Si la Historia Militar o de las Fuerzas de Seguridad, te apasiona. Si la Militaría es tu afición. Si quieres conocer la Historia, sin valorar ideas ni convicciones políticas, sin tendencias, sin manipulaciones. La Historia Militar, sólo la vivida por sus principales protagonistas, los SOLDADOS que la han padecido.



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lunes, 18 de marzo de 2013

ARENGAS DE MILLÁN ASTRAY


LAS ARENGAS

 

Cuando deseéis haceros dueños del corazón de vuestros soldados, cuando queráis inflamar su espíritu, cuando se acerca el combate o cuando enterréis a los muertos. Arengad a las tropas.
Ordenado el silencio y la inmovilidad completa, mandad que se os atienda, mirando a vuestros ojos. Entonces soltad vuestro corazón. Y ya está hecha la arenga.
La voz clara y entonada, el ademán enérgico y el gesto deben acompañarla; la brevedad que sea su medida, la sencillez y claridad su modo; e invocando siempre el nombre de Dios y ordenando que con todo entusiasmo se conteste a los vivas que sinteticen vuestros ideales completaréis vuestro deseo de arengar a los soldados.
La revista del Jefe a su tropa debe impresionarla. No conviene presentarse por sorpresa, que entonces el soldado cree que va solapadamente a sorprenderlo. Avisando,en cambio, con mucha anticipación para que entre el nerviosismo que empareja la espera y todos tengan tiempo para prepararse a recibiros y disimular las pequeñas faltas. Debe elegirse el lugar en el que más luzcan las tropas y será el propio Jefe el que dicte la clase de formación, honores y desfile. Todo con esmerado detalle, y si es preciso se ensaya algunas veces. Se prohibirá severamente que durante el acto se realiza nadie transite ni se mueva y que se retiren los ociosos y los curiosos de la propia casa; porque al que no está formado no hay por qué verlo. Ya todo previsto, con absoluta puntualidad, porque la tropa formada está sufriendo y se enerva o se impacienta, dando tiempo a que el corneta avise con su toque, acercaos primero lentamente, con objeto de que el que os recibe pueda dar sus órdenes, y cuando os deis cuenta de que ya están preparados poned al galope vuestro caballo y presentaos ante la tropa con arrogancia y gentileza.
Rápida la revista, saludando con expresiva mirada a los más distinguidos. Es el momento de pronunciar las arengas, dar las órdenes generales o efectuar el acto solemne que motive la formación y después, sin perder tiempo alguno, sin dilaciones ni consultas, será el desfile, que habrá de presenciarse en correcta postura militar y con lamayor atención y cortesía para cada uno de los que desfilan.
Cuando lo que se haya dicho a la tropa requiere o conviene su comentario, se ordenará a la terminación del discurso que rompan filas allí mismo y a la voz de mando del Jefe. Si, por el contrario, es de duelo o represión, habrá que mantenerlos formados mucho tiempo, extremando la inmovilidad en las filas. No deben darse más vivas que losque dicte el Jefe y se debe cortar enérgicamente el que lo vitoreen en la formación.
El primer acto después será el de visitar a los heridos y los enfermos e ir a orar a la tienda de los muertos, si los hubo en el combate.
Entonces todo vuestro afecto, todo vuestro cariño ponedlo a contribución. Preguntad con afán y con interés a todos; acariciad como a niños a los graves. Y a los muy graves o a punto de expirar, sentaos a su lado y coged sus manos ¡Así seréis los dueños del corazón de vuestros soldados!

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