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sábado, 26 de febrero de 2011

GAGOMILITARIA NOTICAS.-LOS CINCO MILITARES MUERTOS UTILIZABA MINAS CON 40 KG DE EXPLOSIVOS







Las minas que mataron a cinco militares tenían 40 kilos de explosivo

Los dos heridos graves estaban a unos 20 metros del lugar de la deflagración

Las minas anticarro cuya explosión accidental causó el jueves la muerte de cinco militares en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid) contenían unos 40 kilos de explosivo, según fuentes próximas a la investigación. La deflagración destrozó a los cinco militares que se encontraban en las inmediaciones de la hondonada donde se apilaron las minas anticarro, mientras que los tres heridos -dos de ellos graves- estaban a unos 20 metros de distancia. Afortunadamente, la onda expansiva no alcanzó a otra pila de proyectiles de artillería y munición que estaba cerca, también para proceder a su voladura controlada, pues las consecuencias podían haber sido aún peores.

Fuentes militares insistieron ayer en que los participantes en el ejercicio, que se preparaban para su próxima partida hacia Líbano, llevaban el equipamiento adecuado para estos casos: casco y chaleco antifragmentos. Un equipo bastante más ligero que el empleado para desactivar explosivos, que, en todo caso, tampoco hubiera servido de mucho ante la envergadura de la explosión.

La investigación, que realiza la Guardia Civil por orden del juez, está encaminada a determinar por qué se produjo el estallido antes de que los militares se pusieran a cubierto, a más de 50 metros, y activaran a distancia el cebo que acababan de poner. Una de las hipótesis apunta a que el cable, que ya estaba conectado, tuviese corriente residual.

Las minas anticarro carecían de detonador, por lo que no podían explotar por sí mismas. Por eso, la voladura controlada se debía producir con la ayuda de un cebo. Lo que más sorprende, según las fuentes consultadas, es que hasta ocho militares se encontrasen cerca del lugar donde se apilaban los artefactos una vez que el cebo ya había sido colocado. Fuentes militares sostienen que el Ejército dispone de un procedimiento estricto en el que se detallan hasta nueve pasos sucesivos para realizar la destrucción de munición obsoleta de forma que, incluso en caso de accidente, se reduzcan al mínimo las víctimas.

Entre los cinco fallecidos -los sargentos primero Sergio Valdepeñas Martín Buitrago, y Victor Manuel Zamora Letelier; el sargento Mario Hernández Mateo; el cabo primero Javier Muñoz Gómez; y el cabo Miguel Ángel Díaz Ruiz- estaban algunos de los mayores expertos en explosivos de las Fuerzas Armadas, con experiencia en Afganistán, Balcanes o Líbano, como destacó la ministra de Defensa, Carme Chacón. La destrucción de munición y artefactos abandonados o requisados es habitual en zonas de conflicto. Tres soldados daneses y dos alemanes murieron en marzo de 2002 en Kabul cuando procedían a la destrucción controlada de una bomba de aviación.

A lo largo de la jornada de ayer prosiguieron las autopsias de los cinco fallecidos, cuyos cuerpos quedaron destrozados por la explosión, por lo que se mantenía la incógnita sobre si mañana podrá celebrarse el funeral. Eso ha obligado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a retrasar el inicio de su gira por Túnez y el golfo Pérsico; y a Chacón a suspender su viaje por el océano Índico. Mientras, los tres heridos -el teniente José Manuel Candón Ballesteros, el sargento Raúl A. González Fernández y el cabo primero Herminio Álvarez Gómez, este último leve- seguían ingresados en el hospital militar Gómez Ulla de Madrid.

Fuente Diario "EL PAIS"

La explosión que provocóel jueves la muerte de cinco militares en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares, se produjo cuando se encontraban colocando cargas explosivas para destruir minas anticarro, según han informado fuentes del Ministerio de Defensa.

Tal y como han indicado las citadas fuentes, dichas minas anticarro ya habían sido desactivadas, es decir, no tenían detonador, aunque sí carga explosiva.

De esta manera, para poder destruirlas, se habían colocado junto a las minas una serie de cargas explosivas "mínimas" que debían ser activadas a distancia para la explosión controlada. Sin embargo, una de estas cargas, por circunstancias que se desconocen por el momento, se activó antes de que los ocho militares pudieran alejarse lo suficiente del lugar.

En las proximidades del lugar había otros nueve o diez militares, integrantes de la unidad de desactivación, que han resultado indemnes. En esta unidad había miembros del Ejército de Tierra y del Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada.

Según han explicado las fuentes consultadas, durante la operación de desactivación de las minas anticarro, es decir, durante el proceso de retirada del detonador, los efectivos deben llevar un buzo de gran protección que ya no es necesario una vez que la mina ha sido desactivada. Esto se debe a que se entiende que ya no hay riesgo de explosión.

Con chaleco y casco

Dado que el ejercicio que estaban realizando los militares afectados era de destrucción de explosivos, simplemente portaban el chaleco y el casco que se consideran necesarios para esta operación.

Las fuentes consultadas han asegurado que se trata de un "ejercicio habitual" de los que realiza la unidad de desactivación de minas y artefactos. Además, han insistido en el que se habían seguido "todos los protocolos para salvaguardar al máximo la seguridad" de los participantes en la instrucción. La investigación de los hechos corre a cargo de un juez togado militar.

El ejercicio de instrución tenía lugar en el marco de su adiestramiento con el fin de relevar al contingente español en la misión que la ONU desarrolla en el sur de Líbano. Allí, una de las tareas principales de los militares españoles es precisamente el desminado de la zona.

Los fallecidos son tres miembros de la Brigada Acorazada XII del Ejército de Tierra con base en El Goloso (Madrid) y dos efectivos de la Brigada de Infantería de Marina XIII de la Armada. Los cinco tenían nacionalidad española y experiencia en misiones internacionales, ya que todos habían participado en al menos dos operaciones en el exterior.

Debido a este "desgraciado accidente", la ministra de Defensa, Carme Chacón, ha anulado el viaje que tenía previsto iniciar esta misma tarde a Budapest, donde iba a participar en la reunión informal de ministros de Defensa de la Unión Europea.

Nada más conocer el incidente, Chacón se desplazó a la Academia de Ingenieros acompañada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general José Julio Rodríguez, y los jefes de Estado Mayor del Ejército (JEME), general Fulgencio Coll, y de la Armada (AJEMA), almirante general Manuel Rebollo.

Fuente "Terra Noticias"

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