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martes, 18 de noviembre de 2014

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-NASSER MUTHANA UN ESTUDIANTE DE MÉDICINA GALÉS Y ABU ABDALÁ AL FARANSI (MÁXIME) UN JÓVEN NORMADO. LOS NUEVOS VERDUGOS QUE DECAPITARON A 18 SOLDADOS SIRIOS

Un estudiante de medicina galés y dos franceses, entre los matarifes que decapitaron a 18 soldados sirios
 
luis ventosoabc_mundo / corresponsal en londres
Día 17/11/2014 - 22.52h

El padre del joven británico, de 20 años, afirma que «debe estar mentalmente enfermo» y que no le perdonará el asesinato

«No puedo estar seguro, pero parece mi hijo. Debería temer a Alá por matar a personas. ¿Cómo puede esperar encontrarse con Alá si está matando a seres humanos?». La pregunta se la hace el aturdido padre de Nasser Muthana, un estudiante de Medicina de Cardiff, de 20 años, que aparece en el último y terrible vídeo de Estado Islámico aparece como uno de los 17 yihadistas que decapitan en el desierto a 18 soldados sirios.
 
El hombre ha añadido que sería incapaz de perdonar a su hijo si volviese a casa. «Debe estar mentalmente enfermo, eso o algo que no está bien», alega.
 
En su vídeo Estado Islámico afirma que entre los milicianos ejecutores, que se muestran a cara descubierta, hay matarifes de seis países. Las fuerzas de seguridad galas creen que entre ellos figuran dos jóvenes franceses.
 
Uno de ellos ha sido ya identificado: su alias es Abú Abdalá Al Faransi, se llama realmente Maxime, tiene 20 años de edad y es de Normandía. Se enroló en Estado Islámico hace poco más de un año para combatir en Siria y ha subido a su perfil de Facebook varias fotos en las que aparece portando armas, lo que ha permitido identificarlo.
 

Nasser Muthana decidió irse a Siria para unirse a su hermano Aseel, de 17 años, enrolado antes que él en Estado Islámico. En junio apareció en un vídeo sobre reclutas del califato terrorista e incluso expresó su deseo de retornar al Reino Unido para cometer atentados. El vídeo en el que aparece comienza con la decapitación de Peter Kassing, ex soldado estadounidense y cooperante, de 26 años, al que de nada sirvió convertirse al islam ni los ruegos de sus padres durante meses. Kassing fue ejecutado por el verdugo habitual, de negro y encapuchado, que solo deja ver sus ojos. Es conocido como Jihadi John, tiene acento londinense y se cree que se trata del ex rapero Abdel Majed Abdel Bary, de 23 años y cuyo padre fue un lugar teniente de Bin Laden extraditado a Estados Unidos.
Esta vez el vídeo es distinto, más largo y también más truculento. Tras el asesinato de Kassing se muestra también el de 18 soldados sirios, arrodillados y vestidos de negro, cada uno con un miliciano de Estado Islámico detrás, perfectamente ataviados con uniformes de camuflaje. Los yihadistas decapitan a los soldados, lo cual se muestra esta vez abiertamente las cámaras. Su sangre tiñe la arena. El vídeo fue exhibido en YouTube, lo que vuelve a poner sobre la mesa el terrible papel que están jugando las multinacionales informáticas estadounidenses como plataformas de propaganda de los salafistas, que incluso transmiten órdenes de combate a través de las redes sociales. El francés Abú Abdalá Al Faransi había subido a Facebook fotos y comentarios alardeando de su nueva condición de terrorista.
 
Estado Islámico ha creado un país terrorista a tres horas de vuelo de Roma. Las potencias occidentales, que se niegan a enviar tropas terrestres tras las polémicas por la invasión de Irak y por el coste de un operativo así, mantienen una campaña de ataques aéreos que según los expertos militares será insuficiente para derrotar a los terroristas.
 
Los insurgentes, unos fanáticos de mentalidad medieval, incluso acuñan moneda y se financian con lo que ingresan por las ventas de crudo en el mercado negro, los secuestros y el lamentable aporte de fondos bajo cuerda de algunos sultanatos petroleros. Más de 500 jóvenes británicos de origen árabe se han alistado para combatir en Siria e Irak. El Reino Unido teme su regreso y David Cameron quiere presentar antes de que concluya este mes una nueva ley antiterrorista que permita prohibir por dos años renovables el regreso de quienes han acudido a la yihad, además de dar a la policía la posibilidad de retirar el pasaporte a quienes quieran unirse a ella.
 
Reino Unido está en grado dos de alerta desde finales de agosto y en la ciudad de Londres el control, aunque no es intrusivo, es extremo.
 
En unos vídeos sanguinarios y humillantes, de marcado carácter propagandista e intimidador, Estado Islámico ha decapitado a los norteamericanos James Foley, Steven Sotloff y Peter Kassing y los británicos David Haines y Alan Henning. Algunos compañeros de cautiverio han divulgado que fueron sometidos a torturas y privaciones, lo que explica la aparente serenidad con la que leen sus alegatos finales, escritos por los terroristas y en los que culpan a Occidente de sus asesinatos a cuchillo por los yihadistas.
 
 

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