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sábado, 26 de febrero de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS-LIBIA ULTIMA HORA-.......HORAS DECISIVAS








El 'delfín' de Gadafi reconoce problemas en varias ciudades y ofrece negociar

El hijo mayor del dictador libio Muamar Gadafi ha dicho este viernes que sus fuerzas están moderando las luchas contra los rebeldes y que espera lograr un acuerdo de cese al fuego para el sábado.

Saif al-Islam Gaddafi, quien habló en inglés con periodistas extranjeros que están en Trípoli y con escolta oficial, se ha referido a los enfrentamientos que se están produciendo en dos ciudades occidentales: "En Misrata y en Zawiya, tenemos un problema".

"Estamos tratando con terroristas, pero espero que se estén quedando sin munición. El Ejército decidió no atacar a los terroristas y dar una oportunidad a la negociación. Esperamos hacerlo pacíficamente y que sea para mañana", añadió.

Sin embargo, lo que cuenta parece un intento de calmar la situación puesto que contradice lo que algunos testigos de esta zona han contado a los medios de comunicación.

Saif al-Islam calificó de "mentiras" estas informaciones de la prensa en las que se explicaba cómo las tropas bombardearon a civiles o estaban usando mercenarios. "Nos reímos de esos informes," dijo. "Aparte de Misrata y Zawiya, todo está en calma ... Las negociaciones están en marcha y somos optimistas.

Desde que estallaron las revueltas de la semana pasada tras el derrocamiento de los presidentes de Egipto y Túnez, los residentes han informado cómo la lucha de los rebeldes está cada vez más cerca de Trípoli.
La tercera ciudad más grande, con los rebeldes

Los residentes de Misrata, la tercera ciudad más grande de Libia, y Zawiya en el oeste, han explicado que los combatientes de la oposición han tomado el control y han rechazado los ataques contra el ejército.

Algunas fuentes diplomáticas internacionales aseguran que alrededor de 2.000 o más personas han muerto en los actos violentos. De hecho, el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha propuesto que los ataques contra civiles en Libia puede constituir crímenes de lesa humanidad.

Mientras, las potencias occidentales preparan la imposición de sanciones y han pedido que se ponga fin a la violencia.

La ONU estudia que la violencia en Libia se juzgue en el Tribunal de La Haya

El borrador de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU -cuya versión definitiva se espera la semana que viene- califica los actos violentos que el coronel Muamar Gadafi ha llevado a cabo en Libia durante las últimas semanas como "crímenes contra la humanidad".

El mismo texto propone que los actos violentos de Libia se traten ante el Tribunal de La Haya. El texto, redactado por Francia y Reino Unido, y difundido entre los otros miembros del Consejo de Seguridad el vienes, pide un embargo sobre la venta de armas, la prohibición de todo viaje al país y el bloqueó de los fondos de la cúpula del régimen libio.

El Consejo de Seguridad de la ONU negociará hoy sábado la manera de sancionar al régimen libio de Gadafi, tras escuchar las urgentes solicitudes en ese sentido del secretario general, Ban Ki-moon, y del propio embajador de Trípoli para que sea decisivo y actúe cuanto antes.

Los embajadores de los 15 miembros del máximo órgano de seguridad reanudarán el diálogo esta tarde para tratar de superar las diferencias que impidieron la adopción este viernes, en una reunión de urgencia, de un proyecto de resolución auspiciado por Francia y Reino Unido.

Dicho documento, además de proponer llevar los crímenes del dictador libio al tribunal de La Haya incluye la declaración de un embargo de armas, así como la congelación de los bienes y la prohibición de viajar a los jerarcas del régimen. "Nuestra esperanza es que se adopte la resolución cuanto antes, y si es posible mañana (por hoy) por la tarde", indicó el representante francés, Gérard Araud.

Araud aclaró que entre las medidas que considera el Consejo no se encuentra una operación militar, ni la declaración de una zona de exclusión aérea sobre el espacio libio. "Hemos observado que hay posiciones comunes" entre los miembros del organismo para enviar un mensaje firme al régimen de Gadafi, agregó. Sin embargo, EEUU ha anunciado que no descarta una intervención militar.
'Por favor, Naciones Unidas, salven a Libia'

Por su parte, la presidenta de turno del Consejo de Seguridad, la embajadora brasileña María Luiza Ribeiro Viotti, leyó una declaración en la que se reiteró la profunda preocupación del organismo por las informaciones de muertes de civiles "a gran escala" y pidieron un cese inmediato de la violencia.

También insistió en la obligación de las autoridades libias de garantizar la seguridad de los ciudadanos extranjeros y facilitar su salida del país.

"Los miembros del Consejo han acordado considerar de manera urgente un proyecto de resolución que incluye medidas específicas y particulares, con la meta de poner el fin a la violencia", agregó.

Antes de empezar las negociaciones, el Consejo de Seguridad escuchó una emocionada intervención del embajador de Libia ante la ONU, Abdurrahman Mohamed Shalgham, que con sus palabras provocó las lágrimas de su delegación y que al final de la misma le abrazaran los diplomáticos en la sala, incluido el mismo Ban.

"Por favor, Naciones Unidas, salven a Libia. No al derramamiento de sangre, no a la muerte de inocentes. Queremos una resolución decidida, rápida y valiente de ustedes", pidió el representante diplomático, que se considera un amigo personal del líder libio y hasta hoy no había roto claramente con el régimen de Trípoli.

Shalgham acusó a Gafadi y sus hijos de poner a los libios en la disyuntiva de dejarse subyugar o morir a manos de las fuerzas de seguridad. "Le digo a mi hermano Gadafi: deja a Libia en paz", sentenció el embajador.
Clinton pide más

Por su parte, Hillary Clinton, ha valorado positivamente las deliberaciones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU pero ha recorado a los países miembros que a su voto deben seguir acciones consistentes y sostenidas.

En un comunicado, Clinton recibió con "beneplácito" el paso dado por el Consejo al condenar en una resolución las violaciones de los derechos humanos cometidos por el Gobierno libio y la violencia ejercida.

Las medidas tomadas por este órgano, señaló, "demuestran la profunda preocupación de la comunidad internacional por los abusos en Libia", e instó a "todas las naciones a alzar unidas la voz en defensa de los derechos humanos universales".


LIBIA | 'Las próximas horas en Libia serán decisivas'
Ban Ki Moon reconoce que hay más de 1.000 muertos en Libia


El Consejo de Seguridad de la ONU empezó este vienes una reunión de urgencia sobre la situación en Libia con un llamamiento del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a adoptar "acciones concretas" para detener el derramamiento de sangre en el país magrebí.

"Es hora de que el Consejo de Seguridad considere acciones concretas. Las próximas horas y días serán decisivas para el futuro de Libia, así como para toda la región", ha dicho el máximo responsables de la ONU.

"La violencia debe terminar", añadió. "Los que pagan con la sangre inocente deben ser castigados", añadió, informando además de que el saldo de muertos en Libia alcanza los 1.000 muertos.

"Una pérdida de tiempo significa la pérdida de vidas", ha exclamado el jefe de la ONU para los quince países miembros del Consejo.

Fuente Diario "EL MUNDO"

El hijo de Gadafi admite problemas en el oeste y ofrece negociar a los rebeldes

Las fuerzas del régimen disparan fuego real contra miles de manifestantes en la capital Para demostrar su fuerza, Muamar Gadafi aparece por primera vez ante sus seguidores en una plaza pública desde que comenzó la revuelta. -Al menos siete muertos en enfrentamientos en la capital

Saif el Islam, hijo de Muamar el Gadafi, emitió anoche señales contradictorias sobre el curso de los acontecimientos en Libia. Por un lado, minimizó el impacto real de la rebelión y limitó a dos ciudades, Misrata y Zauiya (oeste del país), los enfrentamientos; por otro, reconoció abiertamente que en esa zona el Ejército regular no logra avanzar y adelantó la inminencia de un alto el fuego, previa negociación con "los terroristas", informa Reuters.

El día de ayer no fue una jornada cualquiera. Trípoli se unió a la revolución libia que trata de acabar con 41 años de dictadura. A las dos de la tarde, tras el rezo del viernes, miles de personas ocuparon las calles de los barrios de Fashlum, Zauia, Bin al Shur, Al Siahia y Dohmani, y Janzur. La respuesta del régimen fue abrir fuego a discreción. Cinco personas murieron en Janzur, al oeste de la capital, según testigos citados por la agencia Reuters. En los demás barrios, la policía de Gadafi trató de reprimir las protestas con gases lacrimógenos y detenciones. La cadena Al Arabiya informó de otras dos muertes. Según testigos consultados por EL PAÍS en Trípoli, las fuerzas de Gadafi "tiran a matar".

"Fuegos artificiales"

En este contexto fue en el que Saif el Islam se reunió con los primeros periodistas extranjeros llegados a Trípoli bajo escolta oficial y les dijo: "En Misrata y en Zauiya tenemos problemas. Estamos tratando con terroristas. Pero con un poco de suerte van a quedarse sin munición y ya no habrá otro baño de sangre. Mañana [por hoy] todo se habrá resuelto. El Ejército ha decidido no atacar a los terroristas, y dar una oportunidad a la negociación. Esperamos poder hacerlo pacíficamente y alcanzarlo mañana [por hoy]", aseguró el hijo de Gadafi.

Las razones de la generosa oferta no han quedado muy claras. La información suministrada choca, además, con la recopilada hasta ahora, que habla de un importante retroceso del régimen en la zona este. El designado como sucesor de Gadafi no escatimó en entusiasmo al describir las perspectivas del régimen y las buenas relaciones que mantiene este con el pueblo. "Si escuchan fuegos artificiales, no los confundan con disparos", declaró. A pesar de que en las crónicas escritas por el reportero de Reuters se describe una Trípoli artificialmente vacía e inquietante, Saif el Islam sostuvo que las calles de la ciudad están a rebosar de una multitud jubilosa que lanza fuegos artificiales, corea eslóganes a favor de Gadafi y celebra su largo mandato. "Todo está en calma", concluyó. Sobre las informaciones de los medios de comunicación internacionales, que hablan abiertamente de guerra civil en el país, volvió a incurrir en la ambigüedad. "Esas informaciones nos hacen reír. Aparte de Misrata y Zauiya, todo está en calma... Hay negociaciones en curso y somos optimistas", dijo.

Llamada a las armas

En cualquier caso, sus palabras contrastan con la dureza mostrada horas antes por su padre, Muamar el Gadafi, en la plaza Verde de Trípoli, la entrada a la ciudad desde el puerto, donde pronunció ante una multitud su tercer discurso de la semana, el más incendiario hasta ahora: "Vamos a responder a todo extranjero, como hemos hecho antes en el pasado. Esta es la fuerza del pueblo libio. Si quieren pelea, la tendrán". Sus palabras trataban de alentar a sus seguidores, a los que llamó a iniciar una masacre en las calles. Para ello, anunció que abrirá el arsenal de la ciudad y facilitará armas a todos los que quieran luchar junto a él. "Preparaos para defender Libia", "triunfaré sobre los enemigos", "la gente de Libia me ama", "seguid bailando, seguid cantando", fueron algunas de las frases que dijo el dictador, cada vez menos líder de un país que se le ha levantado por los dos costados, este y oeste, y que avanza cada día un poco más hacia su palacio para unirse con la gente de Trípoli y dar la puntilla al régimen.

Los pocos testimonios de la revuelta en las calles de la capital vinieron de la red social Twitter. Muchos teléfonos no funcionaban y solo los mensajes desde algunas cuentas de la red social, como la de Movimiento Juvenil Libio, servían para hacerse una idea de lo que estaba pasando. "Los médicos que tratan de ayudar a los heridos son golpeados por las fuerzas de Gadafi", señalaba uno de esos mensajes. Los que intentaron contar algo a los medios de comunicación fueron reprimidos sin contemplaciones. Una llamada telefónica de la cadena Al Yazira a uno de los manifestantes acabó con un silencio inquietante. La presentadora de la cadena de televisión hablaba con el hombre cuando un agente de Gadafi se dirigió hacia él. "¡Dame tu teléfono, dame tu teléfono! No puedes hablar con Al Yazira", se oyó al otro lado del teléfono. La presentadora preguntó varias veces por el hombre pero nadie respondió.

La situación en el aeropuerto también es caótica. Mientras miles de personas siguen esperando para ser evacuadas, las fuerzas gubernamentales se desplegaban en la carretera y registraban todos los coches.

Nadie sabe con certeza hacia dónde se inclina la balanza en la capital, aunque algunas informaciones aseguraban ayer que la mayoría de los barrios en los que se habían producido disturbios habían sido finalmente controlados por los manifestantes. Si fuera así, el régimen tendría los días, quizás las horas, contados. Lo que ocurra depende de la resistencia de los habitantes de Trípoli, pero, sobre todo, de los movimientos que se están produciendo en el este y oeste de Libia. Los ciudadanos y los militares desertores han tomado las principales ciudades orientales (Bengasi, Tobruk y Misrata) e instituido comités vecinales para controlar la seguridad y la vida cotidiana, pero aún se hallan lejos de la capital.

Lo mismo ocurre en la parte occidental, donde los puntos más importantes (Zuara, Sebrata y Zauiya) también han sido tomados. En esta última ciudad, sin embargo, a unos 50 kilómetros de Trípoli, se vive un combate intermitente que de ser ganado por los rebeldes les llevaría a conquistar la capital del país. "Ya no hay tropas allí", dijo un habitante de Trípoli a Reuters que venía de Zauiya. "Pero la mayoría de los habitantes de la ciudad permanecen en sus casas y en la calle solo están las milicias y los comités revolucionarios".

Respuesta internacional

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU reclamó ayer una investigación internacional sobre los posibles crímenes de lesa humanidad perpetrados en las pasadas jornadas por el régimen de Muamar el Gadafi. La resolución aprobada en Ginebra coincidió con la decisión de la Unión Europea de imponer sanciones al coronel: congelación de activos de la familia Gadafi, prohibición de venta de armas y de material antidisturbios a Libia y elaboración de una lista negra de personas del régimen responsables de la mortífera violencia de las pasadas jornadas.

Ambas decisiones llegaron mientras los embajadores en la OTAN debatían cómo intervenir en la crisis, siempre a la espera de lo que decida el Consejo de Seguridad de la ONU en cuestión de horas o días.

Al comenzar el encuentro, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lanzó un enérgico llamamiento a adoptar acciones concretas para detener el derramamiento de sangre en el país magrebí. "La violencia debe parar. Los responsables de derramar la sangre de inocentes de una manera tan brutal deben ser castigados", dijo Ban.

"Es hora de que el Consejo de Seguridad considere acciones concretas. Las próximas horas y días serán decisivas para el futuro de Libia, así como para toda la región", insistió el máximo responsable de la ONUdespués de aventurar que el número de muertos en Libia puede alcanzar el millar. "Las acciones y las declaraciones del Consejo de Seguridad se esperan con mucha ansiedad y serán seguidas de cerca por toda la región", aseguró, antes de irse sin aclarar si una intervención militar está entre las opciones que el Consejo de Seguridad debe barajar.

Poco antes Estados Unidos había anunciado una serie de sanciones unilaterales y multilaterales muy similares a las de Europa. A través de un comunicado, Barack Obama especificó que las medidas de castigo consisten en el bloqueo de las propiedades y transacciones vinculadas al régimen libio. "Estas acciones por tanto afectan al Gobierno de Gadafi, mientras protegen los bienes que pertenecen al pueblo libio", señaló anoche (madrugada en la Península) el presidente de EE UU.

Mientras, en España José Luis Rodríguez Zapatero, aboga por poner en marcha para los países del norte de África un plan Marshall similar al que ejecutó Estados Unidos para reconstruir Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Zapatero considera, según sus allegados, que el desarrollo económico de la región es esencial para que se consoliden los incipientes procesos democráticos en algunos países, como Túnez y Egipto, y evitar que la frustración de los jóvenes que han protagonizado las revueltas provoque una ola de inmigrantes hacia la ribera sur de Europa.

El dictador tiene aún 10 toneladas de gas mostaza

El arsenal químico debía haberse destruido antes del próximo mayo

Como si las incertidumbres energéticas y migratorias no fueran suficientes, un nuevo quebradero de cabeza viene a sumarse a la inquietud que el caos libio está provocando en la comunidad internacional: el destino de las armas químicas que aún conserva Muamar el Gadafi. En concreto, 10 toneladas de gas mostaza que el régimen se había comprometido a destruir antes de mayo.

Funcionarios estadounidenses y británicos han esbozado escenarios variados y a cual más inquietante: que los leales al dictador utilicen el veneno contra los rebeldes, o bien que caiga en manos de cualquiera de los grupos en liza, o incluso, que alguna célula terrorista pueda apoderarse del arsenal aprovechando el desgobierno.

Algunos expertos creen que, además del armamento químico, Libia guarda una tonelada de uranio concentrado en polvo (el llamado pastel amarillo) y algunos viejos misiles soviéticos Scud B.

Se trata de los remanentes del surtido de armas de destrucción masiva (químicas, nucleares y bacteriológicas) que Gadafi empezó a acumular en los años setenta, y que convirtieron a su beligerante régimen en uno de los más peligrosos del mundo.

En diciembre de 2003, tras la caída de su aliado iraquí Sadam Husein, Gadafi acordó con EE UU desembarazarse de ese arsenal a cambio de su rehabilitación internacional. Y si bien fue cumpliendo con lo pactado, la destrucción de las armas químicas sufrió algunos contratiempos debido a desacuerdos con Washington.

Según la organización Global Security, Libia llegó a producir en los años ochenta 100 toneladas de agentes vesicantes y nerviosos en las instalaciones de Rabta, al sur del Trípoli. Gadafi no dudó en utilizar gas mostaza contra Chad en 1986 y 1987.

En 2003, el depósito de armas químicas se componía de 25 toneladas de gas mostaza y 3.300 bombas vacías. Estas municiones fueron aplastadas por apisonadoras en 2004. El año pasado, Libia destruyó casi 15 toneladas del gas, y se comprometió a deshacerse del resto antes del próximo 15 de mayo. Y son esas 10 toneladas, depositadas, se cree, en las viejas instalaciones de Rabta, las que han desatado la alarma.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas, entidad dependiente de la ONU que supervisa el desarme libio, ha intentado calmar los ánimos al asegurar que, sin municiones ni bombas, Gadafi carece de sistemas para lanzar los agentes químicos. En el mismo sentido se ha pronunciado P. J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado norteamericano: "Quedan materiales químicos, pero no están en forma de armamento", ha declarado a la cadena CNN. "Hemos eliminado los elementos más peligrosos del programa de armas de destrucción masiva de Libia".

Algunos expertos señalan, sin embargo, que siempre hay formas de utilizar el gas mostaza (incluso dispersándolo desde helicópteros). En cualquier caso, advierte la Asociación para el Control de Armas, el manejo de ese material altamente peligroso requiere de manos expertas. Algo poco evidente en un país que va en camino de convertirse en una nueva Somalia frente a Europa.

Fuente Diario "EL PAÍS"

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