El soldado de la División Azul regresa 70 años después
Los familiares de Francisco Belmonte, en el cementerio de Rojales. | Manuel Lorenzo- La nieta de Belmonte localizó los restos en el Foro de la Memoria Blau
- Su hijo ya lo había buscado, sin éxito, cuando emigró a Alemania en 1961
- Belmonte estaba enterrado en Rusia tras fallecer en un hospital de campaña
G.C. | Rojales (Alicante)
Actualizado domingo 08/09/2013 11:14 horas
Francisco Belmonte Quinto nació en Almoradí en 1914 pero vivió en Los Montesinos, de donde era natural su esposa. A los 31 años murió en uno de los episodios más cruentos y decisivos de la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Stalingrado.
Desde este fin de semana sus restos descansan en el cementerio de Rojales tras permanecer durante más de 70 años en dos camposantos rusos. Del de Pankovska, en la ciudad de Novgorod, conocido como el "de los españoles", es de donde fueron exhumados.
Su hijo, Francisco Belmonte Maciá, –de 77 años–, y sus nietos al fin han podido repatriar los restos de su familiar, quien se alistó a la conocida como División Azul, tal y como hicieron miles de jóvenes españoles tras la Guerra Civil Española. Este cuerpo militar fue una unidad de voluntarios que apoyaron entre 1941 y 1945 al ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente en el frente contra la Unión Soviética.
Nicho de Francisco Belmonte. | M.Lorenzo
"Estoy feliz y contento; satisfecho por tener por fin los restos de mi padre al que nunca olvidé" relataba este sábado Francisco Belmonte quien apenas recuerda a su progenitor, pues cuando falleció él tenía siete años y su hermano tres. "Se ha cumplido una de las ilusiones de mi vida; estaba ya muy desanimado pero al final gracias a mi hija Ramona lo hemos conseguido" aseguraba.
Los restos llegaron a Rojales –donde reside actualmente el hijo del fallecido junto a su esposa, natural de esta localidad– a últimas horas del viernes. Sus familiares se desplazaron hasta una dependencia del Ministerio de Defensa de la capital para recogerlos.
Habían llegado horas antes vía aérea procedentes de Rusia. Junto a Belmonte figuraban restos de otros tres soldados y de un capitán de la División Azul de otros puntos de España, caídos durante el asedio a Stalingrado.
El ministerio de Defensa entregó a los familiares los restos del fallecido, una bandera española y su placa identificativa, muy deteriorada por el paso de los años.
Belmonte Quinto se alistó en la División Azul un lejano ya 18 de febrero de 1943. Poco después, el 24 de marzo de ese mismo año su familia recibió la noticia de que había fallecido en el frente de Stalingrado.
Durante la batalla fue herido perdiendo la vida poco después en un hospital de campaña. Esta circunstancia hizo que fuese enterrado debidamente identificado, hecho que ha facilitado su localización y traslado.
Francisco Belmonte Maciá comenzó la búsqueda de su padre en 1961, cuando emigró por motivos de trabajo a Alemania. Relata que pensaba que estaba enterrado en este país.
Paso el tiempo hasta que hace poco más de dos años cuando una de sus hijas, Ramona Belmonte, reinició la búsqueda contactando con el Foro de la Memoria Blau.
La suerte de contar con la ayuda de este colectivo formado por descendientes de miembros de la División Azul, y que el fallecido se encontrara identificado en el cementerio de Pankovska, facilitó su localización.
"Sabíamos que mi abuelo había muerto en Rusia y poco más hasta que me puse a mirar por Internet haber si conseguía algún dato más", relata la nieta del fallecido. Fue entonces cuando al teclear el nombre de su abuelo, éste apareció en la página del foro. A partir de ese momento, hace más de dos años, comenzaron los contactos.
La bisnieta de Belmonte Quinto, Mirian Pascual, también se encontraba en el cementerio. Emocionada, como el resto de sus familiares, aseguró sentirse sorprendida porque su antepasado participara en un hecho que ella mismo había estudiado en los libros de texto.
La próxima semana tendrá lugar en Rojales una misa en la iglesia parroquial y se celebrará el entierro de Francisco Belmonte, que perteneció a la Nueve Compañía del III Batallón de la División Azul.
Desde este fin de semana sus restos descansan en el cementerio de Rojales tras permanecer durante más de 70 años en dos camposantos rusos. Del de Pankovska, en la ciudad de Novgorod, conocido como el "de los españoles", es de donde fueron exhumados.
Su hijo, Francisco Belmonte Maciá, –de 77 años–, y sus nietos al fin han podido repatriar los restos de su familiar, quien se alistó a la conocida como División Azul, tal y como hicieron miles de jóvenes españoles tras la Guerra Civil Española. Este cuerpo militar fue una unidad de voluntarios que apoyaron entre 1941 y 1945 al ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente en el frente contra la Unión Soviética.
Nicho de Francisco Belmonte. | M.Lorenzo"Estoy feliz y contento; satisfecho por tener por fin los restos de mi padre al que nunca olvidé" relataba este sábado Francisco Belmonte quien apenas recuerda a su progenitor, pues cuando falleció él tenía siete años y su hermano tres. "Se ha cumplido una de las ilusiones de mi vida; estaba ya muy desanimado pero al final gracias a mi hija Ramona lo hemos conseguido" aseguraba.
Los restos llegaron a Rojales –donde reside actualmente el hijo del fallecido junto a su esposa, natural de esta localidad– a últimas horas del viernes. Sus familiares se desplazaron hasta una dependencia del Ministerio de Defensa de la capital para recogerlos.
Habían llegado horas antes vía aérea procedentes de Rusia. Junto a Belmonte figuraban restos de otros tres soldados y de un capitán de la División Azul de otros puntos de España, caídos durante el asedio a Stalingrado.
El ministerio de Defensa entregó a los familiares los restos del fallecido, una bandera española y su placa identificativa, muy deteriorada por el paso de los años.
Belmonte Quinto se alistó en la División Azul un lejano ya 18 de febrero de 1943. Poco después, el 24 de marzo de ese mismo año su familia recibió la noticia de que había fallecido en el frente de Stalingrado.
Durante la batalla fue herido perdiendo la vida poco después en un hospital de campaña. Esta circunstancia hizo que fuese enterrado debidamente identificado, hecho que ha facilitado su localización y traslado.
Francisco Belmonte Maciá comenzó la búsqueda de su padre en 1961, cuando emigró por motivos de trabajo a Alemania. Relata que pensaba que estaba enterrado en este país.
Paso el tiempo hasta que hace poco más de dos años cuando una de sus hijas, Ramona Belmonte, reinició la búsqueda contactando con el Foro de la Memoria Blau.
La suerte de contar con la ayuda de este colectivo formado por descendientes de miembros de la División Azul, y que el fallecido se encontrara identificado en el cementerio de Pankovska, facilitó su localización.
"Sabíamos que mi abuelo había muerto en Rusia y poco más hasta que me puse a mirar por Internet haber si conseguía algún dato más", relata la nieta del fallecido. Fue entonces cuando al teclear el nombre de su abuelo, éste apareció en la página del foro. A partir de ese momento, hace más de dos años, comenzaron los contactos.
La bisnieta de Belmonte Quinto, Mirian Pascual, también se encontraba en el cementerio. Emocionada, como el resto de sus familiares, aseguró sentirse sorprendida porque su antepasado participara en un hecho que ella mismo había estudiado en los libros de texto.
La próxima semana tendrá lugar en Rojales una misa en la iglesia parroquial y se celebrará el entierro de Francisco Belmonte, que perteneció a la Nueve Compañía del III Batallón de la División Azul.
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