De cómo diez monjas polacas dieron su vida durante la segunda guerra mundial
En el ejercicio de una caridad heroica inmolaron sus vidas por ayudar a cientos de heridos
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Desde el inicio del estallido de la insurrección en la casa de las Congregación de las Hermanas de la Resurrección sita en la calle Krasiński en el distrito de Zoliborz se encuentra un hospital de campaña para asistir a los insurgentes. Estas religiosas aportan su ayuda a los insurgentes heridos con la mayor dedicación y con un gran fervor.
Desde el cercano Instituto de Química los alemanes disparan continuamente hacia el monasterio y reiteran los ataques, los heridos son trasladados a los sótanos y los refugios. Ante esta situación, el mando del Distrito de Zoliborz toma la decisión de desmantelar el hospital insurgente y reubicarlo en los complejos de casas en la plaza Wilson. Esto significa en la práctica una tarea muy pesada y peligrosa a la vez. El traslado del hospital tiene que ser realizado en dos etapas. En la primera etapa, el hospital se trasladó a la calle Mickiewicz. Durante esta acción la hermana Feliciana es herida en el tórax. Unos días más tarde se inicia la segunda etapa, los heridos son trasladados a un gran complejo habitacional de la calle Sulkowski. Junto al sangriento resplandor alrededor de las casas en llamas y los cegadores destellos de los cohetes durante dos noches se deslizan a través de las calles, como eslabones de una cadena, religiosas y enfermeras que trasladan alrededor de 300 heridos a través de los escombros y los cráteres. El hospital se ha establecido en los refugios y sótanos; 16 hermanas con la hermana Rafaela se ocupan de los heridos. El 31 de agosto se acercan 21 aviones al distrito de Zoliborz y arrojan sus bombas sobre los bloques de apartamentos y las barricadas de los insurgentes. Los bombarderos están volando impunemente a baja altura. Es la mayor de las incursiones aéreas hasta la fecha. Muchas casa son destruidas, y más de 100 personas pierden la vida bajo los escombros. Muchos están heridos. Ese día mueren bajo las ruinas diez Hermanas de la Resurrección en el cumplimiento de su deber, es decir, en el ejercicio de una caridad heroica. No queremos olvidarlas y aquí van sus nombres y una breve indicación biográfica. En la casa de la calle Mickiewicz número 34 murió la madre superiora Elzbieta (Franciszka Wyzińska) y la hermana Katarzina (Katarzina Iwanicka). Estaban cosiendo la ropa interior de los heridos en el garaje de la casa. Elzbieta (Franciszka Wyzińska) Nació el 4 de octubre de 1875 en Przasnysz. Después de graduarse entró a la congregación el 20 de junio de 1895. En unos pocos años después de su profesión religiosa fue designada superiora en Czestochowa, luego en el Instituto del Buen Pastor en Varsovia, en 1910 fue maestra de novicias, y en 1911 de nuevo superiora en Czestochowa. En 1920 el Segundo Capítulo General la eligió segunda Consejera General y Superiora de la Casa de Roma. En 1926 regresó a Polonia. Katarzina (Katarzina Iwanicka) Nació el 22 de noviembre de 1872 en Rokytnice en la diócesis de Przemysl. Ingresó en 1895. Acompañó a la Madre fundadora en sus viajes, se hizo cargo de ella en su última enfermedad y junto a ella encontró la muerte bajo las ruinas. En la casa de la calle Mickiewicz número 10 murieron 4 hermanas: Ambroza (Aniela Nowak), Berchmansa (Waleria Laska), Celestyna (Joanna Kazimirska) y Kajetana (Anna Lewkowicz). Encargadas de lavar, acondicionar y reparar la ropa de los heridos. Ambroza (Aniela Nowak) Nació el 10 de octubre de 1920 en Niewiadówce en el distrito de Kolbuszowa. Ingresó el 28 de noviembre de 1938. Al comienzo de la guerra comenzó a perder la vista y los médicos afirmaron que había peligro de ceguera total. Berchmansa (Waleria Laska) Nació el 20 de febrero de 1915 en Kruzewie cerca de Koscierzyna. |
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