Tráfico estrena un helicóptero con radar para cazar a infractores
Controla la velocidad desde una altura de 300 metros y a una distancia de un kilómetro
El sistema es único en el mundo
Tráfico controlará ahora la velocidad también desde el aire. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha presentado este jueves un nuevo sistema de radar, Pegasus, instalado en uno de sus 19 helicópteros y capaz de medir “con extremada precisión” velocidades de hasta 360 kilómetros por hora. El estreno de este nuevo cinemómetro, el primero de este tipo en el mundo, coincide con la operación especial de Semana Santa, que empieza a las tres de la tarde de hoy. “El inicio formal de su uso comienza desde el momento en el que se presenta públicamente”, ha señalado María Seguí, directora de la DGT. Es decir, desde ayer mismo pudo empezar a multar.
El radar, operativo desde una altura de vuelo de 1.000 pies (más de 300 metros) y hasta a una distancia de un kilómetro en línea recta, posee dos cámaras instaladas en el patín del helicóptero: una panorámica, que facilita el seguimiento y captación de la velocidad, y otra de detalles con teleobjetivo, para leer la matrícula del vehículo. Cuando se detecta un exceso de velocidad, el sistema toma “tres medidas repetidas para cotejar que se está infringiendo el límite”, ha explicado Seguí.
Si el exceso es una falta administrativa, el propio helicóptero enviará directamente la infracción al Centro Estatal de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (Estrada), en León, que gestiona la sanción y la remite al domicilio del conductor. En cambio, cuando el exceso supone un delito contra la seguridad vial —más de 60 kilómetros por hora en vía urbana y más de 80 en interurbana—, el helicóptero intentará contactar con alguna patrulla de la Guardia Civil que se encuentre cerca para que detenga el vehículo, identifique al conductor y abra diligencias judiciales. Si no fuera posible, trasladará la imagen al Grupo de Intervención en Altura (GIA) de la Guardia Civil para que inicie una investigación y determine la identidad del infractor.
“El radar tiene todas las garantías”, ha querido dejar claro.- Seguí. La nueva arma de Tráfico ha sido desarrollada a lo largo de “más de seis años de trabajo” y verificada y homologada por el Centro Español de Metrología, un organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
“Es una primicia mundial”, ha presumido la máxima responsable de Tráfico. El fabricante del sistema, único en el mundo, es canadiense pero “la idea, el impulso, el liderazgo del proyecto, el diseño del algoritmo de control y registro de la velocidad y la certificación final son netamente españolas”, enfatiza Tráfico. Su coste es similar al de un radar fijo —60.000 euros, más unos 100.000 de instalación— pero a diferencia de estos, que solo controlan un punto concreto de la carretera, “puede vigilar cientos de kilómetros en un vuelo de apenas dos horas de duración”.
Seguí ha intentado despejar cualquier intención recaudatoria de la DGT y ha subrayado que el objetivo principal del nuevo radar es contribuir a reducir los accidentes de tráfico por exceso de velocidad. En 2011, el último año con datos consolidados, 475 personas murieron en España en un siniestro donde la velocidad fue uno de los factores concurrentes. “El helicóptero pillará infringiendo a aquellos que infringen; por lo tanto, aquellos que no infringen no tienen nada que temer”, ha apostillado.
El sistema se utilizará especialmente en las vías convencionales, sobre todo en aquellas que no tienen separación física entre los carriles de ambos sentidos. Según la DGT, en este tipo de carreteras es más difícil controlar la velocidad con radares móviles.
Seguí ha incidido especialmente en el peligro de las vías secundarias durante la presentación del operativo especial de Tráfico de Semana Santa, en el que se prevén 13 millones de desplazamientos —el año pasado hubo 12,7 millones de viajes reales—. “Cuando preparamos nuestras vacaciones tenemos que preguntarnos por dónde nos vamos a desplazar”, ha reflexionado Seguí, que ha recordado que el 78% de los accidentes mortales se producen en las carreteras convencionales. “En las vías secundarias no hay margen de maniobra para recuperarnos de un pequeño error o distracción”, ha continuado.
Aunque pudiera parecer un mensaje redundante, la directora de Tráfico ha reiterado la importancia de utilizar todas las medidas de protección existentes. Y no lo ha hecho sin motivos: durante la campaña especial que la DGT llevó a cabo la semana pasada para vigilar el uso del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil, los agentes de la Guardia Civil emitieron más de 4.600 sanciones: 3.000 a conductores, 1.400 a pasajeros adultos y 257 por niños que viajaban sin sillita o cojín elevador.
El radar, operativo desde una altura de vuelo de 1.000 pies (más de 300 metros) y hasta a una distancia de un kilómetro en línea recta, posee dos cámaras instaladas en el patín del helicóptero: una panorámica, que facilita el seguimiento y captación de la velocidad, y otra de detalles con teleobjetivo, para leer la matrícula del vehículo. Cuando se detecta un exceso de velocidad, el sistema toma “tres medidas repetidas para cotejar que se está infringiendo el límite”, ha explicado Seguí.
Si el exceso es una falta administrativa, el propio helicóptero enviará directamente la infracción al Centro Estatal de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (Estrada), en León, que gestiona la sanción y la remite al domicilio del conductor. En cambio, cuando el exceso supone un delito contra la seguridad vial —más de 60 kilómetros por hora en vía urbana y más de 80 en interurbana—, el helicóptero intentará contactar con alguna patrulla de la Guardia Civil que se encuentre cerca para que detenga el vehículo, identifique al conductor y abra diligencias judiciales. Si no fuera posible, trasladará la imagen al Grupo de Intervención en Altura (GIA) de la Guardia Civil para que inicie una investigación y determine la identidad del infractor.
“El radar tiene todas las garantías”, ha querido dejar claro.- Seguí. La nueva arma de Tráfico ha sido desarrollada a lo largo de “más de seis años de trabajo” y verificada y homologada por el Centro Español de Metrología, un organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
“Es una primicia mundial”, ha presumido la máxima responsable de Tráfico. El fabricante del sistema, único en el mundo, es canadiense pero “la idea, el impulso, el liderazgo del proyecto, el diseño del algoritmo de control y registro de la velocidad y la certificación final son netamente españolas”, enfatiza Tráfico. Su coste es similar al de un radar fijo —60.000 euros, más unos 100.000 de instalación— pero a diferencia de estos, que solo controlan un punto concreto de la carretera, “puede vigilar cientos de kilómetros en un vuelo de apenas dos horas de duración”.
Seguí ha intentado despejar cualquier intención recaudatoria de la DGT y ha subrayado que el objetivo principal del nuevo radar es contribuir a reducir los accidentes de tráfico por exceso de velocidad. En 2011, el último año con datos consolidados, 475 personas murieron en España en un siniestro donde la velocidad fue uno de los factores concurrentes. “El helicóptero pillará infringiendo a aquellos que infringen; por lo tanto, aquellos que no infringen no tienen nada que temer”, ha apostillado.
El sistema se utilizará especialmente en las vías convencionales, sobre todo en aquellas que no tienen separación física entre los carriles de ambos sentidos. Según la DGT, en este tipo de carreteras es más difícil controlar la velocidad con radares móviles.
Seguí ha incidido especialmente en el peligro de las vías secundarias durante la presentación del operativo especial de Tráfico de Semana Santa, en el que se prevén 13 millones de desplazamientos —el año pasado hubo 12,7 millones de viajes reales—. “Cuando preparamos nuestras vacaciones tenemos que preguntarnos por dónde nos vamos a desplazar”, ha reflexionado Seguí, que ha recordado que el 78% de los accidentes mortales se producen en las carreteras convencionales. “En las vías secundarias no hay margen de maniobra para recuperarnos de un pequeño error o distracción”, ha continuado.
Aunque pudiera parecer un mensaje redundante, la directora de Tráfico ha reiterado la importancia de utilizar todas las medidas de protección existentes. Y no lo ha hecho sin motivos: durante la campaña especial que la DGT llevó a cabo la semana pasada para vigilar el uso del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil, los agentes de la Guardia Civil emitieron más de 4.600 sanciones: 3.000 a conductores, 1.400 a pasajeros adultos y 257 por niños que viajaban sin sillita o cojín elevador.
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