Quince inmigrantes intentan entrar a Melilla en un coche kamikaze
Quince inmigrantes han intentado entrar esta madrugada en Melilla a bordo de un vehículo kamikaze por el paso fronterizo de Beni-Enzar, el más importante entre la ciudad autónoma y Marruecos. Solo cinco de ellos consiguieron su propósito tras salir corriendo del coche, que no traspasó el control de seguridad español al quedarse empotrado en la puerta fronteriza con la que chocó, provocando daños que están siendo evaluados.
El suceso ha ocurrido a las tres de esta madrugada, cuando un BMW de matrícula marroquí se saltó el control de seguridad del lado alauita de la frontera. El coche llevaba a bordo a 15 subsaharianos, todos varones y adultos, que iban "a toda velocidad" con el objetivo de entrar clandestinamente en Melilla. Tras salvar ese primer obstáculo, los inmigrantes recorrieron los escasos metros de tierra de nadie para intentar traspasar la frontera española. Sin embargo, no llegaron a conseguirlo porque el coche terminó chocando contra parte de los portones de la frontera.
Según la información facilitada por la Delegación del Gobierno, la colisión fue provocada por el "rumbo zigzagueante" que llevaba el vehículo debido a que iba a "máxima velocidad". De hecho, se quedó empotrado en la zona exterior de la verja, aunque eso no impidió que cinco de los ocupantes se bajaran rápidamente para adentrarse en Melilla a la carrera. De esta manera, consumaron su entrada clandestina a territorio español antes de que el coche fuera interceptado por las fuerzas de seguridad marroquíes, que se hicieron cargo de sus otros diez compañeros de viaje.
Ambos consiguieron su objetivo, pero los 21 inmigrantes que sumaban entre los dos fueron devueltos por donde entraron en cuestión de horas por la aplicación de dicho tratado hispano-marroquí, una decisión que terminó con la denuncia de varias ONG y partidos políticos, que derivó más tarde en la imputación del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y del jefe accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla en aquella época, el comandante Arturo Ortega.
El caso fue archivado hace apenas mes y medio después de que ambos prestaran declaración en el juzgado, en un auto donde prácticamente se animaba a aplicar más veces este Convenio de Readmisión. No en vano, el juez apuntaba que éste es "uno de los resortes e instrumentos que prevé el ordenamiento jurídico" para utilizar en el ámbito de la inmigración irregular, con el que se logró además "un efecto beneficioso" parando la entrada de inmigrantes kamikazes en Melilla.
Lo mismo piensan algunas voces en el seno de la Guardia Civil, que siempre han visto este convenio como una herramienta eficaz para terminar con los constantes intentos de entrada irregular a Melilla, ya que permite devolver a los inmigrantes que entren a España de forma irregular desde Marruecos, siempre que ese extremo pudiese ser probado, en un plazo de entre 3 y 10 días después. Entre quienes piden una mayor aplicación de este tratado se encuentra la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC), que este mismo lunes pidió "por activa y por pasiva" que se tenga más en cuenta el tratado hispano-marroquí como receta contra la extrema presión migratoria que sufre Melilla desde hace meses.
El mismo día que fue a declarar al juzgado, el delegado del Gobierno defendió su "decisión política" de aplicar el convenio con Marruecos en el caso de aquellos dos coches kamikazes para zanjar de raíz esta forma de entrada, muy peligrosa tanto para los propios inmigrantes como para los agentes que custodian la frontera y el resto de ciudadanos que en ese momento estén pasando legalmente de Melilla a Marruecos y viceversa. Hoy, en nota de prensa, la Delegación del Gobierno ha incidido en que el método kamikaze es una de las formas de acceso "violentas y a la fuerza" que suelen emplear las mafias que trafican con seres humanos.
La reaparición en escena de los coches kamikazes puede estar relacionada con el férreo control que hay desde hace meses a ambos lados del perímetro fronterizo, lo que hace prácticamente imposible que los inmigrantes puedan incluso acercarse a la valla para intentar saltarla. En lo que va de este año 2015 solo se ha dado una entrada por este método, en el que 14 subsaharianos lograron acceder clandestinamente el pasado día 9.
El suceso ha ocurrido a las tres de esta madrugada, cuando un BMW de matrícula marroquí se saltó el control de seguridad del lado alauita de la frontera. El coche llevaba a bordo a 15 subsaharianos, todos varones y adultos, que iban "a toda velocidad" con el objetivo de entrar clandestinamente en Melilla. Tras salvar ese primer obstáculo, los inmigrantes recorrieron los escasos metros de tierra de nadie para intentar traspasar la frontera española. Sin embargo, no llegaron a conseguirlo porque el coche terminó chocando contra parte de los portones de la frontera.
Según la información facilitada por la Delegación del Gobierno, la colisión fue provocada por el "rumbo zigzagueante" que llevaba el vehículo debido a que iba a "máxima velocidad". De hecho, se quedó empotrado en la zona exterior de la verja, aunque eso no impidió que cinco de los ocupantes se bajaran rápidamente para adentrarse en Melilla a la carrera. De esta manera, consumaron su entrada clandestina a territorio español antes de que el coche fuera interceptado por las fuerzas de seguridad marroquíes, que se hicieron cargo de sus otros diez compañeros de viaje.
El Convenio de Readmisión
En estos momentos se investiga la identidad de los cinco subsaharianos que han entrado en Melilla. Posiblemente el objetivo sea devolverlos a Marruecos aplicando el Convenio de Readmisión que España firmó con el país vecino en 1992, que fue ratificado en 2012 y que se ha aplicado en muy contadas ocasiones. La última, precisamente, con los dos coches kamikazes que se habían registrado hasta hoy en Melilla, cuya entrada se produjo en febrero de 2013, el primero en la frontera de Beni-Enzar y el segundo, en la de Farhana.Ambos consiguieron su objetivo, pero los 21 inmigrantes que sumaban entre los dos fueron devueltos por donde entraron en cuestión de horas por la aplicación de dicho tratado hispano-marroquí, una decisión que terminó con la denuncia de varias ONG y partidos políticos, que derivó más tarde en la imputación del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y del jefe accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla en aquella época, el comandante Arturo Ortega.
El caso fue archivado hace apenas mes y medio después de que ambos prestaran declaración en el juzgado, en un auto donde prácticamente se animaba a aplicar más veces este Convenio de Readmisión. No en vano, el juez apuntaba que éste es "uno de los resortes e instrumentos que prevé el ordenamiento jurídico" para utilizar en el ámbito de la inmigración irregular, con el que se logró además "un efecto beneficioso" parando la entrada de inmigrantes kamikazes en Melilla.
Lo mismo piensan algunas voces en el seno de la Guardia Civil, que siempre han visto este convenio como una herramienta eficaz para terminar con los constantes intentos de entrada irregular a Melilla, ya que permite devolver a los inmigrantes que entren a España de forma irregular desde Marruecos, siempre que ese extremo pudiese ser probado, en un plazo de entre 3 y 10 días después. Entre quienes piden una mayor aplicación de este tratado se encuentra la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC), que este mismo lunes pidió "por activa y por pasiva" que se tenga más en cuenta el tratado hispano-marroquí como receta contra la extrema presión migratoria que sufre Melilla desde hace meses.
El mismo día que fue a declarar al juzgado, el delegado del Gobierno defendió su "decisión política" de aplicar el convenio con Marruecos en el caso de aquellos dos coches kamikazes para zanjar de raíz esta forma de entrada, muy peligrosa tanto para los propios inmigrantes como para los agentes que custodian la frontera y el resto de ciudadanos que en ese momento estén pasando legalmente de Melilla a Marruecos y viceversa. Hoy, en nota de prensa, la Delegación del Gobierno ha incidido en que el método kamikaze es una de las formas de acceso "violentas y a la fuerza" que suelen emplear las mafias que trafican con seres humanos.
La reaparición en escena de los coches kamikazes puede estar relacionada con el férreo control que hay desde hace meses a ambos lados del perímetro fronterizo, lo que hace prácticamente imposible que los inmigrantes puedan incluso acercarse a la valla para intentar saltarla. En lo que va de este año 2015 solo se ha dado una entrada por este método, en el que 14 subsaharianos lograron acceder clandestinamente el pasado día 9.
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