Para ser un héroe no hay que llevar una capa ni volar o ser invisible. No hay que detener un tren con las manos ni apagar un incendio de un soplido. Para ser un héroe basta ser honesto consigo mismo y obrar con moral. Eso es lo que hizo el soldado Iglesias:
JUAN JOSÉ IGLESIAS es un soldado destinado en el Regimiento de Especialidades de Ingenieros REI número 11, ubicado en Salamanca. El día 10 de Enero de 2014 evitaba la agresión a una mujer y su hijo de 10 años por parte de un hombre que iba armado con un cuchillo.
El joven después de trabajar se dirigía a su casa y escuchó los gritos de la víctima cuando estaba aparcando su coche en el garaje, situado en la calle Victorio Macho, en el barrio salmantino de Tejares. Sin pensarlo un minuto, soltó la mochila que llevaba consigo y salió corriendo hacia el lugar donde provenían los gritos. Cuando llegó hasta la escena, se encontró a la mujer tendida en el suelo y al agresor sobre ella amenazándola de muerte con el cuchillo en su cuello, mientras –entre insultos y amenazas- el pequeño presenciaba la escena. A pesar del riesgo de ser apuñalado, Iglesias se enfrentó al agresor y –tras forcejear con él- consiguió arrebatarle el armasin que nadie resultara herido. En este momento, la mujer también intervino lanzándose hacia su ex pareja, pero fue apartada de nuevo de forma violenta. El hombre se puso muy nervioso y después de recoger unas llaves del suelo, salió huyendo del lugar.
El soldado salmantino reconoció que “por suerte” todo salió bien, pudo hacer algo por esta mujer y “todo quedó en un susto”, algo por lo que mostró su satisfacción.
El hombre –de nacionalidad portuguesa- era la expareja de la víctima (ciudadana española) y contaba con antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar y por quebrantamiento de condena. Gracias a la descripción del soldado y a sus indicaciones, fue detenido momentos más tarde.
Para el comisario jefe provincial de Salamanca, Manuel Vicente, un acto de “tan notable valentía” evidencia la existencia de personas en las que prevalece el sentido de la “responsabilidad, de la nobleza y de la generosidad sin límite” y así se lo trasmitió en una carta al jefe del REI Nº 11 tras conocer los hechos, junto a su reconocimiento, felicitaciones y agradecimiento al soldado.
“Ejercerá su profesión con dedicación y espíritu de sacrificio, subordinando la honrada ambición profesional a la íntima satisfacción del deber cumplido”… ¿Le suena a alguien?
FORO DE CULTURA Y DEFENSA
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