Merkel apoya aplicar a Rusia las nuevas sanciones por su intervención en Ucrania
Poroshenko declara que el 70% de los “soldados rusos” han abandonado ya el país
Rodrigo Fernández / Luis Doncel Moscú / Berlín 10 SEP 2014 - 23:11 CEST113
La Unión Europea no consiguió activar ayer una nueva ronda de sanciones a Rusia por su apoyo a los independentistas del este de Ucrania en la guerra civil que sufre este país. Representantes de los Veintiocho pasaron la tarde reunidos, pero aplazaron hasta hoy el difícil compromiso entre los proclives a castigar a Moscú con más vetos económicos y los que consideran que las sanciones no son útiles ni rentables. Horas antes, la canciller alemana, Angela Merkel, se mostró favorable a dar el paso. “A la vista de la situación actual, abogamos por la puesta en marcha de las sanciones. Espero que se decida pronto”, dijo la jefa del Gobierno alemán en un debate en el Bundestag.
La declaración es significativa porque, desde el inicio de la crisis ucrania, Alemania ha encabezado el grupo de países de la UE que defendían posturas más contemporizadoras con Rusia. Fue la propia Merkel la que insistió el lunes en suspender la aplicación de las sanciones para comprobar si se cumplían los compromisos del alto el fuego pactado entre Moscú y Kiev. La paciencia de la canciller parece haberse agotado. Uno de los factores que han convencido a Berlín de la necesidad de poner en marcha las represalias es el escaso interés del Kremlin por aclarar las circunstancias de la catástrofe aérea del avión de Malaysia Airlines que fue derribado en el este de Ucrania con 298 viajeros a bordo. “Las últimas explicaciones que hemos oído de Moscú no muestran que el Kremlin tenga la intención de aportar una explicación convincente”, aseguró el miércoles un portavoz del Gobierno alemán.
Pese a la dureza del discurso, Merkel deja abierta la puerta a levantar el castigo si el presidente ruso, Vladímir Putin, cumple las 12 condiciones incluidas en el acuerdo de alto el fuego con Ucrania. Las sanciones no son un fin en sí mismo, subrayó la canciller. “Solamente se impondrán cuando sean inevitables”, añadió ante en la Cámara Baja del Parlamento alemán.
Sobre el terreno, las dos partes en combate siguen respetando el alto el fuego que entró en vigor el viernes. El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, afirmó ayer que, según datos de sus servicios secretos, cerca del 70% de los “soldados rusos” presentes en el este del país ya lo han abandonado. Kiev sostiene que junto a los separatistas han combatido tropas rusas regulares, algo que Moscú siempre ha negado, aunque reconoce que numerosos voluntarios han acudido a luchar en Ucrania, muchos de ellos veteranos de anteriores guerras.
Poroshenko, que el martes conversó por teléfono con su colega ruso Vladímir Putin, reconoció que se ha producido un reagrupamiento de las fuerzas gubernamentales en las provincias de Donetsk y Lugansk, algo que denunciaban los separatistas, que advertían de que con esas maniobras Kiev podía estar preparando una contraofensiva. El presidente ucranio negó que prepare nuevos ataques y aseguró que, aunque se esté respetando la tregua, el país no debe relajarse.
También Putin se mostró ayer satisfecho porque se cumpla el alto el fuego, pero acusó a Occidente de utilizar los acontecimientos en Ucrania para reavivar la OTAN.
Mientras, Rusia ayer lanzó un misil balístico Bulava desde un submarino atómico. El misil, que partió desde el sumergible Vladímir Monomaj, dio en el blanco previsto en el polígono de Kura, en Kamchatka. Se trata del vigésimo lanzamiento de este tipo, la mayoría de los cuales ha sido un fracaso.
El ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, también se reunió ayer en Moscú con su homólogo malasio Hishammuddin Hussein, y responsabilizó a Ucrania de la tragedia del MH17 abatido el 17 de julio mientras volaba sobre la zona de combates entre fuerzas gubernamentales y separatistas.
La declaración es significativa porque, desde el inicio de la crisis ucrania, Alemania ha encabezado el grupo de países de la UE que defendían posturas más contemporizadoras con Rusia. Fue la propia Merkel la que insistió el lunes en suspender la aplicación de las sanciones para comprobar si se cumplían los compromisos del alto el fuego pactado entre Moscú y Kiev. La paciencia de la canciller parece haberse agotado. Uno de los factores que han convencido a Berlín de la necesidad de poner en marcha las represalias es el escaso interés del Kremlin por aclarar las circunstancias de la catástrofe aérea del avión de Malaysia Airlines que fue derribado en el este de Ucrania con 298 viajeros a bordo. “Las últimas explicaciones que hemos oído de Moscú no muestran que el Kremlin tenga la intención de aportar una explicación convincente”, aseguró el miércoles un portavoz del Gobierno alemán.
Pese a la dureza del discurso, Merkel deja abierta la puerta a levantar el castigo si el presidente ruso, Vladímir Putin, cumple las 12 condiciones incluidas en el acuerdo de alto el fuego con Ucrania. Las sanciones no son un fin en sí mismo, subrayó la canciller. “Solamente se impondrán cuando sean inevitables”, añadió ante en la Cámara Baja del Parlamento alemán.
Sobre el terreno, las dos partes en combate siguen respetando el alto el fuego que entró en vigor el viernes. El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, afirmó ayer que, según datos de sus servicios secretos, cerca del 70% de los “soldados rusos” presentes en el este del país ya lo han abandonado. Kiev sostiene que junto a los separatistas han combatido tropas rusas regulares, algo que Moscú siempre ha negado, aunque reconoce que numerosos voluntarios han acudido a luchar en Ucrania, muchos de ellos veteranos de anteriores guerras.
Poroshenko, que el martes conversó por teléfono con su colega ruso Vladímir Putin, reconoció que se ha producido un reagrupamiento de las fuerzas gubernamentales en las provincias de Donetsk y Lugansk, algo que denunciaban los separatistas, que advertían de que con esas maniobras Kiev podía estar preparando una contraofensiva. El presidente ucranio negó que prepare nuevos ataques y aseguró que, aunque se esté respetando la tregua, el país no debe relajarse.
También Putin se mostró ayer satisfecho porque se cumpla el alto el fuego, pero acusó a Occidente de utilizar los acontecimientos en Ucrania para reavivar la OTAN.
Mientras, Rusia ayer lanzó un misil balístico Bulava desde un submarino atómico. El misil, que partió desde el sumergible Vladímir Monomaj, dio en el blanco previsto en el polígono de Kura, en Kamchatka. Se trata del vigésimo lanzamiento de este tipo, la mayoría de los cuales ha sido un fracaso.
El ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, también se reunió ayer en Moscú con su homólogo malasio Hishammuddin Hussein, y responsabilizó a Ucrania de la tragedia del MH17 abatido el 17 de julio mientras volaba sobre la zona de combates entre fuerzas gubernamentales y separatistas.
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