Los islamistas de Malí huyen de sus feudos en el norte ante la ofensiva aérea
Testigos aseguran que los salafistas están abandonando algunos de sus bastiones en el norte
Conquistan la ciudad de Diabali, a 400 kilómetros de Bamako
La aviación francesa ataca el mayor bastión de los rebeldes en el norte de Malí
José Naranjo / El País Bamako / Madrid15 ENE 2013 - 09:16 CET

Soldados del 2º Regimiento de Infantería de Marina francés llegan este martes a la base militar de Bamako. / ISSOUF SANOGO (AFP)
El presidente francés, François Hollande, ha anunciado este martes por la mañana que se reforzará el dispositivo militar francés en Malí, a la espera de la llegada de fuerzas africanas para luchar contra los grupos islamistas que controlan el norte del país africano desde el pasado mes de marzo. La ONU respaldó ayer la intervención militar gala y volvió a pedir un proceso político de reconciliación nacional. “De momento, hay 750 hombres y el número va a aumentar (…) para que podamos dejar el sitio a las fuerzas africanas lo más rápidamente posible”, ha declarado Hollande durante una visita a una base naval francesa en Abu Dabi. “Francia seguirá teniendo fuerzas por tierra y aire”, ha añadido el mandatario, que considera que el despliegue de tropas africanas “tomará una semana larga”.
Hollande ha indicado que “nuevos ataques han alcanzado esta noche sus objetivos” en Malí. El entorno del jefe de Estado francés ha indicado, durante el viaje en avión a Abu Dabi, que parte de los 700 hombres de la base militar que iban a visitar podrían ser movilizados, al igual que los seis aviones de caza Rafale estacionados allí, si la situación en Malí lo requiere.
El ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, que viaja con Hollande, confía en que los Estados del Golfo Pérsico apoyen la actuación de las tropas africanas para luchar contra los islamistas de Ansar Dine, de la rama magrebí de Al Qaeda y del Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO), dueños del norte de Malí.
Fabius ha intentado quitarle hierro esta mañana a las amenazas proferidas ayer por los salafistas malíes que juraron “golpear el corazón de Francia”. Según él, la presencia de tropas francesas en Malí no estimulará el reclutamiento de Al Qaeda en la región.
La intervención francesa, que consiguió frenar el pasado viernes el avance de los rebeldes hacia el sur, ha dado sus primeros frutos. Los salafistas que hace solo una semana se paseaban con toda tranquilidad por las calles de Tombuctú y Gao, ahora se esconden en refugios situados en el desierto por temor a la ofensiva aérea lanzada por Francia. Han decidido abandonar sus bastiones en el norte de Malí. Sin embargo, los residentes aseguran que no están lejos y que esto no significa que hayan abandonado de manera definitiva sus posiciones. De hecho, un portavoz de Ansar Dine ha asegurado este lunes que solo se trataba de una “retirada táctica”, parte de un “plan de reposicionamiento” ante la ofensiva de la aviación francesa.
Los yihadistas habían logrado horas antes conquistar Diabali, una ciudad a 400 kilómetros de la capital, Bamako. Nunca los grupos salafistas y terroristas que ocupan el norte del país habían llegado tan cerca de la capital, en lo que supone el primer revés a la ofensiva militar francomaliense que comenzó la pasada semana para detener el avance de los radicales hacia el sur.
Los atacantes de Diabali proceden de Leré, cerca de la frontera con Mauritania, una zona que cayó en manos de los yihadistas en diciembre y que el domingo sufrió intensos bombardeos por parte de la aviación francesa. La reacción de los salafistas, que se han atrevido a cruzar la línea de demarcación y han penetrado en la zona bajo control gubernamental, prueba que mantienen su capacidad ofensiva ante un Ejército maliense débil y desorganizado.
La toma de Diabali, como la de Konna, ha venido precedida por la infiltración de yihadistas entre la población durante la noche anterior, lo que permitió vencer de manera más eficaz la resistencia de los militares malienses, escasamente dotados según aseguró el propio ministro francés de Defensa, Yves Le Drian. Este tipo de técnicas usadas por combatientes que no visten ningún uniforme dificulta más la operación, que nada tiene que ver con el concepto de guerra clásica entre Ejércitos.
Mientras tanto, los aviones franceses han vuelto a lanzar ataques aéreos, en este caso en la ciudad de Douentza, bajo control del Muyao —una rama escindida de AQMI— logrando destruir uno de sus principales refugios. Sin embargo, según los testimonios de los vecinos, ningún combatiente estaba en el edificio. Todos se habían escondido en el desierto, en los alrededores de la localidad, en previsión de ataques.
La reciente demostración de fuerza de los yihadistas no ha pasado desapercibida para las legaciones diplomáticas europeas. Francia insiste en recomendar a sus ciudadanos que salgan del país si no son imprescindibles y que, en caso de que decidan continuar en Malí, extremen las precauciones. La Embajada de España, que mantiene la misma postura, ha solicitado a los residentes que justifiquen por escrito su presencia en el país. El miedo a represalias de los salafistas en forma de atentados se mantiene. Uno de los portavoces del Muyao aseguraba ayer que “golpearemos en el corazón de Francia. En Bamako, en África y en Europa”.
Pese a la inquietud que representa la toma de Diabali, los malienses mantienen su optimismo de los últimos días. En Amandine, una de las cafeterías más concurridas de Bamako, dos blancos charlan de forma distendida. De repente, un cliente del local se les acerca y les dice: “Perdonen que les moleste, pero los he visto entrar y solo quería transmitirles mi agradecimiento y el de todo mi pueblo por lo que han hecho por nosotros, por no habernos dejados solos”. Da media vuelta y se va. En los últimos días ha surgido una enorme corriente de simpatía hacia Francia por toda la capital. Las vendedoras ambulantes ofrecen banderas galas por la calle y los motoristas se atreven incluso a llevarlas amarradas al cuello.
No es de extrañar. Salvo los seguidores de un partido político minoritario, aunque ruidoso, la mayoría de los habitantes de la capital maliense defienden de manera ardiente la intervención francesa. Y hablan de sus soldados casi como libertadores. En Konna, donde tuvo lugar la principal batalla de este conflicto hasta el momento, ya se ha pensado incluso en erigir una estatua o ponerle el nombre de una calle al piloto francés de helicóptero que falleció en combate el pasado viernes. El país se encuentra en estado de emergencia, pero ayer, tras una semana de parón, se reanudaron las clases en la capital y miles de niños con sus uniformes azul celeste volvieron a madrugar para ir al cole. La guerra resuena a 400 kilómetros, pero en Bamako la vida continúa.
Hollande ha indicado que “nuevos ataques han alcanzado esta noche sus objetivos” en Malí. El entorno del jefe de Estado francés ha indicado, durante el viaje en avión a Abu Dabi, que parte de los 700 hombres de la base militar que iban a visitar podrían ser movilizados, al igual que los seis aviones de caza Rafale estacionados allí, si la situación en Malí lo requiere.
El ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, que viaja con Hollande, confía en que los Estados del Golfo Pérsico apoyen la actuación de las tropas africanas para luchar contra los islamistas de Ansar Dine, de la rama magrebí de Al Qaeda y del Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO), dueños del norte de Malí.
Fabius ha intentado quitarle hierro esta mañana a las amenazas proferidas ayer por los salafistas malíes que juraron “golpear el corazón de Francia”. Según él, la presencia de tropas francesas en Malí no estimulará el reclutamiento de Al Qaeda en la región.
La intervención francesa, que consiguió frenar el pasado viernes el avance de los rebeldes hacia el sur, ha dado sus primeros frutos. Los salafistas que hace solo una semana se paseaban con toda tranquilidad por las calles de Tombuctú y Gao, ahora se esconden en refugios situados en el desierto por temor a la ofensiva aérea lanzada por Francia. Han decidido abandonar sus bastiones en el norte de Malí. Sin embargo, los residentes aseguran que no están lejos y que esto no significa que hayan abandonado de manera definitiva sus posiciones. De hecho, un portavoz de Ansar Dine ha asegurado este lunes que solo se trataba de una “retirada táctica”, parte de un “plan de reposicionamiento” ante la ofensiva de la aviación francesa.
Los yihadistas habían logrado horas antes conquistar Diabali, una ciudad a 400 kilómetros de la capital, Bamako. Nunca los grupos salafistas y terroristas que ocupan el norte del país habían llegado tan cerca de la capital, en lo que supone el primer revés a la ofensiva militar francomaliense que comenzó la pasada semana para detener el avance de los radicales hacia el sur.
Los atacantes de Diabali proceden de Leré, cerca de la frontera con Mauritania, una zona que cayó en manos de los yihadistas en diciembre y que el domingo sufrió intensos bombardeos por parte de la aviación francesa. La reacción de los salafistas, que se han atrevido a cruzar la línea de demarcación y han penetrado en la zona bajo control gubernamental, prueba que mantienen su capacidad ofensiva ante un Ejército maliense débil y desorganizado.
La toma de Diabali, como la de Konna, ha venido precedida por la infiltración de yihadistas entre la población durante la noche anterior, lo que permitió vencer de manera más eficaz la resistencia de los militares malienses, escasamente dotados según aseguró el propio ministro francés de Defensa, Yves Le Drian. Este tipo de técnicas usadas por combatientes que no visten ningún uniforme dificulta más la operación, que nada tiene que ver con el concepto de guerra clásica entre Ejércitos.
Mientras tanto, los aviones franceses han vuelto a lanzar ataques aéreos, en este caso en la ciudad de Douentza, bajo control del Muyao —una rama escindida de AQMI— logrando destruir uno de sus principales refugios. Sin embargo, según los testimonios de los vecinos, ningún combatiente estaba en el edificio. Todos se habían escondido en el desierto, en los alrededores de la localidad, en previsión de ataques.
La reciente demostración de fuerza de los yihadistas no ha pasado desapercibida para las legaciones diplomáticas europeas. Francia insiste en recomendar a sus ciudadanos que salgan del país si no son imprescindibles y que, en caso de que decidan continuar en Malí, extremen las precauciones. La Embajada de España, que mantiene la misma postura, ha solicitado a los residentes que justifiquen por escrito su presencia en el país. El miedo a represalias de los salafistas en forma de atentados se mantiene. Uno de los portavoces del Muyao aseguraba ayer que “golpearemos en el corazón de Francia. En Bamako, en África y en Europa”.
Pese a la inquietud que representa la toma de Diabali, los malienses mantienen su optimismo de los últimos días. En Amandine, una de las cafeterías más concurridas de Bamako, dos blancos charlan de forma distendida. De repente, un cliente del local se les acerca y les dice: “Perdonen que les moleste, pero los he visto entrar y solo quería transmitirles mi agradecimiento y el de todo mi pueblo por lo que han hecho por nosotros, por no habernos dejados solos”. Da media vuelta y se va. En los últimos días ha surgido una enorme corriente de simpatía hacia Francia por toda la capital. Las vendedoras ambulantes ofrecen banderas galas por la calle y los motoristas se atreven incluso a llevarlas amarradas al cuello.
No es de extrañar. Salvo los seguidores de un partido político minoritario, aunque ruidoso, la mayoría de los habitantes de la capital maliense defienden de manera ardiente la intervención francesa. Y hablan de sus soldados casi como libertadores. En Konna, donde tuvo lugar la principal batalla de este conflicto hasta el momento, ya se ha pensado incluso en erigir una estatua o ponerle el nombre de una calle al piloto francés de helicóptero que falleció en combate el pasado viernes. El país se encuentra en estado de emergencia, pero ayer, tras una semana de parón, se reanudaron las clases en la capital y miles de niños con sus uniformes azul celeste volvieron a madrugar para ir al cole. La guerra resuena a 400 kilómetros, pero en Bamako la vida continúa.
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Una veintena de radicales sale de España hacia la yihad en Mali
- Otros 60 jóvenes polisarios de Tinduf también se han «alistado» en Al Qaeda
Unos veinte individuos, conceptuados como islamistas radicales, han desaparecido de sus domicilios en la Península, Ceuta y Melilla y se cree que han viajado, a través de Argelia, Marruecos o Mauritania, hasta Mali para incorporarse a las facciones «yihadistas» que han ocupado el norte del país africano y que son objeto de una operación militar a cargo del Ejército francés.
A esta veintena de radicales, hay que unir unos 60 miembros del Frente Polisario que se encontraban en los campamentos de Tinduf (Argelia), y que se han unido en los últimos meses a Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, que llaman la atención de la peligrosidad potencial que para nuestro país suponen estos individuos, la mayoría de los cuales dominan el español y pueden acceder a documentación de nuestra nacionalidad. AQMI se ha aprovechado, según las citadas fuentes, de la falta de perspectivas que tienen muchos jóvenes del Frente Polisario, después de un largo conflicto con Marruecos que debería concluir con un referéndum de autodeterminación en los antiguos territorios del Sáhara español (hoy ocupados por el régimen alauí) y cuya celebración se ha convertido en una quimera, sobre todo por el asunto de los censos a utilizar en la consulta. Los jóvenes «polisarios», y los radicales que han viajado a Mali en las últimas semanas, son tentados por los salafistas de AQMI y de las otras dos formaciones que se encuentran en la zona, el MUYAO (Movimiento para la Unidad y la Yihad en el Norte de África ) y Ansar el Dine (Seguidores de la Fe) para que se unan a la causa de la yihad (lucha) y se incorporen a los campamentos del norte de ese país. El número total de terroristas islamistas es de unos 5.000.
La falta de seguridad y la implantación de la sharía (ley islámica) en su versión más integral han llevado a situaciones realmente aberrantes, como la protagonizada por el MUYAO de «estupidez», castigada con severas penas. Ni qué decir tiene quiénes son los encargados de establecer la diferencia entre la estupidez y la sensatez-ortodoxia. Según otras fuentes, que los expertos españoles no han podido confirmar, los «polisarios que aceptan alistarse reciben una importante cantidad en el momento de su reclutamiento y para realizar el viaje hasta el norte de Mali, siempre en todo terreno y por la noche para evitar las vigilancias aéreas».
En cualquier caso, su presencia en AQMI supone un peligro para España que no se puede despreciar, según los citados expertos. Su fichaje podría tener alguna relación con las intenciones, repetidamente declaradas, de AQMI de atentar en España. El fichaje de estos individuos coincide con una pérdida de control de las autoridades del Frente Polisario sobre sus bases, en especial los más jóvenes, que ven pasar los años sin que su enemigo ancestral, Marruecos, tenga el más mínimo problema para mantener el actual statu quo en el antiguo Sáhara español. Un dato a tener a cuenta es que muchos de los reclutados cuentan con algún tipo de formación «militar» y en el uso de armas y explosivos, lo que les hace especialmente «interesantes» para los cabecillas de AQMI, que llevan años reclutando a jóvenes en los distintos países del Sahel, en especial en Mauritania y, por supuesto, en Argelia, que es donde nació la banda a partir del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). Para estos «combatientes en potencia», lo que ha ocurrido en el norte de Mali y la ocupación del territorio por los grupos islamistas radicales, entre ellos AQMI, supone un importante influjo y «banderín de enganche», sobre todo para los que están más deseosos de entrar en acción.
La colonia española
A esta veintena de radicales, hay que unir unos 60 miembros del Frente Polisario que se encontraban en los campamentos de Tinduf (Argelia), y que se han unido en los últimos meses a Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, que llaman la atención de la peligrosidad potencial que para nuestro país suponen estos individuos, la mayoría de los cuales dominan el español y pueden acceder a documentación de nuestra nacionalidad. AQMI se ha aprovechado, según las citadas fuentes, de la falta de perspectivas que tienen muchos jóvenes del Frente Polisario, después de un largo conflicto con Marruecos que debería concluir con un referéndum de autodeterminación en los antiguos territorios del Sáhara español (hoy ocupados por el régimen alauí) y cuya celebración se ha convertido en una quimera, sobre todo por el asunto de los censos a utilizar en la consulta. Los jóvenes «polisarios», y los radicales que han viajado a Mali en las últimas semanas, son tentados por los salafistas de AQMI y de las otras dos formaciones que se encuentran en la zona, el MUYAO (Movimiento para la Unidad y la Yihad en el Norte de África ) y Ansar el Dine (Seguidores de la Fe) para que se unan a la causa de la yihad (lucha) y se incorporen a los campamentos del norte de ese país. El número total de terroristas islamistas es de unos 5.000.
La falta de seguridad y la implantación de la sharía (ley islámica) en su versión más integral han llevado a situaciones realmente aberrantes, como la protagonizada por el MUYAO de «estupidez», castigada con severas penas. Ni qué decir tiene quiénes son los encargados de establecer la diferencia entre la estupidez y la sensatez-ortodoxia. Según otras fuentes, que los expertos españoles no han podido confirmar, los «polisarios que aceptan alistarse reciben una importante cantidad en el momento de su reclutamiento y para realizar el viaje hasta el norte de Mali, siempre en todo terreno y por la noche para evitar las vigilancias aéreas».
En cualquier caso, su presencia en AQMI supone un peligro para España que no se puede despreciar, según los citados expertos. Su fichaje podría tener alguna relación con las intenciones, repetidamente declaradas, de AQMI de atentar en España. El fichaje de estos individuos coincide con una pérdida de control de las autoridades del Frente Polisario sobre sus bases, en especial los más jóvenes, que ven pasar los años sin que su enemigo ancestral, Marruecos, tenga el más mínimo problema para mantener el actual statu quo en el antiguo Sáhara español. Un dato a tener a cuenta es que muchos de los reclutados cuentan con algún tipo de formación «militar» y en el uso de armas y explosivos, lo que les hace especialmente «interesantes» para los cabecillas de AQMI, que llevan años reclutando a jóvenes en los distintos países del Sahel, en especial en Mauritania y, por supuesto, en Argelia, que es donde nació la banda a partir del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). Para estos «combatientes en potencia», lo que ha ocurrido en el norte de Mali y la ocupación del territorio por los grupos islamistas radicales, entre ellos AQMI, supone un importante influjo y «banderín de enganche», sobre todo para los que están más deseosos de entrar en acción.
La colonia española
España reforzó ayer la seguridad de su embajada en Bamako ante la operación militar liderada por Francia, según anunció el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Son 105 los españoles residentes en Mali, que se encuentran a salvo en su totalidad en la zona sur del país.



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