Obama tiene 'esperanzas' en su negociación con Putin para evitar el ataque a Siria
- Dice que está en posición de intervenir si la diplomacia falla
María Ramírez (Corresponsal) | Nueva York
Actualizado miércoles 11/09/2013
04:29 horas
En otro discurso formal desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama se
dirigió este martes a la nación para justificar un posible ataque contra
Siria, pero dijo que su primera opción es ahora negociar con Rusia una
salida para evitarlo.
"En los últimos días hemos visto algunos signos esperanzadores en parte por la amenaza creíble de una acción del ejército de Estados Unidos además de las conversaciones constructivas que tuve con el presidente Putin. El Gobierno ruso ha indicado su voluntad de unirse a la comunidad internacional para presionar a Asad para que abandone sus armas químicas", dijo Obama en un discurso resumen de los de las últimas tres semanas, pero con el añadido de la nueva sorpresa en su política hacia Siria.
"Es demasiado pronto para saber si esta oferta tendrá éxito y cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Asad mantiene sus compromisos, pero esta iniciativa tiene potencial para eliminar la amenaza de las armas químicas sin el uso de la fuerza", aseguró durante sus 15 minutos de discurso.
El presidente ha pedido al Congreso que retrase la votación para autorizar el
ataque que pidió con urgencia el 31 de agosto. Aun así, Obama aseguró que el
Pentágono no moverá los cinco destructores que tiene desplegados en el
Mediterráneo y listos para el ataque. "He ordenado a nuestro ejército mantener
sus posiciones actuales para seguir con la presión contra Asad y estar en
posición de responder si la diplomacia falla", dijo.
Obama volvió a recordar los más de 1.400 asesinados en el ataque con gas sarín del 21 de agosto a las afueras de Damasco y animó a los estadounidenses a que vean los vídeos que muestran a niños agonizantes por la intoxicación. "Cuando los dictadores cometen atrocidades, dependen de que el mundo mire hacia otro lado hasta que esas fotos terribles se disuelven en la memoria, pero esas cosas pasaron. No pueden negarse los hechos", dijo Obama, que recordó las cámaras de gas en el Holocausto.
Su renovada confianza en estos mediadores contrasta con su actitud hasta ahora. En agosto, Obama incluso decidió cancelar un encuentro bilateral con su homólogo ruso como castigo a la falta de cooperación en Siria. Ya ha hecho firmar a 33 aliados, entre ellos España, una declaración que dice que "el mundo" no puede esperar "a los fracasados procesos interminables" de la ONU. Pero este martes el presidente anunció que empezaban los tratos para acordar el control del armamento químico sirio con "una potencial resolución" del Consejo de Seguridad, el mismo organismo bloqueado por Rusia desde hace dos años y medio.
Nada más empezar la negociación ya ha quedado claro que será difícil incluso crear el marco legal para la operación. El mayor punto de discordia es que Estados Unidos, apoyado por Francia y Reino Unido, quiere mantener la amenaza militar como factor de presión mientras Moscú exige que Siria se libere de esta posibilidad de inmediato. Por este desacuerdo, Rusia anunció este martes que no iría a una reunión del Consejo de Seguridad un par de horas después de pedirla y el encuentro se canceló.
La propuesta inicial de resolución de Francia incluye la mención del uso de la fuerza si el régimen de Bashar Asad, que ni siquiera admite tener armas químicas, no cumple con el desarme. Un grupo de seis senadores demócratas y republicanos ya están escribiendo un borrador en la misma dirección para que el Congreso respalde la negociación diplomática, pero también el ataque si Siria no coopera.
Ahora bien, la posible solución aún es difícil de vislumbrar. Aparte de los escollos diplomáticos, la destrucción del gas sarín y otras sustancias tóxicas prohibidas por la convención internacional que entró en vigor en 1997 no será, en ningún caso, fácil. Para empezar, el régimen de Bashar Asad tendría que reconocer que posee estas armas. Fuentes francesas aseguran que tiene hasta 1.000 toneladas.
Las sustancias, en parte importadas durante los años 80 de la antigua Unión Soviética, están distribuidas en lugares secretos, la mayoría no identificados por los servicios secretos occidentales. Su localización y destrucción es técnicamente más compleja que en el caso del armamento nuclear como cuando Estados Unidos desmontó el arsenal de Libia según un acuerdo de 2003. El desarme en el caso de Siria se haría, además, en medio de una cruda guerra civil.
Tampoco está claro que Naciones Unidas tenga capacidad o voluntad para ejecutar la operación. Interrogado por la experiencia en la destrucción de armas, el portavoz del secretario de la ONU sólo citó este martes como ejemplo la experiencia de Estados Unidos y Rusia en sus acuerdos recíprocos de desarme.
"En los últimos días hemos visto algunos signos esperanzadores en parte por la amenaza creíble de una acción del ejército de Estados Unidos además de las conversaciones constructivas que tuve con el presidente Putin. El Gobierno ruso ha indicado su voluntad de unirse a la comunidad internacional para presionar a Asad para que abandone sus armas químicas", dijo Obama en un discurso resumen de los de las últimas tres semanas, pero con el añadido de la nueva sorpresa en su política hacia Siria.
"Es demasiado pronto para saber si esta oferta tendrá éxito y cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Asad mantiene sus compromisos, pero esta iniciativa tiene potencial para eliminar la amenaza de las armas químicas sin el uso de la fuerza", aseguró durante sus 15 minutos de discurso.
'Cuando los dictadores cometen atrocidades, dependen de que el mundo mire hacia otro lado'
Obama volvió a recordar los más de 1.400 asesinados en el ataque con gas sarín del 21 de agosto a las afueras de Damasco y animó a los estadounidenses a que vean los vídeos que muestran a niños agonizantes por la intoxicación. "Cuando los dictadores cometen atrocidades, dependen de que el mundo mire hacia otro lado hasta que esas fotos terribles se disuelven en la memoria, pero esas cosas pasaron. No pueden negarse los hechos", dijo Obama, que recordó las cámaras de gas en el Holocausto.
'Aprendimos de Irak'
El peligro para las tropas, el precedente humanitario y el mal ejemplo para la región son otros motivos para intervenir. El presidente insistió en que el ataque, en cualquier caso, sería muy limitado y no buscaría derrocar a Asad. "No creo que debamos quitar a otro dictador con la fuerza. Aprendimos de Irak que hacerlo nos hace responsables de lo que viene luego. Pero un ataque limitado puede hacer a Asad, o a cualquier otro dictador, pensárselo dos veces antes de usar armas químicas", dijo Obama en una defensa de la acción militar que contradice su actual propuesta de negociar con Rusia en Naciones Unidas.Su renovada confianza en estos mediadores contrasta con su actitud hasta ahora. En agosto, Obama incluso decidió cancelar un encuentro bilateral con su homólogo ruso como castigo a la falta de cooperación en Siria. Ya ha hecho firmar a 33 aliados, entre ellos España, una declaración que dice que "el mundo" no puede esperar "a los fracasados procesos interminables" de la ONU. Pero este martes el presidente anunció que empezaban los tratos para acordar el control del armamento químico sirio con "una potencial resolución" del Consejo de Seguridad, el mismo organismo bloqueado por Rusia desde hace dos años y medio.
Nada más empezar la negociación ya ha quedado claro que será difícil incluso crear el marco legal para la operación. El mayor punto de discordia es que Estados Unidos, apoyado por Francia y Reino Unido, quiere mantener la amenaza militar como factor de presión mientras Moscú exige que Siria se libere de esta posibilidad de inmediato. Por este desacuerdo, Rusia anunció este martes que no iría a una reunión del Consejo de Seguridad un par de horas después de pedirla y el encuentro se canceló.
La propuesta inicial de resolución de Francia incluye la mención del uso de la fuerza si el régimen de Bashar Asad, que ni siquiera admite tener armas químicas, no cumple con el desarme. Un grupo de seis senadores demócratas y republicanos ya están escribiendo un borrador en la misma dirección para que el Congreso respalde la negociación diplomática, pero también el ataque si Siria no coopera.
El ataque se frena
Aunque mantenga la amenaza, en realidad, Obama ya ha accedido a frenar los preparativos de su ataque contra Siria. En gran parte porque la oposición creciente de demócratas y republicanos hace improbable que el Congreso apruebe la autorización de atacar y seis de cada diez estadounidenses están en contra de la operación, según cuatro encuestas publicadas esta semana.Ahora bien, la posible solución aún es difícil de vislumbrar. Aparte de los escollos diplomáticos, la destrucción del gas sarín y otras sustancias tóxicas prohibidas por la convención internacional que entró en vigor en 1997 no será, en ningún caso, fácil. Para empezar, el régimen de Bashar Asad tendría que reconocer que posee estas armas. Fuentes francesas aseguran que tiene hasta 1.000 toneladas.
Las sustancias, en parte importadas durante los años 80 de la antigua Unión Soviética, están distribuidas en lugares secretos, la mayoría no identificados por los servicios secretos occidentales. Su localización y destrucción es técnicamente más compleja que en el caso del armamento nuclear como cuando Estados Unidos desmontó el arsenal de Libia según un acuerdo de 2003. El desarme en el caso de Siria se haría, además, en medio de una cruda guerra civil.
Tampoco está claro que Naciones Unidas tenga capacidad o voluntad para ejecutar la operación. Interrogado por la experiencia en la destrucción de armas, el portavoz del secretario de la ONU sólo citó este martes como ejemplo la experiencia de Estados Unidos y Rusia en sus acuerdos recíprocos de desarme.
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