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viernes, 30 de enero de 2015

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-OPERACIÓN LIBRE HIDALGO.....EL MOTIVO POR EL QUE NUESTROS SOLDADOS ESTÁN EL LÍBANO

 Operación Libre Hidalgo: Por qué están y qué hacen los soldados de España en el Líbano

Día 29/01/2015 - 17.34h
 

La disputada frontera entre Israel, Siria y Líbano es el escenario de la delicada misión que ahora se ha cobrado la vida del cabo Francisco Javier Soria



Se llamaba Francisco Javier Soria y su muerte en acto de servicio inscribe su nombre en el número 13 de la lista de militares españoles que se han dejado la vida en el marco de la misión de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para el Líbano (FPNUL).

Pese a lo que su nombre indica, a FPNUL se le puede considerar de todo menos provisional. Nada menos que desde 1978 lleva en marcha este esfuerzo multinacional por estabilizar la convulsa frontera entre Israel y el Líbano, un esfuerzo al que España contribuye con 526 efectivos. Desde la triste jornada de ayer, 525.
 
En aquel ya lejano 1978, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitía sus resoluciones 425 y 426 y aprobaba el envío de cascos azules al que había sido un frente más del conflicto árabe-israelí. Desde comienzos de la década de 1970, el territorio libanés se convirtió en la plataforma desde la que activistas palestinos lanzaban acciones de comando contra objetivos israelíes. Tras años de agresiones y de sus consiguientes respuestas, Israel terminó por invadir el Líbano, catalogado por fuentes de la inteligencia israelí a las que tuvo acceso ABC como «un estado fallido».
 
FPNUL nació con el cometido, recogido en las resoluciones, de «confirmar la retirada de Israel del sur del Líbano» y «restaurar la paz y la seguridad internacional». Nada menos.

En el año 2006, milicianos de Hizbolá, la poderosa milicia antisionista que controla gran parte del Líbano con apoyo económico y militar de Irán, llevaron a cabo una incursión sobre territorio israelí. Mataron a ocho soldados judíos y capturaron a otros dos en una acción que incendió de nuevo este conflicto latente. Es aquí cuando entra en acción España. La resolución 1701 de ese mismo año ampliaba el mandato de FPNUL e incrementaba sus efectivos. En una iniciativa compartida con Francia e Italia, dos de sus principales socios europeos, Madrid se comprometía decididamente con la misión de paz de Naciones Unidas.
 
El 8 de septiembre, el Gobierno, presidido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero, decidía la participación de las Fuerzas Armadas españolas, con un tope máximo de 1.100 militares, una decisión en la que debió de pesar la disponibilidad de fuerza derivada de la retirada de Irak, llevada a cabo unilateral y repentinamente nada más alcanzar el líder socialista el poder en la primavera de 2004.
Desde entonces, los efectivos españoles han venido desarrollando su labor en un escenario que, según los informes del Estado Mayor de la Defensa, vive en una «calma tensa» A día de hoy, el mando de la misión lo ostenta el general italiano Luciano Portolano y el país de los 36 que participan que más hombres tiene desplegados sobre el terreno es Indonesia, con cerca de 1.300.

La difícil operación Libre Hidalgo

Los hombres y mujeres del Ejército español se afanan en proteger a la población local, garantizar la seguridad y libertad de movimientos de los trabajadores humanitarios y de Naciones Unidas, asistir al Ejército libanés en su objetivo de controlar efectivamente el territorio y mantener el área libre de elementos irregulares armados. Este último punto es el más difícil, dado el arraigo y presencia en la zona de Hizbolá, que según denuncian fuentes militares israelíes, coarta el acceso a sus feudos a las tropas de FPNUL. Verdad o no, nada del explosivo tablero al que el cabo Soria y sus compañeros fueron destinados puede entenderse sin tener en cuenta la guerra en Siria, cuya venenosa influencia atiza los odios sectarios en el Líbano y agrava la complejidad del históricamente mal avenido Oriente Próximo. Allí, en Siria, Hizbolá combate en defensa del régimen de Bachar el Asad y de las rutas que la conectan con Teherán, por las que recibe el grueso de su dinero y armamento.
 
Así, la Operación Libre Hidalgo, como denomina Defensa al operativo español, constituye una suerte de más difícil todavía que ha despertado voces críticas entre periodistas especializados y ha tenido costes tan dolorosos como la vida del cabo Soria o las de los seis soldados, tres de ellos de nacionalidad colombiana, que perecieron en el verano de 2007 al explotar una bomba al paso de su blindado.
 
Es en la zona oriental donde el día a día de los hombres y mujeres de la insignia rojigualda es más peligroso. Allí se ubican las Granjas de Chebaa, terreno en disputa y en el que confluyen las conflictivas fronteras de Israel, Siria y Líbano. En las entrañas de este avispero, en Ghayar, han montado los españoles un puesto avanzado al que había sido recientemente enviado Francisco Javier Soria. Desde instalaciones como esta las tropas españolas llevan a cabo, según informa Defensa, además de su delicada tarea principal, labores como talleres de enseñanza del castellano o consultas veterinarias gratuitas, especialmente valoradas por una población local que suele tener en los animales de carga y tiro su principal fuente de sustento.
 
 

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