Las armas de Madrid ante una catástrofe
Día 07/08/2014 - 00.31h
Las emergencias madrileñas cuentan con equipos especiales y protocolos ante incidentes bacteriológicos
¿Está Madrid preparado para un incidente sanitario o urgencia relacionada con riesgos bacteriológicos o infecciosos, como el ébola? La respuesta oficial es un rotundo «si»: Samur-Protección Civil, el primer servicio de emergencias médicas se estrenó en la capital hace ya 25 años, y en su larga lista de protocolos tiene prevista prácticamente cualquier situación de urgencias.
Samur es, por ejemplo, el primer servicio de emergencia -excluído el Ejército- que puede enfrentarse a una emergencia de riesgo NRBQ -nuclear, radiológica, bacteriológica o química-. Cuenta con vehículos específicos dotados de material para la instalación de uan estructura para la descontaminación -la llamada «línea de descontaminación»-, así como equipos de detección y de protección.
Cuenta desde 2003 con un protocolo de actuación coordinado con el servicio de bomberos municipal. Existe un vehículo de guardia las 24 horas y los 365 días del año, a cargo del cual se encuentra un especialista en este tipo de intervenciones, que recibe un reciclaje cada seis meses. La unidad tiene capacidad para descontaminar a entre 30 y 50 personas por hora. «En caso de gran catástrofe -señala la información oficial-, garantiza la atención del primer impacto en espera de la llegada de medios adicionales, pudiendo desplazar hasta tres vehículos mas de este tipo».
En las emergencias NRBQ, existe una zona caliente, la que está directamente afectada por la contaminación, convenientemente sellada y aislada. Todos los intervinientes que entren en esta zona, deben llevar los equipos de protección adecuados. Hay además una zona templada, o de reducción de la contaminación, donde retirar el agente contaminante de todos los elementos y personas que han estado en contacto con él. Nadie puede salir de ellas hasta que no esté libre de agentes contaminantes, sean del tipo que sean, para evitar su dispersión.
Entre los elementos de protección, hay filtros biológicos, semimáscaras, o máscaras -en función de la necesidad-, equipos de respiración autónoma, botas y guantes y trajes impermeables.
La capital cuenta con un complejo sistema de coordinación de emergencias, el CICOIN, concebido para ser utilizado como centro de coordinación operativa y lugar en que se centraliza la información sobre una catástrofe o situación de riesgo. Todos los servicios de emergencia de la ciudad se integrarían en este único puesto de mando, ubicado en un autobús de grandes dimensiones, transportable allá donde fuera necesario, y que cuenta en su interior con las últimas innovaciones tecnológicas en el ámbito de las telecomunicaciones.
En el mismo autobús hay una sala de crisis -para la toma de decisiones políticas y técnicas-, sala de prensa y centro de coordinación de operaciones. El CICOIN tiene instalado un teléfono satélite con dos extensiones, una en la sala de crisis y otra en la de operaciones, que permite recibir y enviar llamadas en caso de caída o saturación de las redes terrestres de telefonía móvil.
Para el traslado de enfermos en situación de graveda extrema, el Samur cuenta con 29 unidades de soporte vital avanzado (USVA), diseñadas para realizar una asistencia médica integral tanto en el lugar del suceso como durante el traslado al centro hospitalario de destino. Cada unidad va tripulada por profesionales experimentados y perfectamente entrenados para la atención de pacientes en estado crítico.
Para garantizar la coordinación entre los distintos servicios de emergencia, cada año se realizan más de 30 simulacros con intervención de todos estos cuerpos.
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