Día 01/11/2014 - 05.58h
En 1941, durante la ofensiva alemana contra Moscú, fueron los encargados de la defensa del Kremlin
Al término de la Guerra Civil española, algunos exiliados de filiación comunista habían optado por instalarse en la Unión Soviética, y cuando ésta resultó invadida por los alemanes en 1941 se mostraron dispuestos a defender al país que les había acogido.
Para encuadrar a militantes extranjeros del partido, el NKVD había organizado la Brigada Motorizada Independiente de Designación Especial (OMSOBON), a las órdenes del coronel Orlov. Dentro de ella se creó la única unidad militar específicamente española que existiría en el Ejército Rojo durante la guerra: la 4ª Compañía del 1º Regimiento Motorizado de Fusileros. Mandada por el capitán Peregrín Pérez Galarza, contaba con 125 soldados, entre ellos seis mujeres y fue entrenada concienzudamente durante varios meses antes de ser enviada a la capital soviética, el 15 de octubre de 1941, cuando los panzer alemanes se acercaban peligrosamente a Moscú. Su misión específica era defender la Plaza Roja y el Kremlin, en el centro mismo de la ciudad.
Para ello fue desplegada en la retaguardia del 16º Ejército, que se ocupaba la defensa de los barrios periféricos. Pero la Wehrmacht nunca logró alcanzar Moscú, por lo que la unidad española regresó a sus acuartelamientos sin llegar a combatir. Pocas acciones más protagonizaría desde entonces hasta su licenciamiento en marzo de 1945. La principal de ellas fue su traslado en 1942 hasta Bakú, capital de Azerbaiyán, con la misión de volar los pozos petrolíferos de la zona para evitar que cayesen intactos en manos de los alemanes. Frenado el avance alemán en el Cáucaso, continuó en la zona en tareas de vigilancia e información.
Guerrilleros
Simultáneamente, algunos españoles participaron en actividades guerrilleras encuadrados en la 5ª Brigada Independiente de Zapadores de Designación Especial (o simplemente Unidad 00125) del coronel Starinov. Algunos procedían del 522º Batallón Independiente de Zapadores, famoso por sus acciones contra los alemanes cruzando el helado Mar de Azov durante el invierno de 1941 a 1942.
Actuaban en grupos mixtos de españoles y soviéticos tras las líneas enemigas realizando acciones de sabotaje, sobre todo contra vías férreas, ataques a patrullas aisladas, y obtención de información.
Realizaron misiones en Bielorrusia, Rusia Central y, en menor medida, Ucrania, el frente de Leningrado, la cabeza de puente del Kubán (en el Cáucaso) y Crimea. En junio de 1943, los españoles supervivientes se integraron en la brigada del NKVD. En estas acciones de guerrilla destacó particularmente África de las Heras (alias Patria), una comunista ceutí que llegaría a ser la persona de nacionalidad española que más condecoraciones recibió de la Unión Soviética, llegando a alcanzar el grado de coronel de la KGB.
En abril de 1943, se escogió a seis miembros españoles de la Brigada para una misión especial: matar a Von Reitel, comisario general alemán para los Países Bálticos, haciéndose pasar por miembros de la División Azul, a cuyo jefe, como misión secundaria, debían capturar vivo. Tras una concienzuda preparación, el grupo «Guadalajara», como se bautizó a la unidad, fue lanzado en paracaídas sobre territorio enemigo ya en febrero de 1944.
La operación se frustró, entre otras cosas por la repatriación de la División Azul y posteriormente de su sucesora la Legión Azul. El grupo recibió entonces órdenes de regresar a la «Tierra Grande» (como llamaban los partisanos al territorio en manos de las fuerzas soviéticas).
Los pilotos
Por otra parte, muchos pilotos españoles con experiencia en la Guerra Civil, o que estaban formándose en la Escuela Militar de Vuelo nº 20 de Kirovabad cuando terminó ésta y no pudieron regresar a España, acabarían incorporándose a regimientos de caza y asalto de la Fuerza Aérea Soviética, participando en todas las batallas importantes: Moscú, Stalingrado y Kursk... Nueve pilotos se convirtieron en ases al lograr derribar cinco aparatos enemigos o más. El más exitoso fue Juan Lario Sánchez, alias Iván, con 27 victorias, además de las siete obtenidas anteriormente en España. Lario llegaría a mandar una escuadrilla durante la Batalla de Berlín.
En conjunto, 749 españoles participaron en la guerra en distintas unidades soviéticas, muriendo unos 200, entre ellos Rubén Ruiz Ibárruri, el hijo de La Pasionaria, que cayó en Stalingrado cuando combatía como teniente, al mando de una compañía de ametralladoras, siéndole concedido por ello el título de «Héroe de la Unión Soviética». Algunos de los supervivientes continuaron la lucha clandestina en España, a donde regresaron para reorganizar el PCE y combatir al régimen imperante en el país.
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