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sábado, 26 de febrero de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS-LIBIA ULTIMA HORA.-GADAFI PIERDE EL CONTROL DEL PETROLEO....Y DEL PAÍS








Los rebeldes controlan ya el nexo entre el petróleo de Libia y Europa

Los comités populares revolucionarios que se han alzado contra el dictador libio, Muamar el Gadafi, ya controlan Briga y Ras Lanuf, el nexo entre el petróleo y el gas de Libia con Europa.

El primero de estos dos lugares es la plataforma de exportación más importante de todo el este del país, y se encuentra en manos rebeldes desde el pasado domingo por la noche, según pudo confirmar ELMUNDO.es al visitar las instalaciones. La segunda ciudad, además de tener otra plataforma exportadora, tiene una refinería donde se producen 220.000 de los 1,6 millones de barriles de crudo diarios del país.

Los rebeldes capturaron todos los cuarteles y quemaron las estaciones de policía. Aunque la plataforma de Briga no ha resultado afectada por los combates, tiene una capacidad operativa mínima porque muchos de sus trabajadores, tanto los extranjeros como los libios, han huido del lugar.

Cerca de las instalaciones se han localizado los restos de un avión de la Fuerza Aérea libia. La población local asegura que el avión venía a bombardear las instalaciones petrolíferas, pero su piloto decidió desobedecer las órdenes, se lanzó fuera del aparato y lo estrelló en las inmediaciones de Briga.

Por otra parte, toda la carretera que discurre entre Bengasi y Briga está controlada por los comités populares revolucionarios que se han alzado contra el dictador libio, que también han logrado tomar la ciudad más importante al oeste de Bengasi, Ejdaiba.
Gadafi, arrinconado

Fathi Tarbul, miembro del comité popular que controla Bengasi y uno de los líderes del levantamiento popular, asegura que las fuerzas leales a Gadafi apenas controlan ya el 15% del país.

"Está viviendo los últimos momentos y esperamos el final de su régimen en los próximos días", ha señalado Tarbul, un abogado de 39 años cuya detención el pasado 15 de febrero fue la chispa que prendió el levantamiento en el tercio este del país y en varias localidades del oeste y el sur.

En su opinión, la decisión de lanzar o no un ataque militar contra Trípoli, algo que en principio descarta, es una decisión que deben tomar los consejos de la revolución y no las Fuerzas Armadas

El líder de la revuelta popular ha apuntado además que el Ejército de Gadafi se ha desintegrado, y lo que queda ya son paramilitares fieles a su régimen y mercenarios.

Tarbul fue abogado de las familias de unos 1.200 presos que se cree que fueron asesinados en 1996 por fuerzas especiales del líder libio en la cárcel de Abu Salim, de Bengasi, por exigir un mejor trato en la prisión.

El Consejo de Seguridad de la ONU estudia cómo sancionar a Gadafi

El Consejo de Seguridad de la ONU evalúa hoy las sanciones que podría imponer al dictador libio Muamar el Gadafi y su entorno, como la congelación de sus bienes, la prohibición de viajar o el embargo de armas.

El organismo internacional también tiene sobre la mesa un proyecto de resolución elaborado por Francia y Reino Unido para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue la posible comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad durante la represión de las protestas populares.

El embajador de Francia ante la ONU, Gerard Araud, explicó que el único punto en que hay divergencias entre los miembros es el referido a la CPI, ya que algunos miembros consideran este asunto "muy sensible" por no ser Libia parte del Tratado de Roma.

Mientras, algunos países, como Estados Unidos, ya han determinado sanciones contra el régimen libio, y la Unión Europea (UE) estudia aprobar medidas similares la próxima semana, mientras otros Estados, como Reino Unido y Suiza, ya han decretado el bloqueo de los activos financieros de Gadafi y su entorno.

Por su parte, Francia ha ordenado a los operadores financieros que comuniquen cualquier movimiento sospechoso de evasión de capitales por parte del dictador libio.

"Las próximas horas y días serán decisivos para el futuro de Libia, así como para toda la región", dijo esta semana el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en una intervención ante el Consejo en la que pidió "acciones concretas y decisivas" contra el régimen libio.

"La violencia debe parar. Los responsables de derramar la sangre de inocentes de una manera tan brutal deben ser castigados", subrayó Ban, quien pidió al Consejo de Seguridad que considerara "un amplio abanico de acciones" con respeto a Libia.
El entorno de Gadafi

Las medidas que adopte la ONU se extenderían a 21 miembros del círculo familiar y asesores más cercanos del líder libio.

Entre la lista de posibles castigados, además de Gadafi, están siete de sus hijos (Khamis, Hannibal, Mohamed, Said el Arab, Said el Islam, Mutassim y Aisha), además de varios familiares y los máximos responsables de los aparatos de Seguridad, Inteligencia y Fuerzas Armadas.

Igualmente se incluye al ministro de Defensa, el general Abu Bakr Yunis Jabir; al director de la inteligencia militar, el coronel Abdulá el Senusi, y al comandante de las Fuerzas Armadas, el también coronel Masud Abdulhafiz.
'Peligro para la seguridad nacional de EEUU'

El presidente de EEUU, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva para congelar todos los activos de Gadafi, su familia y sus colaboradores más cercanos. Para el país norteamericano, el deterioro de la situación en Libia supone un serio riesgo a la estabilidad y, por tanto, una "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior" de Washington.

Chávez apoya públicamente a su 'amigo Gadafi'

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, expresó su apoyo del Gobierno de Libia y pidió por la paz en ese país que enfrenta una semana de protestas, aunque afirmó que no aplaude las decisiones que tomen sus aliados en el mundo.

Chávez, que dijo ser amigo del líder libio Muammar Gaddafi, así como de otros mandatarios, manifestó preocupación por los alzamientos que se registran en algunos países con riesgos de guerras civiles como el caso de Libia.

"Yo no puedo decir que apoyo, o estoy a favor, o aplaudo cualquier decisión que tome cualquier amigo mío en cualquier parte del mundo, no, uno está a distancia, pero nosotros sí apoyamos al Gobierno de Libia", dijo Chávez tarde el viernes en un consejo de ministros televisado por el canal estatal.

"Yo no he podido hablar con Gaddafi en todos estos días", agregó tras resaltar que ha guardado un "prudente silencio" porque "hay mucha desinformación" no sólo en el caso de Libia sino en otros como ocurrió con Egipto.

El jueves, Chávez, que reforzó los lazos diplomáticos y comerciales con Gaddafi, salió al ruedo y comentó en su cuenta de la red social twitter "Viva Libia y su Independencia! Gadafi enfrenta una guerra civil!!".

Gaddafi prometió el viernes "aplastar a cualquier enemigo", en un discurso ante una multitud de partidarios en Trípoli, mientras se agudizaba la revuelta popular en Libia en torno al líder.

Los ataques contra civiles en Libia pueden haber sido "crímenes contra la humanidad" que garantizan tratamiento de la Corte Penal Internacional en La Haya, de acuerdo con un borrador de una resolución de sanciones de la ONU, preparado por Francia y Gran Bretaña.

Las tropas de Gaddafi controlan Trípoli luego de reprimir protestas antigubernamentales ocurridas hace algunos días, y los residentes dijeron que se mantendrán encerrados a menos que se vean obligados a buscar provisiones.

Según reportes, otras ciudades libias, como Misrata, a unos 200 kilómetros de Trípoli y la tercera más grande del país, está bajo control rebelde.

Fuente Diario "EL MUNDO"

"Trípoli ha sido un infierno esta noche"

Tres testigos cuentan desde la capital libia cual es la situación que están viviendo en la ciudad, asediada por los enfrentamientos entre la Guardia de Gadafi y los rebeldes

Trípoli se ha convertido en una ciudad caleidoscópica en la que nadie sabe bien que sucede en las otras caras del poliedro. La comunidad internacional ha desayunado esta mañana con las imágenes de ayer del discurso de Muamar al Gadafi en la Plaza Verde , donde miles de personas gritaban al unísono. Sin embargo, hay una versión de la capital libia que escapa a la retina de la comunidad internacional.

A.A, una dentista que vive en Gergaresh (localidad costera a 20 minutos en coche del centro de Trípoli), nos ha descrito en una conversación por internet una ciudad que tiene dos caras: una diurna -aparentemente pacífica- y otra nocturna -guerrillera y peligrosa-.

"Las mañanas son tranquilas, puedes salir a la calle e incluso algunas tiendas están abiertas, pero la mayoría están desabastecidas", cuenta. Esto es consecuencia de una de las estrategias de "normalización" de la situación ideada por el régimen de Gadafi. El gobierno ha mandado SMS a los móviles para pedir a la población que vuelva a sus puestos de trabajo y los niños, a las escuelas -las cuáles llevan cerradas una semana-. "Nos pide que salgamos a la calle como si nada sucediera, mientras vuelan las balas", protesta A. A. Esta ciudadana libia ha sido amenazada mediante anónimos enviados a su iPhone donde la acusan de "difamar" a Gadafi en la prensa extranjera. "La corrupción nos ayuda a todos si eres capaz de perdonarla. No nos estás ayudando con los que haces", pone en el último mensaje de texto que ha recibido. "No quieren que se oiga nuestra voz, no quieren que nadie sepa lo que está pasando ahí fuera, por eso han blanqueado las fachadas de cada pared que han manchado con la sangre de un shaheed (mártir) y han hecho desaparecer a todos los que han hablado con Al Yazira", dice asustada.

Su casa se encuentra a 20 minutos en coche del centro de Trípoli, donde están teniendo lugar hoy algunos de los enfrentamientos más sangrientos. "Ahora mismo estoy escuchando las alarmas de la policía y disparos, pero no hay ataques aéreos", contaba ayer a las 18.05, poco antes de que Gadafi interviniera en la Plaza Verde. Hoy, a las 15.00, cuatro helicópteros Apache sobrevuelan su domicilio . Llevan casi una semana así, y su familia se ha quedado sin nada que beber. En Trípoli han cortado el suministro de agua potable, tienen agua para ducharse pero "es insana", dice la dentista. Su hermano ha salido esta mañana a comprar un par de botellas y lo ha conseguido a duras penas, después de esperar colas de una hora en las tiendas. "La gente está pasando verdadera necesidad, pero no escucharás noticias sobre saqueos. El pueblo libio está unido", explica con orgullo. Un ejemplo de ello es lo que ha sucedido en su vecindario han decidido asociarse para sobrevivir a los ataques que se suceden cada tarde después de la hora del rezo. "Compartimos la comida y la gasolina que nos queda, y por las noches nos turnamos para hacer guardia", explica la dentista.

Otros, como el ingeniero informático M.D. no han tenido tanta suerte y tienen que enfrentarse en solitario a las dificultades de vivir en mitad de las revueltas. Él reside en Hai-Andulas, a 25 kilómetros de la capital, con su mujer y sus dos hijos, de 4 y 7 años. "No he conseguido comprar pan para mis hijos en una semana. El puerto está cerrado y en los comercios cada vez faltan más cosas", relata resignado, pero a falta de pan, buena es la dorada: "Mis padres viven muy cerca de casa, a unos 10 minutos en coche, y cuando no nos queda nada vamos a que mi madre nos cocine un poco de pescado". El problema llega cuando hay que hacer los desplazamientos cuando cae la noche. "Viajar en coche es peligroso, especialmente si tienes que pasar cerca del campamento de Gadafi", puntualiza el informático.

Los hospitales tampoco son lugares apacibles después de la medianoche. La dentista de Gergaresh cuenta que la milicia está haciendo desaparecer los cuerpos de los rebeldes muertos y que ha prohibido que se hagan fotos y vídeos en los centros médicos. Un joven, amigo de la familia, murió el martes en las revueltas y la familia tuvo que robar su cadáver del Hospital Central de Trípoli para evitar que los soldados se lo llevaran. "Ayer conseguimos que lo enterraran, pero no hemos podido rezar el aljanaza por su alma. Tenemos prohibido congreagar a más de cinco personas en el mismo lugar y los nuestros tienen miedo a organizar reuniones clandestinas", comenta A.A. apenada.

No son los únicos que están asustados. "No puedo hacer nada para proteger a mis hijos, solo permanecer en casa", dice M.D. con preocupación. "Hai al-andulas ha sido un infierno esta noche", dice este informático libio que vive a 25 kilómetros de la capital. No ha podido pegar ojo escuchando los disparos. "Han muerto decenas de personas en Souq aljumma, la mayoría de la guardia de Gadafi", dice.

M.D. pregunta insistentemente que sobre las noticias que se emiten en España sobre lo que está sucediendo allí. "Desde que nos empezaron a fallar las conexiones telefónicas es difícil saber que está sucediendo en otra parte del país y nos negamos a ver la televisión libia, solo dice mentiras", dice el informático de Hai al-andulas. "La mayoría de los libios tenemos televisión vía satélite y hemos acabado informándonos sobre lo que está pasando en nuestro país a través de medios extranjeros".

A.A., la dentista de Gergaresh dice que la principal fuente de información para ella es el "boca a boca": "Todo lo que sé es a través de mis hermanos y mis amigos. Ellos me han contado que en Tajura y en el aeropuerto de Maetega están protestando miles de personas". Según sus informaciones, es la primera vez desde que empezaron las revueltas que los rebeldes han salido a la calle con sus hijos. Familias enteras piden que Gadafi caiga. "Lo hacen porque tienen a seres queridos que han sido asesinados por los monstruos", dice refiriéndose a los Guardianes de la Revolución de Gadafi.

La otra imagen del horror está en el parking del aeropuerto de Trípoli. Allí se encuentran acampadas miles de personas desde hace días. "La mayoría son egipcios que intentan escapar y no tienen recursos para hacerlo ni están saliendo vuelos comerciales que puedan llevárselos", explica Juan Prunes, uno de los españoles que ha sido evacuado de Libia . Salió hace dos días de Trípoli a las 22.00 (hora local) y aterrizó en Torrejón a las 00.00 (hora española). "Los alrededores de la terminal parecen el purgatorio. Llueve torrencialmente y la gente vive embarrada debajo de unos plásticos que sólo abandonan para pedir ayuda. La policía los reprime por la fuerza cada vez que intentan hacerlo y a menudo hay estampidas donde unos acaban pisando a otros", cuenta Prunes aún impresionado.

La ONU acelera sus gestiones para aislar a Gadafi

El Consejo de Seguridad de la ONU está reunido estudiando un paquete de medidas de castigo al régimen libio

Movidas por un nuevo sentido de urgencia, las principales potencias aceleran sus gestiones para conseguir la aprobación inmediata en el Consejo de Seguridad de la ONU de un paquete de medidas de castigo que pongan en evidencia el aislamiento de Muamar Gadafi y su riesgo de enfrentarse en un futuro a la justicia internacional. Esta iniciativa, aún siendo muy valiosa en el plano moral, poco puede hacer para detener instantáneamente la brutal represión desatada contra la población que se ha levantado contra el régimen.

Después de diez días de discusiones improductivas desde que empezara esa represión, los líderes internacionales habían sido acusados de cierta indiferencia hacia los sucesos en Libia. El presidente Barack Obama ha sido criticado aquí por su pasividad ante una crisis a la que se ha referido en público solo en una ocasión. Un editorial de The Washington Post advierte de que "aunque la Casa Blanca parece haber decidido que Francia y otros lleven la iniciativa, lo cierto es que mientras el presidente de Estados Unidos se mantenga pasivo la ayuda que los libios están reclamando no llegará".

Bajo esa presión, la Casa Blanca anunció el viernes algunas sanciones unilaterales contra el entorno de Gadafi y prometió incrementar sus esfuerzos para aprobar una resolución en la ONU. Horas mas tarde, Obama firmó una orden presidencial que prohíbe la retirada o transferencia desde bancos norteamericanos de dinero perteneciente a Gadafi, su familia o miembros de su gobierno.

En el texto que acompaña a esa orden, Obama acusa a Gadafi de estar utilizando "medidas extremas contra el pueblo de Libia, incluido armas de guerra, mercenarios y violencia indiscriminada contra civiles desarmados". "El Gobierno de Gadafi tiene que responder por esos actos", añadía el comunicado.

Casi simultáneamente a la publicación de esa orden, Francia y el Reino Unido introducían en el Consejo de Seguridad una propuesta de resolución que definía la represión ejercida por Gadafi como "crímenes contra la humanidad" que "merecen ser juzgados por el Tribunal Internacional de La Haya". El borrador incluye también sanciones, como la prohibición de viajes a los colaboradores del dictador libio, el bloqueo de sus cuentas en el extranjero y un embargo de armas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se dirigió personalmente el viernes por la noche a los miembros del Consejo para describirles la tragedia que se vive en Trípoli y pedirles que aceleraran sus gestiones. Los 15 integrantes del máximo órgano ejecutivo decidieron reanudar sus sesiones a puerta cerrada hoy y tenían previsto celebrar una sesión formal con votación en algún momento del día.

El borrador a discusión, que ha sido pactado entre Francia, el Reino Unido y Estados Unidos en conversaciones telefónicas entre sus máximos gobernantes, parece abrirse paso entre algunas dificultades. Los otros dos miembros con derecho de veto, China y Rusia, siempre tan reacios cuando se trata de aprobar la implicación internacional en los asuntos internos de un país, parecían empezar a ceder en sus objeciones. Líbano y Turquía, que también plantearon dudas sobre la forma de actuar en Libia, podrían aceptar finalmente respaldar la resolución. Estos dos países no tienen capacidad de impedir su aprobación, pero sería una serio inconveniente sacarla adelante con la oposición del único país árabe y los dos musulmanes representados en el Consejo.

Una resolución significaría un fuerte respaldo moral para las miles de personas que se juegan la vida en estos momentos en las calles de Libia pero poco puede servir para protegerles eficazmente. Libia ha sido ya varias veces objeto de sanciones económicas de parte de Estados Unidos y de otros países occidentales sin que el régimen de Gadafi se debilitara lo más mínimo.

En esta ocasión, además, la aprobación de sanciones representa para Gadafi la prueba de que está solo y de que su destino es el de una prisión en La Haya, lo que podría empujarlo hacia una posición aún más extrema y combatir hasta la muerte.

Con todas sus limitaciones, esta resolución es todo lo que la comunidad internacional pude hacer en estos momentos. Los siguientes pasos exigirían acciones militares, algo a lo que no parecen dispuestos los miembros de la OTAN ni están reclamando los insurgentes libios por el temor a deslegitimar su movimiento, hasta ahora cívico y nacional.

El jefe militar del este de Libia insta al Ejército a sublevarse contra Gadafi

Berlusconi dice que el líder libio no parece ya controlar la situación en el país. Enfrentamientos en Trípoli entre los opositores y las fuerzas del régimen durante la noche. El hijo de Gadafi asegura que los enfrentamientos son "entre ciudadanos" y se vive con normalidad "en tres cuartas partes del país"

El combate sigue abierto en el oeste de Libia. Según ha anunciado uno de los corresponsales del diario Quryna, decenas de personas han resultado heridas de gravedad en las inmediaciones de la ciudad de Sabratha por los disparos de efectivos del batallón Al Juwildi al Humaidi. Poco después, uno de los hijos de Gadafi, Saif el-islam, ha vuelto a dirigirse al pueblo libio a través de una entrevista concedida a Al Arabiya en la que ha asegurado que no hay mercenarios entre las fuerzas gubernamentales y ha recalcado que los enfrentamientos que vive el país son entre ciudadanos. Saif el-islam, el segundo hijo del líder libio ha asegurado además que algunos oficiales apoyaron las protestas por "miedo o por objetivos personales" y que "el pueblo libio no tiene futuro si no llega a un acuerdo". Además, ha insistido en que la revuelta de los "terroristas" contra el régimen está dirigida desde el extranjero y ha asegurado que las informaciones sobre cientos de muertos, mercenarios extranjeros y bombardeos son falsas, ya que se vive con normalidad "en las tres cuartas partes del país".

Ayer Saif el Islam mantuvo el mismo discurso cuando se reunió ayer con los primeros periodistas extranjeros llegados a Trípoli bajo escolta oficial."En Misrata y en Zauiya tenemos problemas. Estamos tratando con terroristas. Pero con un poco de suerte van a quedarse sin munición y ya no habrá otro baño de sangre. Mañana [por hoy] todo se habrá resuelto. El Ejército ha decidido no atacar a los terroristas, y dar una oportunidad a la negociación. Esperamos poder hacerlo pacíficamente y alcanzarlo mañana [por hoy]", aseguró el hijo de Gadafi. Sin embargo, hoy parece que no se ha resuelto nada.

Las razones de la generosa oferta no han quedado muy claras. La información suministrada choca, además, con la recopilada hasta ahora, que habla de un importante retroceso del régimen en la zona este. El designado como sucesor de Gadafi no escatimó en entusiasmo al describir las perspectivas del régimen y las buenas relaciones que mantiene este con el pueblo. "Si escuchan fuegos artificiales, no los confundan con disparos", declaró. A pesar de que en las crónicas escritas por el reportero de Reuters se describe una Trípoli artificialmente vacía e inquietante, Saif el Islam sostuvo que las calles de la ciudad están a rebosar de una multitud jubilosa que lanza fuegos artificiales, corea eslóganes a favor de Gadafi y celebra su largo mandato. "Todo está en calma", concluyó. Sobre las informaciones de los medios de comunicación internacionales, que hablan abiertamente de guerra civil en el país, volvió a incurrir en la ambigüedad. "Esas informaciones nos hacen reír. Aparte de Misrata y Zauiya, todo está en calma... Hay negociaciones en curso y somos optimistas", dijo.

Presión dentro y fuera de Libia

Mientras, parece que la parte este está controlada por los opositores al régimen de Muamar el Gadafi, la lucha más encarnizada entre las fuerzas de seguridad del régimen y sus opositores se centra desde hace un par de días en Zauiya y Sabratha. Mientras el país está completamente dividido y ensangrentado, la presión internacional y doméstica contra el presidente libio sigue aumentando. A las sanciones unilaterales por parte de EE UU, anunciadas ayer por Barack Obama, y el borrador de resolución de la ONU presentado por Francia y Reino Unido, que contempla el embargo de armas, la congelación de bienes y e incluso una posible investigación del Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya por crímenes de guerra y contra la humanidad, se ha unido hoy el jefe de las Fuerzas Armadas de la zona oriental de Libia, el general de brigada Abdul Nafa Musa. El responsable militar de la zona este del país ha instado al resto de oficiales libios a "marchar hacia Trípoli" y sublevarse contra el régimen de Gadafi. Mientras, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el principal aliado del dictador en Europa, ha declarado que el mandatario libio no parece ya tener el control del país.

Desde Bengasi, la segunda ciudad de Libia, situada en el este y controlada por los opositores al régimen, el máximo responsable militar del oriente ha animado a los oficiales de todo el país a "marchar hacia Trípoli" y sublevarse contra el régimen. Sin embargo, preguntado por la agencia EFE, descartó, "por el momento" que los militares sublevados en la "zona liberada" emprendan "una acción militar hacia la capital".

"La misión actual de las fuerzas especiales es proteger a la gente de Bengasi y de otras ciudades", ha dicho Musa en una conferencia de prensa. "Actualmente no tenemos ningún plan de dirigirnos a Trípoli, ahora estamos reclutando nuestras fuerzas y preparándolas", señaló y añadió que están "esperando la liberación" de la capital por parte de los ciudadanos y las fuerzas que se sublevan contra Gadafi.

El militar dijo que todavía desconocen con precisión el número de unidades de las que disponen en la zona oriental, y que están intentando contabilizarlas. Musa, que subrayó que no hay ninguna intervención extranjera en la revolución, ni de ninguna organización política, ni del radicalismo islámico, mostró su convicción de que todos los oficiales de esta parte del país están ya contra el régimen. Uno de ellos, el general Suleimán Mahmud, entrevistado para EL PAÍS en Tobruk , le dio la espalda a Gadafi y convocó a sus oficiales para luchar al lado de los opositores. "Al fin y al cabo, voy a morir en cualquier caso", ha dicho, convencido de que finalmente conseguirán derrotar al dictador: "Es cuestión de tiempo y paciencia".

Una noche de infierno

Aún así, Libia ha vivido de nuevo una noche en la que se han registrado enfrentamientos en Trípoli entre opositores y fuerzas de seguridad del régimen. Una testigo libia ha relatado a EL PAÍS que en la capital ha sido "un infierno". Hoy, hay programada una manifestación en Tajura y en aeropuerto de Maetaga, en los alrededores de Trípoli, donde acudirán por primera vez famílias enteras. Por lo pronto, los libios han vuelto a ver a los helicópteros en el cielo amenzando con una nueva carga contra la población.

Mientras, Saif el Islam, hijo de Muamar el Gadafi, apareció anoche para emitir señales contradictorias sobre el curso de los acontecimientos en Libia. Por un lado, minimizó el impacto real de la rebelión y limitó a dos ciudades, Misrata y Zauiya (oeste del país), los enfrentamientos; por otro, reconoció abiertamente que en esa zona el Ejército regular no logra avanzar y adelantó la inminencia de un alto el fuego, previa negociación con "los terroristas", informa Reuters.

El día de ayer no fue una jornada cualquiera. Trípoli se unió a la revolución libia que trata de acabar con 41 años de dictadura. A las dos de la tarde, tras el rezo del viernes, miles de personas ocuparon las calles de los barrios de Fashlum, Zauia, Bin al Shur, Al Siahia y Dohmani, y Janzur. La respuesta del régimen fue abrir fuego a discreción. Cinco personas murieron en Janzur, al oeste de la capital, según testigos citados por la agencia Reuters. En los demás barrios, la policía de Gadafi trató de reprimir las protestas con gases lacrimógenos y detenciones. La cadena Al Arabiya informó de otras dos muertes.

Llamada a las armas

Muamar el Gadafi, en la plaza Verde de Trípoli, la entrada a la ciudad desde el puerto, pronunció ayer ante una multitud su tercer discurso de la semana, el más incendiario hasta ahora: "Vamos a responder a todo extranjero, como hemos hecho antes en el pasado. Esta es la fuerza del pueblo libio. Si quieren pelea, la tendrán". Sus palabras trataban de alentar a sus seguidores, a los que llamó a iniciar una masacre en las calles. Para ello, anunció que abrirá el arsenal de la ciudad y facilitará armas a todos los que quieran luchar junto a él. "Preparaos para defender Libia", "triunfaré sobre los enemigos", "la gente de Libia me ama", "seguid bailando, seguid cantando", fueron algunas de las frases que dijo el dictador, cada vez menos líder de un país que se le ha levantado por los dos costados, este y oeste, y que avanza cada día un poco más hacia su palacio para unirse con la gente de Trípoli y dar la puntilla al régimen.

Nadie sabe con certeza hacia dónde se inclina la balanza en la capital, aunque algunas informaciones aseguraban ayer que la mayoría de los barrios en los que se habían producido disturbios habían sido finalmente controlados por los manifestantes. Si fuera así, el régimen tendría los días, quizás las horas, contados. Lo que ocurra depende de la resistencia de los habitantes de Trípoli, pero, sobre todo, de los movimientos que se están produciendo en el este y oeste de Libia. Los ciudadanos y los militares desertores han tomado las principales ciudades orientales (Bengasi, Tobruk y Misrata) e instituido comités vecinales para controlar la seguridad y la vida cotidiana, pero aún se hallan lejos de la capital.

Lo mismo ocurre en la parte occidental, donde los puntos más importantes (Zuara, Sabrata y Zauiya) también han sido tomados. En esta última ciudad, sin embargo, a unos 50 kilómetros de Trípoli, se vive un combate intermitente que de ser ganado por los rebeldes les llevaría a conquistar la capital del país. "Ya no hay tropas allí", dijo un habitante de Trípoli a Reuters que venía de Zauiya. "Pero la mayoría de los habitantes de la ciudad permanecen en sus casas y en la calle solo están las milicias y los comités revolucionarios".

Fuente Diario "EL PAÍS"

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