De las trincheras a las tablas
Desde el Globe al Royal Stratford, los teatros británicos se suman a la conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial
Historias de soldados en primera línea del frente —el terrible sufrimiento, la camaradería, las canciones que invitan a la nostalgia del hogar— hilvanan un legendario musical ambientado en la Gran Guerra que la escena londinense acaba de reponer medio siglo después de su estreno. La deliciosa sátira titulada Oh! What A Lovely War (Oh!, Qué Guerra Tan Bonita) protagoniza el arranque de una temporada teatral consagrada al centenario de la Primera Guerra Mundial, con un ramillete de producciones que a lo largo del año bascularán entre la comedia y el drama.
Desde obras de Shakespeare que trasladan su trama a los tiempos de aquella conflagración hasta propuestas de nuevo cuño concebidas ex profeso para la conmemoración, las trincheras de la guerra, sus secuelas y la resonancia de aquella era entre las audiencias modernas nutrirán en los próximos meses las carteleras de Londres y de otros teatros del país.
El reestreno de Oh! What A Lovely War ha tomado como marco el mismo teatro Royal Straford East que en 1963 convirtió esa obra en el gran éxito teatral de la época y que acabó dando pie a una adaptación cinematográfica seis años después. Acompañando al repertorio original de números musicales, la versión actual potencia el espíritu de crítica que imbuyó a la autora de la pieza, la dramaturga Joan Littlewood, incorporando un panel electrónico que muestra las frías y delatadoras estadísticas de aquel conflicto: “28.000 británicos muertos, cinco yardas ganadas (de avance en el frente)”.
La buena acogida que hace cuatro años tuvo la adaptación de la novela de Sebastian Faulks Birdsong (1993), sobre las experiencias de un británico en Francia antes y durante la Primera Guerra Mundial, ha convencido a los productores para reponerla cuando se cumplen cien años de la contienda. Sus actores ya están de gira por provincias y prevén recalar en la capital a finales de año. Trascendiendo del drama personal y centrándose en la geopolítica el Donmar Warehouse, uno de los teatros que dominan la escena londinense, estrena este mismo jueves Versailles, una nueva obra en la que Peter Gill relata los avatares de uno de los miembros de la delegación que perfiló el tratado de paz entre Alemania y los aliados. Una vez firmado oficialmente, en junio de 1919, el protagonista se pregunta sobre aquel acuerdo que definiría el futuro de Europa y decidiría el destino de millones de personas.
El humor negro y abiertamente antibélico de The Silver Tassie, que firmó Sean O´Casey en 1928, desembarcará en abril en el National Theatre londinense con el relato de la experiencia de un joven irlandés en la Gran Guerra. Tras el lapso del verano, un periodo ajeno a los estrenos y centrado en otras ofertas lúdicas para el turismo estival, el otoño retomará el hilo de la contienda con una serie de producciones que inaugurará la original pieza Doctor Scroggy´s War. El médico del título es un cirujano plástico que trata a un adolescente superviviente de las trincheras, y la relación entre ambos es el centro de la historia que ha escrito Howard Benton por encargo del Shakespeare´s Globe.
Si el teatro que reproduce el edificio donde el Bardo solía estrenar sus piezas en el sur de Londres ha optado por estrenar una obra inédita, la Royal Shakespeare Company (RSC) recurrirá al repertorio clásico para sumarse a la conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial. A partir de octubre, dos comedias de Shakespeare trasladarán su ambientación a aquel periodo, Mucho Ruido y Pocas Nueces y Trabajos de Amor Perdidos. En el último caso, la propuesta no resulta novedosa porque Kenneth Branagh adaptó esa obra al cine (2000) ubicando la trama en la Gran Guerra.
El remate de esa temporada llegará en las Navidades, con una nueva producción de la RSC que se adapta como un guante a esa época en la que afloran los mejores sentimientos, como manda la tradición: The Christmas Truce, de Phil Porter, se basa en hecho reales para narrar cómo los soldados alemanes y sus adversarios británicos deciden abandonar las armas, aunque sólo sea por unas horas, en la Nochebuena de 1914.
Desde obras de Shakespeare que trasladan su trama a los tiempos de aquella conflagración hasta propuestas de nuevo cuño concebidas ex profeso para la conmemoración, las trincheras de la guerra, sus secuelas y la resonancia de aquella era entre las audiencias modernas nutrirán en los próximos meses las carteleras de Londres y de otros teatros del país.
El reestreno de Oh! What A Lovely War ha tomado como marco el mismo teatro Royal Straford East que en 1963 convirtió esa obra en el gran éxito teatral de la época y que acabó dando pie a una adaptación cinematográfica seis años después. Acompañando al repertorio original de números musicales, la versión actual potencia el espíritu de crítica que imbuyó a la autora de la pieza, la dramaturga Joan Littlewood, incorporando un panel electrónico que muestra las frías y delatadoras estadísticas de aquel conflicto: “28.000 británicos muertos, cinco yardas ganadas (de avance en el frente)”.
La buena acogida que hace cuatro años tuvo la adaptación de la novela de Sebastian Faulks Birdsong (1993), sobre las experiencias de un británico en Francia antes y durante la Primera Guerra Mundial, ha convencido a los productores para reponerla cuando se cumplen cien años de la contienda. Sus actores ya están de gira por provincias y prevén recalar en la capital a finales de año. Trascendiendo del drama personal y centrándose en la geopolítica el Donmar Warehouse, uno de los teatros que dominan la escena londinense, estrena este mismo jueves Versailles, una nueva obra en la que Peter Gill relata los avatares de uno de los miembros de la delegación que perfiló el tratado de paz entre Alemania y los aliados. Una vez firmado oficialmente, en junio de 1919, el protagonista se pregunta sobre aquel acuerdo que definiría el futuro de Europa y decidiría el destino de millones de personas.
El humor negro y abiertamente antibélico de The Silver Tassie, que firmó Sean O´Casey en 1928, desembarcará en abril en el National Theatre londinense con el relato de la experiencia de un joven irlandés en la Gran Guerra. Tras el lapso del verano, un periodo ajeno a los estrenos y centrado en otras ofertas lúdicas para el turismo estival, el otoño retomará el hilo de la contienda con una serie de producciones que inaugurará la original pieza Doctor Scroggy´s War. El médico del título es un cirujano plástico que trata a un adolescente superviviente de las trincheras, y la relación entre ambos es el centro de la historia que ha escrito Howard Benton por encargo del Shakespeare´s Globe.
Si el teatro que reproduce el edificio donde el Bardo solía estrenar sus piezas en el sur de Londres ha optado por estrenar una obra inédita, la Royal Shakespeare Company (RSC) recurrirá al repertorio clásico para sumarse a la conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial. A partir de octubre, dos comedias de Shakespeare trasladarán su ambientación a aquel periodo, Mucho Ruido y Pocas Nueces y Trabajos de Amor Perdidos. En el último caso, la propuesta no resulta novedosa porque Kenneth Branagh adaptó esa obra al cine (2000) ubicando la trama en la Gran Guerra.
El director artístico de la Royal Shakespeare presenta la nueva temporada teatral, con especial énfasis en obras que conmemoran el centenario de la Primera Guerra Mundial.
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