El 56,3%% de los suizos ha votado en contra de una iniciativa popular que pretendía restringir el acceso a las armas de fuego, según los datos oficiales.
Con este resultado será difícil que la Confederación Helvética reduzca el número de armas en circulación que hay en el país. Sus 2,5 millones de unidades convierten al país alpino en el que más armas en manos privadas tiene de toda Europa. En un territorio con casi ocho millones de personas, famoso por su neutralidad y pacifismo, sorprende que un 30% de los domicilios tenga pistolas y escopetas en sus armarios.
Según el Grupo por una Suiza sin armas, alrededor de 1,5 millones de ellas pertenecen o han pertenecido al Ejército nacional. Además de por soldados profesionales, la defensa helvética está en manos de un sistema de milicias. Desde los 18 a los 34 años, los varones suizos deben servir a su país obligatoriamente tres semanas cada año y mantener el arma reglamentaria en sus domicilios particulares durante esos 16 años. Una vez finalizado su servicio, pueden quedarse con la pistola si lo desean.
La batalla más dura de la campaña ha estado en la prohibición de que los soldados tuvieran las armas en casa. Para los progresistas la victoria del 'sí' era una cuestión de seguridad nacional ya que también pedían la creación de un registro de armas nacional y en la prohibición de pistolas y rifles automáticos. Para los conservadores, en cambio, la iniciativa era un ataque directo a los valores suizos, en especial a la confianza depositada por el Gobierno en el ciudadano y en la responsabilidad del individuo hacia su país.
La tasa más alta de suicidios
Otra de las razones de más peso esgrimidas por los líderes de la iniciativa había sido reducir el número de suicidios, pues Suiza también lidera ese ránking europeo. Justamente, el 90% de los muertos por disparo del país corresponde a personas que se quitan la vida.
Como viene siendo habitual, la mayoría de cantones francófonos ha votado a favor de restringir el acceso a las armas de fuego. A excepción de Basilea-ciudad y Zúrich, en las regiones de habla alemana e italiana, la iniciativa ha sido claramente rechazada, con porcentajes superiores al 70% en algunos casos.
Este resultado evidencia una vez más la deriva conservadora que la Confederación Helvética ha tomado en las últimos tiempos. Las votaciones federales recientes han acabado siempre con una victoria de las posturas defendidas por el Partido Popular y el resto de formaciones de centro-derecha, como fue el caso de la prohibición para construir minaretes o la expulsión de los criminales extranjeros del país.
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