¿Pequeños juguetes u obras de arte? Esta es la pregunta a la habrá que responder tras visitar la exposición temporal del Museo del Ejército de Toledo titulada «Miniaturas militares: ventanas a la historia de España» que estará abierta de forma gratuita hasta el próximo mes de junio en Alcázar toledano. Son 20.000 soldaditos de plomo que recorren 22 siglos de la historia de España, desde la caída de Sagunto en el año 219 antes de Cristo hasta las misiones internacionales recientes en Bosnia y Afganistán. El objetivo es ilustrar, a través de sus miniaturas, diferentes episodios de la historia de España en las que el Ejército ha sido protagonista. Pero no sólo son escenas bélicas, la muestra acoge también misas de campaña, juras de bandera, cortejos fúnebres -entre ellos el de don Juan de Borbón, padre del Rey, en 1993-, bodas reales y acciones humanitarias.
La sala de exposiciones del Museo del Ejército se ha inundado de maquetas y diminutos soldados, algunos de ellos de gran valor por su antigüedad, para pemitir al visitante realizar un rápido paseo por más de dos mil años de la historia de España y de nuestro Ejército, adentrándonos en un microcosmos en el que contemplar las variaciones experimentadas en su uniformidad, banderas, armamento, pertrechos, tácticas militares, etc. Se trata, según el comisario de esta exposición, el comisario, el jefe del departamento de Arqueología y Patrimonio del Museo del Ejército, José Ignacio de la Torre.de «la mejor exposición de miniaturas que se ha hecho en España». Para ello se muestran cerca de veinte mil «soldaditos de plomo» pertenecientes, en su gran mayoría, a la colección permanente del Museo del Ejército y que, dada su envergadura, se encuentran por lo general depositados en las áreas de reserva del museo, no accesibles al público.
Acompañan a estas grandes escenas una serie de dioramas y viñetas de excepcional calidad, belleza y rigor histórico que, procedentes de otras instituciones museísticas, han sido reconocidas con el Premio Ejército de Miniaturismo Militar, uno de los más importantes y prestigiosos galardones que, desde 1984, se concede en nuestro país a este tipo de obras. Así mismo, completan la muestra diferentes dioramas pertenecientes a colecciones particulares que han sido realizados por reputados miniaturistas que, con un gusto exquisito y sin igual destreza, han modelado vistosas escenas tratando de captar, a modo de instantáneas, momentos clave de la historia de España no representados en la colección del Museo del Ejército, completando el discurso expositivo.
La muestra da comienza con un paseo por una pequeña calle de comienzos de los años setenta, donde el visitante puede detenerse a contemplar tres escaparates dedicados a otras tantas facetas fundamentales para el Miniaturismo militar: la documentación, la fabricación y la comercialización de los soldados de plomo.
En el escaparate de una librería-estampería se muestran algunos de los libros empleados por los miniaturistas para documentar sus figuras. Junto a la librería se abre el escaparate de una antigua juguetería que ilustra la comercialización de las miniaturas junto con otros juguetes de época: muñecas, trenes, balones, etc. Tras sus cristales, se muestran las figuras que vendían en esta época Alymer, Almirall, Vicente Mallol, Julio García Castresana, etc., algunas en sus cajas originales. En la acera de enfrente se puede apreciar un antiguo taller artesanal para la fabricación de miniaturas, con todo el instrumental necesario. Desde el infiernillo y el cazo para fundir el plomo, pasando por los moldes de escayola y silicona con los que obtener las figuras, hasta la confección de una escena de desfile en pleno proceso de montaje. En el centro del taller, una vez adentrados en la exposición, podemos realizar un viaje por la historia de España que nos lleva desde los inicios de la conquista romana de Hispania a las actuales misiones españolas en el extranjero, pasando por algunos acontecimientos, batallas y protagonistas fundamentales para explicar la Edad Media, la conquista de América, los Tercios de Flandes, la guerra de asedio, la guerra de la Independencia, las guerras carlistas, los reinados de Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII, LA Guerra Civil, la División Azul, el Ejército de Franco.
Un tratamiento destacado ha recibido el «Estudio de fortificación» que perteneció a la colección de Felipe V y y se realizó a finales del XVII: incluye más de 3.300 figuras de plata, de seis milímetros, que reflejan multitud de detalles de la vida militar y de la sociedad en su conjunto, desde el mercado con las frutas hasta una procesión.Se trata, además de una de las representaciones de miniaturas de temática militar más antiguas de las conservadas en España.
También son dignas de reseñarse las grandes escenas conformadas por cientos de soldados de plomo realizados por Palomeque (años 20), Almirall (años 60) o Castellón Baeza (años 70). A la vistosidad de las figuras hay que añadir los magníficos edificios realizados por el ebanista toledano Bernardo Alonso Marugal, de cuyas manos han salido las construcciones más emblemáticas de la ciudad de Toledo (La Catedral, El Alcázar y La Academia de Infantería), o El Palacio Real de Madrid, en el que se dispone la singular escena ideada por Joaquín Pla Dalmau, Tropas de Isabel II, reina de España. Se trata del último gran conjunto de figuras que ha ingresado en las colecciones del Museo del Ejército.
Un último espacio presidido por el combate naval de Trafalgar, con las tropas de Infantería española embarcadas a bordo del navío San Agustín, y el asalto de Nelson a Tenerife, sirve para explicar la realización de grandes dioramas en la actualidad y el concepto del modelismo estático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario