Testigos de los bombardeos en Homs: «No paramos de recoger cadáveres de niños»
Más de 260 personas han muerto y otras 500 han resultado heridas tras los bombardeos «indiscriminados» del Gobierno de Al Assad a la población civil de esta ciudad de Siria
La
ciudad siria de Homs vivió esta noche
«una catástrofe en todo el sentido de la palabra», según relataron dos
testigos del bombardeo del régimen, que aseguraron haber visto entre las
víctimas «cadáveres de niños sin cabeza».
Uno
de esos testigos, Abu Bilal Al Homsi, explicó a Efe por teléfono que él mismo
ayudó a recoger restos humanos diseminados tras la ofensiva del régimen, y que
entre estos había «cadáveres de niños descabezados». «No paramos
de recoger cadáveres de niños».
Al
Homsi aseguró que el número de fallecidos aumenta debido a la ausencia de
tratamiento médico adecuado por «las dificultades sobre el terreno y por el
bloqueo de las fuerzas del régimen» sobre esta ciudad del centro de Siria,
bastión de la rebelión contra el presidente Bachar al Asad.
«Las
cifras que tenemos indican que más de
260 personas murieron y otras 500 resultaron heridas en esta masacre»,
agregó este activista.
Esa
misma cifra de víctimas mortales ha sido aportada por el Consejo Nacional Sirio
(CNS), la principal organización opositora, que también alertó sobre la
posibilidad de que la cifra crezca en posteriores recuentos.
Bombardeos indiscriminados
Al
Homsi añadió que los bombardeos fueron indiscriminados y afectaron a edificios
habitados y mezquitas.
Las
fuerzas gubernamentales utilizaron, según Al Homsi, armamento pesado como
disparos de mortero, que procedieron de tres lugares: la sede de los
servicios de inteligencia en Homs; el barrio Karam Chemchem, habitado por
una mayoría alauí; y un puesto de control militar establecido en las afueras de
la ciudad.
El
activista reveló que los opositores pudieron infiltrarse en las líneas de
comunicación militar y así supieron, al escuchar las conversaciones de los
oficiales con «walkie-talkies», que los bombardeos con mortero no cesaron hasta que se acabaron las
municiones.
Otro
testigo, que pidió ser identificado como Abul Ward al Masri, confirmó la
existencia de cuerpos de niños decapitados, y aseguró que el barrio de Al
Jaldiya fue el más afectado tras ser bombardeado «de manera indiscriminada con
bombas con metralla, proyectiles y obuses de tanques».
«Es una catástrofe en todo el sentido de la palabra»
«Hay
todavía algunos cadáveres debajo de las casa derrumbadas y los estamos sacando
con nuestras propias manos por falta del equipamiento adecuado», relató
El
régimen sirio ha negado, a través de la agencia oficial Sana, que sus tropas
lanzaran anoche una ofensiva en Homs, y atribuyó las informaciones a la
«escalada de los grupos armados y del consejo de Estambul (en referencia al CNS)
en sus tribunas mediáticas para instrumentalizarlas en el Consejo de
Seguridad».
Una
fuente oficial anónima citada por Sana explicó que los cadáveres mostrados por
las televisiones son cuerpos de secuestrados por los «grupos
terroristas armados», que fueron asesinados y posteriormente
fotografiados como víctimas del supuesto bombardeo.
Estados Unidos se declara «asqueado» por el veto de China y Rusia
Estos dos países han vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que buscaba una salida a la crisis de Siria mediante el apoyo al plan de transición de la Liga Árabe
Día 04/02/2012 - 22.04h
La
embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Susan Rice, se ha declarado
«asqueada» por el veto ejercido por Rusia y China a la
resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Siria.
Rice
ha denunciado que el Consejo ha sido «secuestrado» por «intereses individuales»
que han esgrimido «argumentos vacíos» para impedir que la
comunidad internacional emprenda las medidas necesarias para proteger al mismo
pueblo sirio que «han sido vendidos» por «un par de miembros del Consejo», en
referencia a Moscú y Pekín.
Rusia
y China vetaron estes sábado en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución
que buscaba una salida a la crisis de Siria mediante el apoyo al plan de transición de la Liga Árabe y que condenaba la
violencia del régimen de Damasco contra la población civil.
Fuente Diario "ABC"
Siria se instala en la guerra civil tras la matanza de Homs
Más de 260 víctimas mortales han sido recuperadas de los escombros
Obama asegura que el presidente sirio debe apartarse y permitir una transición democrática
Enric González Jerusalén 4 FEB 2012 - 18:57 CET
Siria ha dado el paso definitivo hacia la guerra civil. Homs es un campo de
batalla con cientos de cadáveres. La ciudad, controlada por los rebeldes, sufrió
el sábado de madrugada varias horas de bombardeo por parte del Ejército
gubernamental. Las fuerzas rebeldes anuncian una inminente “ofensiva general”
para vengar la matanza, la más sangrienta desde el inicio de la crisis. La
gravedad de los acontecimientos añadió presión a las discusiones en el Consejo de Seguridad de la
ONU.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, habla de “crimen contra la humanidad”. Barack Obama exige la dimisión del presidente Bachar el Asad. Rusia, aliada del Gobierno sirio, mantiene que no se puede condenar solo a una de las partes en conflicto. Un delegado de Moscú viajará el martes a Damasco para intentar algún tipo de mediación, pero la dinámica bélica parece haber desbordado ya cualquier posibilidad de transición pactada.
El Gobierno de Bachar el Asad asegura que las imágenes difundidas por la oposición muestran víctimas de los rebeldes, no del Ejército, y niega haber ordenado el bombardeo de Homs. “Es propaganda para presionar al Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo un portavoz en Damasco.
El bombardeo, sin embargo, se produjo. Resulta imposible verificar los detalles del ataque, por las trabas impuestas por el Gobierno al trabajo de los periodistas en territorio sirio. Pero distintas fuentes, de uno y otro bando, confirmaron por teléfono a este periódico que las fuerzas gubernamentales, desplegadas en torno a Homs, lanzaron durante la noche del viernes al sábado un durísimo ataque de artillería.
Existen diversas versiones sobre el desarrollo de los sucesos desde el viernes por la tarde. La oposición afirma que el bombardeo comenzó de forma imprevista y destruyó más de 30 edificios de viviendas llenos de familias. Más de 260 víctimas mortales han sido recuperadas de los escombros, según la oposición, y dos hospitales no dejan de recibir heridos.
Una fuente de Hezbolá en Beirut, simpatizante de Bachar el Asad pero habitualmente bien informada sobre la crisis siria, definió el bombardeo como “un hecho lamentable pero provocado por los propios rebeldes”. Esa fuente explicó que durante el viernes se sucedieron las operaciones de hostigamiento contra posiciones del Ejército dentro de Homs, y que las fuerzas rebeldes del llamado Ejército de la Siria Libre, compuesto principalmente por desertores, lograron secuestrar a más de una docena de soldados. Eso habría provocado, de acuerdo con esa versión, una “reacción furiosa e incontrolada” por parte de las tropas gubernamentales apostadas en las afueras.
El cerco a Homs está dirigido por Maher el Asad, hermano menor del presidente y jefe de dos unidades de élite compuestas exclusivamente por alauíes, la Guardia Republicana y la Cuarta División Mecanizada. La fuerza creciente de los rebeldes, en Homs y en otras ciudades (incluyendo los suburbios de la capital), ha impulsado al Gobierno a recurrir también a tropas de reemplazo regulares, en su gran mayoría suníes y propensas a la deserción. En lugar de decantar la situación a favor de Bachar el Asad, el despliegue de efectivos adicionales parece haber contribuido a engrosar con nuevos desertores el Ejército de la Siria Libre. Una fuente de la oposición admitió que las bajas del Ejército gubernamental en Homs eran “muy elevadas” y anunció que los rebeldes preparaban “una contraofensiva inminente” para vengar el bombardeo y obligar a retroceder al Ejército. “Si el mundo no nos ayuda, tendremos que liberarnos solos”, añadió.
Las reacciones en el exterior han sido inmediatas. Túnez, como ya hizo Libia, ha roto relaciones con el Gobierno de Damasco. Simpatizantes de la oposición intentaron asaltar las embajadas sirias en El Cairo, Londres y Ciudad de Kuwait, y se manifestaron frente a las embajadas en Washington, Berlín y Atenas.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, habla de “crimen contra la humanidad”. Barack Obama exige la dimisión del presidente Bachar el Asad. Rusia, aliada del Gobierno sirio, mantiene que no se puede condenar solo a una de las partes en conflicto. Un delegado de Moscú viajará el martes a Damasco para intentar algún tipo de mediación, pero la dinámica bélica parece haber desbordado ya cualquier posibilidad de transición pactada.
El Gobierno de Bachar el Asad asegura que las imágenes difundidas por la oposición muestran víctimas de los rebeldes, no del Ejército, y niega haber ordenado el bombardeo de Homs. “Es propaganda para presionar al Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo un portavoz en Damasco.
El bombardeo, sin embargo, se produjo. Resulta imposible verificar los detalles del ataque, por las trabas impuestas por el Gobierno al trabajo de los periodistas en territorio sirio. Pero distintas fuentes, de uno y otro bando, confirmaron por teléfono a este periódico que las fuerzas gubernamentales, desplegadas en torno a Homs, lanzaron durante la noche del viernes al sábado un durísimo ataque de artillería.
División sectaria
Homs ha caído desde hace semanas en una espiral de violencia sectaria. Los barrios suníes son patrullados por milicias vinculadas a los Hermanos Musulmanes y los barrios alauíes permanecen bajo control de los shabiha, una milicia armada por el Gobierno. Las continuas represalias entre unos y otros impide llevar la cuenta de los asesinatos y secuestros. El Ejército apenas se atreve a adentrarse en algunas zonas y se limita a mantener posiciones fortificadas. No hay comercio y los servicios públicos funcionan de forma muy limitada.Existen diversas versiones sobre el desarrollo de los sucesos desde el viernes por la tarde. La oposición afirma que el bombardeo comenzó de forma imprevista y destruyó más de 30 edificios de viviendas llenos de familias. Más de 260 víctimas mortales han sido recuperadas de los escombros, según la oposición, y dos hospitales no dejan de recibir heridos.
Las fuerzas rebeldes del llamado Ejército de la Siria
Libre lograron secuestrar a más de una docena de soldados
Una fuente de Hezbolá en Beirut, simpatizante de Bachar el Asad pero habitualmente bien informada sobre la crisis siria, definió el bombardeo como “un hecho lamentable pero provocado por los propios rebeldes”. Esa fuente explicó que durante el viernes se sucedieron las operaciones de hostigamiento contra posiciones del Ejército dentro de Homs, y que las fuerzas rebeldes del llamado Ejército de la Siria Libre, compuesto principalmente por desertores, lograron secuestrar a más de una docena de soldados. Eso habría provocado, de acuerdo con esa versión, una “reacción furiosa e incontrolada” por parte de las tropas gubernamentales apostadas en las afueras.
El cerco a Homs está dirigido por Maher el Asad, hermano menor del presidente y jefe de dos unidades de élite compuestas exclusivamente por alauíes, la Guardia Republicana y la Cuarta División Mecanizada. La fuerza creciente de los rebeldes, en Homs y en otras ciudades (incluyendo los suburbios de la capital), ha impulsado al Gobierno a recurrir también a tropas de reemplazo regulares, en su gran mayoría suníes y propensas a la deserción. En lugar de decantar la situación a favor de Bachar el Asad, el despliegue de efectivos adicionales parece haber contribuido a engrosar con nuevos desertores el Ejército de la Siria Libre. Una fuente de la oposición admitió que las bajas del Ejército gubernamental en Homs eran “muy elevadas” y anunció que los rebeldes preparaban “una contraofensiva inminente” para vengar el bombardeo y obligar a retroceder al Ejército. “Si el mundo no nos ayuda, tendremos que liberarnos solos”, añadió.
Tres décadas de la destrucción de Hama
El bombardeo de Homs coincide con el trigésimo aniversario de la destrucción de Hama por parte de Hafez el Asad, padre del actual presidente. El 2 de febrero de 1982, el Ejército sirio inició un bombardeo sobre Hama, escenario de una rebelión organizada por los Hermanos Musulmanes. Cuando cayó el último proyectil, el 28 de febrero, la ciudad era un cementerio en ruinas. Nunca se ha sabido con exactitud el número de muertos, ya que el régimen sirio procura borrar de la historia esos hechos, pero las estimaciones oscilan entre los 10.000 y los 20.000. La coincidencia en las fechas, unida a la brutalidad del bombardeo sobre Homs, marca un hito. La rebelión contra el presidente Bachar el Asad (mayoritariamente rechazado por la población suní, pero respaldado por las minorías alauí y cristiana) entra en una nueva fase.Las reacciones en el exterior han sido inmediatas. Túnez, como ya hizo Libia, ha roto relaciones con el Gobierno de Damasco. Simpatizantes de la oposición intentaron asaltar las embajadas sirias en El Cairo, Londres y Ciudad de Kuwait, y se manifestaron frente a las embajadas en Washington, Berlín y Atenas.
Rusia y China vetan la resolución contra Siria horas después de la última masacre
Moscú y Pekín pusieron por delante la preservación de la soberanía territorial de cada Estado
Rusia y China han impedido en el Consejo de Seguridad de la ONU el último
esfuerzo de la comunidad internacional, excepcional y resueltamente encabezado
por los países árabes, para detener la matanza creciente en Siria. Después de
varias semanas de una pugna diplomática que puede dejar huella en el futuro de
las relaciones internacionales, el veto de esos dos miembros permanentes deja al
régimen sirio con las manos libres para continuar su campaña represiva ante la
mirada impotente del resto del mundo.
El Consejo de Seguridad ha votado entre una enorme expectación por distintas razones. Las noticias que llegaban de Siria insistían en la agudización de la tragedia, con decenas de víctimas mortales que en las últimas 48 horas se han sumado a los más de 6.000 que, según la ONU, han perdido la vida desde el comienzo del levantamiento popular contra la dictadura de Bachar al Asad. Era, además, una de las pocas veces en la historia de esta institución en la que los propios árabes –la resolución fue presentada por Marruecos en nombre de la Liga Árabe- pedían el respaldo del resto de la organización para facilitar la caída de un líder árabe.
La trascendencia del papel de Siria en Oriente Próximo exigía, por último, una acción firme de parte de la comunidad internacional para detener un conflicto que puede temer ramificaciones peligrosas en toda la región, incluido Irán.
Ninguna de estas razones convenció a Rusia y China, que pusieron por delante la preservación de la soberanía territorial de cada Estado, independientemente del régimen que lo gobierne, sobre la responsabilidad moral de las organizaciones multinacionales de defender los derechos humanos y la vida de las personas, al menos allí donde están siendo violados de forma más grosera.
“La historia no tendrá piedad para aquellos que han impedido al Consejo de Seguridad ayudar a la Liga Árabe”, manifestó el embajador de Francia, Gerard Arnau, resumiendo el tono del resto de las intervenciones en la reunión de ayer.
Los delegados árabes, europeos y norteamericanos negociaron durante varios días un texto de resolución que fuese aceptable para Rusia, el primer país que amenazó con el veto, pero que, al mismo tiempo, recogiese la voluntad mayoritaria de poner fin a esta tragedia. Fue inútil. Una última versión en la que se hacía explícita la renuncia a intervenir militarmente en Siria y se eliminaba la demanda de dimisión de Asad, tampoco fue tolerable para los representantes rusos, que pretendían plantear la situación como un conflicto civil entre dos bandos armados para el que únicamente cabía recomendar una solución pacífica y una transición negociada.
“A menos que denunciemos la violencia de ambos bandos, estaremos tomando partido en una guerra civil”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, durante una conferencia internacional en Múnich. En sus intervenciones de ayer, tanto el delegado ruso como el chino sostuvieron que la situación en Siria era, esencialmente, un asunto interno ante el que el resto de los países sólo podía ayudar a encontrar un arreglo.
Presionados por los países árabes, que no querían más rebajas del texto inicial de resolución, los miembros del Consejo de Seguridad rechazaron la petición de Rusia de un nuevo aplazamiento de la votación y procedieron, finalmente, ayer a un trámite que abre en la diplomacia internacional unas heridas que no serán fáciles de cerrar.
El Consejo de Seguridad había sido muchas veces en el pasado testigo de cómo los intereses particulares se imponen sobre la justicia y el derecho internacional. Todas las potencias grandes y menores han exhibido en alguna ocasión esa dolorosa verdad. Pero en cada nueva reunión, y con la ilusión de un nuevo mundo que parece aflorar, se renueva la confianza en que este Consejo puede acabar siendo un instrumento eficaz para el bien. Libia parecía ser, recientemente, una luz en ese sentido.
Le negociación sobre Siria, donde Rusia tiene intereses militares, China intereses económicos y ambos, intereses estratégicos, ha devuelto al mundo a la realidad, lo que obliga a pensar sobre la credibilidad de potencias emergentes que reclaman un papel central en el contexto mundial. Pero esta votación puede tener otros efectos más inmediatos en las relaciones de Estados Unidos con esas dos naciones y en el futuro de la primavera árabe.
Minutos antes de la votación, Barack Obama hizo pública una declaración para dejar claro que no comparte la decisión de la ONU. “Los sufridos ciudadanos de Siria tienen que saber que estamos con ellos y que el régimen de Asad tiene que caer”, dijo el presidente norteamericano. Mientras tanto, en Múnich, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llamó, ante el desplante de China y Rusia, a que “Europa y EE UU actúen con más energía contra las tiranías”.
Fuente Diario "EL PAÍS"
El Consejo de Seguridad ha votado entre una enorme expectación por distintas razones. Las noticias que llegaban de Siria insistían en la agudización de la tragedia, con decenas de víctimas mortales que en las últimas 48 horas se han sumado a los más de 6.000 que, según la ONU, han perdido la vida desde el comienzo del levantamiento popular contra la dictadura de Bachar al Asad. Era, además, una de las pocas veces en la historia de esta institución en la que los propios árabes –la resolución fue presentada por Marruecos en nombre de la Liga Árabe- pedían el respaldo del resto de la organización para facilitar la caída de un líder árabe.
La trascendencia del papel de Siria en Oriente Próximo exigía, por último, una acción firme de parte de la comunidad internacional para detener un conflicto que puede temer ramificaciones peligrosas en toda la región, incluido Irán.
Ninguna de estas razones convenció a Rusia y China, que pusieron por delante la preservación de la soberanía territorial de cada Estado, independientemente del régimen que lo gobierne, sobre la responsabilidad moral de las organizaciones multinacionales de defender los derechos humanos y la vida de las personas, al menos allí donde están siendo violados de forma más grosera.
“La historia no tendrá piedad para aquellos que han impedido al Consejo de Seguridad ayudar a la Liga Árabe”, manifestó el embajador de Francia, Gerard Arnau, resumiendo el tono del resto de las intervenciones en la reunión de ayer.
Los delegados árabes, europeos y norteamericanos negociaron durante varios días un texto de resolución que fuese aceptable para Rusia, el primer país que amenazó con el veto, pero que, al mismo tiempo, recogiese la voluntad mayoritaria de poner fin a esta tragedia. Fue inútil. Una última versión en la que se hacía explícita la renuncia a intervenir militarmente en Siria y se eliminaba la demanda de dimisión de Asad, tampoco fue tolerable para los representantes rusos, que pretendían plantear la situación como un conflicto civil entre dos bandos armados para el que únicamente cabía recomendar una solución pacífica y una transición negociada.
“A menos que denunciemos la violencia de ambos bandos, estaremos tomando partido en una guerra civil”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, durante una conferencia internacional en Múnich. En sus intervenciones de ayer, tanto el delegado ruso como el chino sostuvieron que la situación en Siria era, esencialmente, un asunto interno ante el que el resto de los países sólo podía ayudar a encontrar un arreglo.
Presionados por los países árabes, que no querían más rebajas del texto inicial de resolución, los miembros del Consejo de Seguridad rechazaron la petición de Rusia de un nuevo aplazamiento de la votación y procedieron, finalmente, ayer a un trámite que abre en la diplomacia internacional unas heridas que no serán fáciles de cerrar.
El Consejo de Seguridad había sido muchas veces en el pasado testigo de cómo los intereses particulares se imponen sobre la justicia y el derecho internacional. Todas las potencias grandes y menores han exhibido en alguna ocasión esa dolorosa verdad. Pero en cada nueva reunión, y con la ilusión de un nuevo mundo que parece aflorar, se renueva la confianza en que este Consejo puede acabar siendo un instrumento eficaz para el bien. Libia parecía ser, recientemente, una luz en ese sentido.
Le negociación sobre Siria, donde Rusia tiene intereses militares, China intereses económicos y ambos, intereses estratégicos, ha devuelto al mundo a la realidad, lo que obliga a pensar sobre la credibilidad de potencias emergentes que reclaman un papel central en el contexto mundial. Pero esta votación puede tener otros efectos más inmediatos en las relaciones de Estados Unidos con esas dos naciones y en el futuro de la primavera árabe.
Minutos antes de la votación, Barack Obama hizo pública una declaración para dejar claro que no comparte la decisión de la ONU. “Los sufridos ciudadanos de Siria tienen que saber que estamos con ellos y que el régimen de Asad tiene que caer”, dijo el presidente norteamericano. Mientras tanto, en Múnich, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llamó, ante el desplante de China y Rusia, a que “Europa y EE UU actúen con más energía contra las tiranías”.
Fuente Diario "EL PAÍS"
SIRIA | La oposición denuncia la
muerte de 260 personas
'Homs vivió una catástrofe. Había cadáveres de niños sin cabeza'
- Los testigos aseguran que los bombardeos fueron 'indiscriminados'
- Hablan de 'disparos de mortero' que alcanzaron 'viviendas y mezquitas'
La ciudad siria de Homs vivió en la noche del viernes
"una catástrofe en todo el sentido de la palabra", según
relataron dos testigos del bombardeo
del régimen de Bashar
Asad, que aseguraron haber visto entre las víctimas "cadáveres de
niños sin cabeza".
La oposición denuncia que la represión ha causado al menos 260 muertos y 500 heridos. Uno de los testigos, Abu Bilal al Homsi, explicó a Efe por teléfono que él mismo ayudó a recoger restos humanos diseminados tras la ofensiva de las fuerzas armadas. También aseguró que el número de fallecidos aumenta debido a la ausencia de tratamiento médico adecuado por el "bloqueo de las fuerzas del régimen" sobre Homs, ciudad del centro de Siria y bastión de la rebelión contra el régimen.
Al Homsi añadió que los bombardeos fueron indiscriminados y afectaron a edificios habitados y mezquitas. Según su testimonio, las fuerzas gubernamentales utilizaron armamento pesado como disparos de mortero. El fuego procedió de tres lugares: la sede de los servicios de inteligencia en Homs, el barrio Karam Chemchem -habitado por una mayoría alauí, la minoría a la que pertenece la familia de Asad- y un puesto de control militar establecido en las afueras de la ciudad.
Este activista reveló que los opositores pudieron infiltrarse en las líneas de comunicación militar y así supieron, al escuchar las conversaciones de los oficiales, que los bombardeos no cesaron hasta que se acabaron las municiones.
"Es una catástrofe en todo el sentido de la palabra", aseveró Al Masri, quien explicó que los heridos reciben tratamiento en sus barrios por parte de estudiantes de medicina voluntarios. "Hay todavía algunos cadáveres debajo de las casas derrumbadas y los estamos sacando con nuestras propias manos por falta del equipamiento adecuado", relató.
La violenta jornada se produjo en vísperas de la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolucción propuesta por la Liga Árabe y que finalmente ha sido vetada por Rusia y China. El 'número dos' del insurgente Ejército Libre Sirio, Malik Kurdi, amenazó este sábado a Moscú con atacar intereses rusos si el Kremlin "continúa protegiendo al régimen de Asad".
Las víctimas, entre las que se cuentan 30 heridos, estaban celebrando un entierro de varios de los manifestantes fallecidos en la jornada anterior cuando fueron atacados por las fuerzas militares, según la denuncia.
La oposición denuncia que la represión ha causado al menos 260 muertos y 500 heridos. Uno de los testigos, Abu Bilal al Homsi, explicó a Efe por teléfono que él mismo ayudó a recoger restos humanos diseminados tras la ofensiva de las fuerzas armadas. También aseguró que el número de fallecidos aumenta debido a la ausencia de tratamiento médico adecuado por el "bloqueo de las fuerzas del régimen" sobre Homs, ciudad del centro de Siria y bastión de la rebelión contra el régimen.
Al Homsi añadió que los bombardeos fueron indiscriminados y afectaron a edificios habitados y mezquitas. Según su testimonio, las fuerzas gubernamentales utilizaron armamento pesado como disparos de mortero. El fuego procedió de tres lugares: la sede de los servicios de inteligencia en Homs, el barrio Karam Chemchem -habitado por una mayoría alauí, la minoría a la que pertenece la familia de Asad- y un puesto de control militar establecido en las afueras de la ciudad.
Este activista reveló que los opositores pudieron infiltrarse en las líneas de comunicación militar y así supieron, al escuchar las conversaciones de los oficiales, que los bombardeos no cesaron hasta que se acabaron las municiones.
Obuses de tanques
Otro testigo, que pidió ser identificado como Abul Ward al Masri, confirmó la existencia de cuerpos de niños decapitados y aseguró que el barrio de Al Jaldiya fue el más afectado tras ser bombardeado de manera "indiscriminada" con "bombas con metralla, proyectiles y obuses de tanques"."Es una catástrofe en todo el sentido de la palabra", aseveró Al Masri, quien explicó que los heridos reciben tratamiento en sus barrios por parte de estudiantes de medicina voluntarios. "Hay todavía algunos cadáveres debajo de las casas derrumbadas y los estamos sacando con nuestras propias manos por falta del equipamiento adecuado", relató.
La versión oficial
El régimen sirio ha negado que sus tropas lanzaran la ofensiva y, como en otras ocasiones, atribuyó la matanza a "grupos terroristas armados" vinculados a un complot internacional contra Damasco. Fuentes oficiales aseguran que los cadáveres mostrados por las televisiones en Homs son en realidad cuerpos de personas secuestradas por esos supuestos "grupos armados".La violenta jornada se produjo en vísperas de la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolucción propuesta por la Liga Árabe y que finalmente ha sido vetada por Rusia y China. El 'número dos' del insurgente Ejército Libre Sirio, Malik Kurdi, amenazó este sábado a Moscú con atacar intereses rusos si el Kremlin "continúa protegiendo al régimen de Asad".
12 heridos en un entierro
Por otro lado, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos ha denunciado este sábado la muerte de otros 12 civiles en un entierro celebrado en la ciudad de Daraya, a unos 20 kilómetros de la capital siria.Las víctimas, entre las que se cuentan 30 heridos, estaban celebrando un entierro de varios de los manifestantes fallecidos en la jornada anterior cuando fueron atacados por las fuerzas militares, según la denuncia.
Rusia y China vetan en la ONU la resolución de la Liga Árabe para Siria
- Obama: 'Quien masacra a su pueblo no merece gobernar'
- Ban Ki-moon cree que la decisión 'erosiona el papel de la ONU'
Rusia y China han bloqueado en el Consejo de Seguridad de la ONU una
resolución que buscaba una salida a la crisis de Siria mediante el apoyo al plan
de transición de la Liga Árabe y que condenaba la violencia
del régimen de Bashar
Asad contra la población civil.
"Me gustaría preguntarles [a Rusia y China]: ¿Qué más tenemos que saber para actuar con decisión?", señaló la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que mantuvo una reunión in extremis con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. "Me temo que el coste de no actuar es la guerra civil", ha señalado durante su viaje a la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el "Davos" de la política exterior y la defensa.
Añadió que "es difícil de entender que aún hay quienes, después del día más sangriento hasta la fecha en Siria, impidan a la comunidad internacional condenar esta violencia". No obstante, descartó categóricamente la posibilidad de una "intervención militar" en Siria, una opción que no se ha contemplado "desde el principio"
Moscú -uno de los cinco miembros con derecho a veto- no se ha plegado a la presión internacional, en aumento tras el viernes sangriento que ha dejado en Homs, bastión de la revuelta en Siria, al menos 200 muertos. "Quien vote en contra [de la resolución] tendrá una gran responsabilidad en la Historia", advertía horas antes el ministro de Exteriores francés, mientras desde EEUU Barack Obama volvía a pedir a Bachar Asad que abaldone el poder: "Quien masacra a su pueblo no merece gobernar".
Con su poder de veto en el Consejo de Seguridad, sumado al apoyo de China, Rusia ha logrando frenar por tercera vez una resolucion crítica hacia Siria en la ONU. En esta ocasión, Moscú dejó claro que sólo apoyaría una resolución cuando ésta condene por igual a los grupos armados y al régimen de Bashar Asad y en la que quedase descartada cualquier intervención exterior en Siria.
El embajador de Marruecos en Naciones Unidos, Mohammed Loulichki, representante del único país árabe entre los 15 que componen el Consejo de Seguridad de la ONU, ha mostrado su "profunda disconformidad" por la decisión de Rusia y China. "Es un día triste para este Consejo, para todos los sirios y para la democracia", ha dicho, pro su parte, el embajador francés, Gerard Araud.
Marruecos presentó hace días un borrador de resolución, con apoyo de países árabes y europeos, que seguía principalmente un plan de la Liga Árabe. En él se pide el fin inmediato de la violencia, reformas políticas y una renuncia parcial al poder del presidente Bashar Asad. Un llamado de la Liga Árabe el martes en el Consejo de Seguridad, que sonó más bien a un pedido de ayuda, le dio al borrador nuevos impulsos.
El embajador ruso que ha votado en la ONU, Vitali Tchourkine, ha manifestado que la resolución era "desequilibrada" y ha asegurado que "no reflejaba la realidad de la situación en Siria".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha manifestado que la paralización de la resolución "erosiona el papel" de esta organización. "Es una gran decepción para el pueblo sirio y para Oriente Medio, para todos los que apoyan la democracia y los derechos humanos", dijo.
Por su parte, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) instó hoy a Siria a que deje de torturar a los niños y a usar escuelas como centros de detención, bases militares, cuarteles o puestos de francotirador. Al menos 384 niños han sido asesinados durante los últimos 11 meses de violencia en Siria y casi el mismo número fue detenido, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la semana pasada.
Fuente Diario "EL MUNDO"
"Me gustaría preguntarles [a Rusia y China]: ¿Qué más tenemos que saber para actuar con decisión?", señaló la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que mantuvo una reunión in extremis con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. "Me temo que el coste de no actuar es la guerra civil", ha señalado durante su viaje a la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el "Davos" de la política exterior y la defensa.
Añadió que "es difícil de entender que aún hay quienes, después del día más sangriento hasta la fecha en Siria, impidan a la comunidad internacional condenar esta violencia". No obstante, descartó categóricamente la posibilidad de una "intervención militar" en Siria, una opción que no se ha contemplado "desde el principio"
Moscú -uno de los cinco miembros con derecho a veto- no se ha plegado a la presión internacional, en aumento tras el viernes sangriento que ha dejado en Homs, bastión de la revuelta en Siria, al menos 200 muertos. "Quien vote en contra [de la resolución] tendrá una gran responsabilidad en la Historia", advertía horas antes el ministro de Exteriores francés, mientras desde EEUU Barack Obama volvía a pedir a Bachar Asad que abaldone el poder: "Quien masacra a su pueblo no merece gobernar".
Con su poder de veto en el Consejo de Seguridad, sumado al apoyo de China, Rusia ha logrando frenar por tercera vez una resolucion crítica hacia Siria en la ONU. En esta ocasión, Moscú dejó claro que sólo apoyaría una resolución cuando ésta condene por igual a los grupos armados y al régimen de Bashar Asad y en la que quedase descartada cualquier intervención exterior en Siria.
El embajador de Marruecos en Naciones Unidos, Mohammed Loulichki, representante del único país árabe entre los 15 que componen el Consejo de Seguridad de la ONU, ha mostrado su "profunda disconformidad" por la decisión de Rusia y China. "Es un día triste para este Consejo, para todos los sirios y para la democracia", ha dicho, pro su parte, el embajador francés, Gerard Araud.
Marruecos presentó hace días un borrador de resolución, con apoyo de países árabes y europeos, que seguía principalmente un plan de la Liga Árabe. En él se pide el fin inmediato de la violencia, reformas políticas y una renuncia parcial al poder del presidente Bashar Asad. Un llamado de la Liga Árabe el martes en el Consejo de Seguridad, que sonó más bien a un pedido de ayuda, le dio al borrador nuevos impulsos.
Vender armas, entre las cesiones
Al parecer, en las negociaciones, se cedió ante numerosos planteos de Rusia. Por ejemplo, desapareció el pasaje que pedía directamente un cambio de poder y que llamaba a "elecciones libres bajo supervisión internacional y árabe". Ante la insistencia de Rusia también se borró el punto de que hay una "gran preocupación por la continua venta de armas a Siria". Rusia acaba de venderle a Siria aviones de combate por 427 millones de euros.El embajador ruso que ha votado en la ONU, Vitali Tchourkine, ha manifestado que la resolución era "desequilibrada" y ha asegurado que "no reflejaba la realidad de la situación en Siria".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha manifestado que la paralización de la resolución "erosiona el papel" de esta organización. "Es una gran decepción para el pueblo sirio y para Oriente Medio, para todos los que apoyan la democracia y los derechos humanos", dijo.
Por su parte, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) instó hoy a Siria a que deje de torturar a los niños y a usar escuelas como centros de detención, bases militares, cuarteles o puestos de francotirador. Al menos 384 niños han sido asesinados durante los últimos 11 meses de violencia en Siria y casi el mismo número fue detenido, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la semana pasada.
Fuente Diario "EL MUNDO"
EE UU se declarada «asqueado» por el veto de China y Rusia
La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Susan Rice, se ha
declarado "asqueada" por el veto ejercido por Rusia y China a la resolución del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Siria.
Rice ha denunciado que el Consejo ha sido "secuestrado" por "intereses
individuales" que han esgrimido "argumentos vacíos" para impedir que la
comunidad internacional emprenda las medidas necesarias para proteger al mismo
pueblo sirio que "han sido vendidos" por "un par de miembros del Consejo", en
referencia a Moscú y Pekín.
Rusia y China vetaron hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que buscaba una salida a la crisis de Siria mediante el apoyo el plan de transición de la Liga Árabe y que condenaba la violencia del régimen de Damasco contra la población civil.
El máximo órgano de decisiones de la ONU, que en febrero preside Togo, se mostró así incapaz de hablar con una voz única sobre la crisis siria, después de once meses de violenta represión del régimen sirio hacia opositores y manifestantes.
"Es un día triste, pero no nos pararemos aquí. Seguiremos trabajando con la Liga Árabe, su plan está encima de la mesa", afirmó el embajador de Francia ante la ONU, Gérard Araud, que insistió en que se seguirá "intensificando la presión" para que la Unión Europea (UE) amplíe las sanciones hacia ese país.
Araud añadió que "algunos países han obstruido de manera sistemática las acciones del Consejo", al tiempo que acusó a esas naciones, Rusia y China, de ser "cómplices de la política de represión del régimen sirio".
El representante de Francia subrayó que su país sentía "una gran tristeza y preocupación por este día triste por ese doble veto, que es también un día triste para los sirios y para todos los demócratas".
"Es un escándalo. Este Consejo debe instar al presidente de Siria, Bachar Al Asad a poner fin a la violencia y a la sistemática violación de los derechos humanos de manera inmediata", dijo el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig.
La resolución, presentada inicialmente por Marruecos, era respaldada por Arabia Saudí, Libia, Bahrein, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Omán y Turquía, así como por los miembros permanentes del Consejo Francia, Reino Unido y Estados Unidos y los temporales Alemania, Colombia, Portugal y Togo, entre otros.
Por otro lado; el presidente de EEUU, Barack Obama, condenó hoy los "brutales asesinatos" en el bombardeo sobre la ciudad siria de Homs y urgió a la renuncia del presidente Bachar Al Asad, horas antes de que la ONU vote una resolución sobre el país.
"Condeno rotundamente el indescriptible asalto del Gobierno sirio contra el pueblo de Homs, y extiendo mis más profundas condolencias a quienes han perdido seres queridos", dijo Obama en un comunicado.
El mandatario denunció que el régimen sirio "asesinó a cientos de ciudadanos sirios, incluidas mujeres y niños, a través de bombardeos y otras formas de violencia indiscriminada en Homs", y que las fuerzas de seguridad del país "siguen impidiendo que cientos de civiles heridos obtengan atención médica".
El número de muertos por el bombardeo sobre Homs se eleva a 260, según denunció hoy el Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal organización opositora del país árabe. "Treinta años después de que su padre masacrara decenas de miles de hombres, mujeres y niños inocentes en Hama, Bachar Al Asad ha demostrado un desdén similar por la vida humana y la dignidad", subrayó el presidente estadounidense.
"Al Asad debe detener ahora su campaña de asesinatos y crímenes contra su propio pueblo. Debe dejar el poder y permitir que una transición democrática se inicie inmediatamente", continuó. El presidente sirio "no tiene derecho a liderar Siria, y ha perdido toda legitimidad para su gente y para la comunidad internacional", añadió Obama, para quien el colapso del régimen sirio es "inevitable". La comunidad internacional, consideró el líder estadounidense, "debe trabajar para proteger al pueblo sirio de esta repugnante brutalidad".
El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne hoy de nuevo para votar una nueva versión del proyecto de resolución sobre la crisis de Siria, que apoya el plan de transición de la Liga Árabe y que se ha aligerado en un intento de lograr el apoyo de Rusia. "El Consejo de Seguridad tiene ahora una oportunidad para mantenerse firme contra la implacable brutalidad del pueblo sirio y para demostrar que es un defensor creíble de los derechos universales que están escritos en la Carta de la ONU", indicó Obama. "Los ciudadanos que sufren en Siria deben saber: estamos con vosotros, y el régimen de Asad debe acabarse", concluyó el presidente.
La represión en Siria ha causado más de 5.400 muertos, según la ONU, una cifra que según la oposición siria sería superior a 6.000 y que ha llevado al secretario general de la organización, Ban Ki-moon, a pedir una reacción del Consejo de Seguridad en repetidas ocasiones.
Fuente Diario "LA RAZÓN"
Rusia y China vetaron hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que buscaba una salida a la crisis de Siria mediante el apoyo el plan de transición de la Liga Árabe y que condenaba la violencia del régimen de Damasco contra la población civil.
El máximo órgano de decisiones de la ONU, que en febrero preside Togo, se mostró así incapaz de hablar con una voz única sobre la crisis siria, después de once meses de violenta represión del régimen sirio hacia opositores y manifestantes.
"Es un día triste, pero no nos pararemos aquí. Seguiremos trabajando con la Liga Árabe, su plan está encima de la mesa", afirmó el embajador de Francia ante la ONU, Gérard Araud, que insistió en que se seguirá "intensificando la presión" para que la Unión Europea (UE) amplíe las sanciones hacia ese país.
Araud añadió que "algunos países han obstruido de manera sistemática las acciones del Consejo", al tiempo que acusó a esas naciones, Rusia y China, de ser "cómplices de la política de represión del régimen sirio".
El representante de Francia subrayó que su país sentía "una gran tristeza y preocupación por este día triste por ese doble veto, que es también un día triste para los sirios y para todos los demócratas".
"Es un escándalo. Este Consejo debe instar al presidente de Siria, Bachar Al Asad a poner fin a la violencia y a la sistemática violación de los derechos humanos de manera inmediata", dijo el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig.
La resolución, presentada inicialmente por Marruecos, era respaldada por Arabia Saudí, Libia, Bahrein, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Omán y Turquía, así como por los miembros permanentes del Consejo Francia, Reino Unido y Estados Unidos y los temporales Alemania, Colombia, Portugal y Togo, entre otros.
Por otro lado; el presidente de EEUU, Barack Obama, condenó hoy los "brutales asesinatos" en el bombardeo sobre la ciudad siria de Homs y urgió a la renuncia del presidente Bachar Al Asad, horas antes de que la ONU vote una resolución sobre el país.
"Condeno rotundamente el indescriptible asalto del Gobierno sirio contra el pueblo de Homs, y extiendo mis más profundas condolencias a quienes han perdido seres queridos", dijo Obama en un comunicado.
El mandatario denunció que el régimen sirio "asesinó a cientos de ciudadanos sirios, incluidas mujeres y niños, a través de bombardeos y otras formas de violencia indiscriminada en Homs", y que las fuerzas de seguridad del país "siguen impidiendo que cientos de civiles heridos obtengan atención médica".
El número de muertos por el bombardeo sobre Homs se eleva a 260, según denunció hoy el Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal organización opositora del país árabe. "Treinta años después de que su padre masacrara decenas de miles de hombres, mujeres y niños inocentes en Hama, Bachar Al Asad ha demostrado un desdén similar por la vida humana y la dignidad", subrayó el presidente estadounidense.
"Al Asad debe detener ahora su campaña de asesinatos y crímenes contra su propio pueblo. Debe dejar el poder y permitir que una transición democrática se inicie inmediatamente", continuó. El presidente sirio "no tiene derecho a liderar Siria, y ha perdido toda legitimidad para su gente y para la comunidad internacional", añadió Obama, para quien el colapso del régimen sirio es "inevitable". La comunidad internacional, consideró el líder estadounidense, "debe trabajar para proteger al pueblo sirio de esta repugnante brutalidad".
El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne hoy de nuevo para votar una nueva versión del proyecto de resolución sobre la crisis de Siria, que apoya el plan de transición de la Liga Árabe y que se ha aligerado en un intento de lograr el apoyo de Rusia. "El Consejo de Seguridad tiene ahora una oportunidad para mantenerse firme contra la implacable brutalidad del pueblo sirio y para demostrar que es un defensor creíble de los derechos universales que están escritos en la Carta de la ONU", indicó Obama. "Los ciudadanos que sufren en Siria deben saber: estamos con vosotros, y el régimen de Asad debe acabarse", concluyó el presidente.
La represión en Siria ha causado más de 5.400 muertos, según la ONU, una cifra que según la oposición siria sería superior a 6.000 y que ha llevado al secretario general de la organización, Ban Ki-moon, a pedir una reacción del Consejo de Seguridad en repetidas ocasiones.
Fuente Diario "LA RAZÓN"
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