Francia, Reino Unido y Rusia estudian atacar al EI en Siria
Una explosión tras un bombardeo efectuado por la coalición internacional en el enclave kurdo sirio de Kobani, en la frontera con Turquía.
Efe
La oleada de refugiados procedentes de Siria que está llegando a Europa no sólo ha abierto el debate de cómo albergar a los cientos de miles de personas que huyen del conflicto, sino el de la conveniencia o no de una intervención militar para tratar de atajar el problema en la raíz.
Si hasta ahora las potencias occidentales se han limitado a bombardear posiciones estratégicas del Estado Islámico en Siria o Afganistán, con Estados Unidos a la cabeza y la incorporación más reciente de Turquía, que tiene el conflicto a las puertas, los países europeos comienzan a plantearse la necesidad no sólo de participar en los raids aéreos, sino de llevar a cabo acciones terrestres.
Si hasta ahora las potencias occidentales se han limitado a bombardear posiciones estratégicas del Estado Islámico en Siria o Afganistán, con Estados Unidos a la cabeza y la incorporación más reciente de Turquía, que tiene el conflicto a las puertas, los países europeos comienzan a plantearse la necesidad no sólo de participar en los raids aéreos, sino de llevar a cabo acciones terrestres.
Reino Unido se lo piensa
Así, diversas voces en el Reino Unido pidieron hoy que el Ejército británico se sume a las acciones militares en Siria, una medida que el primer ministro, David Cameron, estudia volver a presentar en el Parlamento tras ser rechazada hace dos años.
Ante la crisis migratoria, el conservador Liam Fox, antiguo secretario de Estado de Defensa, sostuvo que es necesario atajar la "raíz" del problema con la intervención de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) en Siria.
El exarzobispo de Canterbury George Carey apoyó asimismo extender los bombardeos que el Reino Unido inició contra posiciones del EI en Irak en septiembre de 2014 y contribuir a los ataques en Siria que Estados Unidos comenzó a lanzar hace un año.
"Deben hacerse mayores esfuerzos militares y diplomáticos para aplastar a la doble amenaza del Estado Islámico y Al Qaeda de una vez por todas", afirma Carey en un artículo publicado en "The Sunday Telegraph.
En agosto de 2013, la Cámara de los Comunes frenó los planes de Cameron de atacar al régimen sirio de Bachar al Asad con una estrecha mayoría de 285 votos contra 272, un equilibrio que podría haber cambiado dos años después. Además, tras las elecciones generales de mayo, el Ejecutivo conservador cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.
Según un sondeo de la firma YouGov publicado hoy en The Sun on Sunday, más de la mitad de los británicos (52 %) apoya una mayor implicación del Ejército en Siria, mientras que un 22 % se opone a la intervención.
Con todo, el primer ministro aspira a cerrar un plan para iniciar acciones en Siria en menos de un mes, según el Sunday Times, mientras que en los próximos días anunciará su intención de acoger a 15.000 refugiados.
Ante la crisis migratoria, el conservador Liam Fox, antiguo secretario de Estado de Defensa, sostuvo que es necesario atajar la "raíz" del problema con la intervención de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) en Siria.
El exarzobispo de Canterbury George Carey apoyó asimismo extender los bombardeos que el Reino Unido inició contra posiciones del EI en Irak en septiembre de 2014 y contribuir a los ataques en Siria que Estados Unidos comenzó a lanzar hace un año.
"Deben hacerse mayores esfuerzos militares y diplomáticos para aplastar a la doble amenaza del Estado Islámico y Al Qaeda de una vez por todas", afirma Carey en un artículo publicado en "The Sunday Telegraph.
En agosto de 2013, la Cámara de los Comunes frenó los planes de Cameron de atacar al régimen sirio de Bachar al Asad con una estrecha mayoría de 285 votos contra 272, un equilibrio que podría haber cambiado dos años después. Además, tras las elecciones generales de mayo, el Ejecutivo conservador cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.
Según un sondeo de la firma YouGov publicado hoy en The Sun on Sunday, más de la mitad de los británicos (52 %) apoya una mayor implicación del Ejército en Siria, mientras que un 22 % se opone a la intervención.
Con todo, el primer ministro aspira a cerrar un plan para iniciar acciones en Siria en menos de un mes, según el Sunday Times, mientras que en los próximos días anunciará su intención de acoger a 15.000 refugiados.
La posición de Francia
Paralelamente, según informa hoy el diario francés Le Monde, el presidente galo, François Hollande, estudia la posibilidad de atacar al Estado Islámico, no sólo en Irak, como hasta ahora, sino también en Siria. En este sentido, el Gobierno francés no exige la salida de Bachar Al-Assad, solamente "su neutralización".
Hasta el momento, esta posibilidad era impensable, pero el éxodo de refugiados y una mayor implicación de Rusia en el conflicto podrían hacer bascular la posición francesa. "La decisión está tomada", asegura una "fuente de alto nivel" en el diario francés y en los próximos meses podríamos ver a los Mirage 2000 franceses con base en Jordania o los Rafale de Abu Dabi integrados en los planes americanos.
Hasta el momento, esta posibilidad era impensable, pero el éxodo de refugiados y una mayor implicación de Rusia en el conflicto podrían hacer bascular la posición francesa. "La decisión está tomada", asegura una "fuente de alto nivel" en el diario francés y en los próximos meses podríamos ver a los Mirage 2000 franceses con base en Jordania o los Rafale de Abu Dabi integrados en los planes americanos.
Rusia reafirma su apoyo a Al-Assad
Y es que es precisamente la intención de Rusia de implicarse abiertamente en la guerra de Siria, siempre apoyando al régimen de Bachar Al-Assad, una de las preocupaciones de los países occidentales.
Según algunas fuentes de la Inteligencia estadounidense citadas por el diario británico The Telegraph, Rusia está construyendo una base militar en la ciudad siria de Latakia, uno de los bastiones del presidente Bashar al Assad.
Según dichas fuentes, Rusia ha establecido una torre de control aéreo y ha trasladado unidades de vivienda prefabricadas que podrían acoger a hasta un millar de efectivos en un aeródromo en la ciudad portuaria de Latakia.
Asimismo, Rusia habría solicitado permiso para volar sobre los países vecinos con aviones de carga durante el mes de septiembre. Rusia ya cuenta en Siria con su única base fuera de la antigua Unión Soviética, en la ciudad de Tartus, en el Mediterráneo.
La información se conoce después de que esta semana el presidente ruso, Vladimir Putin, reconociera que Rusia ya está ofreciendo apoyo militar y logístico a Siria. Durante un foro económico en Vladivostok, Putin defendió que es demasiado pronto para hablar de una participación de Rusia en la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico.
"Estamos considerando varias posibilidades, pero ahora (esa opción) no está en nuestra agenda", aseguró. "Mantendremos consultas con nuestros amigos sirios y los países de la región", añadió.
No obstante, el Telegraph ha resaltado que la semana pasada aparecieron imágenes en las que se mostraba lo que parecía un avión de combate ruso operando sobre suelo sirio y vídeos de fuerzas de combate que hablan ruso. Además, la televisión estatal siria mostró imágenes de un vehículo blindado de transporte de tropas de fabricación rusa, el BTR-82a, en combate.
Asimismo, el diario israelí 'Yedioth Ahronoth' informó recientemente, citando fuentes diplomáticas occidentales, de que Rusia estaba a punto de desplegar a "miles" de soldados en Siria para establecer una base aérea desde la que la Fuerza Aérea rusa realizaría operaciones de combate contra Estado Islámico.
Según algunas fuentes de la Inteligencia estadounidense citadas por el diario británico The Telegraph, Rusia está construyendo una base militar en la ciudad siria de Latakia, uno de los bastiones del presidente Bashar al Assad.
Según dichas fuentes, Rusia ha establecido una torre de control aéreo y ha trasladado unidades de vivienda prefabricadas que podrían acoger a hasta un millar de efectivos en un aeródromo en la ciudad portuaria de Latakia.
Asimismo, Rusia habría solicitado permiso para volar sobre los países vecinos con aviones de carga durante el mes de septiembre. Rusia ya cuenta en Siria con su única base fuera de la antigua Unión Soviética, en la ciudad de Tartus, en el Mediterráneo.
La información se conoce después de que esta semana el presidente ruso, Vladimir Putin, reconociera que Rusia ya está ofreciendo apoyo militar y logístico a Siria. Durante un foro económico en Vladivostok, Putin defendió que es demasiado pronto para hablar de una participación de Rusia en la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico.
"Estamos considerando varias posibilidades, pero ahora (esa opción) no está en nuestra agenda", aseguró. "Mantendremos consultas con nuestros amigos sirios y los países de la región", añadió.
No obstante, el Telegraph ha resaltado que la semana pasada aparecieron imágenes en las que se mostraba lo que parecía un avión de combate ruso operando sobre suelo sirio y vídeos de fuerzas de combate que hablan ruso. Además, la televisión estatal siria mostró imágenes de un vehículo blindado de transporte de tropas de fabricación rusa, el BTR-82a, en combate.
Asimismo, el diario israelí 'Yedioth Ahronoth' informó recientemente, citando fuentes diplomáticas occidentales, de que Rusia estaba a punto de desplegar a "miles" de soldados en Siria para establecer una base aérea desde la que la Fuerza Aérea rusa realizaría operaciones de combate contra Estado Islámico.
Putin plantea a Obama una alianza contra el EI en Siria
Putin, ayer, durante un foro económico en Vladivostok
Putin y Obama podrían aparcar sus diferencias para hacer frente común contra el Estado Islámico. El mandatario ruso relató ayer que mantiene conversaciones telefónicas al respecto con su homólogo estadounidense. «Realmente queremos crear una coalición internacional de lucha contra el terrorismo y el extremismo, con ese objetivo mantenemos consultas también con nuestros socios estadounidenses. He hablado per-sonalmente del tema con el presidente», dijo ayer Putin, que aseguró mantener también conversaciones con representantes de Jordania, Egipto y Arabia Saudí, entre otros. El líder ruso negó los rumores que señalan que el Ejército ruso ha enviado ya varios cazas a la zona y advierte de que es todavía pronto para concretar una participación militar rusa en Siria. En todo caso, cualquier contacto con EE UU sobre el tema supone de por sí una novedad y un avance, pues ambos reconocen al Estado Islámico como el enemigo, pero sus recetas para combatirlo son en principio opuestas.
Moscú puso inicialmente el grito en el cielo ante cualquier intervención extranjera en Siria y vetó una iniciativa vía Naciones Unidas. El motivo de aquel rechazo frontal y caballo de batalla de las relaciones entre el Kremlin y Washington a cuenta de Siria es la continuidad del presidente Al Asad, uno de los principales aliados de Moscú en Oriente Medio. No en vano, el puerto de Tartus acoge la única base de la flota rusa en el mar Mediterráneo; además, Damasco tiene firmados millonarios contratos de suministro de armas con Moscú que quedarían en el alero si cayese el presidente. Putin temía que los bombardeos que la alianza liderada por EE UU, que comenzaron hace ya un año, no sólo castigasen posiciones del Estado Islámico sino también del Ejército sirio, en favor de la llamada «oposición moderada», a la que Washington ofrece adiestramiento y armas y cuyo objetivo sigue siendo derrocar a Al Asad.
Una vez Rusia se convenció de que los bombardeos iban sólo dirigidos contra el Estado Islámico, moderó su posición hacia la alianza. De hecho, toda la crítica de Putin ayer a los ataques aéreos de la coalición fue por su «escasa efectividad». El jefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Ivanov, no descartó incluso un encuentro en persona entre Putin y Obama en Nueva York a finales de mes, durante el viaje del mandatario ruso para participar en la asamblea general de la ONU, si bien reconoció que la agenda de encuentros está todavía por definir.
El líder ruso, durante su intervención ayer en un foro económico en Vladivostok, se refirió también a la inmigración. «La actual crisis migratoria en Europa era esperada, Rusia ya advertía de la magnitud del problema», presumió Putin, que achacó la situación actual a «las políticas erróneas de Occidente», en referencia a las intervenciones en Oriente Medio en los últimos años. De paso, recalcó que «los sirios huyen de su país por el Estado Islámico y no por el presidente Al Asad».
El mandatario ruso señaló, además, que la Unión Europea está pagando las consecuencias de «seguir ciegamente la errónea política de inmigración de EE UU», al tiempo que acusó a algunos medios americanos de hipocresía. «Critican a Europa por, como dicen, una excesiva crueldad hacia los refugiados, cuando todo lo que está pasando es resultado de la política exterior precisamente de EE UU», acusó.
Moscú puso inicialmente el grito en el cielo ante cualquier intervención extranjera en Siria y vetó una iniciativa vía Naciones Unidas. El motivo de aquel rechazo frontal y caballo de batalla de las relaciones entre el Kremlin y Washington a cuenta de Siria es la continuidad del presidente Al Asad, uno de los principales aliados de Moscú en Oriente Medio. No en vano, el puerto de Tartus acoge la única base de la flota rusa en el mar Mediterráneo; además, Damasco tiene firmados millonarios contratos de suministro de armas con Moscú que quedarían en el alero si cayese el presidente. Putin temía que los bombardeos que la alianza liderada por EE UU, que comenzaron hace ya un año, no sólo castigasen posiciones del Estado Islámico sino también del Ejército sirio, en favor de la llamada «oposición moderada», a la que Washington ofrece adiestramiento y armas y cuyo objetivo sigue siendo derrocar a Al Asad.
Una vez Rusia se convenció de que los bombardeos iban sólo dirigidos contra el Estado Islámico, moderó su posición hacia la alianza. De hecho, toda la crítica de Putin ayer a los ataques aéreos de la coalición fue por su «escasa efectividad». El jefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Ivanov, no descartó incluso un encuentro en persona entre Putin y Obama en Nueva York a finales de mes, durante el viaje del mandatario ruso para participar en la asamblea general de la ONU, si bien reconoció que la agenda de encuentros está todavía por definir.
El líder ruso, durante su intervención ayer en un foro económico en Vladivostok, se refirió también a la inmigración. «La actual crisis migratoria en Europa era esperada, Rusia ya advertía de la magnitud del problema», presumió Putin, que achacó la situación actual a «las políticas erróneas de Occidente», en referencia a las intervenciones en Oriente Medio en los últimos años. De paso, recalcó que «los sirios huyen de su país por el Estado Islámico y no por el presidente Al Asad».
El mandatario ruso señaló, además, que la Unión Europea está pagando las consecuencias de «seguir ciegamente la errónea política de inmigración de EE UU», al tiempo que acusó a algunos medios americanos de hipocresía. «Critican a Europa por, como dicen, una excesiva crueldad hacia los refugiados, cuando todo lo que está pasando es resultado de la política exterior precisamente de EE UU», acusó.
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