos retirados, me sentí seguro de que el enemigo había sentido tal castigo, y a la 1:40 envié una carta a Pickett que leía. “Por el amor de Dios, venga rápido. Los 18 cañones se han ido. Venga rápido o mi munición no me dejará apoyarlo de forma correcta.”

Alrededor de las 2 p.m, Pickett se acercó a Longstreet y preguntó, “ General, debo avanzar? Longstreet, visiblemente emocionado, no respondió, simplemente asintió con su cabeza y levantó su mano.

¡ Carguen contra el enemigo y recuerden que son de la vieja Virginia! , arengó Pickett a los 6.000 virginianos que conformaban su espléndida división.


Las nueve brigadas ( 12.000 hombres) que atacarían formaban una línea de batalla que se extendía por una milla de flanco a flanco, lentamente procedieron a avanzar hacia el Ejécito de la Unión, más precisamente hacia un grupo de árboles distantes unos 1200 metros, y que habína sido señalados por Lee como objetivo del ataque, mientras los federales observaban en silencio la imponente vista.




Ya era hora, las divisiones confederadas salieron de sus posiciones, ondeando sus banderas. La mejor descripción posible de ese momento en los ojos de los yankees vino del Tte. Frank A. Haskell:

Ninguno en esa cima hacía falta que se le dijera que el enemigo estaba avanzando. Cualquiera podía ver sus legiones, ¡una marea irresistible y aplastante de un océano de hombres armados sobre nosotros! Regimiento tras Regimiento, Brigada tras Brigada, salían de los bosques y rápidamente se colocaban en línea para tomar sus posiciones para el asalto. La orgullosa división de Pickett, con algunas tropas adicionales, ocupó el ala derecha, la de Pettigrew (Worth en realidad), la izquierda. La primera línea era seguida, por un corto intervalo, de una segunda, y ésta de una tercera, y las columnas entremedio, apoyaban a las líneas. Su frente se extiende por más de una milla: más de mil yardas las masas de gris-opaco se despliegan, hombre contra hombre, tropa tras tropa, y línea apoyando a línea. Las rojas banderas ondean, sus jinetes galopan de arriba a abajo; las armas de dieciocho mil hombres, cañones de fusil y bayonetas, brillan al sol, un bosque en pendiente de acero brillante.”
Fotograma de la película "GETTYSBURG"

Pero a medida que los confederados se acercaban, los cañones federales procedieron a disparar metralla y la infantería comenzó con sus descargas de fusilería comenzando a producir huecos en la línea confederada. Lo que había sido unos momentos antes, una majestuosa línea de uniformes grises, rápidamente fue siendo diezmada, quedando como rastro una estela de heridos y cuerpos desmembrados, en medio del griterío, el humo y la confusión. Regimientos enteros fueron deshechos. Un artillero de la Unión recordaría más tarde: “Era imposible no hacer blanco en cada disparo”. Un simple disparo de artillería ponía fuera de combate una media de 10 a 15 hombres.

 
Al llegar a la cerca que bordeaba un camino llamado Emmitsburg Road, muchos hombres debieron trepar la cerca que lo bordeaba en algunos segmentos mientras los federales disparaban sus salvas. A la distancia que se encontraba dicho camino, unos 200 metros de la línea federal, era suficente para estar al alcance de un fuego de fusilería efectivo. Muchos soldados de la Unión se las habían arreglado para acumular cierto número de fusiles cargados para su uso, provenientes del armamento abandonado por las numerosas bajas de la lucha del día previo. Como resultado, los confederados fueron diezmados por el fuego de las armas ligeras mientras trepaban el cerco, lo que obligó a muchos hombres a buscar refugio en el lecho del camino, de unos dos pies de profundidad y que daba algo de abrigo ante la avalancha de plomo.




La Infantería Rebelde haría el trabajo que Lee esperaba que hiciera. Cuando emergieron del bosque en Seminary Ridge, tenían casi una milla de campo abierto que cruzar antes de alcanzar la línea de la Unión. Los cañones federales los destrozaron desde el comienzo, infligiéndoles bajas desde el arranque. Los confederados se cerraron, formando una gran columna de asalto, un blanco perfecto para la Infantería de la Unión, y la Artillería, especialmente cuando los rebeldes estaban a tiro de cañón. Cuando alcanzaron el camino Emmitsburg, los “casacas azules” estaban lanzándoles un devastador fuego de mosquetería.


Pero el ataque prosiguió gallardamente, arengados los hombres por oficiales de compañía y regimiento, pues muchos comandantes de brigada ya habían caído. A medida que se acercaban, los sudistas se detenían y disparaban sus fusiles. Al llegar al muro, los dos cañones de la batería A del Teniente L.Cushing del 4th U.S Artillery habían sido silenciados y la mayor parte del 72º Regimiento de Infantería de Pennsylvania había sido retirada de ese tramo de las defensas para hacer sitio para la artillería, y las dos restantes compañías fuero hechas retroceder de un sector del muro de unos 150 pies, hueco a través del cual lograron penetrar grupos de confederados, comandados por Lewis Arminstead,quien puso su sombrero en la punta de su espada y se lanzó al asalto de los demás cañones de la batería de Cushing, cayendo gravemente herido.

El General Lewis Armistead caería gravemente herido en el asalto a la batería Cushing de la línea federal.


Rapidamente la brecha fue taponada por dos regimientos de reserva de la Unión, y gran parte de los confederados que habían llegado a la línea federal fueron hechos prisioneros. Muchos otros emprendieron su retirada hacia las líneas rebeldes, con el consiguiente peligro de caer bajo el fuego unionista mientras huían.


El número exacto de bajas confederadas durante la carga de Pickett probablemente nunca se conocerá. De los aproximadamente 12.000 hombres que participaron en el asalto, unos 6.240 fueron baja, entre muertos, heridos y prisioneros, es decir el 52 % de los efecivos paticipantes.


De los ocho generales que participaron del ataque, Garnett estaba muerto: Armistead gravemente herido en el abdomen,un brazo y una pierna,fue hecho prisionero y moriría posteriormente; Trimble y Kemper resultaron gravemente heridos; Pettigrew herido; sólo Picket, Lane y Davis ( sobrino del presidente confederado Jefferson Davis) resultaron ilesos. De los 32 oficiales de campo en la división de Pikett participantes en la carga, sólo 1 no fue herido. Las divisiones de Pettigrew y Trimble sufieron similares pérdidas de oficiales.


De esta sangría de mandos de lo que habían sido una vez espléndidas divisiones, nunca se recuperaría completamente el Ejército de Lee.

El propio Lee cabalgó al encuentro de los sobrevivientes del asalto, en su retirada a través del terreno donde ahora yacían tantos de sus compañeros.

Al encontrarse a Pickett, Lee le dijo:

- “General Pickett, sitúe su división detrás de esta colina, y que esté lista para rechazar un contraaataque”.

Pickett, abatido y con lágrimas en los ojos le contesto:

- “ General Lee, ya no tengo división a la que mandar”.

Además del terrible costo en vidas humanas, los confederados perdieron treinta y ocho banderas regimentales en el ataque, la mayor pérdida en estandartes sufrida por el Ejército de Virginia Septentrional en cualquier campo de batalla.


En contraste, los federales sufrieron 1.500 bajas de unos 5.750 hombres utilizados en repeler el ataque. Por lo tanto, los yanquis emplearon menos de la mitad de soldados, y alrededor del mismo número de cañones, por lo tanto sufrieron aproximadamente la mitad de bajas porcentualemente ,un 25 % de los hombres empleados.


Pickett abatido dijo: “Ya todo terminó. Muchos de nosotros están prisioneros, otros muertos, muchos heridos, sangrando y moribundos. Tu soldado vive y se lamenta, pero a no ser por ti, mi amor, preferiría estar con sus muertos, para dormir para siempre en una tumba desconocida.”May. Gen. George Pickett, a su prometida, 4 de Julio de 1863El General Lee cabalgó entre sus hombres comentando los resultados de ese día, “todo estará bien al final. Hablaremos luego, pero mientras tanto todo hombre bueno debe reponerse. Queremos buenos y verdaderos hombres justo ahora”. A uno de sus generales, enojado por el correr de la batalla le habría dicho, “no importa General. Todo esto fue mi culpa. Soy yo el que perdí esta batalla, y Usted debe ayudarme lo mejor que pueda”.

En su reporte final, el General Lee continuó con "...el más grande elogio es para tanto los oficiales como los hombres por su comportamiento durante la campaña. Las privaciones y durezas de la marcha y el campamento fueron superadas de buena forma, y soportadas con un temple ni siquiera sobrepasada por nuestros ancestros en su lucha por la independencia, mientras que su coraje en batalla les da derecho a formar con los soldados de cualquier tiempo, y en cualquier era. Su abstención y disciplina bajo la provocación de vengar la crueldad del enemigo hacia nuestros ciudadanos, no es su última reivindicación para el respeto y admiración de sus conciudadanos y del mundo.”

Lo que fuera que dijera el General Lee, la carga de Pickett fue un completo fiasco, y terminó no sólo con la batalla de Gettysburg, pero también con la decisiva campaña de Pennsylvania, que eventualmente llevaría al final de la Confederación.

El general confederado James Longstreet escribiría en sus memorias luego de la guerra:


La carga de Pickett fue el punto culminante de Gettysburg, y Gettysburg de la Guerra Civil”.





LOS NÚMEROS DE LA BATALLA
Efectivos

CONFEDERADOS.........................................................   12.000 hombres
DIVISION DE PICKETT................................................    6.000 hombres
FEDERALES....................................................................   5.750 hombres

Bajas
CONFEDERADAS (muertos, heridos y prisoneros)............. 6.240 hombres    52%
FEDERALES (muertos, heridos y prisioneros)......................1.500 hombres    25%

Artillería Utilizada en el Ataque
CONFEDERADOS.............................................................    135 cañones
FEDERALES.......................................................................   126 cañones





LOS PROTAGONISTAS

JEFES DE LOS EJÉRCITOS




El Ejército Confederado de Virginia Septentrional, al mando del General Robert E.Lee

Robert Edward Lee, (19 de enero de 1807 - 12 de octubre de 1870), conocido también como el As de Picas, general norteamericano que encabezó los ejércitos de los Estados Confederados de América durante la Guerra Civil estadounidense.





El Ejército del Potomac de la Unión, bajo el mando de George W. Meade

George Gordon Meade, más conocido como George G. Meade, fue un militar estadounidense, nacido el 31 de diciembre de 1815 en la ciudad española de Cádiz (aunque hijo de padres estadounidenses), y fallecido el 6 de noviembre de 1872 en Filadelfia, que destacó por su papel durante la Guerra de Secesión por ser el vencedor en la batalla de Gettysburg, al mando del Ejército federal.



Generales

CONFEDERADOS


Teniente General James Longstreet (8 de enero de 1821 - 2 de enero de 1904) fue uno de los más destacados generales confederados de la guerra civil estadounidense, teniendo posteriormente una exitosa carrera post guerra trabajando para el gobierno de sus antiguos enemigos como diplomático y administrador.



General de División.- George Edward Pickett (16 de enero, 25, ó 28, 1825 - 30 de julio de 1875) Militar de carrera del  ejército de Estados Unidos oficial que se convirtió en  general del Ejército de los Estados Confederados durante la Guerra Civil Americana .  Recordado por su participación en el asalto inútil y sangriento en la batalla de Gettysburg que lleva su nombre, la Carga de Pickett .



General de Brigada Robert Selden Garnett .-  (16 diciembre 1819 hasta 13 julio 1861) fue un militar de carrera, sirviendo en el ejército de Estados Unidos hasta la Guerra Civil Americana , sirvió a Estados Confederados del Ejército como General de Brigada . Fue el primer oficial general  muerto en la Guerra Civil, durante la Carga de Pickett



General de Brigada Lewis Addison Armistead (18 febrero 1817-5 julio 1863) General de Brigada Confederado en la guerra civil americana , que fue herido, capturado y muerto después de la Carga de Pickett en la batalla de Gettysburg. Armistead curiosamente era íntimo amigo de General Federal Hancok que defendía las líneas federales del ataque de Pickett en el que participaba Armistead. Ambos temían el posible momento de enfrentarse en batalla. Al caer mortalmente herido y prisionero Armistead, solicito insistentemente ver y hablar con Hancok, lo cual fué imposible ya que también resultó herido en la Carga y evacuado a retaguardia.



General de Brigada Isaac Ridgeway Trimble (15 mayo 1802 a 2 enero 1888) fue un oficial del Ejército de los Estados Unidos,  ingeniero civil  del ferrocarril superintendente de construcción ,más tarde se unió a la Confederación ostentando el cargo de General de Brigada durante la Guerra Civil , famoso por su papel de liderazgo en el asalto conocido como la Carga de Pickett en la batalla de Gettysburg en la que resulto gravemente herido.



General de Brigada James Lawson Kemper.- (11 junio 1823 a 7 abril 1895) fue abogado y General de Brigada Confederado en la Guerra Civil Americana , y el 37º gobernador de Virginia. Era el más joven de los comandantes de brigada, y el único no profesional militar, en la división que llevó la Carga de Pickett , en la que fue herido y capturado, pero fue rescatado por sus hombres.



FEDERALES




General de División Winfield Scott Hancock.- (14 febrero 1824 hasta 9 febrero 1886) militar de carrera del Ejército de EE.UU y más tarde como General de la Unión en la Guerra Civil Americana . Político demócrata, candidato a Presidente de los Estados Unidos en 1880. Sirvió con distinción en el ejército durante cuatro décadas, incluyendo el servicio en la Guerra México-Americana donde coincidió como compañero de armas del General de Brigada Confederado, Lewis Addison Armistead con quien hizo una gran amistad. El destino hizo lo que los dos amigos mas temían. Enfrentarlos en el campo de Batalla, el la Carga de Pickett durante la Batalla de Gettysburg. Conocido por sus colegas del Ejército como "Hancock el Magnífico",  se destacó en particular por su liderazgo personal en la Batalla de Gettysburg en 1863.Un historiador militar escribió: "Ningún otro general de la Unión en Gettysburg domino a los hombres con la fuerza de su presencia más completa que Hancock".  Como otro escribió: "... su habilidad táctica le había ganado la admiración rápida de los adversarios que había llegado a conocerlo como el "Rayo de la Ejército del Potomac ". Su servicio militar continuó después de la Guerra Civil, Hancock participó en  Reconstrucción del ejército del Sur y la presencia del Ejército en la frontera Oeste de los EE.UU .


Coroneles

CONFEDERADOS


 

Coronel Edward Porter Alexander.- (26 mayo 1835 hasta 28 abril 1910) fue  Ingeniero Militar, ejecutivo del ferrocarril, plantador, y  autor.Fue primero como oficial en el ejército de los Estados Unidos y más tarde, durante la Guerra Civil Americana (1861-1865), en el ejército confederado , alcanzó el grado de General de Brigada. Alexander era el oficial a cargo del bombardeo masivo de artillería precedente a la Carga de Pickett , en el tercer día de la batalla de Gettysburg , y también es conocido por su uso temprano de las señales y globos de observación durante el combate. Después de la Guerra Civil, escribió memorias extensas y análisis del conflicto, que ha recibido muchos elogios por su visión y objetividad. Sus "Memorias Militares de un Confederado" se publicaron en 1907. Un extenso relato personal de su entrenamiento militar y su participación en la Guerra Civil fue descubierto después de su muerte y se publicó en 1989 como "Luchando por la Confederación".

 

FEDERALES



Joshua Lawrence Chamberlain (8 septiembre 1828 hasta 24 febrero 1914), bautizado como Lawrence Joshua Chamberlain,  fue un americano universitario profesor del Estado de Maine , que se incorporó como voluntario al Ejército de la Unión. A pesar de no tener la educación militar ni de estrategia militar, se convirtió en un oficial respetado y condecorado, alcanzando el grado de General de Brigada. Por su valentía en Gettysburg como Coronel y Jefe de 20º Regimiento de Maine, al que se la asigno la defensa del Ala Derecha de la Unión en la ladera de Little Round, puesto que defendió con gran héroismo, cargando a la bayoneta cuando vió que se quedaba sin municiones. Por el Hecho fue galardonado con el Medalla de Honor. Durante la Carga de Pickett defendió el centro de la defensa del Ejército Federal.  Se le concedió el honor de mandar las tropas de la Unión en la ceremonia de rendición de Robert E. Lee en Appomattox,Virginia. Después de la guerra, entró en la política como un republicano y consiguió ser el 32º gobernador de Main. Trabajo como presidente de la facultad, de su alma mater , el Bowdoin College .

 

GUERRA ENTRE HERMANOS


La cara más cruel de todas la GUERRAS CIVILES suponiendo que alguna no lo fuera. Es el enfrentamiento entre combatientes de un mismo país: AMIGOS, HERMANOS, PADRES E HIJOS, COMPAÑEROS.....La Carga de Pickett nos deja también una tragedia personal. La de dos compañeros de armas que sirvieron en el Ejército Norteamericano en la GUERRA CON MEXICO. Amigos intimos, que la GUERRA CIVIL NORTEAMERICANA separó y enfrentó en la batalla: El General de Brigada Confederado Lewis Addison Armistead y el General de la Unión Winfield Scott Hancock.

Camaradas y como hermanos durante mucho tiempo. El General Armistead dirigia una Brigada en la División de Pickett y el General Hancok la defensa Federal. Estos dos hombre valientes y de conducta ejemplar dentro y fuera del Campo de Batalla,   (Armistead portagonizo una de las acciones mas heroicas de la Carga, al dirigir a sus hombres, con su sombrero ensartado en el sable y desafiado el fuego enemigo. Mientras que Hancock erguido ante el fuego demoledor de la Artillería Confederada dirigida por el Coronel Alexander, se negó a cubrirse, contestando al requerimiento de uno de sus sobordinados que temía por su vida, con un enérgico: “Hay momentos en los cuales la vida de un Comandante no cuenta”) eran atormentados por una visión, como muchos otros en esta Guerra. Estos dos valientes solo tenían un miedo, enfrentarse en el campo de batalla, este temor fué translado por ambos a sus confidentes mas directos.

La Carga de Pickett acabo también con él. Armistead herido de muerte y prisionero, suplico a los soldados de la Unión que lo atendían ver a Hancock, por última vez. Lo cual fue imposible ya que el General de la Unión también había sido herido de gravedad y evacuado a un hospital de campaña.

Monumento ereguido en memoria de los Generales Armistead y Hancok

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