Si la Historia Militar o de las Fuerzas de Seguridad, te apasiona. Si la Militaría es tu afición. Si quieres conocer la Historia, sin valorar ideas ni convicciones políticas, sin tendencias, sin manipulaciones. La Historia Militar, sólo la vivida por sus principales protagonistas, los SOLDADOS que la han padecido.



¡Seguro que te gustará este Blog!


jueves, 10 de marzo de 2011

LA GUARDIA CIVIL EN LA DIVISION AZUL












La participación de más de 300 Guardias Civiles como policía militar de campaña, vistiendo el uniforme del Ejército alemán, en el Frente del Este, es posiblemente uno de los hechos históricos más desconocidos de la División Azul. Sesenta años después de su marcha a Rusia ésta es una breve semblanza de su historia.

Introducción

Cuando el 22 de junio de 1941 las tropas alemanas penetraron en territorio soviético, el gobierno español decidió organizar con la mayor brevedad posible una División de Voluntarios, que encuadrada en la Wehrmacht, marchara al nuevo frente del Este.

Inmediatamente se constituyó una comisión en nuestro Ministerio del Ejército para estudiar las necesidades de recursos humanos y materiales, cursándose desde el Estado Mayor Central las oportunas instrucciones para la organización de las unidades tácticas y de apoyo que debían formar esa gran unidad expedicionaria.

Entre las numerosas necesidades de apoyo planteadas destacó singularmente una: contar con efectivos de la Guardia Civil para desempeñar funciones de policía militar. Ello realmente no era algo nuevo para el benemérito Instituto ya que desde su época fundacional había desempeñado misiones similares en apoyo de los ejércitos españoles que habían combatido en el exterior.

Sin embargo esta vez la principal novedad era que las fuerzas de la Guardia Civil pasarían a formar parte de algunas de las organizaciones de policía militar alemanas y desarrollar, vistiendo sus uniformes y distintivos, los mismos procedimientos y funciones.

La Policía Militar alemana, se encontraba compuesta en 1941 por diversas organizaciones, integrándose los efectivos de la Guardia Civil sólo en dos de ellas. La más importante era la Gendarmería de Campaña o "Feldgendarmerie", el Servicio de Policía Militar alemán. Se trataba de una fuerza militar con funciones policiales, adscritas a sus Fuerzas Armadas en campaña. La otra era el denominado Servicio de Patrulla o "Heerestreifendienste", que realmente venía a complementar las funciones de la Feldgendarmerie.

Los primeros Guardias Civiles

Al comunicar el Ministro del Ejército, José Enrique Varela Iglesias, la necesidad de contar con efectivos de la Guardia Civil para incorporarse a la División de Voluntarios que se iba a organizar, la respuesta del General de División Eliseo Alvarez Arenas, su Director General no se hizo esperar:

"En esta Dirección General y fuerzas dependientes de la misma, son voluntarios para servicios tan honrosos, desde el Director General, Jefes y Oficiales de las Armas y Cuerpos del Ejército y de la Guardia Civil, hasta el Guardia 2º más moderno, rogando a V.E. tenga a bien comunicar con la urgencia posible las Unidades que deba organizar el Cuerpo de la Guardia Civil para prestar sus servicios peculiares en la Gran Unidad Expedicionaria del Ejército que se organice".

Según la documentación que se custodia en el Archivo gaditano del bilaureado militar, las necesidades previstas en el primer estudio del estado mayor eran tan sólo de 31 guardias civiles (1 oficial, 2 suboficiales y 28 guardias), cantidad que pocos días después ya se vio insuficiente.

Organizados y preparados los primeros efectivos divisionarios, los de la Guardia Civil quedaron encuadrados en una Sección de Gendarmería de Campaña o Feldgendarmerie, compuesta finalmente por 54 hombres: 1 teniente, 1 brigada, 2 sargentos, 2 cabos, 2 guardias 1º y 46 guardias 2º. El oficial se llamaba Angel Juarranz Garrido y el brigada era César Casado Martín, quien se encontraba en posesión de la cruz laureada de San Fernando, máxima condecoración española de reconocimiento al valor en campaña.

Dicha sección salió en tren de la madrileña estación del Norte el 14 de julio de 1941, llegando cuatro días después al campamento alemán de instrucción y ambientación sito en Grafenwöhr, donde procedieron a hacerse cargo de las misiones de vigilancia del tráfico de vehículos dentro del recinto así como del control de accesos al mismo.

Paralelamente, aunque más discretamente, salió también de Madrid el mismo día, el capitán de la Guardia Civil Pedro Martínez de Tudela García, al objeto de organizar y dirigir el Servicio de Información Interna (SII), que dependía directamente de la 2ª Sección del Estado Mayor (Información) de la División.

Orgánicamente la Sección de la Guardia Civil quedó adscrita a las Tropas del Cuartel General de la División y concretamente a la 4ª Sección de Estado Mayor (Servicios). Al igual que el resto de la Feldgendarmerie, la unidad del benemérito Instituto fue motorizada y dotada para el cumplimiento de sus misiones de 7 vehículos ligeros tipo Kübelwagen, 5 motocicletas tipo Zundapp y 1 camioneta tipo Horch.

Uniformidad, distintivos y armamento

Los guardias civiles al llegar al campamento de Grafenwöhr fueron dotados al igual que el resto de los componentes de la División, de armamento, uniformes, correajes y pertrechos alemanes, así como los correspondientes distintivos de empleo equivalentes en la Wehrmacht. A los guardias de 1ª y 2ª clase se les entregó los de "feldwebel", es decir los de suboficiales, ya que esta era la condición que ostentaban todos los miembros de la Feldgendarmerie.

En la bocamanga izquierda llevaban cosida una cinta con la leyenda "Feldgendarmerie" y en el hombro del mismo brazo el emblema, en hilo anaranjado, de dicha Gendarmería de Campaña. Este último, a modo de adhesivo, se encontraba también pegado en el lado izquierdo del casco. Tanto los vivos de las hombreras como de las prendas de cabeza eran del mismo color anaranjado.

Cuando se encontraban de servicio portaban colgada del cuello una gola metálica de grandes dimensiones con idéntica leyenda, estando pintadas las letras, botones y águila del escudo con pintura reflectante al objeto de facilitar su identificación como agentes de la autoridad en la oscuridad de la noche.

Respecto al armamento largo fueron equipados en su mayor parte con la carabinas máuser modelo K-98 de 7'92 mm. y en algunos casos con los subfusiles modelo MP-40 de 9 mm. parabellum. Curiosamente y al contrario que el resto de los divisionarios que por plantilla de armamento les correspondiera, a los guardias civiles no se les dotó de las pistolas alemanas modelos P-08 o P-38 de 9 mm. parabellum, sino que continuaron portando el arma reglamentaria del Cuerpo que tenían adjudicada en España y que por aquel entonces era la pistola marca Star de 9 mm. largo, en sus modelos 1922 y 1940.

La funda para la misma fue también la de baquetilla reglamentaria del Instituto, motivo por el cual los guardias civiles son fácilmente identificables en las fotografías de la época aunque no llevasen la gola de servicio. Todo ello estaba motivado porque en su reglamento de uniformidad, se contemplaba la pistola reglamentaria como parte de aquella, estando adjudicada individualmente sin perjuicio de los cambios de destino, por lo que se presentaron en Grafenwöhr con ella.

Este hecho hubiera quedado sólo reducido a la mera anécdota sino fuera porque tal y como el general Agustín Muñoz Grandes, primer jefe de la División de Voluntarios, escribió al ministro del Ejército en un detallado informe de fecha 29 de julio de 1941, relativo al movimiento de las fuerzas expedicionarias en su viaje a Alemania, los guardias civiles tuvieron que hacer uso de sus pistolas para defender algunos de los convoyes ferroviarios a su paso por la Francia ocupada por los alemanes, ya que eran los únicos divisionarios que portaban armas desde su salida de España.

Misiones de la Guardia Civil

A partir del 20 de agosto de 1941 comenzó el traslado de toda la División desde Grafenwöhr hasta el frente sito en la zona de Novgorod, próximo al río Voljov. Durante la larga y agotadora marcha a pie, los guardias civiles que si estaban motorizados, prestaron auxilio a los oficiales aposentadores, ejercieron la vigilancia de los pueblos por donde pasaban las tropas españolas y procedieron al control y regulación del tráfico de las columnas en caminos y nudos de comunicación.

Una vez establecidos junto al resto del cuartel general divisionario en Grigorowo, los guardias civiles empezaron a ejercer sus misiones propias de policía militar tales como control de la circulación rodada o hipomóvil; auxilio a soldados desorientados en búsqueda del emplazamiento de sus unidades; vigilancia de sospechosos, tanto soldados propios como personal civil de la zona; escolta a expediciones que por diversos motivos regresaban a España; prevención de operaciones partisanas; y censura de correspondencia y paquetería del correo de campaña.

Asimismo, aunque no eran sus misiones específicas, los guardias civiles fueron empleados puntualmente para combatir como fuerza de infantería tal y como ocurrió por ejemplo del 16 al 19 de noviembre de 1941 y del 6 al 16 de diciembre de dicho año en la posición de Schewelewo; o para la limpieza de francotiradores en la zona de Osnia del 17 al 21 del mismo mes.

El Servicio de Patrulla

El despliegue de la División y la gran distancia a que se encontraba del territorio nacional, unos 3.000 kilómetros desde la frontera hispano-francesa hasta la zona de Leningrado, entre los cuales existían puntos intermedios de apoyo logístico propios, planteó la necesidad de crear el Servicio de Patrulla español, encuadrado dentro de la "Heerestreiferdienste" alemana.

Dicha vigilancia en la retaguardia, materializada a través de puestos o destacamentos de gendarmería, se necesitaba en los trenes que mensualmente unían el frente con el territorio nacional, en las estaciones principales de tránsito, en las plazas con oficinas españolas, en las ciudades donde existían los hospitales y equipos quirúrgicos montados especialmente para nuestra División, etc. Es decir, en ciudades como Hendaya, Angulema, París, Francfort, Hof, Berlín, Koenigsberg, Vilna, Riga y Reval, por ejemplo.

Por ello, el 9 de marzo de 1942, el Ministerio del Ejército solicitó a la Dirección General de la Guardia Civil el envío de un nuevo contingente, cuyo personal debía tener conocimiento del idioma alemán. Rápidamente se seleccionó a los voluntarios e iniciaron su marcha de España el 6 de abril bajo del mando del laureado capitán y futuro Subdirector General del Cuerpo, Enrique Serra Algarra, estando compuesto por 7 tenientes, 7 sargentos, 14 cabos y 40 guardias.

Por otra parte y ante la necesidad de dar una mayor profundidad en la retaguardia inmediata del frente ocupado por los españoles, al despliegue de la Guardia Civil, se decidió a partir del 12 de abril de 1942, organizar un componente divisionario propio del Servicio de Patrulla. Constituido por guardias civiles y reforzado con soldados seleccionados, su mando fue encomendado inicialmente a un capitán del Ejército, pero al transformase el 10 de julio en el Servicio de Vigilancia de Carreteras, fue sustituido por el capitán de la Guardia Civil Pedro Fernández Amigo, recién llegado de España.

El Servicio de Policía Militar

Dada la entidad que había alcanzado el contingente y despliegue de los efectivos de la Guardia Civil en el teatro de operaciones europeo afectado por la 2ª Guerra Mundial, se decidió proceder a partir del 4 de agosto de 1942 a su reorganización y asignación de demarcaciones y misiones concretas.

El mando recayó sobre el ya citado capitán Martínez de Tudela, estructurándose el área de responsabilidad en dos zonas: vanguardia y retaguardia. La primera fue asignada al capitán Fernández Amigo, estando compuesta por 1 teniente, 1 brigada, 2 sargentos, 5 cabos, 40 guardias y 2 intérpretes, distribuidos en Grigorowo, Novgorod, Tschetschulino, Ilmen, Porchow, Luga, Soltzy, Dno, y Schimsk.

La zona de retaguardia, bajo del mando del capitán Serra Algarra, contó con una plantilla de 6 tenientes, 6 sargentos, 11 cabos, 29 guardias y 10 intérpretes. Sus misiones eran las de vigilancia en estaciones de ferrocarril, establecimiento de patrullas de vigilancia, auxilio a divisionarios, constitución de un retén permanente y labores de investigación e información, constituyendo puestos en Berlín, Hof, Koenigsberg, Riga y Vilna.

Como consecuencia de serle asignada en el mes de septiembre a la División española una nueva zona del frente de Leningrado, fue necesario modificar el despliegue de la Guardia Civil que quedó dividida en tres zonas: frente, vanguardia y retaguardia En total y según la Orden General número 117 de 26 de octubre de 1942, dimanante del cuartel general de la División, los efectivos de la Guardia Civil eran de 2 Capitanes, 9 Tenientes, 9 Suboficiales, 19 Cabos y 108 Guardias más 12 intérpretes.

El 9 de abril de 1943 el capitán Francisco García Alted relevó al capitán Martínez de Tudela, haciéndose cargo también a partir del mes de julio, de los cometidos del capitán Serra, cuando éste regresó a España como consecuencia de su ascenso a comandante.

Felicitaciones

Entre las numerosas felicitaciones otorgadas a las fuerzas expedicionarias de la Guardia Civil, además de las condecoraciones alemanas y españolas recibidas, destaca singularmente la Orden General del Cuerpo de fecha 26 de septiembre de 1942, publicada en el boletín oficial de 1 de octubre de dicho año y firmada por su Director General, el General de División Enrique Cánovas Lacruz.

En ella se transcribían "para general conocimiento y satisfacción de los interesados, las frases de elogio dedicadas a las fuerzas del Cuerpo que prestan servicios de Policía Militar de la División Española de Voluntarios en Rusia y que, en fecha 20 de junio último, fueron dirigidas como saludo, por el General Jefe de la Policía Militar del Alto Mando Alemán".

La Legión Azul y epílogo

El 20 de octubre de 1943 la División Española de Voluntarios, popularmente conocida como la División Azul, dado el alto número de falangistas que había en la misma, recibió la orden de regresar al territorio nacional. La situación había empezado a cambiar y el gobierno español decidió su sustitución por una unidad de entidad menor, que pasó a denominarse Legión Española de Voluntarios, más conocida como la Legión Azul, quedando constituida oficialmente el 17 de noviembre.

Este cambio, que no volvió a tener relevos, provocó consecuentemente una importante disminución de efectivos de la Guardia Civil, al hacerse ya innecesario cubrir tantos puestos. Hasta el 12 de abril de 1944, fecha en que entró oficialmente en España el último contingente de la Legión Azul, el despliegue de la Guardia Civil, bajo el mando del capitán Angel Ramos Patiño, que contaba con 1 brigada y 1 guardia conductor, quedó formado por una sección de vanguardia, integrada por 1 teniente, 1 sargento, 4 cabos y 38 guardias; y una sección de retaguardia, compuesta por 1 teniente, 3 sargentos, 2 cabos y 30 guardias.

En total en la División Española de Voluntarios, entre el 14 de julio de 1941 y el 16 de noviembre de 1943, y en la Legión Española de Voluntarios, entre el 17 de noviembre de 1943 y el 12 de abril de 1944, sirvieron un total de 5 capitanes, 16 tenientes y 320 suboficiales y guardias civiles, independientemente de un número indeterminado que desde España y regreso, vistiendo el uniforme verde del Cuerpo y portando el tradicional sombrero negro, escoltó ocasionalmente por toda Europa diversos trenes que transportaban mercancías y efectos nacionales para los divisionarios.

Directores Generales divisionarios

Siete Directores Generales de la Guardia Civil sirvieron en su día como jefes u oficiales en la División Española de Voluntarios: Luis Zanón Aldalur (10-12-1962/31-12-1965); Angel Ramírez de Cartagena y Marcaida (4-1-1966/21-11-1967); Luis Díez-Alegría Gutiérrez (7-3-1969/13-1-1972); ght:bold;">José Vega Rodríguez (17-5-1975/10-10-1975); Angel Campano López (11-10-1975/23-12-1976); Antonio Ibáñez Freire (23-12-1976/2-5-1978); y José Luis Aramburu Topete (21-4-1980/26-10-1983).

El uniforme que portaban era el de la "Fieldgendarmerie" (policía militar alemana) con el tradicional "collar" que servía de reflectante y de elemento identifica torio (por eso los soldados alemanes llamaban "perros" a los PM, por el collar), pero la verdad es que muchos guardias llevaron el uniforme de la Guardia Civil en el frente ruso (incluido tricornio) algo que desataba la furia de los oficiales alemanes porque violaba el estricto código de vestimenta de la Werthmacht. Los guardias civiles fueron los únicos que no recibieron pistolas por parte del ejército alemán. El motivo fue que en España se decidió dotar de pistolas STAR 9mm (arma reglamentaria del cuerpo) a los guardias civiles que partieran a Leningrado para garantizar la seguridad de los divisionarios durante el viaje. Pues como curiosidad, durante el viaje al campamento de entrenamiento los guardias tuvieron que desenfundar en más de una ocasión el hierro porque los enfrentamientos entre españoles y alemanes eran muy frecuentes durante las paradas de tren, así lo registran cartas al General Muñoz Grandes.

Si revisáis fotos de este post, veréis en algunas a guardias civiles con la "cruz de hierro" (la condecoración alemana más famosa de la IIGM) en su uniforme fruto de sus hazañas por Rusia. Fue a principios de los 50 cuando ya el Ministerio de Defensa prohibió tajantemente que los militares portaran condecoraciones de la División Azul

2 comentarios:

hector dijo...

"Fue a principios de los 50 cuando ya el Ministerio de Defensa prohibió tajantemente que los militares portaran condecoraciones de la División Azul." cito textualmente porque remata Ud. así su interesante post. No me cabe duda de que lo habrá Ud. sacado de algún B.O. pero, si esa prohibición tajante existió, no se le hizo el menor caso. Hice la mili el '85 y en la época, aunque muy viejitos ya, concurrían a los actos castrenses, multitud de militares de uniforme con sus condecoraciones alemanas bien a la vista. Tuve el honor de asistir a la ceremonia del traslado de los restos mortales de Teodoro Palacios al Panteón de cántabros ilustres y allí ya ni le digo, Siempre escuché que los militares norteamericanos flipaban en las ceremonias conjuntas en Rota, Zaragoza o Torrejón con las condecoraciones que ostentaban nustros mandos. Puede ser nuestro espíritu anárquico, totalmente transversal, pero la prohibición "tajante" no tuvo el menor efecto. Un cordial saludo de HB.

Unknown dijo...

Contra el comunismo,lo que haga falta,y ojito que está bien vivo y coleando,y está muy metido en las instituciones,Nacionales,autonómicas,municipales, y demás organismos.