Seis presuntos piratas niegan haber intentado abordar un atunero vasco
Los seis piratas somalíes durante el juicio en la Audiencia Nacional Efe
Los seis acusados de intentar abordar el atunero vasco 'Izurdia' frente a las costas de Somalia han asegurado este lunes en la Audiencia Nacional que aquel 10 de octubre de 2012 estaban "pescando" y no pretendieron asaltar ningún buque español ya que ni siquiera disponían de armas en su esquife. El juicio por el ataque del 'Izurdia' ha comenzado con dos horas y media de retraso debido a la ausencia del intérprete, que no se ha presentado a la vista argumentando que su empresa no le paga. Ello ha obligado a suspender el juicio hasta la llegada de una traductora de somalí, que debía desplazarse unos 30 kilómetros desde Leganés hasta el edificio que la Audiencia Nacional tiene en San Fernando de Henares.
La mitad de los acusados, que se enfrentan a 18 años y medio de cárcel, se ha quejado del poco dominio de su lengua por parte de la intérprete y uno de ellos se ha negado a declarar por esta circunstancia. "Ustedes entienden el castellano perfectamente, que quieran poner trabas a la intérprete entra dentro de su derecho de defensa, pero si consideran que sus palabras pueden ser tergiversadas tienen derecho a no declarar", les ha dicho el magistrado Antonio Díaz Delgado.
El presidente del tribunal ha llamado en numerosas ocasiones la atención a los procesados, que han aprendido parte de español en prisión, por conversar entre ellos, apoyar las piernas en el banquillo de los acusados o declarar con las manos en los bolsillos. "Mire que son parlanchines. No les puedo tapar la boca con esparadrapo, está prohibido", ha expresado.
Los somalíes han negado haber integrado un grupo organizado ni haber abierto fuego contra ningún pesquero. En este sentido, han asegurado que guardaban en su esquife garrafas de combustible, aceite para motores y grandes cantidades de agua y comida para aguantar pescando durante "horas o un día" en alta mar.
"Estábamos pescando. No hay otro trabajo, todos hacemos eso porque no hay otra forma de vivir", ha afirmado Adawe Yusuf Ali, que ha señalado que él pilotaba la barca y que el resto de tareas no estaban repartidas entre los ocupantes. "No teníamos armas ni sabemos cómo utilizarlas", ha añadido.
Al día siguiente observaron cómo varios aviones y un "buque militar" les "dispararon" hasta que fueron detenidos. Según han dicho, en ese momento no tiraron "nada" por la borda y ellos no están a las órdenes de ningún líder. "Trabajamos para nosotros mismos", ha agregado Ali Mahamed Ali.
Durante su detención, Yahye Omar Ali Hasan ha aseverado que si bajaron la cabeza mientras eran fotografiados era porque "tenían miedo" y no para evitar ser retratados. Por su parte, Abdilahi Ise Jama ha remarcado que los sms sobre la recepción de dinero que fueron localizados en su teléfono móvil se debían a su "trabajo" y no a ningún secuestro.
El último en declarar ha sido Ali Mahamed Hirsi, que ha afirmado que conoce al resto de acusados de su estancia en prisión preventiva en España. El segundo, Abdi Ali Salad, no ha respondido a las preguntas de la fiscal por su disconformidad con la traducción.
En su escrito provisional de acusación, la Fiscalía solicita que los acusados sean condenados a 12 años de cárcel por un delito de piratería que habrían cometido al intentar el abordaje del barco español, otro año y medio por resistirse a ser detenidos y cinco o tres años más en función de si son considerados miembros de una organización o de un grupo criminal.
Los acusados, Adawe Yusuf Ali, Abdi Ali Salad, Abdilahi Ise Jama, Yahye Omar Ali Hasan, Ali Mahamed Hirsi, integraban en 2012, según la Fiscalía, "una célula de asalto o grupo de acción pirata organizado con material y elementos destinados al abordaje y secuestrado de buques frente a la costa de Somalia".
El Ministerio Público sostiene que todos ellos formaban parte de una organización asentada en Harardhere bajo la dirección de Abdiqadir Mohamed Abdi que estaba dotada de equipamiento tecnológico, operativo e interno de "alto poder destructivo".
El abordaje se produjo el 10 de octubre de 2012, sobre las 12.10 horas, cuando "en ejecución de un plan preconcebido", los integrantes del grupo atacaron desde un esquife el atunero y abrieron fuego contra la embarcación empleando ametralladoras RPG'S y fusiles AK-47. El ataque fue repelido por el personal de seguridad privada del atunero, que intentó sin éxito detener el esquife.
La mitad de los acusados, que se enfrentan a 18 años y medio de cárcel, se ha quejado del poco dominio de su lengua por parte de la intérprete y uno de ellos se ha negado a declarar por esta circunstancia. "Ustedes entienden el castellano perfectamente, que quieran poner trabas a la intérprete entra dentro de su derecho de defensa, pero si consideran que sus palabras pueden ser tergiversadas tienen derecho a no declarar", les ha dicho el magistrado Antonio Díaz Delgado.
El presidente del tribunal ha llamado en numerosas ocasiones la atención a los procesados, que han aprendido parte de español en prisión, por conversar entre ellos, apoyar las piernas en el banquillo de los acusados o declarar con las manos en los bolsillos. "Mire que son parlanchines. No les puedo tapar la boca con esparadrapo, está prohibido", ha expresado.
Los somalíes han negado haber integrado un grupo organizado ni haber abierto fuego contra ningún pesquero. En este sentido, han asegurado que guardaban en su esquife garrafas de combustible, aceite para motores y grandes cantidades de agua y comida para aguantar pescando durante "horas o un día" en alta mar.
"Estábamos pescando. No hay otro trabajo, todos hacemos eso porque no hay otra forma de vivir", ha afirmado Adawe Yusuf Ali, que ha señalado que él pilotaba la barca y que el resto de tareas no estaban repartidas entre los ocupantes. "No teníamos armas ni sabemos cómo utilizarlas", ha añadido.
Al día siguiente observaron cómo varios aviones y un "buque militar" les "dispararon" hasta que fueron detenidos. Según han dicho, en ese momento no tiraron "nada" por la borda y ellos no están a las órdenes de ningún líder. "Trabajamos para nosotros mismos", ha agregado Ali Mahamed Ali.
Durante su detención, Yahye Omar Ali Hasan ha aseverado que si bajaron la cabeza mientras eran fotografiados era porque "tenían miedo" y no para evitar ser retratados. Por su parte, Abdilahi Ise Jama ha remarcado que los sms sobre la recepción de dinero que fueron localizados en su teléfono móvil se debían a su "trabajo" y no a ningún secuestro.
El último en declarar ha sido Ali Mahamed Hirsi, que ha afirmado que conoce al resto de acusados de su estancia en prisión preventiva en España. El segundo, Abdi Ali Salad, no ha respondido a las preguntas de la fiscal por su disconformidad con la traducción.
En su escrito provisional de acusación, la Fiscalía solicita que los acusados sean condenados a 12 años de cárcel por un delito de piratería que habrían cometido al intentar el abordaje del barco español, otro año y medio por resistirse a ser detenidos y cinco o tres años más en función de si son considerados miembros de una organización o de un grupo criminal.
Los acusados, Adawe Yusuf Ali, Abdi Ali Salad, Abdilahi Ise Jama, Yahye Omar Ali Hasan, Ali Mahamed Hirsi, integraban en 2012, según la Fiscalía, "una célula de asalto o grupo de acción pirata organizado con material y elementos destinados al abordaje y secuestrado de buques frente a la costa de Somalia".
El Ministerio Público sostiene que todos ellos formaban parte de una organización asentada en Harardhere bajo la dirección de Abdiqadir Mohamed Abdi que estaba dotada de equipamiento tecnológico, operativo e interno de "alto poder destructivo".
El abordaje se produjo el 10 de octubre de 2012, sobre las 12.10 horas, cuando "en ejecución de un plan preconcebido", los integrantes del grupo atacaron desde un esquife el atunero y abrieron fuego contra la embarcación empleando ametralladoras RPG'S y fusiles AK-47. El ataque fue repelido por el personal de seguridad privada del atunero, que intentó sin éxito detener el esquife.
Al día siguiente, a 200 millas de la costa de Somalia, la embarcación de los piratas fue localizada por un buque de guerra de la Real Marina de los Países Bajos bajo el mandato de la Fuerza Naval de la Unión Europea, que procedió a detener a sus ocupantes tras realizar varias ráfagas de fuego de advertencia.
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