Fernández desmiente a la Guardia Civil y admite que disparó pelotas al agua
Interior cambia su versión y la oposición exige el relevo de Fernández de Mesa
Lo negaron una y otra vez, tanto el delegado del Gobierno en Ceuta como el director de la Guardia Civil. Pero este jueves, en sede parlamentaria, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, desmintió a todos sus subordinados y finalmente admitió lo que decían las ONG y los propios inmigrantes supervivientes desde el primer momento: la Guardia Civil disparó pelotas de goma al agua mientras los inmigrantes intentaban entrar en España superando el espigón fronterizo.
Al menos 14 de ellos murieron ahogados -se han recuperado 12 cadáveres-, y esas mismas ONG aseguran que las pelotas, los disparos de fogueo y el miedo y ansiedad que generaron pudieron contribuir a que se ahogaran. El ministró negó este extremo, aseguró que las pelotas se dispararon al agua pero lejos de donde estaban los subsaharianos, y que en ningún momento se puso en peligro su vida.
Fernández Díaz ofreció muchos detalles novedosos y contradictorios con anteriores versiones oficiales sobre lo que sucedió el pasado 6 de febrero en la playa del Tarajal de Ceuta, un día en que se teme que hasta 14 personas perdieran la vida en su intento desesperado por llegar a Europa.
El ministro reconoció por primera vez que la Guardia Civil lanzó pelotas de goma desde tierra al agua, “pero nunca desde la valla ni tampoco desde el mar”, añadió. También admitió que se dispararon “cartuchos de proyección, que son de fogueo, que solo hacen ruido, que pretendían disuadir a los inmigrantes para que no pasaran a las aguas españolas”. Además se lanzaron unos fumígenos (bombas de humo) “que no funcionan en el mar” pero que intentaban, explicó, delimitar una imaginaria línea fronteriza entre las aguas marroquíes y las españolas para que los inmigrantes no pasaran a aguas españolas.
El punto clave de la comparecencia estaba en los disparos, porque ahí podría estar el gran error y la posible responsabilidad indirecta en la tragedia. El ministro insistió en que en ningún momento se apuntó a los inmigrantes, pero la denuncia de las ONG nunca dijo eso, sino simplemente que esos disparos aterrorizaron a los inmigrantes y amplificaron la tragedia. Para protegerse de esta acusación, que negó en todo momento, Fernández Díaz aseguró que los disparos cesaron “cuando el oficial entendió que podía ponerse en riesgo la vida de los inmigrantes”. El ministro tampoco ofreció el soporte documental ni los vídeos para mostrar con detalle esta actuación policial que él consideró en todo momento adecuada. De momento la Guardia Civil solo ha dado a conocer una parte de sus grabaciones para mostrar la violencia con la que se emplearon los subsaharianos en su intento por saltar la frontera.
En cualquier caso, este nueva versión contradice la información que facilitó el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio Fernández, que negó la utilización de este material. También el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, dijo en la cadena SER que en ningún caso se habían utilizado pelotas de goma en el agua. “Pelotas de goma en la mar, no. Los datos que yo tengo es que se han utilizado en la valla”, aseguró. Es exactamente lo contrario de lo que este jueves dijo el ministro. La contradicción era tan evidente que los diputados de la oposición reprocharon al ministro que esta fuera “la cuarta versión oficial” y le preguntaron si habría una quinta. Otros, como el socialista Antonio Trevín, hablaron de hasta ocho versiones.
Fernández se mostró muy exhaustivo pero sin reconocer ningún error. “Esos cartuchos eran de fogueo y, además, fumígenos que no funcionan en el mar porque, al contacto con el mar, se mojan y no echan humo y, al parecer, lo único que pretendían era, al echar el humo, intentar delimitar cuál era la imaginaria línea fronteriza en la mar que, prolongando el espigón, sería la delimitación de las aguas territoriales marroquíes y españolas”, llegó a detallar en una comparecencia de más de cuatro horas. Sobre las pelotas de goma también hubo mucha precisión: “Todos los lanzamientos se hicieron desde tierra, con una distancia superior a 25 metros, y la zona de impacto siempre correspondió a aguas españolas, lejos de donde se encontraban los inmigrantes. La orden fue que siempre hubiese varios metros entre el lugar del impacto en el agua y los propios inmigrantes”. Los inmigrantes aseguran que el efecto logrado fue causar el pánico entre personas que en su enorme mayoría no saben nadar.
La oposición, que se cuidó mucho de mostrar su reconocimiento a la labor de la Guardia Civil en las fronteras, pero atacó con dureza a sus mandos políticos que dan las órdenes, y varios grupos reclamaron la destitución al menos del director de la Guardia Civil como máximo responsable político, por debajo del ministro, de esta operación. Fernández Díaz defendió tenazmente la actuación de la Guardia Civil y dijo que el uso de la fuerza estaba justificado por “la actitud violenta” de los 200 subsaharianos, a los que definió como “jóvenes de complexión atlética”.
En lo que no varió la versión oficial es en las supuestas expulsiones en caliente, que son ilegales. El ministro insistió en la versión oficial de que, según el criterio de la Guardia Civil, los inmigrantes no entraron en España aunque lleguen a un playa española como la del Tarajal, como se aprecia en un vídeo citado por varios portavoces de la oposición. El ministro aseguró que en ese caso la frontera está donde estén los guardias civiles, quienes se limitan a acompañar a los inmigrantes hasta Marruecos y no entienden que hayan entrado en España.
Al menos 14 de ellos murieron ahogados -se han recuperado 12 cadáveres-, y esas mismas ONG aseguran que las pelotas, los disparos de fogueo y el miedo y ansiedad que generaron pudieron contribuir a que se ahogaran. El ministró negó este extremo, aseguró que las pelotas se dispararon al agua pero lejos de donde estaban los subsaharianos, y que en ningún momento se puso en peligro su vida.
Fernández Díaz ofreció muchos detalles novedosos y contradictorios con anteriores versiones oficiales sobre lo que sucedió el pasado 6 de febrero en la playa del Tarajal de Ceuta, un día en que se teme que hasta 14 personas perdieran la vida en su intento desesperado por llegar a Europa.
El ministro reconoció por primera vez que la Guardia Civil lanzó pelotas de goma desde tierra al agua, “pero nunca desde la valla ni tampoco desde el mar”, añadió. También admitió que se dispararon “cartuchos de proyección, que son de fogueo, que solo hacen ruido, que pretendían disuadir a los inmigrantes para que no pasaran a las aguas españolas”. Además se lanzaron unos fumígenos (bombas de humo) “que no funcionan en el mar” pero que intentaban, explicó, delimitar una imaginaria línea fronteriza entre las aguas marroquíes y las españolas para que los inmigrantes no pasaran a aguas españolas.
El punto clave de la comparecencia estaba en los disparos, porque ahí podría estar el gran error y la posible responsabilidad indirecta en la tragedia. El ministro insistió en que en ningún momento se apuntó a los inmigrantes, pero la denuncia de las ONG nunca dijo eso, sino simplemente que esos disparos aterrorizaron a los inmigrantes y amplificaron la tragedia. Para protegerse de esta acusación, que negó en todo momento, Fernández Díaz aseguró que los disparos cesaron “cuando el oficial entendió que podía ponerse en riesgo la vida de los inmigrantes”. El ministro tampoco ofreció el soporte documental ni los vídeos para mostrar con detalle esta actuación policial que él consideró en todo momento adecuada. De momento la Guardia Civil solo ha dado a conocer una parte de sus grabaciones para mostrar la violencia con la que se emplearon los subsaharianos en su intento por saltar la frontera.
En cualquier caso, este nueva versión contradice la información que facilitó el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio Fernández, que negó la utilización de este material. También el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, dijo en la cadena SER que en ningún caso se habían utilizado pelotas de goma en el agua. “Pelotas de goma en la mar, no. Los datos que yo tengo es que se han utilizado en la valla”, aseguró. Es exactamente lo contrario de lo que este jueves dijo el ministro. La contradicción era tan evidente que los diputados de la oposición reprocharon al ministro que esta fuera “la cuarta versión oficial” y le preguntaron si habría una quinta. Otros, como el socialista Antonio Trevín, hablaron de hasta ocho versiones.
Fernández se mostró muy exhaustivo pero sin reconocer ningún error. “Esos cartuchos eran de fogueo y, además, fumígenos que no funcionan en el mar porque, al contacto con el mar, se mojan y no echan humo y, al parecer, lo único que pretendían era, al echar el humo, intentar delimitar cuál era la imaginaria línea fronteriza en la mar que, prolongando el espigón, sería la delimitación de las aguas territoriales marroquíes y españolas”, llegó a detallar en una comparecencia de más de cuatro horas. Sobre las pelotas de goma también hubo mucha precisión: “Todos los lanzamientos se hicieron desde tierra, con una distancia superior a 25 metros, y la zona de impacto siempre correspondió a aguas españolas, lejos de donde se encontraban los inmigrantes. La orden fue que siempre hubiese varios metros entre el lugar del impacto en el agua y los propios inmigrantes”. Los inmigrantes aseguran que el efecto logrado fue causar el pánico entre personas que en su enorme mayoría no saben nadar.
La oposición, que se cuidó mucho de mostrar su reconocimiento a la labor de la Guardia Civil en las fronteras, pero atacó con dureza a sus mandos políticos que dan las órdenes, y varios grupos reclamaron la destitución al menos del director de la Guardia Civil como máximo responsable político, por debajo del ministro, de esta operación. Fernández Díaz defendió tenazmente la actuación de la Guardia Civil y dijo que el uso de la fuerza estaba justificado por “la actitud violenta” de los 200 subsaharianos, a los que definió como “jóvenes de complexión atlética”.
En lo que no varió la versión oficial es en las supuestas expulsiones en caliente, que son ilegales. El ministro insistió en la versión oficial de que, según el criterio de la Guardia Civil, los inmigrantes no entraron en España aunque lleguen a un playa española como la del Tarajal, como se aprecia en un vídeo citado por varios portavoces de la oposición. El ministro aseguró que en ese caso la frontera está donde estén los guardias civiles, quienes se limitan a acompañar a los inmigrantes hasta Marruecos y no entienden que hayan entrado en España.
La frontera "retrotraída" del ministro
Durante cinco horas y media de comparecencia, el ministro del Interior, Jorge Fernández, y los portavoces de la oposición han mantenido criterios diferentes sobre la interpretación de las leyes y también sobre la proporcionalidad del uso de la fuerza. Todo en torno a los hechos del 6 de febrero.
- Material antidisturbios. El ministro ha reconocido que se utilizaron pelotas de goma desde tierra. "Nunca desde el mar, jamás contra las personas, y nunca tampoco desde la valla". Cuando los oficiales de la Guardia Civil "consideraron que podía haber riesgo para la vida de los inmigrantes" se dejó de utilizar. Casi al final de la comparecencia, y una vez que la oposición había insistido en saber si se había utilizado otros medios, el ministro ha anunciado: "Se lanzaron cartuchos de proyección, que son de fogueo, que solo hacen ruido, que pretendían disuadir a los inmigrantes de pasar a aguas españolas",
- Devolución a Marruecos. Los comisionados le requirieron para que reconociera que se habían producido "devoluciones sumarias" a Marruecos cuando los inmigrantes estaban ya en España, como señalaron todos los portavoces citando el vídeo que lo muestra. Los tribunales lo dirimirán porque hay una veintena de organizaciones, entre ellas algunas religiosas, que lo han denunciado, pero los portavoces reiteran que fueron entregados ilegalmente a Marruecos. Emilio Olabarría, del PNV, ha ironizado sobre la "elasticidad de las fronteras". No, ha dicho el ministro, no es que sean elásticas, sino que "hay una unidad de acto y Marruecos ha pedido que se devuelva a los inmigrantes porque sabían que habían salido de su territorio. Además, el el ministro ha asegurado que "se ha retrotraído la frontera hacia Marruecos porque si se les deja a los inmigrantes hubiera peligrado su vida".
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