Traficantes, piratas y Britney Spears en el Cuerno de África
Los ataques a barcos se reducen, pero en 2013 ha habido aún más de 200
La piratería cuesta más de 18.000 millones de dólares cada año, según la ONU
Hombres armados vigilan las aguas desde el Faro de Mogadiscio (Somalia). Alberto Rojas
En su última película, basada en hechos reales, Tom Hanks se convierte en el Capitán Phillips, un marino cuya nave es interceptada y abordada por piratas somalíes. Al borde del secuestro, trata de apelar al cabecilla del grupo sugiriendo que hay otras alternativas a los asaltos. A lo que el pirata responde: "Quizás en América, pero no aquí".
Aunque en el último año y medio (desde que aumentaron las patrullas, las naves han empezado a armarse con ametralladoras para defenderse y... a utilizar canciones de Britney Spears para repeler ataques) ha ido a menos, la piratería ha sido un negocio increíblemente lucrativo. Y está lejos de desaparecer.
Según el IMB Piracy Reporting Centre, en lo que va de 2013 ha habido 206 "incidentes" en todo el mundo, con 11 secuestros. De ellos, 11 en Somalia (dos secuestros).
Currun Singh, con experiencia sobre el terreno, cree que la intervención de las armadas occidentales más que solucionar el problema lo ha desplazado geográficamente. Y que si hay una reducción de los casos es más bien por el efecto indirecto de las guerras de Etiopía y Kenia contra los milicianos de Al Shabab.
En noviembre de 2011 hubo 40 ataques con éxito en la costa oriental de África. En 2012, apenas 15. Vanda Felbab-Brown ya decía en 2011 que la piratería seguirá siendo un problema si no se eliminan las redes financieras y se neutraliza a los cerebros de los secuestros y asaltos. Y que, quizás, el pago de rescates no es la peor de las opciones.
Se ha escrito muchísimo estos últimos años, pero si hay que leer algo sobre piratería es Pirate Trails, un interesantísimo informe presentado esta semana por el Banco Mundial, la ONU y la Interpol, que calcula que entre 2005 y 2012 se pagaron de 339 a 413 millones de dólares en rescates de barcos en el Cuerno de África.
El estudio sigue la pista del dinero y describe de forma clara el círculo vicioso que se ha creado y que es tan difícil de romper (PDF).
Peter J. Middlebrook ha escrito mucho al respecto y expone de forma muy gráfica en The Economics of Piracy: Who Wins? Who Loses? (PDF, página 3) en qué consiste la cadena de valor de la piratería, cuántos actores están implicados y quiénes son los verdaderos ganadores.
Los investigadores del Banco Mundial viajaron a Somalia, han hablado con piratas y ex piratas y encontrado las redes de financiación. Gracias a ello, acaban con mitos y dan muchos detalles del día a día de los piratas. De la transformación del negocio del secuestro, que le cuesta al mundo al menos 18.000 millones de dólares cada año en comercio y hasta 3.300 a la industria marítima.
De cómo los que un día quizás fueron pescadores reconvertidos, hoy ya no lo son. Del papel de las drogas (qat) que consumen y con las que se trafica y paga a los piratas. Del tremendo impacto en los precios y el coste de la vida de esos negocios al margen de la ley.
Del impuesto revolucionario del 20% que les cobran los terroristas del Shabab, vinculados a Al Qaeda, a los que se ganan la vida abordando navíos.
De los servicios (vigilancia, hostelería, prostitución) que se generan de forma eficiente e inmediata cada vez que un asalto se salda con el pago de millones de dólares (2,7 de media).
El informe, por ejemplo, explica que cada pirata gana sólo el equivalente al 0,01 o el 0,025% del botín, pero que la cantidad, entre 30.000 y 75.000 dólares por operación, supone entre 54 y 110 veces el sueldo anual en la región.
Y que hay 'bonus' por ser el primero en subir al barco apresado, pero que también existe un duro código con multas para los que se comportan de forma poco profesional.
En realidad, y aunque es mucho más sofisticado de lo que pensamos, estamos ante cualquier cosa menos un fenómeno nuevo. Las lecciones y los trucos para negociar se pueden remontar incluso a Plutarco.
En El garfio invisible, Peter T. Leeson explica la "economía oculta" de la piratería de los siglos XVIIy XVIII, argumentado que era una decisión racional en respuesta a la coyuntura económica del momento. Su tesis (The Law and Economics of Pirate Organization) se puede leer, de forma abreviada, aquí. (PDF)
En español, Miguel Salvatierra publicó en 2010 El próspero negocio de la piratería en África, en el que habla de "viejas prácticas, nuevos métodos". Y se remonta al propio Plutarco, César, Cervantes o Espronceda.
Hoy, quizás el argumento sea similar, pero los beneficios, en todo caso, parece que siempre acaban en Londres.
Aunque en el último año y medio (desde que aumentaron las patrullas, las naves han empezado a armarse con ametralladoras para defenderse y... a utilizar canciones de Britney Spears para repeler ataques) ha ido a menos, la piratería ha sido un negocio increíblemente lucrativo. Y está lejos de desaparecer.
Según el IMB Piracy Reporting Centre, en lo que va de 2013 ha habido 206 "incidentes" en todo el mundo, con 11 secuestros. De ellos, 11 en Somalia (dos secuestros).
Currun Singh, con experiencia sobre el terreno, cree que la intervención de las armadas occidentales más que solucionar el problema lo ha desplazado geográficamente. Y que si hay una reducción de los casos es más bien por el efecto indirecto de las guerras de Etiopía y Kenia contra los milicianos de Al Shabab.
En noviembre de 2011 hubo 40 ataques con éxito en la costa oriental de África. En 2012, apenas 15. Vanda Felbab-Brown ya decía en 2011 que la piratería seguirá siendo un problema si no se eliminan las redes financieras y se neutraliza a los cerebros de los secuestros y asaltos. Y que, quizás, el pago de rescates no es la peor de las opciones.
Se ha escrito muchísimo estos últimos años, pero si hay que leer algo sobre piratería es Pirate Trails, un interesantísimo informe presentado esta semana por el Banco Mundial, la ONU y la Interpol, que calcula que entre 2005 y 2012 se pagaron de 339 a 413 millones de dólares en rescates de barcos en el Cuerno de África.
El estudio sigue la pista del dinero y describe de forma clara el círculo vicioso que se ha creado y que es tan difícil de romper (PDF).
Peter J. Middlebrook ha escrito mucho al respecto y expone de forma muy gráfica en The Economics of Piracy: Who Wins? Who Loses? (PDF, página 3) en qué consiste la cadena de valor de la piratería, cuántos actores están implicados y quiénes son los verdaderos ganadores.
Los investigadores del Banco Mundial viajaron a Somalia, han hablado con piratas y ex piratas y encontrado las redes de financiación. Gracias a ello, acaban con mitos y dan muchos detalles del día a día de los piratas. De la transformación del negocio del secuestro, que le cuesta al mundo al menos 18.000 millones de dólares cada año en comercio y hasta 3.300 a la industria marítima.
De cómo los que un día quizás fueron pescadores reconvertidos, hoy ya no lo son. Del papel de las drogas (qat) que consumen y con las que se trafica y paga a los piratas. Del tremendo impacto en los precios y el coste de la vida de esos negocios al margen de la ley.
Del impuesto revolucionario del 20% que les cobran los terroristas del Shabab, vinculados a Al Qaeda, a los que se ganan la vida abordando navíos.
De los servicios (vigilancia, hostelería, prostitución) que se generan de forma eficiente e inmediata cada vez que un asalto se salda con el pago de millones de dólares (2,7 de media).
El informe, por ejemplo, explica que cada pirata gana sólo el equivalente al 0,01 o el 0,025% del botín, pero que la cantidad, entre 30.000 y 75.000 dólares por operación, supone entre 54 y 110 veces el sueldo anual en la región.
Y que hay 'bonus' por ser el primero en subir al barco apresado, pero que también existe un duro código con multas para los que se comportan de forma poco profesional.
En realidad, y aunque es mucho más sofisticado de lo que pensamos, estamos ante cualquier cosa menos un fenómeno nuevo. Las lecciones y los trucos para negociar se pueden remontar incluso a Plutarco.
En El garfio invisible, Peter T. Leeson explica la "economía oculta" de la piratería de los siglos XVIIy XVIII, argumentado que era una decisión racional en respuesta a la coyuntura económica del momento. Su tesis (The Law and Economics of Pirate Organization) se puede leer, de forma abreviada, aquí. (PDF)
En español, Miguel Salvatierra publicó en 2010 El próspero negocio de la piratería en África, en el que habla de "viejas prácticas, nuevos métodos". Y se remonta al propio Plutarco, César, Cervantes o Espronceda.
Hoy, quizás el argumento sea similar, pero los beneficios, en todo caso, parece que siempre acaban en Londres.
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