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sábado, 20 de abril de 2013

"EL EJÉRCITO DE ISAAC", MATHEW BRZEZINSKI, PUBLICA UN LIBRO SOBRE LA RESISTENCIA JUDIA

GUETO DE VARSOVIA | 70º aniversario de la liberación del Gueto

'La resistencia judía fue secundaria, bastante tenían con intentar sobrevivir'

Eduardo Álvarez |
Actualizado viernes 19/04/2013 16:36 horas
 
Polonia conmemora este viernes el 70º aniversario del inicio de la liberación del Gueto de Varsovia. Fue el principio del fin de uno de los capítulos más terribles de la Historia de la humanidad.

Matthew Brzezinski, periodista canadiense y ex corresponsal de 'The Wall Street Journal', acaba de publicar 'El ejército de Isaac' (Editorial Clave Intelectual), una extraordinaria y sobrecogedora novela sobre los movimientos de resistencia judíos en la Polonia ocupada, basada en hechos reales y fruto de una ardua labor de investigación de muchos años, en la que el autor ha contado con el testimonio de supervivientes del Holocausto.

Pregunta.- Al leer su magnífica novela, lo primero que uno se pregunta es cómo es posible que a las autoridades polacas les cogiera tan absolutamente desprevenidas la invasión nazi. Da la impresión de que vivían en una ficción, en una burbuja.

Matthew Brzezinski.Matthew Brzezinski.

Respuesta.- Los ejercicios de retrospección no cuestan nada y, aunque a nosotros nos parezca hoy inexplicable, de la misma manera podríamos decir que resulta sorprendente que a Estados Unidos le cogiera tan desprevenido un ataque terrorista de la magnitud de los atentados del 11-S ya que eran más que claros los indicios de que Al Qaeda estaba intensificando su actividad. El Gobierno polaco debería haber estado mejor preparado para la agresión nazi, sin lugar a dudas, pero ninguna experiencia cultural o histórica podría haber preparado a los judíos de Europa para el Holocausto.

P.- No menos sorprendente resulta que, durante los años de terror sufrido por los judíos en Varsovia y en el resto de Polonia, y especialmente durante el Gueto, las luchas políticas e ideológicas entre los sionistas y el Bund (Unión General de Trabajadores Judíos de Lituania, Polonia y Rusia, de corte socialista, opuesto al sionismo) se mantuvieran vivas.

R.- También esto parece inimaginable cuando se contempla con la perspectiva del tiempo, pero los movimientos de resistencia en el conjunto de Europa estaban, salvo unas pocas excepciones, divididos ideológicamente y luchando por separado.

P.- ¿Cómo planificó el régimen nazi el Gueto?

R.- Desde un punto de vista práctico y logístico, las concentraciones de judíos en pequeñas zonas geográficas formaron parte del plan genocida general y resultaron más fáciles por el hecho de que los judíos eran en su mayoría población urbana que ya vivía concentrada en sus propios barrios.

P.- Una de las grandes lecciones de su obra, sin duda, es que, a través de los ejemplos de resistencia individual o resistencia colectiva de los judíos, se demuestra que los seres humanos son capaces de los actos más heroicos en las circunstancias más adversas imaginables.

R.- A mí también me llamó eso poderosamente la atención y, en mi afán por encontrar el 'gen del héroe', me causó una decepción que no encontrara ninguno, que antes de la guerra algunos de esos individuos fueran personas normales y corrientes y que después de la guerra llevaran una vida de lo más normal. En mi opinión, eso demuestra que en todos nosotros late la capacidad de hacer muchísimo bien y, desgraciadamente, la de hacer muchísimo mal.

P.- ¿Por qué se sabe tan poco de la resistencia judía durante el Holocausto antes del denominado Levantamiento del Gueto?

R.- Antes del Levantamiento del Gueto, la resistencia no estaba armada pero los judíos se resistían de mil maneras, ya fuera desafiando las órdenes del Gueto, ya ocultándose en la clandestinidad, ya pasando alimentos de contrabando para sortear la política nazi de hacer morir de hambre a los judíos o ya viajando por toda Europa oriental disfrazados de gentiles para mantener comunicados entre sí e informados a judíos de diferentes comunidades.

P.- Si antes he mencionado que probablemente durante el episodio más terrible de toda la historia universal es posible encontrar historias individuales de un heroísmo sin igual, también pueden verse los ejemplos más abominables de los que son capaces los seres humanos, no sólo los cometidos por los nazis sino también el comportamiento de otros grupos sociales que aprovecharon aquellas horribles circunstancias en beneficio propio. En su trabajo, por ejemplo, refiere usted el papel de los 'szmalcownicy' (informantes), que es particularmente repugnante.

R.- En mi condición de estadounidense de ascendencia polaca, me resulta especialmente repugnante el papel de los informantes. Soy capaz de escribir más desapasionadamente sobre lo que hicieron los alemanes pero, cuando se trata de relatar la crónica de las monstruosidades de mis compatriotas polacos, se me hace muchísimo más difícil.

Sin embargo, puesto que he tenido la sensación de que hay en Polonia una tendencia a barrer debajo de la alfombra de la historia el tema de la culpabilidad compartida, me pareció que era no sólo una necesidad sino también una responsabilidad mía señalar con el dedo a mi propio pueblo cuando fuera necesario.

P.- También me ha sorprendido que muchos judíos, tanto en los primeros meses de la invasión como después del gueto, regresaran a Varsovia. Es difícil creer que no supieran que estaban arrojándose en brazos de una muerte segura.

R.- Nadie lo sabía. La experiencia de la Primera Guerra Mundial era que los alemanes hacían la guerra de acuerdo con lo que se consideraban por entonces unas pautas europeas de un relativo civismo, guerras en las que los civiles no eran atacados y en las que, con toda certeza, no se asesinaba brutalmente a mujeres y niños. En otras palabras, volvemos una vez más a la misma cuestión de la retrospectiva.

P.- El miedo y la paranoia se apoderaron de la comunidad judía. Los alemanes fueron capaces de explotar hábilmente esa ansiedad de muy diferentes maneras, como bien deja usted demostrado en su obra. Sin embargo, las noticias sobre el Holocausto se consideraron en general alarmistas, pura ficción. Algunos de los personajes de su obra lo expresan diciendo que a los alemanes ni remotamente se les podía ocurrir pensar en matar a todos los judíos de Polonia, por tantos y tantos como había. El hecho de que lo que ocurrió fuera tan absolutamente monstruoso y, por consiguiente, imposible de creer ¿fue el obstáculo principal para la resistencia judía, que podría haber sido mucho más amplia y mucho mejor organizada, o es que era imposible hacer frente a la diabólica maquinaria nazi?

R.- En algunos casos, la gente simplemente no podía creer que fueran posibles semejantes barbaridades. Ahora bien, en un contexto más amplio, la población judía no podría haber organizado una resistencia a gran escala porque la inmensa mayoría no estaba más que para aferrarse a su propia supervivencia física, para salvarse de las enfermedades y la desnutrición. De la misma manera que había un grupo limitado de posibles soldados, también había un núcleo, aunque prácticamente inexistente, de oficiales militares entrenados para encabezar un movimiento organizado de resistencia.

Antes de la guerra, a los judíos se les había disuadido de alistarse en las fuerzas armadas de Polonia debido al antisemitismo y por tanto había muy pocos judíos que supieran planificar una campaña militar. Y por último, aun el supuesto de que hubiera habido un grupo de hombres capaces y en forma y unos oficiales capaces de dirigirlos, los judíos no tenían prácticamente acceso alguno a armas.
El simple hecho de reunir armas y explosivos suficientes para 500 personas resultó ser un reto casi insuperable para los combatientes del gueto. Les habría resultado absolutamente imposible reunir un arsenal suficiente para medio millón de personas. Los movimientos gentiles de resistencia disponían de todas esas ventajas: enormes almacenes clandestinos de armas tomadas antes de la capitulación y ocultos a los alemanes, oficiales capacitados y una jerarquía militar sobre el terreno, además de una población general que estaba infinitamente más sana en términos de enfermedades y de nutrición y, por tanto, mucho más capacitada para combatir.

P.- En su opinión, ¿tienen las generaciones más jóvenes conciencia real de la importancia del Holocausto?

R.- En gran medida, lamentablemente sólo gracias a películas como 'La lista de Schindler' y 'Resistencia'. No obstante, si está pensando usted en términos morales, nuestra sociedad y nuestro mundo siguen tolerando genocidios que se producen cada pocos años en diversas partes del globo.

P.- Después del Holocausto, la humanidad ha sido testigo de otros genocidios, por ejemplo en África. ¿Tan poco ha avanzado la comunidad internacional en estos 60 años?

R.- Por desgracia, parece que los genocidios europeos encuentran más eco entre los occidentales y, cuando decimos 'nunca más', parece que queramos decir 'nunca más en nuestras costas'.

P.- Por último, ¿qué opinión le merece a usted la actuación del Estado israelí en el conflicto con los palestinos?

R.- No deja de resultar una trágica ironía la forma en que algunos elementos políticos de Israel tratan a los palestinos y la forma en que Israel, un país que se fundó sobre los principios morales más elevados y que durante muchas décadas ha vivido de acuerdo con esos principios, parece haber perdido algo de esos elevados fundamentos morales.

Tal vez lo más triste sea que algunos partidos políticos de Israel tratan de explotar el Holocausto para justificar las políticas por las que ellos abogan, lo cual causa un sufrimiento enorme e innecesario a muchos palestinos.

 

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