Los suizos rechazan en las urnas la abolición del servicio militar obligatorio
El 73% de los votantes rechazan la propuesta de los pacifistas
El Ejército está compuesto por 155.000 hombres de entre 20 y 32 años
Lucía Abellán Bruselas 22 SEP 2013 - 18:37 CET123
Suiza ha expresado un respaldo mayoritario a su peculiar modelo de defensa: un servicio militar obligatorio que convierte en potenciales soldados a todos los jóvenes del país y les permite guardar un arma en casa. El referéndum convocado para decidir sobre el futuro del sistema ha arrojado un abrumador 73% favorable a un esquema que obliga a todos los hombres de 20 a 32 años a recibir formación militar y a guardar un arma en casa. Los suizos ahondan así en una de las muchas paradojas que los definen, en este caso la de considerarse un país neutral y pacifista y, sin embargo, mantener un importante compromiso militar.
El Grupo para una Suiza sin Armas, formado principalmente por socialistas, verdes y feministas, había pedido el referéndum para sustituir el actual modelo obligatorio por otro voluntario, además de un pequeño Ejército profesional. En la actualidad ya existe una tropa profesionalizada (2.650 profesionales), pero el grueso de la fuerza militar reside en los 155.000 ciudadanos que deben completar una formación militar que se actualiza cada año, con ejercicios de tiro incluidos. Ese colectivo supone el 60% en edad y condiciones de formar parte del Ejército. El resto de los jóvenes optan por un servicio civil sustitutorio o acceden a pagar el 4% de su salario para librarse del servicio militar.
El Gobierno federal había pedido el mantenimiento del modelo, que fue refrendado en los 23 cantones en que se divide el país. El presidente y también ministro de Defensa, Ueli Maurer, esgrimía la “cohesión del país” como principal argumento. En el bando contrario, el portavoz de la organización convocante del referéndum, Tobias Schnebli, consideró el mantenimiento del servicio militar como “un instrumento de guerra del pasado”, según informa France Presse.
Es la tercera vez que este grupo lleva a las urnas la misma petición y la tercera que los ciudadanos la rechazan. La primera vez fue en 1989 y aun hubo otra consulta en 2001. Pese a que no haber participado en guerras en 200 años, los suizos parecen tener apego a su esquema militar.
La vecina Austria planteó también en las urnas la permanencia o no del servicio militar obligatorio el pasado enero. Igualmente los ciudadanos votaron a favor de su sistema, de los pocos obligatorios que quedan en Europa. Además de Suiza y Austria lo mantienen Noruega, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Grecia y Chipre. La mayoría de los países europeos lo han ido desterrando.
Además de sobre el sistema militar, los suizos han tenido la oportunidad de manifestarse sobre otros asuntos. El primero, la posibilidad de que las tiendas de las gasolineras abrieran toda la noche, algo que respaldaron el 55,8% de los votantes. También sobre la ley de vacunaciones. Y finalmente, solo en el cantón de Tessin, sobre uno mucho más controvertido: la obligación de llevar la cara al descubierto en lugares públicos, una idea también secundada por los votos y que se ha interpretado como una prohibición del burka y otros atuendos de tipo religioso.
Los referendos son una práctica habitual en el sistema democrático suizo, que establece esta posibilidad para revocar cualquier norma aprobada en la Asamblea federal. El requisito para concurrir a las urnas es haber reunido 50.000 firmas en 100 días. Además de estas consultas facultativas, el Gobierno tiene la obligación de convocar referendos cuando las leyes afectan a normas constitucionales o de derecho internacional, lo que convierte en muy frecuentes las consultas en las urnas.
El Grupo para una Suiza sin Armas, formado principalmente por socialistas, verdes y feministas, había pedido el referéndum para sustituir el actual modelo obligatorio por otro voluntario, además de un pequeño Ejército profesional. En la actualidad ya existe una tropa profesionalizada (2.650 profesionales), pero el grueso de la fuerza militar reside en los 155.000 ciudadanos que deben completar una formación militar que se actualiza cada año, con ejercicios de tiro incluidos. Ese colectivo supone el 60% en edad y condiciones de formar parte del Ejército. El resto de los jóvenes optan por un servicio civil sustitutorio o acceden a pagar el 4% de su salario para librarse del servicio militar.
El Gobierno federal había pedido el mantenimiento del modelo, que fue refrendado en los 23 cantones en que se divide el país. El presidente y también ministro de Defensa, Ueli Maurer, esgrimía la “cohesión del país” como principal argumento. En el bando contrario, el portavoz de la organización convocante del referéndum, Tobias Schnebli, consideró el mantenimiento del servicio militar como “un instrumento de guerra del pasado”, según informa France Presse.
Es la tercera vez que este grupo lleva a las urnas la misma petición y la tercera que los ciudadanos la rechazan. La primera vez fue en 1989 y aun hubo otra consulta en 2001. Pese a que no haber participado en guerras en 200 años, los suizos parecen tener apego a su esquema militar.
La vecina Austria planteó también en las urnas la permanencia o no del servicio militar obligatorio el pasado enero. Igualmente los ciudadanos votaron a favor de su sistema, de los pocos obligatorios que quedan en Europa. Además de Suiza y Austria lo mantienen Noruega, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Grecia y Chipre. La mayoría de los países europeos lo han ido desterrando.
Además de sobre el sistema militar, los suizos han tenido la oportunidad de manifestarse sobre otros asuntos. El primero, la posibilidad de que las tiendas de las gasolineras abrieran toda la noche, algo que respaldaron el 55,8% de los votantes. También sobre la ley de vacunaciones. Y finalmente, solo en el cantón de Tessin, sobre uno mucho más controvertido: la obligación de llevar la cara al descubierto en lugares públicos, una idea también secundada por los votos y que se ha interpretado como una prohibición del burka y otros atuendos de tipo religioso.
Los referendos son una práctica habitual en el sistema democrático suizo, que establece esta posibilidad para revocar cualquier norma aprobada en la Asamblea federal. El requisito para concurrir a las urnas es haber reunido 50.000 firmas en 100 días. Además de estas consultas facultativas, el Gobierno tiene la obligación de convocar referendos cuando las leyes afectan a normas constitucionales o de derecho internacional, lo que convierte en muy frecuentes las consultas en las urnas.
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