Francia acoge a 400 marinos rusos en plena crisis de Ucrania
Los militares serán instruidos en el manejo de dos avanzados buques de guerra
Cuatro centenares de marinos de la Armada rusa se encuentran desde esta mañana en el puerto francés de Saint-Nazaire para ser instruidos durante varios meses en el manejo de dos modernos navíos de guerra en avanzada construcción vendidos por París a Moscú hace tres años. En plena crisis en Ucrania, la operación en sí y la presencia de los 400 marinos en suelo francés ha originado importantes tensiones diplomáticas entre Francia y Estados Unidos, así como en varios países del Este de la UE, especialmente Polonia.
A mediados del mes pasado, Washington ya comunicó públicamente a París su "preocupación" por la venta de los buques a la Marina rusa, necesitada de una urgente modernización tras dos décadas de parálisis inversora. Cada barco vendido, de la clase Mistral, de una eslora de 199 metros, tiene capacidad para transportar 16 helicópteros, una decena de carros de combate, pequeñas embarcaciones anfibias y cientos de soldados. Se trata, por tanto, de barcos de asalto anfibio, adecuados para desplegar fuerzas de choque a largas distancias de su base.
Pese a las reticencias estadounidenenses, París ha insistido en que cumplirá el contrato suscrito con Moscú por un valor de 1.200 millones de euros, de los que Rusia ya ha pagado la mitad. Solo en marzo, cuando la escalada de violencia y la intervención rusa en Ucrania crecían día a día, Francia expresó sus dudas sobre el cumplimiento del contrato. El presidente ruso, Vladimir Putin, ya advirtió que Francia se arriesgaba a pagar una elevada indemnización si optaba por incumplir el acuerdo. El presidente francés, François Hollande, aclaró que, "sin duda", Francia cumpliría su compromiso.
Los barcos se construyen en los astilleros STX, propiedad de Estado francés en un 33%. En la construcción de los buques trabajan directamente medio millar de personas, a las que hay que sumar otro millar de empleos indirectos en la zona.
Los buques han sido bautizados con los nombres de Vladivostok y Sebastopol, el nombre de la principal base de Armada rusa del Mar Negro, punto de referencia de la península de Crimea, arrebatada a Kiev. La entrega oficial del primero está prevista para octubre y la del segundo, a mediados del año próximo.
La llegada de los militares rusos coincide con la imposición por parte de Estados Unidos de la mayor multa impuesta a un banco europeo, concretamente al BNP Paribas, la mayor entidad financiera de Francia y una de las más potentes de la zona euro. Se trata de otro importante capítulo que en los últimos meses ha erosionado la relación entre Washington y París.
A mediados del mes pasado, Washington ya comunicó públicamente a París su "preocupación" por la venta de los buques a la Marina rusa, necesitada de una urgente modernización tras dos décadas de parálisis inversora. Cada barco vendido, de la clase Mistral, de una eslora de 199 metros, tiene capacidad para transportar 16 helicópteros, una decena de carros de combate, pequeñas embarcaciones anfibias y cientos de soldados. Se trata, por tanto, de barcos de asalto anfibio, adecuados para desplegar fuerzas de choque a largas distancias de su base.
Pese a las reticencias estadounidenenses, París ha insistido en que cumplirá el contrato suscrito con Moscú por un valor de 1.200 millones de euros, de los que Rusia ya ha pagado la mitad. Solo en marzo, cuando la escalada de violencia y la intervención rusa en Ucrania crecían día a día, Francia expresó sus dudas sobre el cumplimiento del contrato. El presidente ruso, Vladimir Putin, ya advirtió que Francia se arriesgaba a pagar una elevada indemnización si optaba por incumplir el acuerdo. El presidente francés, François Hollande, aclaró que, "sin duda", Francia cumpliría su compromiso.
Los barcos se construyen en los astilleros STX, propiedad de Estado francés en un 33%. En la construcción de los buques trabajan directamente medio millar de personas, a las que hay que sumar otro millar de empleos indirectos en la zona.
Los buques han sido bautizados con los nombres de Vladivostok y Sebastopol, el nombre de la principal base de Armada rusa del Mar Negro, punto de referencia de la península de Crimea, arrebatada a Kiev. La entrega oficial del primero está prevista para octubre y la del segundo, a mediados del año próximo.
La llegada de los militares rusos coincide con la imposición por parte de Estados Unidos de la mayor multa impuesta a un banco europeo, concretamente al BNP Paribas, la mayor entidad financiera de Francia y una de las más potentes de la zona euro. Se trata de otro importante capítulo que en los últimos meses ha erosionado la relación entre Washington y París.
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