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jueves, 1 de septiembre de 2011
La caza de brujas, subsaharianos en Tripoli
Diversas ONG denuncian detenciones masivas de emigrantes negros en la capital, bajo la sospecha de que son mercenarios del dictador huido
Huele a venganza en la ciudad vieja de Trípoli. Media docena de jóvenes armados, algunos en camiseta, chancletas y pantalones cortos, salen del callejón abovedado llevando medio a empujones a ocho hombres de raza negra. Los vecinos se asoman a las puertas de sus casas. Ya ha pasado la medianoche. El grupo se dirige entre estrecheces y penumbras hacia un improvisado un centro de detención. Los arrestados van en silencio y cabizbajos. Caras de miedo. En unos minutos se unen a otras decenas de hombres que pasan las horas sobre el césped artificial de un campo de fútbol. «Tenían armas en sus casas», dice uno sin dar prueba de ello.
Esta estampa se repite en Trípoli en los últimos días de manera casi sistemática. Ya por la mañana otros grupos de hombres son trasladados al mismo lugar. Algunos llegan en fila con las manos en la nuca mientras son insultados por chavales que los mueven a punta de kalashnikov de manera chulesca y que los introducen dentro al grito de «¡Alá es grande!». Uno de los rebeldes va encapuchado y hace el gesto de cortarles el cuello. «Son gente de Gadafi…», dice enojado.
Los insurgentes interpretan que muchos ciudadanos del África negra han servido como mercenarios al régimen de Gadafi. Libia absorbe un alto número de refugiados a los que no reconoce y de inmigrantes llegados del sur con la intención de trabajar o para aprovechar sus costas para zarpar hacia Europa. «Siguen produciéndose ataques contra trabajadores negros. Su situación es preocupante y detener este comportamiento racista es una obligación» de las nuevas autoridades del país, opina Peter Bouckaert, de la ONG estadounidense Human Rights Watch. Miles de ellos se encuentran en una «situación alarmante» y «necesitan con urgencia protección y asistencia», dice la ONG Médicos Sin Fronteras.
A pesar de todo, el régimen de Muamar Gadafi «ha utilizado mercenarios en la batalla de Trípoli», asegura Bouckaert. Disponen, según él, de pruebas documentales y testimonios que permiten concluir que varios cientos de africanos, especialmente de Chad, han trabajado para la Brigada 32 que lideraba Jamís Gadafi, hijo del mandatario. Y este, añade, es sólo uno de los sitios donde los han reclutado.
«Hemos visto tarjetas identificativas que les daban derecho a tener un kalashnikov y sesenta balas». Los vecinos del cuartel de la Brigada 32 afirman que ya en febrero, antes de que se desatara la guerra civil, estaban en Trípoli. Esta «premeditación» es importante «para perseguir a Gadafi ante el Tribunal Penal Internacional (TPI)».
Cárceles móviles
En la puerta del penal improvisado en el centro deportivo de la ciudad vieja tripolitana una veintena de mujeres con otros tantos niños, todos de raza negra, esperan en vano noticias de los que están dentro. Poco antes del mediodía del miércoles, llegan dos grandes camiones policiales para el transporte de presos, dos verdaderas cárceles móviles de las empleadas por el régimen y para las que los rebeldes pronto han encontrado utilidad. Van a evacuar a los detenidos hacia otros centros. Son unos cien. Unos dicen que los llevan a la cárcel capitalina de Eshdeida, otros que van a ser interrogados junto a más detenidos en el aeropuerto.
De nada sirven los llantos de las mujeres y los niños, que en algunos casos se convierten en gritos y desmayos cuando ven a sus hombres desfilar. Una joven aporrea la chapa del camión desesperada.
Antes de montar en la caja de hierro azul de vehículo policial cada uno de los detenidos ha de pasar por la alfombra con el rostro del dictador que los captores han extendido en el suelo. Huele a venganza en Trípoli.
El Consejo Nacional de Transición libio asegura que «no hay nada que temer» sobre la presencia de terroristas entre los rebeldes
La guerra toca a su fin en Libia y el enemigo común que unía a la oposición está desaparecido, fuera de juego. Durante los siete meses de guerra el frente rebelde ha sido un conjunto de milicias independientes donde a los combatientes les unía su lugar de origen. «Cada libio debe luchar por la defensa de su casa, porque no hay nada que se defienda mejor que lo tuyo y no hay terreno que conozcas mejor que el tuyo», aseguraba a este medio un alto mando militar de las montañas de Nafusa una semana antes de la toma de Trípoli. Las únicas milicias que han trascendido el factor geográfico han sido las islámicas, donde combatientes de todo el país luchaban bajo las órdenes de comandantes con un pasado vinculado a la yihad con la Unión Soviética en Afganistán.
«Decenas de milicias islámicas han jugado un papel esencial en la línea del frente», asegura un mando rebelde en la capital que pide el anonimato y prefiere no extenderse a la hora de hablar del factor islamista en la revuelta, un tema tabú. Con un número cercano a los mil milicianos, según diferentes páginas web especializadas en yihadismo, los comandos fundamentalistas fueron por ejemplo responsables de la toma de Bab al-Aziziya, el cuartel general de Gadafi y auténtico símbolo del régimen. Al frente de esta operación estaba Abdul Hakim Belhaq, recientemente nombrado jefe militar de la provincia de Trípoli.
Junto a Belhaq, otros comandantes con experiencia en Afganistán como Abdelkarim al-Hasadi o Abu Sufian bin Qumu, ambos originarios de Derna y ex presos en Guantánamo por su presunta vinculación con Al Qaida, han tomado parte activa en una lucha que, con la ayuda de la OTAN, ha terminado con cuatro décadas de dictadura. Cuando se pregunta a cualquier responsable del Consejo Nacional Transitorio (CNT) sobre la presencia de estos islamistas radicales —que en Libia se concentran desde los noventa en el Grupo Islámico Libio de Lucha (LIFG, por sus siglas en inglés)— en sus filas la respuesta es unánime: «No hay nada que temer».
El ahora tirano Gadafi fue desde 2001 un aliado de la guerra contra el terror de George Bush. Los estadounidenses extraditaron a los presos de origen libios presentes en Guantánamo y el régimen los concentró en Abu Salim. Trípoli logró que el principal grupo de oposición, el LIFG, fuera incluido en la lista de organizaciones terroristas y sus miembros pasaron a convertirse de forma automática en parte de la red Al Qaida, grupo con el que muchos de ellos tuvieron contacto directo en suelo afgano.
Un programa de amnistía basado en el «diálogo y reintegración» e ideado por uno de los hijos de Gadafi, Saif al-Islam, permitió a la mayoría de miembros del LIFG abandonar la cárcel a cambio de la sumisión al sistema en 2010.
Cuento con 20.000 hombres armados para luchar contra los rebeldes
Saif al Islam asegura que el régimen resistirá y que planean recuperar Trípoli. Otro hijo, Saadi, asegura que está oficialmente legitimado para negociar con los rebeldes y que quiere poner fin al derramamiento de sangre
Fuente Diario "ABC"
Rusia reconoce a los rebeldes al inicio en París de la cumbre post-Gadafi
Un diario argelino asegura que Gadafi ha solicitado sin éxito a Buteflika su asilo político en Argelia
Los rebeldes libios han sumado hoy un nuevo e importante respaldo a su causa horas antes de que arranque en París la Conferencia de Amigos de Libia con la presencia de delegaciones de 60 países para diseñar la reconstrucción política y económica del país árabe tras el derrumbe del régimen de Muamar el Gadafi. Rusia, país que participará en la reunión, ha reconocido formalmente al Consejo Nacional de Transición (CNT) como única autoridad legítima libia. "La Federación Rusa reconoce el Consejo Nacional de Transición de Libia como la autoridad del país y destaca su programa de reformas, que prevé el desarrollo de una nueva Constitución, la celebración de elecciones generales y la formación de gobierno", señala un comunicado en Internet del Ministerio de Exteriores ruso.
Rusia, que siempre se ha opuesto al ataque aliado y apuesta por la resolución del conflicto libio en el marco exclusivo del Consejo de Seguridad de la ONU, recuerda que sus relaciones diplomáticas con Libia "nunca se han interrumpido" desde su establecimiento el 4 de septiembre de 1955, "independientemente del gobierno que había en Trípoli".
El objetivo político confesado de la cumbre de París es unir a la comunidad internacional tras el CNT libio, y evitar que la transición en Libia derrape como la de Irak. En esta cumbre también se harán efectivos los anuncios de desbloqueo de fondos libios almacenados en bancos internacionales, que irán a manos de los representantes del CNT.
Gadafi intenta negociar su asilo en Argelia
Entretanto, el paradero de Muamar el Gadafi sigue siendo un misterio y la pieza que falta para resolver el rompecabezas de la guerra libia. Según el diario argelino El Watan, que cita fuentes próximas al presidente Abdelaziz Buteflika, el dictador habría solicitado asilo al Gobierno argelino desde la localidad fronteriza de Ghadames, desde donde estaría intentando negociar con las autoridades su paso a través de la frontera con varias llamadas telefónicas a Buteflika, sin que éste haya respondido por el momento a ninguna de ellas.
Según estas fuentes, Gadafi se encontraría en dicha localidad en compañía del resto de su familia y habría intentado negociar desde allí su entrada en territorio argelino. Pese a no conseguir localizar a Buteflika, un consejero de la Presidencia argelina se habría disculpado ante el líder libio con el pretexto de que Buteflika ha estado ausente y muy ocupado por los últimos eventos ocurridos en Argelia.
"No es la primera vez que Gadafi o alguno de sus emisarios ha intentado entrar en contacto con Buteflika para tratar este asunto, pero la posición argelina es clara y neutral. Nos negamos a inmiscuirnos en los asuntos internos libios", ha asegurado esta fuente.
Los rebeldes rechazan el despliegue de tropas extranjeras en Libia
Gadafi rechaza el ultimátum de los sublevados para evitar el asalto a Sirte
De vez en cuando los flamantes ministros libios tienen arrebatos del profundo anticolonialismo arraigado en el país norteafricano. Y aunque durante los seis meses de sublevación contra Muamar el Gadafi no se cansaron de rogar encarecidamente bombardeos más contundentes de la OTAN y más ayuda militar a los rebeldes, y admitieron asesores militares británicos y franceses, bajo ninguna cobertura desean ver soldados de países occidentales en suelo de Libia. Ni occidentales ni de ninguna latitud. El líder de los rebeldes Mustafá Abdel Yalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), declaraba taxativo su rechazo a la presencia de uniformados foráneos, ni siquiera como observadores, tal como planteaba Naciones Unidas. La sombra del desastre ocurrido en Irak, donde se desató el caos tras el vacío de poder, planea sobre Libia.
Ha sido una premisa desde el nacimiento de la rebelión a mediados de febrero en Bengasi. Las pancartas con el no a la presencia de militares extranjeros colgaron desde los primeros días en esta ciudad del oriente de Libia. Ibrahim Dabashi, uno de los representantes del CNT en la ONU, señalaba ayer a la cadena BBC: "Naciones Unidas estudió la posibilidad de desplegar cascos azules para mantener la paz, pero el caso de Libia es especial. No hay una guerra civil, es el pueblo el que está defendiéndose contra la dictadura". Las conversaciones entre los dirigentes libios y Naciones Unidas dejaron todo meridianamente claro. "No esperamos que nos pidan observadores militares. Es evidente que los libios quieren evitar todo tipo de despliegue militar de la ONU o cualquier otro", explicó Ian Martin, enviado del organismo para Libia.
Hace menos de una semana Abdel Yalil no descartaba que policías de países musulmanes o árabes ayudaran a mantener la seguridad en las ciudades libias. Pero ahora, conquistada Trípoli y en plena ofensiva contra los últimos bastiones de Gadafi en Sirte y Sabha, los dirigentes libios creen que podrán hacerse cargo de la coyuntura sin ayuda. Cierto es que la policía -nunca demasiado implicada en las atrocidades del régimen- ha comenzado a patrullar, pese al temor inicial de los uniformados a la reacción popular, y que el civismo mostrado por los libios ha sido una norma que no se ha quebrado.
Sin noticias de pillaje, pese a las carencias que padece la población, las autoridades están logrando que los rebeldes olviden su costumbre de disparar al aire, a menudo baterías antiaéreas que producen un estruendo ensordecedor. Sobre todo en Trípoli, la población no está habituada a semejantes manifestaciones de jolgorio. Los controles de los milicianos salpican cualquier distrito de la capital, las barreras de cemento obligan a reducir la velocidad en las calles... La delincuencia no es problema. Las dificultades pueden aflorar si el Gobierno de los sublevados aplica el plan ya anunciado: retirar las armas a los shabab (muchachos), la tropa que ha derrocado al dictador.
Porque el autodenominado hermano líder sigue presente. Nadie se fía de lo que pueda pergeñar y, sin duda, cuenta con miles de fieles, principalmente en Trípoli, Sirte y Sabha. Ayer, en un barrio occidental de Trípoli, una explosión mató a cuatro guerrilleros. No estaba claro si se trató de un coche bomba o de un accidente, dada la falta de destreza que demuestran los rebeldes en el manejo de las armas.
El sábado será decisivo. Llega a su fin el ultimátum lanzado por Abdel Yalil a las tropas de Gadafi. Si no deponen las armas, afrontarán el asalto en las ciudades donde se atrincheran. De momento, no hay bandera blanca. "Ninguna nación honorable", declaraba a la agencia Associated Press Musa Ibrahim, portavoz de Gadafi, "aceptaría un ultimátum procedente de bandas armadas". Dónde se hallan Gadafi y sus tropas es aún un misterio. Los jefes militares insurrectos hablan de Bani Walid, región desértica al sureste de la capital, y Sirte, su ciudad natal, y afirman que están en contacto con mandos cercanos al dictador, que de algún modo buscan una salida personal negociada.
Imposible saber si se trata de propaganda de los militares sublevados -no sería la primera vez, ni mucho menos-, pero uno de ellos, Abdel Hakim Belhadj, dijo haber recibido una llamada de Saadi Gadafi ofreciendo entregarse. El propio hijo del autócrata desmintió a CNN la propuesta. En todo caso, el desenlace de la guerra parece cercano. El sábado arranca la ofensiva final.
Fuente Diario "EL PAÍS"
La maldición de ser subsahariano en Trípoli
+Cientos de inmigrantes negros están siendo detenidos por las milicias rebeldes
+Las ONG internacionales advierten del riesgo de que sufran abusos
+Gadafi contrató cientos de soldados a sueldo a los que prometió grandes cantidades de dinero
En Trípoli se ha desatado una persecución sin pausa. Tras la toma de control de Trípoli por parte de las brigadas rebeldes, los milicianos recorren la ciudad a la caza de mercenarios de Gadafi. Pero para ellos, todos los subsaharianos son sospechosos, sin excepción.
En un centro de la medina, cerca del arco romano de Marco Aurelio, una decena de milicianos custodia celosamente un centro de detención donde varios cientos de hombres de raza negra llevan varios días encerrados. Uno de los guardias admite que dentro hay 250 subsaharianos.
En la puerta se agolpan varias mujeres con sus niños. "Nuestros maridos están ahí dentro", nos dice una mujer vestida de negro. "No han cometido ningún crimen. Sólo los detienen por el color de su piel", afirma otra.
Son de Chad y viven en Libia desde hace años; algunos de ellos, ya han pasado una década en la capital. Les llevan ropa limpia y algo de comida pero los guardias no las dejan acercarse. Uno de ellos, encapuchado y con el kalashnikov apuntándolas, las amenaza y las echa fuera de allí. "¡Fuera de aquí!" les grita. Una mujer se le encara: "¡Adónde vamos a ir!".
Según las organizaciones de Derechos Humanos, los trabajadores inmigrantes procedentes del África negra están siendo confundidos con mercenarios a sueldo del coronel Gadafi y, por tanto, corren el riesgo de sufrir los abusos de las fuerzas rebeldes con sed de venganza.
"Hay detenciones masivas de sospechosos de colaborar con el régimen de Gadafi, especialmente de africanos", advirtió en Trípoli Peter Bouckaert, investigador de Human Rights Watch, a varios medios de comunicación entre los que se encontraba ELMUNDO.es.
"Los africanos subsaharianos son particularmente vulnerables a los abusos. Muchos se arriesgan a represalias como resultado de las alegaciones de que las fuerzas de Gadafi utilizaron 'mercenarios africanos' para cometer violaciones indiscriminadas durante el conflicto», afirma Amnistía Internacional en un comunicado publicado el miércoles.
"En recientes visitas a centros de detención en Zawiya y Trípoli, Amnistía Internacional pudo saber que más de un tercio de los detenidos eran subsaharianos", afirma el documento. Son detenidos simplemente por el color de su piel, sin comprobar primero si se trata de civiles.
Gadafi contrató mercenarios subsaharianos para combatir a la insurgencia. Sólo en la Brigada Khamis –liderada por el hijo menor de Gadafi- había entre 200 y 300 mercenarios. La mayoría procedían de Chad, Níger o Darfur. Según Bouckaert, HRW no ha encontrado pruebas de que "en el Este se haya hecho uso extensivo de tropas mercenarias".
Criminales o inocentes
"Son criminales", afirma un insurgente. Cuando se le dice que son civiles que viven en Libia con sus familias esgrime: "Los criminales también tienen familias". Otros dos insurgentes se acercan a los periodistas para enseñar la célula militar de uno de los detenidos.
Pero los otros documentos que enseñan no son más que tarjetas de identidad de países africanos que no prueban nada. "Es un mercenario de Gadafi, aquí está la prueba", dicen. "Sólo los libios pueden vivir en la medina. La ciudad vieja no es para los negros africanos", se deja llevar otro de los presentes.
Mustafa Belhadj Alhana, que dice ser un vecino del lugar, afirma haber visto a algunos de estos hombres armados. «El 10% puede que sean civiles; el 90% son milicianos», asegura. "Son gente de África a los que le han dado la nacionalidad libia a cambio de matarnos", añade.
El Ejército gadafista tenía unidades integradas por subsaharianos, que formaban parte de las tropas regulares desde los años 70. Por tanto, había soldados profesionales de raza negra integrados en el ejército.
Provenientes de varios países, Gadafi les concedió la nacionalidad libia. Antes de que se desatara la guerra civil que se abrió paso tras la represión de la revuelta popular en Libia, Gadafi contrató cientos de soldados a sueldo a los que prometió grandes cantidades de dinero. Lo que llama la atención es el grado de anticipación del régimen. "Lo grave es la premeditación: fueron reclutados en febrero con el fin de cometer crímenes contra los civiles", explica Bouckhaert.
Los trabajadores inmigrantes atrapados en el conflicto libio están expuestos a la sed de venganza de las milicias. Antes de la guerra, había en Libia cientos de miles de subsaharianos que servían como mano de obra barata. Ellos son inocentes, pero en el imaginario colectivo libio son culpables de unos crímenes que no han cometido.
El Gobierno ofrece a los rebeldes 16 millones de los fondos libios en España
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado este miércoles que el Ejecutivo ha puesto a disposición del Consejo Nacional de Transición (CNT), al que reconoce como gobierno legítimo de Libia, 16 millones de euros de fondos libios depositados en España.
Así lo ha indicado en una rueda de prensa junto al primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, con el que se ha reunido hoy en Madrid. "Hemos puesto a disposición del CNT 16 millones de euros de fondos libios depositados en España", ha señalado Zapatero sin dar más detalles.
Asimismo, ha asegurado que el Gobierno español está dispuesto a seguir trabajando, "siempre en el marco de la ONU" para que se puedan descongelar los fondos bloqueados al régimen de Muamar Gadafi con el fin de dar "apoyo al pueblo libio", y seguirá prestando apoyo en materia humanitaria. De hecho, ha dicho, en estos momentos se están enviando 18 toneladas de medicamentos.
Por otra parte, ha adelantado que el Consejo de Ministros de este viernes aprobará la petición del plácet ante "las autoridades libias" de José Riera como embajador en Trípoli. Riera, ha recordado Zapatero, es desde hace meses el representante del Gobierno español ante el CNT en Bengasi, donde éste ha tenido su sede hasta ahora.
Cumbre del Grupo de Contacto
Zapatero también ha hecho referencia a la "cumbre de gran trascendencia" que se celebra mañana en París, a la que tiene previsto asistir. Según ha dicho, la cita servirá para "evaluar la fase final del régimen, que está en un proceso de desmoronamiento, y sobre todo para comprometernos y apoyar el futuro de Libia".
En estos momentos, según el jefe del Ejecutivo, sería "muy conveniente" por un lado que "la representatividad del llamado Grupo de Contacto -del que forma parte España- se amplíe y que un número cada vez más importante de países del mundo estén comprometidos". Está previsto que a la cita de mañana asistan por primera vez China y Rusia, aunque lo harán a nivel inferior.
En segundo lugar, ha considerado necesario que el CNT "planifique un futuro con la máxima integración posible del pueblo libio".
Fuente Diario "EL MUNDO"
Gadafi ha solicitado asilo a Argelia desde una localidad fronteriza sin conseguir respuesta
El líder libio, Muamar Gadafi, habría solicitado asilo al Gobierno argelino desde la localidad fronteriza de Ghadames, desde donde estaría intentando negociar con las autoridades su paso a través de la frontera con varias llamadas telefónicas al presidente, Abdelaziz Buteflika, sin que éste haya respondido a ninguna de ellas, según ha informado el diario argelino 'El Watan' citando a fuentes presidenciales.
1 Septiembre 11 - Argel - Ep Según estas fuentes, Gadafi se encontraría en dicha localidad en compañía del resto de su familia y habría intentado negociar desde allí su entrada en territorio argelino.
Pese a no conseguir localizar a Buteflika, un consejero de la Presidencia argelina se habría disculpado ante el líder libio con el pretexto de que Buteflika ha estado ausente y muy ocupado por los últimos eventos ocurridos en Argelia. Así, el consejero se referiría al doble atentado contra el puesto militar de Cherchell.
"No es la primera vez que Gadafi o alguno de sus emisarios ha intentado entrar en contacto con Buteflika para tratar este asunto, pero la posición argelina es clara y neutral. Nos negamos a inmiscuirnos en los asuntos internos libios", ha asegurado esta fuente.
Sobre las condiciones de entrada de la familia de Gadafi en Argelia, la fuente ha preguntado si alguien piensa que el Consejo Nacional de Transición libio (CNYT) no es consciente de la presencia de los familiares del líder libio en territorio argelino y ha recalcado que la entrada de los familiares se hizo con el visto bueno de las autoridades interinas libias.
"¿Creen de verdad que el CNT no está al corriente de la presencia de la familia Gadafi en Argelia? Les puedo asegurar que todo se ha hecho con el visto bueno de algunos miembros del CNT", ha apuntado. "Sin embargo, hoy nos enfrentamos a las exacerbadas críticas de ese mismo CNT. Sin la ayuda y el consentimiento del propio CNT, la familia Gadafi no hubiera llegado jamás a la frontera", ha añadido esta fuente.
Sobre el futuro de Gadafi, las autoridades argelinas están "inquietas ante la posibilidad de que se alíe con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) --la filial del grupo terrorista Al Qaeda en la región-- como último recurso por su supervivencia".
Fuente Diario "LA RAZÓN"
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