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miércoles, 3 de septiembre de 2014

LAS BRUJAS NOCTURNAS, EL BATALLÓN DE MUJERES RUSAS

En 1941, la Unión Soviética aprobó la creación de tres «regimientos de aviación» formados casi exclusivamente por mujeres
 
Las brujas de la noche
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Durante la Segunda Guerra Mundial, los principales contendientes emplearon pilotos femeninos. EEUU estableció una organización paramilitar denominada «Women Airforce Service Pilots» (WASP), constituída por casi mil mujeres, encargada de trasladar aviones desde las factorías a las bases militares o puertos de embarque, transportar carga o remolcar blancos para las prácticas de la artillería antiaérea. También el «Air Transport Auxiliary» (ATA) británico, destinado a tareas similares, aceptó a más de 160 mujeres que sirvieron junto a sus compañeros varones. En Alemania, la piloto de pruebas Hanna Reitsch se hizo famosa por aterrizar y despegar desde una pista improvisada en el Tiergarten berlinés durante el asedio a la capital del Tercer Reich. Pero sólo la URSS admitió mujeres en unidades de combate.
 
Ya en 1917, el gobierno provisional de Kerenski había autorizado la formación de varios batallones femeninos con la intención de revitalizar al desmoralizado ejército ruso. Uno llegó a combatir en el frente con buenos resultados y otro participó en la defensa del Palacio de Invierno contra los bolcheviques durante la revolución de octubre que les llevó al poder.
 
Con las tropas alemanas aproximándose a Moscú, Stalin ordenó, el 8 de octubre de 1941, la creación del 122 Grupo de Aviación, una unidad temporal organizada para equipar y entrenar tres regimientos de aviación, dotándolos con personal exclusivamente femenino, desde las pilotos a todo el personal de tierra (aunque, a lo largo de la guerra, los dos primeros acabarían incorporando a algunos varones). Además de la insistencia de la célebre piloto Marina Raskova, la escasez de pilotos y razones propagandísticas influyeron en su creación.
 
El 586 Regimiento de Aviación de Caza fue el primero en entrar en combate en abril de 1942, mandado por Tamara Kazarinova primero y Aleksandr Gridnev después. Dotado sucesivamente con Yakovlev Yak-1, Yak-7 y Yak-9, logró derribar 38 aparatos enemigos en 4.419 salidas de combate.
 

El 587 Regimiento de Aviación de Bombardeo, equipado con Petlyakov Pe-2, inició sus operaciones en diciembre de 1942. Tuvo por comandante a la propia Marina Raskova hasta su muerte en accidente aéreo en enero de 1943, cuando la sustituyó Valentin Markov. En septiembre de ese año, como premio a su destacada actuación, pasó a denominarse 125 Regimiento de Guardias de Aviación de Bombardeo. Efectuó 1.134 misiones y cinco de sus pilotos recibieron la más alta condecoración de su pais: Héroe de la Unión Soviética.
 
La unidad más distinguida fue el 588 Regimiento de Aviación de Bombardeo Nocturno, la única compuesta hasta el final exclusivamente por mujeres. Entró en acción por vez primera en junio de 1942, realizando más de 24.000 misiones de combate, con Evdokiia Bershanskaia como comandante. En febrero de 1943, su valía fue reconocida con una nueva designación: 46 Regimiento de Guardias de Aviación de Bombardeo Nocturno. Perdió 31 tripulantes durante la guerra (el 27 por ciento del total asignado) y 24 se convirtieron en Héroes de la Unión Soviética.
 
Volando en los lentos biplanos Polikarpov Po-2 ―cuya maniobrabilidad a baja altura, escasa velocidad y gran robustez les hacía difíciles de derribar por oponentes más rápidos y modernos―, apodados Nähmaschine (máquinas de coser) por las tropas alemanas debido al peculiar ruido de su motor, mantenían en vilo al enemigo en cuanto oscurecía. Las tripulaciones, que hasta 1944 volaron sin paracaídas para aumentar la cantidad de bombas que podían transportar, llegaban a efectuar hasta quince salidas por noche orientándose por la brújula y el resplandor de las bengalas que lanzaban para iluminar el objetivo. Sus ataques, aproximándose al blanco planeando con el motor apagado para lanzar su pequeña carga de bombas, producían efectos más psicológicos que reales. El único ruido perceptible desde tierra que advertía del inminente ataque era un extraño silbido producido por el viento al rozar con la estructura de tela y cables del avión. Los alemanes, comparándolo con el de una escoba voladora, las apodaron Nachthexen (las brujas de la noche).
 
 

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