Londinenses fascinadas por la yihad
Las jóvenes en una imagen del aeropuerto de Gatwick
Tres adolescentes de Londres han sido las últimas en sumarse a la preocupante tendencia, cada vez más extendida en Reino Unido, de fugarse de casa para unirse a las filas terroristas del Estado Islámico (EI) en Siria o Irak. Shamina Begum, de 15 años, Kadiza Sultana, de 16, y una tercera chica de 15 años, cuya identidad no ha trascendido por deseo de sus padres, fueron vistas por última vez el martes por la mañana. Sin decir nada a sus familias, embarcaron en un vuelo de la compañía Turkish Airlines que aterrizó en Turquía ese mismo día por la tarde.
El comandante de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, Richard Walton, hizo un llamamiento a través de los medios de comunicación tanto británicos como turcos para disuadir a las menores de cruzar la frontera de Siria. «Estamos extremadamente preocupados por su seguridad y urgimos a cualquiera que tenga información sobre el caso a hablar inmediatamente con la Policía. Nuestra prioridad es garantizar un retorno seguro para esas chicas y si cruzan la frontera las posibilidades de traerlas sanas y salvas se complican», afirmó. Los padres aseguran estar «completamente destrozados». Las menores, alumnas de un instituto de Bethnal Green (este de Londres), eran amigas de una cuarta adolescente que dejó su casa en diciembre para viajar a Siria. En aquel momento, la Policía entrevistó al trío para recopilar datos sobre el suceso, pero no sospecharon nada.
Según la Oficina Europea de Policía (Europol), entre 3.000 y 5.000 ciudadanos europeos han viajado a países de Oriente Medio para unirse a grupos yihadistas como el EI. Desde que el grupo terrorista proclamó en junio pasado el califato islámico y se declaró Estado independiente, el número de féminas que se ha unido a sus filas ha crecido considerablemente. Un 15 por ciento de los británicos que viajan hasta Siria o Irak para unirse a los grupos radicales son chicas, captadas en su mayoría a través de las redes sociales. Según un estudio del Kings College, la mayoría de ellas tienen entre 16 y 24 años y muchas han terminado con éxito sus estudios universitarios.
Haras Rafiq, de la respetada fundación Quilliam, explica a este periódico que, a pesar de que la función principal de las mujeres es casarse con los terroristas del Estado Islámico y tener hijos, los yihadistas también las utilizan para otros fines, como formar parte de patrullas ultra religiosas que vigilan a presas a las que les obligan a prostituirse. Desde que comenzaron los ataques yihadistas en Irak, más de 3.000 mujeres de la tribu Yazidi han sido llevadas a burdeles, controlados por la llamada Brigada al-Khanssaa.
Los terroristas también utilizan a las jóvenes occidentales para labores de recultamiento en sus países a través de las redes sociales o explotar la formación que muchas traen, como profesoras o enfermeras. «No suelen estar en el campo de batalla y las que aparecen portando armas o amenazando con matar a rehenes lo suelen hacer con el único fin de la propaganda», señala. Los expertos explican que cuando llegan a las zonas de conflicto nada es como se habían imaginado y, aunque muchas quieren volver luego a casa, no pueden.
El comandante de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, Richard Walton, hizo un llamamiento a través de los medios de comunicación tanto británicos como turcos para disuadir a las menores de cruzar la frontera de Siria. «Estamos extremadamente preocupados por su seguridad y urgimos a cualquiera que tenga información sobre el caso a hablar inmediatamente con la Policía. Nuestra prioridad es garantizar un retorno seguro para esas chicas y si cruzan la frontera las posibilidades de traerlas sanas y salvas se complican», afirmó. Los padres aseguran estar «completamente destrozados». Las menores, alumnas de un instituto de Bethnal Green (este de Londres), eran amigas de una cuarta adolescente que dejó su casa en diciembre para viajar a Siria. En aquel momento, la Policía entrevistó al trío para recopilar datos sobre el suceso, pero no sospecharon nada.
Según la Oficina Europea de Policía (Europol), entre 3.000 y 5.000 ciudadanos europeos han viajado a países de Oriente Medio para unirse a grupos yihadistas como el EI. Desde que el grupo terrorista proclamó en junio pasado el califato islámico y se declaró Estado independiente, el número de féminas que se ha unido a sus filas ha crecido considerablemente. Un 15 por ciento de los británicos que viajan hasta Siria o Irak para unirse a los grupos radicales son chicas, captadas en su mayoría a través de las redes sociales. Según un estudio del Kings College, la mayoría de ellas tienen entre 16 y 24 años y muchas han terminado con éxito sus estudios universitarios.
Haras Rafiq, de la respetada fundación Quilliam, explica a este periódico que, a pesar de que la función principal de las mujeres es casarse con los terroristas del Estado Islámico y tener hijos, los yihadistas también las utilizan para otros fines, como formar parte de patrullas ultra religiosas que vigilan a presas a las que les obligan a prostituirse. Desde que comenzaron los ataques yihadistas en Irak, más de 3.000 mujeres de la tribu Yazidi han sido llevadas a burdeles, controlados por la llamada Brigada al-Khanssaa.
Los terroristas también utilizan a las jóvenes occidentales para labores de recultamiento en sus países a través de las redes sociales o explotar la formación que muchas traen, como profesoras o enfermeras. «No suelen estar en el campo de batalla y las que aparecen portando armas o amenazando con matar a rehenes lo suelen hacer con el único fin de la propaganda», señala. Los expertos explican que cuando llegan a las zonas de conflicto nada es como se habían imaginado y, aunque muchas quieren volver luego a casa, no pueden.
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