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miércoles, 31 de agosto de 2011

JAMÁS NOS HEMOS VENGADO DE LOS MUERTOS

















«Jamás nos hemos vengado de los muertos; cada ser humano ha de tener su última morada en la tierra: así fue, es y será», dijo el escritor de obras de guerra y poeta Konstantín Símonov, habiéndose dirigido en 1944 a los habitantes de la Sebastópol liberada que se negaban a dar sepultura a los soldados alemanes. Después del discurso de Símonov, muchos se arrepintieron y cogieron la pala.

Inmediatamente después de conmemorado el 60º aniversario de la Victoria obtenida en la Gran Guerra Patria, en la Provincia de Kursk, junto al pueblo Besédino, comenzarán los trabajos con miras a dar sepultura a los restos mortales de los soldados de la Wehrmacht en un cementerio alemán, el mayor de Rusia: allí se proyecta enterrar varios miles de soldados y oficiales. Antes el cementerio Sologúbovski a 70 km de San Petersburgo (Leningrado), donde yacen 80 mil soldados alemanes, se consideraba como la mayor necrópolis alemana.

En la tierra de Kursk se dará sepultura, en primer lugar, a los militares alemanes caídos en los combates en el llamado Arco de Kursk (5.7.-23.8.1943). Para cumplir la operación «Citadela», la Wehrmacht concentró allí 50 divisiones, de ellas 16 blindadas, que tuvieron por tarea retomar la iniciativa estratégica perdida en los accesos de Stalingrado. En medio de encarnizados combates las tropas soviéticas rechazaron esta importantísima ofensiva de los hitlerianos.

El 12 de julio, en las cercanías del pueblo Prójorovka se produjo la mayor batalla de tanques incluida luego en todos los manuales de guerra. Por ambos lados en ésta participaron 1200 tanques y piezas automotrices. En uno de sus cuentos Heinrich Boell escribe que en la subconciencia de un oficial alemán herido durante esta batalla se conservaba una sola palabra: el «símbolo» de la apocalipsis vivida: «Prójorovka... Prójorovka...»

El héroe de esta batalla, en vida aún, Alexander Voloshenko, moscovita de 83 años, decía que «en los accesos de Prójorovka la tierra se convirtió en un amasijo de sangre glaseado de hierro fundido».

A la sazón, por ambos lados murieron hasta 200 mil efectivos. Terminada la batalla, el campo, como de costumbre, fue rastreado por los equipos de entierro que cumplían su misión dramática. A «los nuestros» ellos recogían y enterraban rindiendo honores en las fosas comunes. Pero a los alemanes los metían en las fosas echando tierra encima que poco después se cubría de maleza.

Los antiguos griegos decían que «las heridas de los vencedores se curan más rápidamente que las heridas de los vencidos». ¡Pero en modo alguno las heridas morales!

En Rusia el trato del alemán como «enemigo-monstruo» se mantenía durante largo tiempo. La guerra cambió radicalmente la vida y acarreó desgracia a cada familia rusa.

El alma rusa experimentaba fuerte dolor durante mucho tiempo; la gente se negaba a enterrar los cadáveres alemanes, diciendo: ¡qué sean el botín de las fueras! Transcurrió mucho tiempo antes de que comenzara a prevalecer el mandamiento cristiano del perdón y el derecho de cada mortal a la inhumación.

El equipo del gobernador de Kursk, Alexander Mijáilov, tuvo que empeñar considerables esfuerzos en aras del acto de buena voluntad. «Naturalmente, Alemania no puede esperar que los rusos deploren la muerte de sus soldados. Pero existen las leyes cristianas y simplemente humanas: el muerto tiene derecho a la inhumación».

Tal era la esencia de las palabras de convicción que «las autoridades de la provincia» dirigían a sus coterráneos.

Como resultado, en el nuevo cementerio en las afueras de Kursk serán enterrados los restos mortales de los soldados alemanes que se hallan sepultados en las cuatro provincias vecinas: de Vorónezh, Briansk, Tula y Oriol. El proyecto se realiza en el marco de un acuerdo intergubernamental celebrado entre Rusia y Alemania que financia por completo la parte alemana.

El Moloch de la horrible guerra se llevó tantas víctimas que no pudieron recoger ningunos equipos de entierro. Hasta ahora en los lugares de las antiguas batallas los grupos especiales de búsqueda siguen descubriendo huesos en la tierra. Durante todos los años de post-guerra los destacamentos juveniles voluntarios tales como «Jóvenes Exploradores», «Memorial», «Herencia de la memoria» y otros no dejan de buscar los restos mortales de los combatientes. Pero, según todas las evidencias, este trabajo triste será proseguido también por las generaciones venideras.

Dotados de buscaminas, palas de zapadores, sondas de mano, los jóvenes cumplen la misión de equipos de entierro de una compañía de zapadores. Recogen los restos mortales en una fosa común sin nombres en la mayoría de casos. Si es posible identificar los restos mortales, por supuesto, son separados de los alemanes.

Indudablemente, el tiempo lo «corroyó» todo menos los huesos. Se hallan siempre menos balas, hombreras, relojes, armónicas o medallas, una «vaina de soldado» de un combatiente soviético o un «medallón de cuello» de un soldado alemán. Por consiguiente, siempre será más difícil identificar al muerto.

El historiador militar Piotr Dunáev afirma que se debe enterrar bajo una losa de piedra, en una fosa común, el 10% de ex enemigos, aproximadamente. Naturalmente, habría sido mucho mejor que ellos se hubieran visitado, reunidos a la mesa, y no yacieran en la tierra, habiendo mezclado sus huesos como hermanos que se exterminaran mutuamente sin saber por qué y para qué.

Fuente Ria Novosti


A FONDO CEMENTERIOS MILITARES ALEMANES

Los Cementerios de los caídos de guerra alemanes (CCGA) a través del mundo suman varios centenares que se concentran principalmente en territorio de la Unión Europea y Rusia. Estos cementerios mantienen un relativo bajo perfil en comparación con los centros similares establecidos por otras naciones. En la mayoría de los casos se trata simplemente de sepulturas ya que en Alemania el hecho de construir un monumento a los militares fallecidos es motivo de polémica aún si se trata exclusivamente de miembros de la Bundeswehr, las fuerzas armadas del país desde 1955.

Mantenimiento

La Organización Alemana para la Conservación de Cementerios de los Caídos de Guerra -Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (VDK) en alemán- es una asociación humanitaria con sede en Kassel (Hesse) que se encarga del mantenimiento de las tumbas de las víctimas de la guerra.

La VDK fue fundada el 16 de diciembre de 1919, algunos meses después del final de la Primera Guerra Mundial. Cuenta con más de 20.000 miembros y se encarga de 2 millones de tumbas aproximadamente en más de 800 cementerios a través de Europa.

Los costos anuales de 40 millones de euros para mantener cementerios por todo el mundo se financian principalmente a través de las cotizaciones de los miembros de la VDK, de donaciones y recolectas. Adicionalmente dispone de subvenciones de los Estados federados y el gobierno federal que contribuye 4 millones de euros al año.

Algunos Cementerios en Europa

Halbe: A unos 40 kilómetros al sur de Berlín acoge más de 23.000 soldados alemanes que murieron durante los días finales de Segunda Guerra Mundial. Con más de siete hectáreas es el cementerio de guerra más grande de Alemania. Se estima que todavía hay unos 20.000 soldados adicionales enterrados en sus alrededores en espera de ser identificados.

Francia

Normandía: En esta región geográfica del norte de Francia existen seis cementerios alemanes en los que se encuentran enterrados unos 77.000 soldados.

En su visita a Normandía con motivo de 60 aniversario del Día D en 2004, el Canciller de Alemania Gerhard Schröder asistió al panteón de Ranville, en el que yacen los cuerpos de soldados de 8 países entre los que se cuentan 322 alemanes y la Tumba de un soldado desconocido alemán.

La Cambe: Cerca de Bayeux esta el mayor cementerio militar alemán de la región en el que yacen 21.000 militares, incluidos algunos miembros de las Waffen-SS.

La mayoría de militares sepultados aquí murieron en la Playa de Omaha. El cementerio fue inaugurado en septiembre de 1961.

Champigny-Saint-André: Cerca de Dreux acoge 19.794 tumbas.

Mont-de-Huisnes: Cerca del Monte Saint-Michel acoge 11.956 tumbas.

Marigny: Entre Saint-Lô y Coutances acoge 11.169 tumbas.

Orglandes: Cerca de Valognes acoge 10.152 tumbas.
St Désir de Lisieux: Cerca de Lisieux acoge 3.735 tumbas.

Berneuil: En esta localidad de Charente Marítimo se encuentra un cementerio con 8.295 tumbas de soldados alemanes que murieron en 15 departamentos del suroeste de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Los enterramientos se iniciaron en 1962 y la inauguración se celebro en 1967.

Niederbronn: Ubicado en Alsacia, este cementerio acoge 15.000 tumbas

Rusia

A partir del final de la Guerra Fría a comienzos de los años 1990 la VDK ha construido más de 20 nuevos cementerios en territorio Ruso.[7] De esta forma Rusia ha llegado a contar con un centenar de cementerios militares alemanes situados en regiones que conocieron los más cruentos combates: cerca de Moscú y alrededor de San Petersburgo, en las regiones de Volgogrado (Stalingrado), Nóvgorod, Tver y Smolensk

A finales de agosto de 2007 14 soldados de la Bundeswehr iniciaron una estancia de dos semanas cerca de San Petersburgo. Allí junto a soldados rusos iniciaron el cuidado de los restos de varios de los caídos alemanes. En septiembre los restos de los 14.000 soldados fueron sepultados en un nuevo cementerio en Sebesh (frontera con Letonia) que fue inaugurado en presencia de 150 soldados de la Bundeswehr. Es uno de los últimos cinco grandes cementerios proyectados en territorio ruso. Los otros cuatro son: Apscheronsk, Kursk, Gagarin y Voronezh. Con cerca de cuatro hectáreas el terreno puede acoger progresivamente entre 40.000 y 50.000 tumbas de víctimas provenientes principalmente del avance de 1941 y la retirada de 1944.

Anteriormente, cerca de Volgogrado la VDK inscribió sobre 107 cubos de Granito el nombre de más de 100.000 caídos de guerra alemanes. Las inscripciones van acompañadas de la fecha de nacimiento y de deceso.

Italia

Cementerio alemán en Montecassino:El cementerio alemán (Kriegsgräberstätte) de Cassino se sitúa en Caira a 3 kilómetros al norte de la ciudad de Cassino. El cementerio ha sido creado en una colina con las tumbas de los 20.027 que cayeron en acción. No sólo los muertos que murieron en la batalla de Montecassino, sino también a las víctimas que perecieron durante las batallas en el campo italiano al sur de la línea de Pescara - Terracina han sido enterrados aquí. Muchos murieron en la batalla por la cabeza de puente en el golfo de Salerno y también a los soldados que cayeron en acción durante la retirada en la costa del Adriático (especialmente en el área alrededor de Ortona), así como durante los combates en las cercanías de Montecassino. Después de llegar a un acuerdo entre el Gobierno alemán y las autoridades italianas acerca de esto en 1955, el Servicio Alemán de cementerio han vuelto a enterrar a todos aquellos en este cementerio en el período 1959 a 1960.

Un paseo por la ladera de ancho, lleva al visitante a la entrada del edificio cúbico. Dentro de este edificio, luz de día ilumina - a través de una abertura cuadrada grande - una escultura que simboliza el luto y el confort. Dejando este edificio, el visitante entra en un gran campo militar de honor que se compone de varias terrazas elípticas. Cada terraza se ha separado del siguiente por una pared de piedra caliza. Las tumbas llevan una cruz de mármol de travertino, los nombres han sido grabados con sus fechas de nacimiento, rango y fecha de la muerte. Todas las tumbas están cubiertas de hierba de San Juan.

España

Cementerio localizado en las proximidades del Monasterio de Yuste, en el municipio de Cuacos de Yuste, provincia de Cáceres, Extremadura, con 180 restos de soldados, pilotos y marinos de la Primera y Segunda Guerra Mundial.



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