La guerra de Malí se extiende a Argelia
Un grupo afín a Al Qaeda secuestra a 41 occidentales y 150 argelinos en una planta de gas
Para su liberación exige el fin de la operación francesa en el Sahel

Imagen de la planta petrolífera de BP en In Amenas. / - (AFP)
Un grupo ultrarradical afín a Al Qaeda, dirigido por un histórico terrorista, ha castigado este miércoles a Argelia por su solidaridad con Francia en la guerra que este país libra contra los islamistas armados en el norte de Malí. Ha perpetrado su mayor secuestro colectivo apresando a 41 rehenes occidentales, aunque fuentes oficiales argelinas rebajan a “más de veinte” el número de cautivos. Este secuestro masivo en una planta energética del sureste del país es el mayor desafío terrorista al que se enfrenta el Gobierno argelino desde que en 2003 el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), del que nació Al Qaeda en el Magreb, capturó a 32 turistas en el Sáhara.
El secretario de Defensa de EE UU, León Panetta, ha prometido que tomará "todas las medidas necesarias" para rescatar a los rehenes estadounidenses de este "ataque terrorista" y ha declarado que desconoce aún si existe una relación entre lo sucedido y la intervención francesa en Malí. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, telefoneó esta mañana al embajador estadounidense en Argelia, Henry Ensher, y también al primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal.
Los occidentales están encerrados en una fábrica del recinto y en sus alojamientos, según Jaled Abu el Abass, que actúa como portavoz de los terroristas. Para dar su versión suele contactar con dos pequeñas agencias de prensa privadas mauritanas, Sahara Media y ANI.
Las autoridades argelinas han ido reaccionando con lentitud. La agencia oficial de prensa (APS) no ha informado hasta después del mediodía de que se había producido un secuestro. El Gobierno Civil de Illizi, la zona donde está la plataforma gasística, ha precisado por la noche que el número de rehenes extranjeros “superaba la veintena”.
Las instalaciones petroleras y gasísticas suelen estar muy protegidas por seguridad privada y por la Gendarmería. Conseguir introducirse en ellas es una hazaña. La que ha sido atacada este miércoles es explotada conjuntamente por la empresa argelina Sonatrach, la británica BP y la noruega Statoil. BP ha anunciado que la extracción de gas ha quedado paralizada.
Los terroristas obedecen a Mojtar Belmojtar, el responsable del secuestro de tres catalanes en Mauritania en 2009, que a finales del año pasado se escindió de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) para fundar su propia célula que bautizó “Aquellos que firman con su sangre”.
Aunque se haya separado de Al Qaeda, Belmojtar convive con sus jefes en el norte de Malí y comparte sus objetivos. Llevaba días diciendo que devolverá “ojo por ojo, diente por diente” los golpes que reciban los islamistas en el norte de Malí.
En su último comunicado exigió anoche “el fin inmediato de la agresión contra nuestros hermanos en Malí”. De eso depende la vida de los rehenes. Pero a esa réplica a la intervención francesa se añade otro objetivo: conseguir la excarcelación de varias decenas de islamistas en Argelia.
El ministro argelino de Interior, Dahu Uld Kablia, había contestado de antemano ante las cámaras de la televisión pública: las autoridades “rechazan cualquier negociación”. El Ejército argelino y la Gendarmería tienen cercada la instalación y Argel ha prohibido además el sobrevuelo de la zona. La empresa española Cepsa ha cerrado una planta contigua.
A menos que se ejerzan fuertes presiones, especialmente de EE UU, sobre el Gobierno argelino, “es seguro que se ordenará el asalto a la instalación gasística”, asegura un periodista argelino experto en terrorismo.
En 2003 Argel ya lo hizo para liberar a los turistas apresados, pero solo consiguió rescatar a la mitad y los demás fueron trasladados al norte de Malí. Más recientemente Argel se negó a negociar con el MUYAO, un pequeño grupo asociado a Al Qaeda que secuestró en marzo al vicecónsul argelino en Gao (Malí), Tahir Tuati, al que asesinó en septiembre.
“Es evidente que hay un vínculo directo entre este golpe de Belmojtar y el apoyo argelino a Francia”, asegura el politólogo argelino Chafic Mesbah. La autorización de sobrevuelo dada por Argel a la fuerza aérea francesa que bombardea a los grupos armados en Malí “supone un cambio de actitud argelino”, asegura Mesbah, que fue coronel de Estado Mayor. “Hace 20 años se denegó la petición de París para utilizar el espacio aéreo argelino para intervenir en Chad”, recuerda.
Ese fue uno de los dos gestos solidarios con Francia del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, quien en diciembre recibió en Argel a su homólogo François Hollande. El otro fue el cierre de la frontera entre Argelia y Malí para impedir que los terroristas atacados en el norte de este país la crucen para ponerse a salvo. Aun así, la frontera sigue siendo permeable. Prueba de ello es que el comando que perpetró el secuestro colectivo salió de Malí.
El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, ha agradecido “el respaldo político de envergadura” que brinda Argelia a Francia. Lo ha achacado a la toma de conciencia por parte de Argel de que lo que sucede en Malí es para ella un gran desafío.
- Armados hasta los dientes, 60 terroristas han atacado de madrugada un centro de extracción de gas en Amenas, cerca de la frontera libia, al sureste del país, causando dos muertos (un británico y un argelino), tres heridos (dos británicos y un noruego) y secuestrando a 41 occidentales, entre los que figuran 13 noruegos, siete estadounidenses y ciudadanos de Francia, Canadá, Japón e Irlanda, entre otros países.
El secretario de Defensa de EE UU, León Panetta, ha prometido que tomará "todas las medidas necesarias" para rescatar a los rehenes estadounidenses de este "ataque terrorista" y ha declarado que desconoce aún si existe una relación entre lo sucedido y la intervención francesa en Malí. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, telefoneó esta mañana al embajador estadounidense en Argelia, Henry Ensher, y también al primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal.
150 argelinos entre los rehenes
Entre los apresados hay también 150 argelinos, en su mayoría empleados de la empresa francesa CIS Catering, pero a diferencia de los occidentales, estos gozan de libertad de movimiento en la planta gasística.Los occidentales están encerrados en una fábrica del recinto y en sus alojamientos, según Jaled Abu el Abass, que actúa como portavoz de los terroristas. Para dar su versión suele contactar con dos pequeñas agencias de prensa privadas mauritanas, Sahara Media y ANI.
Las autoridades argelinas han ido reaccionando con lentitud. La agencia oficial de prensa (APS) no ha informado hasta después del mediodía de que se había producido un secuestro. El Gobierno Civil de Illizi, la zona donde está la plataforma gasística, ha precisado por la noche que el número de rehenes extranjeros “superaba la veintena”.
Las instalaciones petroleras y gasísticas suelen estar muy protegidas por seguridad privada y por la Gendarmería. Conseguir introducirse en ellas es una hazaña. La que ha sido atacada este miércoles es explotada conjuntamente por la empresa argelina Sonatrach, la británica BP y la noruega Statoil. BP ha anunciado que la extracción de gas ha quedado paralizada.
Los terroristas obedecen a Mojtar Belmojtar, el responsable del secuestro de tres catalanes en Mauritania en 2009, que a finales del año pasado se escindió de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) para fundar su propia célula que bautizó “Aquellos que firman con su sangre”.
Aunque se haya separado de Al Qaeda, Belmojtar convive con sus jefes en el norte de Malí y comparte sus objetivos. Llevaba días diciendo que devolverá “ojo por ojo, diente por diente” los golpes que reciban los islamistas en el norte de Malí.
En su último comunicado exigió anoche “el fin inmediato de la agresión contra nuestros hermanos en Malí”. De eso depende la vida de los rehenes. Pero a esa réplica a la intervención francesa se añade otro objetivo: conseguir la excarcelación de varias decenas de islamistas en Argelia.
El ministro argelino de Interior, Dahu Uld Kablia, había contestado de antemano ante las cámaras de la televisión pública: las autoridades “rechazan cualquier negociación”. El Ejército argelino y la Gendarmería tienen cercada la instalación y Argel ha prohibido además el sobrevuelo de la zona. La empresa española Cepsa ha cerrado una planta contigua.
A menos que se ejerzan fuertes presiones, especialmente de EE UU, sobre el Gobierno argelino, “es seguro que se ordenará el asalto a la instalación gasística”, asegura un periodista argelino experto en terrorismo.
En 2003 Argel ya lo hizo para liberar a los turistas apresados, pero solo consiguió rescatar a la mitad y los demás fueron trasladados al norte de Malí. Más recientemente Argel se negó a negociar con el MUYAO, un pequeño grupo asociado a Al Qaeda que secuestró en marzo al vicecónsul argelino en Gao (Malí), Tahir Tuati, al que asesinó en septiembre.
“Es evidente que hay un vínculo directo entre este golpe de Belmojtar y el apoyo argelino a Francia”, asegura el politólogo argelino Chafic Mesbah. La autorización de sobrevuelo dada por Argel a la fuerza aérea francesa que bombardea a los grupos armados en Malí “supone un cambio de actitud argelino”, asegura Mesbah, que fue coronel de Estado Mayor. “Hace 20 años se denegó la petición de París para utilizar el espacio aéreo argelino para intervenir en Chad”, recuerda.
Ese fue uno de los dos gestos solidarios con Francia del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, quien en diciembre recibió en Argel a su homólogo François Hollande. El otro fue el cierre de la frontera entre Argelia y Malí para impedir que los terroristas atacados en el norte de este país la crucen para ponerse a salvo. Aun así, la frontera sigue siendo permeable. Prueba de ello es que el comando que perpetró el secuestro colectivo salió de Malí.
El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, ha agradecido “el respaldo político de envergadura” que brinda Argelia a Francia. Lo ha achacado a la toma de conciencia por parte de Argel de que lo que sucede en Malí es para ella un gran desafío.
--O--
Un histórico combatiente yihadista ligado a Al Qaeda es el autor del ataque
La milicia de Al Muthalimin es una escisión de Al Qaeda en el Magreb Islámico y está dirigida por un argelino que combatió en Afganistán

En la imagen, Mokhtar Belmokhtar, fundador del grupo Al Muthalimin.
La brigada Al Muthalimin (en árabe, “los que firman con su sangre”), dirigida por Mojtar Bel Mojtar, alias Jaled Abul Abas o El Tuerto, ha reivindicado este miércoles la captura de 41 rehenes en la planta de gas del gigante petrolero británico BP situada en Amenas, al este de Argelia. La operación fue bautizada con el nombre de Abdelrrahim al Mauritani, un combatiente muerto.
Antiguo jefe carismático de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), el argelino Bel Mojtar tiene una trayectoria notable en la nebulosa islamista. Nacido el 1 de junio de 1972 en Gardaia, participó con los muyahidines (combatientes islámicos) en la guerra de Afganistán entre 1991 y 1993 antes de incorporarse como miembro al Grupo Islámico Armado (GIA, brazo armado del Frente Islámico de Salvación) y, posteriormente, fundar el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, del que surge AQMI. Una vez afiliado a la red magrebí de Al Qaeda, Mojtar Bel Mojtar participó con su katiba (brigada) en numerosos secuestros, entre ellos el de dos franceses en Niamey (Níger) en enero de 2011 y el de tres cooperantes españoles en Mauritania en 2009.
“Esta brigada ha salido de un grupo que desertó o fue excluido de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) a finales de 2012”, indica Dominique Thomas, especialista en redes islamistas. “El grupo se reconstituyó alrededor de su jefe, Mojtar Bel Mojtar y, seguro de esta nueva independencia, se acercó al Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África del Oeste (Muyao), que controla una parte del este de Malí, concretamente Gao y alrededores”, precisa Thomas.
La brigada estaría constituida por entre 200 y 300 milicianos, bien entrenados y bien armados. No se sabe exactamente quién la compone, sin embargo un rehén argelino en In Amenas ha indicado en un sitio de Internet que “varios miembros del grupo que nos retiene aquí hablan árabe con acentos extranjeros. He notado acentos egipcios, tunecinos e incluso un individuo que habla en sirio”. Mojtar Bel Mojtar estaría presente en el lugar.
Con esta acción, la brigada, que permanecía en calma desde su defección de AQMI, protagoniza un retorno espectacular al seno de la coalición de los grupos islamistas que combaten en Malí. “Se ve claramente que hay una comunidad de posturas y una coordinación entre estos grupos. La brigada Al Muthalimin recuerda así su existencia y asienta su legitimidad frente a otras organizaciones armadas”, comenta Dominique Thomas. “Su organización ha entrado en una gestión concertada con Muyao pero no se le concedía influencia en el territorio argelino. Sin embargo, dado que él mismo es argelino, tiene un conocimiento del terreno y de las complicidades”, prosigue el investigador. Por lo demás, el líder de Al Muthalimin había mostrado antes de la escisión del grupo de AQMI a finales de año [2012] veleidades de cultivar sus contactos libios”, indica Thomas.
“Las divergencias del pasado, sobre todo en lo relativo a egos incompatibles, se han borrado en beneficio de esta operación, ejecutada de una manera concertada”, prosigue Dominique Thomas. Mojtar Bel Mojtar era objeto de críticas en el seno de la organización por su propensión a integrarse en el paisaje local, sobre todo aceptando entrar en tráficos ilegales. “Esto diverge de la línea oficial de AQMI, que se presenta como una organización virtuosa y rigurosa contra los tráficos ilegales. Pero, pragmáticamente, sobre el terreno, se integra en las realidades locales”, explica Dominique Thomas. En el caso de Bel Mojtar, la implicación en el tráfico ilegal se había convertido en un “eje demasiado estructurante”, subrya el especialista.
Antiguo jefe carismático de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), el argelino Bel Mojtar tiene una trayectoria notable en la nebulosa islamista. Nacido el 1 de junio de 1972 en Gardaia, participó con los muyahidines (combatientes islámicos) en la guerra de Afganistán entre 1991 y 1993 antes de incorporarse como miembro al Grupo Islámico Armado (GIA, brazo armado del Frente Islámico de Salvación) y, posteriormente, fundar el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, del que surge AQMI. Una vez afiliado a la red magrebí de Al Qaeda, Mojtar Bel Mojtar participó con su katiba (brigada) en numerosos secuestros, entre ellos el de dos franceses en Niamey (Níger) en enero de 2011 y el de tres cooperantes españoles en Mauritania en 2009.
“Esta brigada ha salido de un grupo que desertó o fue excluido de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) a finales de 2012”, indica Dominique Thomas, especialista en redes islamistas. “El grupo se reconstituyó alrededor de su jefe, Mojtar Bel Mojtar y, seguro de esta nueva independencia, se acercó al Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África del Oeste (Muyao), que controla una parte del este de Malí, concretamente Gao y alrededores”, precisa Thomas.
La brigada estaría constituida por entre 200 y 300 milicianos, bien entrenados y bien armados. No se sabe exactamente quién la compone, sin embargo un rehén argelino en In Amenas ha indicado en un sitio de Internet que “varios miembros del grupo que nos retiene aquí hablan árabe con acentos extranjeros. He notado acentos egipcios, tunecinos e incluso un individuo que habla en sirio”. Mojtar Bel Mojtar estaría presente en el lugar.
Con esta acción, la brigada, que permanecía en calma desde su defección de AQMI, protagoniza un retorno espectacular al seno de la coalición de los grupos islamistas que combaten en Malí. “Se ve claramente que hay una comunidad de posturas y una coordinación entre estos grupos. La brigada Al Muthalimin recuerda así su existencia y asienta su legitimidad frente a otras organizaciones armadas”, comenta Dominique Thomas. “Su organización ha entrado en una gestión concertada con Muyao pero no se le concedía influencia en el territorio argelino. Sin embargo, dado que él mismo es argelino, tiene un conocimiento del terreno y de las complicidades”, prosigue el investigador. Por lo demás, el líder de Al Muthalimin había mostrado antes de la escisión del grupo de AQMI a finales de año [2012] veleidades de cultivar sus contactos libios”, indica Thomas.
“Las divergencias del pasado, sobre todo en lo relativo a egos incompatibles, se han borrado en beneficio de esta operación, ejecutada de una manera concertada”, prosigue Dominique Thomas. Mojtar Bel Mojtar era objeto de críticas en el seno de la organización por su propensión a integrarse en el paisaje local, sobre todo aceptando entrar en tráficos ilegales. “Esto diverge de la línea oficial de AQMI, que se presenta como una organización virtuosa y rigurosa contra los tráficos ilegales. Pero, pragmáticamente, sobre el terreno, se integra en las realidades locales”, explica Dominique Thomas. En el caso de Bel Mojtar, la implicación en el tráfico ilegal se había convertido en un “eje demasiado estructurante”, subrya el especialista.


No hay comentarios:
Publicar un comentario