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jueves, 9 de octubre de 2014

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-EL PETRÓLEO ENSANGRENTADO DEL I.S.

Petróleo de sangre: negocios e hipocresía


Una columna de humo se levanta desde el centro de la ciudad siria de...
Una columna de humo se levanta desde el centro de la ciudad siria de Ain al Arab, por combates con IS. AFP
 

La guerra no se gana en el frente de batalla, sino en la retaguardia. Cualquier fuerza armada requiere un continuado suministro de alimentos, de municiones, de armas... y de gasolina. Y todo ello se paga con dinero... o con bienes alternativos, en Sierra Leona diamantes y en Irak petróleo.

El Estado Islámico ('Daulah al Islamiya' o 'Daesh') asombró por su ofensiva relámpago que desde los confines de la frontera Siria llegó en pocos días hasta los aledaños de Bagdad. Ciertamente este avance no hubiera sido posible sin el apoyo de la población local (sunníes maltratados por el muy corrupto y sectario Gobierno chií de Nuri al Maliki) y la desbandada del ejército iraquí con armamento más que suficiente pero con moral de combate inexistente.

En ese avance relámpago (en los cientos de kilómetros que deben gestionar desde las cercanías de Alepo en Siria a la antepuerta de Bagdad en Irak) reside el enorme talón de Aquiles del Daesh: una logística que exige un volumen enorme y continuo de suministros a través de zonas abiertas, planicies desérticas. Además no es lo mismo la lucha miliciana en ciudades que el mantenimiento y defensa de conquistas que exigen el mantenimiento de posiciones fijas y la exigencia de un suministro extremadamente complejo por el volumen y las distancias.

Las exportaciones de crudo de Estado Islámico se valoran entre uno y dos millones de dólares diarios
Daesh ha conquistado zonas estratégicas en las que se encuentran yacimientos petrolíferos como El Omar en Siria, más otros en el norte de Irak, y las fundamentales refinerías, entre ellas la muy estratégica de Baiji, capaz de tratar un tercio del petróleo iraquí. Refinerías y campos petrolíferos que exportan gasolina y crudo. Exportaciones valorables entre uno a dos millones de dólares diarios.

Pues bien, así como la guerra en Sierra Leona, en Liberia, era financiable mediante los malditos "diamantes de sangre", la cosa es distinta cuando se trata de petróleo, también de sangre. Porque así como un saco de diamantes es fácilmente manejable e incluso traficable en los muy opacos circuitos del diamante, el petróleo no.

El petróleo iraquí tiene, como todo los crudos del mundo, su "huella dactilar". Cada petróleo es distinto e identificable por su composición química. Y las refinerías solo pueden tratar aquel petróleo para el que han sido creadas. La adaptación a un crudo distinto significa cientos de millones de dólares de inversión y largos meses de adecuación.

Si a ello añadimos que el petróleo iraquí no puede exportarse mediante pipe-line sino por miles de camiones cuba circulando por las carreteras del norte de Irak y Siria... hacia territorio turco, está claro que la llave del cerrojo (para abrirlo o cerrarlo) está en Ankara. El contrabando a través del Kurdistán iraquí es residual.

No es posible navegar por el Mediterráneo con un petrolero con crudo de origen 'non santo'
Pero es que además ese petróleo tiene que comercializarse. Y hasta el más romo de los analistas sabe que no es posible navegar por el mar Mediterráneo con un petrolero con crudo de origen "non santo"... aunque sea con documentación falsificada. Ni es posible cargarlo ni descargarlo en puerto alguno... excepto si existe la voluntad de no querer tener voluntad en perseguir lo estratégico: los tráficos que permiten la financiación de la guerra al Daesh.

Y ahí la acusación no es solo contra Turquía o el Kurdistán sino contra nosotros mismos. Porque es evidente que ese petróleo se vende en el más ávido y cercano mercado: en Europa. Y aquí se encuentran las compañías, los empresarios, las instituciones financieras que lo posibilitan. Esas exquisitas gentes que "simplemente hacen negocios"... aunque sea sobre el horror, las matanzas, las violaciones, el genocidio.

Por ello propuse y conseguí que el Parlamento Europeo en su Resolución de 17 de septiembre votara no solamente una condena filosófica al Daesh, sino la más efectiva amenaza con sanciones económicas a todo aquel que participara en los tráficos infames del petróleo o incluso en la financiación de esa patología terrorista que en nombre de Alah ensucia el Corán.

 

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