Un rehén es retenido durante siete horas a punta de pistola en un hotel en Brasilia
Siete horas después de secuestrar a punta de pistola a un mensajero del lujoso hotel Saint Peters, de Brasilia, Jac Souza dos Santos liberó al rehén y se entregó a la policía sobre las 16 horas de la tarde, hora local. El secuestrador retiró el chaleco con supuestos explosivos -que podrían ser falsos- de su víctima y apareció esposado de una mano del mismo, todavía con su pistola en el bolsillo. Minutos después, la policía entró en el hotel y el hombre se entregó.
El secuestrador reservó dos habitaciones en el hotel a primera hora de la mañana y se dirigió a la decimotercera planta del edificio mandando salir a varios huéspedes anunciándoles que estaba cometiendo un acto terrorista. El hotel fue desalojado y el hombre se quedó a solas con el mensajero durante siete horas, durante las cuales salió en varias ocasiones al balcón apuntándole con su pistola al tronco recubierto de explosivos de la víctima.
Tras la liberación, la policía confirmó a los medios locales que el arma era falsa. Los explosivos serán analizados en las próximas horas.
Para el agente Paulo Henrique Almeida, portavoz de las negociaciones y director de comunicación de la policía civil, "el acto fue premeditado", según contó a Globonews, ya que al contactar con la familia del joven de 30 años supieron de la existencia de cartas de hace una semana anunciando un acto trágico en los próximos días.
El secuestrador, en las misivas, se reconocía "desesperado" con el escenario político del país a menos de una semana de las elecciones presidenciales, estatales y legislativas, que tendrán lugar el próximo domingo 5 de octubre.
Ex candidato a concejal por el Partido Progresista (PP) y ex secretario de agricultura de la ciudad Combinado, de Tocantins, donde reside, Souza solicitaba la dimisión de Dilma Rousseff, el cumplimiento de la ley Ficha Limpa (que establece que sólo los candidatos con currículo limpio de corrupción pueden presentarse a elecciones) y la extradición del ex activista Cesare Battisti, condenado a cadena perpetua por terrorismo en Italia y actualmente asilado en Brasil por decisión del ex presidente Lula en 2010.
Para el agente Almeida, "la falta de demandas realizables" era lo que hacía peligroso al secuestrador, pues las negociaciones no avanzaron. "Sabía que no íbamos a poder cumplir sus peticiones y amenazaba con explotar todo el tiempo, era una amenaza constante". La víctima se encuentra en estado de shock en un hospital de Brasilia y el secuestrador, en la comisaría.
El hotel donde se llevó a cabo el secuestro era el mismo en el que el ex Ministro de la Casa Civil de Lula y uno de los líderes históricos del Partido de los Trabajadores, José Dirceu, estuvo a punto de trabajar para aliviar su pena en prisión tras ser sentenciado en el juicio del mensalao a diez años de prisión por corrupción activa y formación de cuadrilla.
El secuestrador reservó dos habitaciones en el hotel a primera hora de la mañana y se dirigió a la decimotercera planta del edificio mandando salir a varios huéspedes anunciándoles que estaba cometiendo un acto terrorista. El hotel fue desalojado y el hombre se quedó a solas con el mensajero durante siete horas, durante las cuales salió en varias ocasiones al balcón apuntándole con su pistola al tronco recubierto de explosivos de la víctima.
Tras la liberación, la policía confirmó a los medios locales que el arma era falsa. Los explosivos serán analizados en las próximas horas.
Para el agente Paulo Henrique Almeida, portavoz de las negociaciones y director de comunicación de la policía civil, "el acto fue premeditado", según contó a Globonews, ya que al contactar con la familia del joven de 30 años supieron de la existencia de cartas de hace una semana anunciando un acto trágico en los próximos días.
El secuestrador, en las misivas, se reconocía "desesperado" con el escenario político del país a menos de una semana de las elecciones presidenciales, estatales y legislativas, que tendrán lugar el próximo domingo 5 de octubre.
Ex candidato a concejal por el Partido Progresista (PP) y ex secretario de agricultura de la ciudad Combinado, de Tocantins, donde reside, Souza solicitaba la dimisión de Dilma Rousseff, el cumplimiento de la ley Ficha Limpa (que establece que sólo los candidatos con currículo limpio de corrupción pueden presentarse a elecciones) y la extradición del ex activista Cesare Battisti, condenado a cadena perpetua por terrorismo en Italia y actualmente asilado en Brasil por decisión del ex presidente Lula en 2010.
Para el agente Almeida, "la falta de demandas realizables" era lo que hacía peligroso al secuestrador, pues las negociaciones no avanzaron. "Sabía que no íbamos a poder cumplir sus peticiones y amenazaba con explotar todo el tiempo, era una amenaza constante". La víctima se encuentra en estado de shock en un hospital de Brasilia y el secuestrador, en la comisaría.
El hotel donde se llevó a cabo el secuestro era el mismo en el que el ex Ministro de la Casa Civil de Lula y uno de los líderes históricos del Partido de los Trabajadores, José Dirceu, estuvo a punto de trabajar para aliviar su pena en prisión tras ser sentenciado en el juicio del mensalao a diez años de prisión por corrupción activa y formación de cuadrilla.
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