Jamenei advierte que responderá a un ataque militar
EE UU especula sobre la posibilidad de una acción israelí en
primavera
JERUSALÉN- El líder supremo de Irán, el Ayatolá Ali Jamenei, declaró ayer
que no se rendirá ante la presión internacional para que Irán deje de aspirar
al programa nuclear, aclarando que tomará represalias por el embargo a su
exportación de petróleo. «Si Irán es atacado, EE UU se verá perjudicado
seriamente. La guerra va diez veces contra sus intereses», declaró en la
televisión iraní. «Las sanciones no tendrán impacto sobre nuestra determinación
a continuar con el plan nuclear». Jamenei agregó que «no temo proclamar que
apoyaremos y ayudaremos a cualquier nación o grupo que desee enfrentar y
combatir al régimen sionista».
Israel asegura que no está solo en su lucha para contener a Irán de alcanzar capacidad nuclear con fines militares, y que las potencias occidentales comprenden lo imperioso de frenar a la República Islámica, pero la atmósfera que se respira deja la sensación de que Israel se estaría preparando por su cuenta para un operativo militar que lo logre. Según «The Washington Post», Israel habría dado a entender a EE UU que prefiere atacar solo a Irán, sin interferencias. Nadie confirma una afirmación de este tipo y es oportuno además recordar que el mensaje central de Israel desde hace tiempo es que Irán «no es sólo un problema nuestro, sino de todo el mundo libre». Es más: las más importantes figuras de Gobierno dijeron que Israel no debe ser la punta de lanza de una campaña contra el plan nuclear iraní. Sin embargo, en el diario norteamericano, fue citado el secretario de Defensa Leon Panetta, diciendo que su impresión es que Israel atacaría a Irán antes de junio. Panetta no desmintió haber dicho eso, aunque rehusó formular comentarios al respecto.
Israel da a entender que preferiría no tener que lanzar un operativo militar, pero que todas las opciones deben estar sobre la mesa. El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, declaró esta semana que postergar un operativo podría llegar a ser «demasiado tarde». Y el vice premier y ministro de Asuntos Estratégicos, Moshe Yaalon, convencido de que «hay que frenar al programa nuclear de Irán», aseguró que «se puede llegar a todas las instalaciones nucleares, ya que todo lo que fue protegido por el hombre puede ser penetrado por él».
De fondo está la convicción de la opinión pública israelí de que su exitencia está amenaza. Si Teherán toma la decisión de producir el arma, en un sólo año estará lista. «Es indudable que Irán está buscando la bomba», declaró esta semana el Teniente General Beni Gantz, Comandante en Jefe del Ejército israelí. «Y no debemos olvidar algo clave: Israel es el único país del mundo a cuya exterminación se está exhortando. Eso es algo que no podemos ignorar», recalcó el oficial número uno de Israel en referencia a los repetidos llamamientos de Irán , especialmente de su presidente, Ahmadineyad, y de Jamenei, a borrarlo del mapa.
Pero más allá de la percepción de peligro, la cúpula política y de seguridad tendrá que tener en cuenta la probabilidad de éxito de un ataque a las instalaciones nucleares de Irán, sus eventuales respuestas y el costo político internacional que podría pagar con ello si un operativo militar no se lleva a cabo previo consenso que lo apruebe. De este asunto y otros discutirán altos funcionarios del mundo en la cumbre de seguridad de Munich.
Israel asegura que no está solo en su lucha para contener a Irán de alcanzar capacidad nuclear con fines militares, y que las potencias occidentales comprenden lo imperioso de frenar a la República Islámica, pero la atmósfera que se respira deja la sensación de que Israel se estaría preparando por su cuenta para un operativo militar que lo logre. Según «The Washington Post», Israel habría dado a entender a EE UU que prefiere atacar solo a Irán, sin interferencias. Nadie confirma una afirmación de este tipo y es oportuno además recordar que el mensaje central de Israel desde hace tiempo es que Irán «no es sólo un problema nuestro, sino de todo el mundo libre». Es más: las más importantes figuras de Gobierno dijeron que Israel no debe ser la punta de lanza de una campaña contra el plan nuclear iraní. Sin embargo, en el diario norteamericano, fue citado el secretario de Defensa Leon Panetta, diciendo que su impresión es que Israel atacaría a Irán antes de junio. Panetta no desmintió haber dicho eso, aunque rehusó formular comentarios al respecto.
Israel da a entender que preferiría no tener que lanzar un operativo militar, pero que todas las opciones deben estar sobre la mesa. El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, declaró esta semana que postergar un operativo podría llegar a ser «demasiado tarde». Y el vice premier y ministro de Asuntos Estratégicos, Moshe Yaalon, convencido de que «hay que frenar al programa nuclear de Irán», aseguró que «se puede llegar a todas las instalaciones nucleares, ya que todo lo que fue protegido por el hombre puede ser penetrado por él».
De fondo está la convicción de la opinión pública israelí de que su exitencia está amenaza. Si Teherán toma la decisión de producir el arma, en un sólo año estará lista. «Es indudable que Irán está buscando la bomba», declaró esta semana el Teniente General Beni Gantz, Comandante en Jefe del Ejército israelí. «Y no debemos olvidar algo clave: Israel es el único país del mundo a cuya exterminación se está exhortando. Eso es algo que no podemos ignorar», recalcó el oficial número uno de Israel en referencia a los repetidos llamamientos de Irán , especialmente de su presidente, Ahmadineyad, y de Jamenei, a borrarlo del mapa.
Pero más allá de la percepción de peligro, la cúpula política y de seguridad tendrá que tener en cuenta la probabilidad de éxito de un ataque a las instalaciones nucleares de Irán, sus eventuales respuestas y el costo político internacional que podría pagar con ello si un operativo militar no se lleva a cabo previo consenso que lo apruebe. De este asunto y otros discutirán altos funcionarios del mundo en la cumbre de seguridad de Munich.
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