Obama acepta volver a la ONU para negociar el desarme químico de Siria
Obama, esta mañana, dirigiéndose al Despacho Oval en el inicio de su jornada.
| Efe
María Ramírez (corresponsal) | Nueva York
Actualizado martes 10/09/2013
18:12 horas
El viernes pasado Barack Obama hizo firmar a 10 aliados,
entre ellos España, una declaración que decía que"el mundo" no podía esperar "a los
fracasados procesos interminables" de Naciones Unidas. La Casa Blanca ha
confirmado este martes que el presidente negociará el control del
armamento químico sirio en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Un portavoz aseguró que Obama ya ha hablado con sus homólogos de Francia y Reino Unido y están de acuerdo en seguir ahora por la vía diplomática en el mismo foro bloqueado por Rusia, aliado comercial de Siria, durante dos años y medio.
Obama ha accedido de nuevo a frenar los preparativos de su ataque contra Siria, pero sigue pidiendo al Congreso que autorice el uso de la fuerza como elemento de presión para que el régimen de Bachar Asad ceda el control de su arsenal químico.
La destrucción del gas sarín y otras sustancias tóxicas prohibidas por la convención internacional que entró en vigor en 1997 no será, en ningún caso, fácil. El régimen de Asad tendría primero que reconocer que posee estas armas. Fuentes francesas aseguran que tiene hasta 1.000 toneladas.
Las sustancias, en parte importadas durante los años 80 de la antigua Unión Soviética, están distribuidas en lugares secretos. Estados Unidos reconoce controlar cerca de un tercio. Su localización y destrucción no es tan fácil como en el caso del armamento nuclear, como hizo Estados Unidos en el acuerdo con Libia de 2003.
El miedo a una intervención militar es lo que ha desencadenado el intento de negociación promovido por Rusia, según repite Estados Unidos.
El Senado ya ha suspendido la votación que tenía prevista para el miércoles sobre el ataque mientras demócratas y republicanos preparan otro texto que pida negociaciones y la destrucción verificable del arsenal. Pero la Administración sigue defendiendo que necesita el apoyo del Congreso para demostrar que podría castigar a Asad si no cumple con las exigencias internacionales de dejar las armas prohibidas.
"El presidente cree que debemos mantener esta amenaza totalmente encima de la mesa", dijo John Kerry, el secretario de Estado, este martes en una audiencia ante la comisión de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes que ya estaba prevista y en la que tenía que defender el ataque sirio.
"Queremos que actuéis Necesitamos saber que si esto no puede hacerse o si esto es un retraso o es un juego o no es real, vamos a hablar con una voz y vamos a pedirle cuentas al régimen de Asad. El uso de la fuerza no debe estar en absoluto fuera de la mesa", dijo a los congresistas.
Kerry fue el autor del desliz que ha provocado el último giro en la sorprendente política de Obama ante Siria. En una rueda de prensa en Londres, una reportera interrogó al secretario de Estado sobre si había alguna posibilidad de parar la guerra y él citó el caso improbable e imposible de que Asad entregara inmediatamente su arsenal químico.
Aquella respuesta casual convertida en pocas horas en propuesta, aún sin detalles, sigue sin creérsela del todo hasta el propio Kerry. El secretario de Estado insiste en que ahora depende de los rusos hacer una propuesta seria con resultados "tangibles", "verificables" y sin "retrasos". "Vamos a esperar Pero no esperaremos mucho", dijo.
Un portavoz aseguró que Obama ya ha hablado con sus homólogos de Francia y Reino Unido y están de acuerdo en seguir ahora por la vía diplomática en el mismo foro bloqueado por Rusia, aliado comercial de Siria, durante dos años y medio.
Obama ha accedido de nuevo a frenar los preparativos de su ataque contra Siria, pero sigue pidiendo al Congreso que autorice el uso de la fuerza como elemento de presión para que el régimen de Bachar Asad ceda el control de su arsenal químico.
La destrucción del gas sarín y otras sustancias tóxicas prohibidas por la convención internacional que entró en vigor en 1997 no será, en ningún caso, fácil. El régimen de Asad tendría primero que reconocer que posee estas armas. Fuentes francesas aseguran que tiene hasta 1.000 toneladas.
Las sustancias, en parte importadas durante los años 80 de la antigua Unión Soviética, están distribuidas en lugares secretos. Estados Unidos reconoce controlar cerca de un tercio. Su localización y destrucción no es tan fácil como en el caso del armamento nuclear, como hizo Estados Unidos en el acuerdo con Libia de 2003.
El miedo a una intervención militar es lo que ha desencadenado el intento de negociación promovido por Rusia, según repite Estados Unidos.
El Senado ya ha suspendido la votación que tenía prevista para el miércoles sobre el ataque mientras demócratas y republicanos preparan otro texto que pida negociaciones y la destrucción verificable del arsenal. Pero la Administración sigue defendiendo que necesita el apoyo del Congreso para demostrar que podría castigar a Asad si no cumple con las exigencias internacionales de dejar las armas prohibidas.
"El presidente cree que debemos mantener esta amenaza totalmente encima de la mesa", dijo John Kerry, el secretario de Estado, este martes en una audiencia ante la comisión de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes que ya estaba prevista y en la que tenía que defender el ataque sirio.
"Queremos que actuéis Necesitamos saber que si esto no puede hacerse o si esto es un retraso o es un juego o no es real, vamos a hablar con una voz y vamos a pedirle cuentas al régimen de Asad. El uso de la fuerza no debe estar en absoluto fuera de la mesa", dijo a los congresistas.
Kerry fue el autor del desliz que ha provocado el último giro en la sorprendente política de Obama ante Siria. En una rueda de prensa en Londres, una reportera interrogó al secretario de Estado sobre si había alguna posibilidad de parar la guerra y él citó el caso improbable e imposible de que Asad entregara inmediatamente su arsenal químico.
Aquella respuesta casual convertida en pocas horas en propuesta, aún sin detalles, sigue sin creérsela del todo hasta el propio Kerry. El secretario de Estado insiste en que ahora depende de los rusos hacer una propuesta seria con resultados "tangibles", "verificables" y sin "retrasos". "Vamos a esperar Pero no esperaremos mucho", dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario