Nueva ofensiva rebelde para controlar los accesos a Damasco
Día 07/02/2013 - 03.14h
El régimen de Assad lo califica de propaganda y asegura que no hay cambios sobre el terreno
Mientras en la Conferencia Islámica de Egipto el tema sirio monopolizaba el encuentro y mostraba las diferencias entre Irán, último aliado regional de Al Assad, y el resto de participantes, sobre el terreno Damasco amaneció con intensos combates en el extrarradio. Las grupos armados de la oposición lanzaron una operación coordinada en distintos puntos en torno a la capital en un movimiento que un portavoz denominó “la batalla por entrar a Damasco”. El objetivo sería hacerse con el control de las principales rutas de acceso al este y sur de una capital cuyo centro urbano sigue bajo el control de las fuerzas del régimen y a donde la oposición armada solo ha podido llegar hasta ahora a base de atentados.
Los foros opositores echaron humo durante toda la jornada con los supuestos avances sobre el terreno de los distintos grupos armados y algunas fuentes aseguraron que llegaron hasta las proximidades de la plaza de Abbasid, dentro del considerado primer anillo. La carretera de circunvalación es desde hace meses la línea de separación entre los dos bandos -divide la ciudad de las zonas rurales bajo control desde hace meses de la oposición- y los puntos donde se registraron mayores combates fueron Jobar, Zamalka, Az Zablatani y Qaboun.
Algunos milicianos citados por agencias internacionales señalaron que el objetivo es llevar “la guerra a las calles del centro” para provocar la caída de Al Assad, que tras casi dos años de revuelta sigue en su puesto. El ministerio de Información sirio emitió un comunicado para desmentir estos avances rebeldes en el que aseguraba que se trata de “noticias infundadas que carecen de veracidad. No son más que desesperados intentos para levantar el ánimo de los terroristas quienes huyen ante los duros golpes de nuestras Fuerzas Armadas”.
Atentado en Palmira
Cuando Damasco ruge el resto del país pasa a un segundo plano, aunque se produzcan atentados tan graves como el que costó la vida a al menos doce miembros de los servicios de inteligencia y causó heridas a otros veinte en Palmira, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Dos suicidas se inmolaron al volante de dos vehículos distintos en un barrio residencial de esta ciudad al nordeste de la capital, conocida antes de la guerra por sus ruinas romanas que son patrimonio de la humanidad según la UNESCO. Tras las explosiones comenzó un tiroteo en el que ocho civiles resultaron heridos, según la agencia Sana.


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