«Assad utilizaría armas químicas contra el pueblo sirio»
El exembajador sirio en Irak, que desertó el pasado 11 de julio, está convencido de que el presidente no dudará en emplearlas para mantener el poder
Día 17/07/2012 - 09.41h
El presidente sirio Bachar al-Assad podría utilizar armas químicas contra las fuerzas rebeldes y quizá lo haya hecho ya, según declaró ayer en la BBC Nawaf Farès, el primer embajador sirio en desertar y el político más destacado en pasarse a la oposición.
Farès, exembajador en Irak que desertó el 11 de julio, añadió que los días de Assad están contados, pero que el presidente sirio está dispuesto a «erradicar a todo el pueblo sirio» para continuar en el poder.
«Estoy convendido de que si el régimen de Assad fuera atacado por el pueblo, él utilizaría estas armas (químicas», añadió. Siria dispone de un arsenal de armas químicas que inquieta a los países vecinos.
Demanda iraquí
El Gobierno de Irak ha informado hoy de que demandará al exembajador sirio en Bagdad por facilitar la entrada de terroristas al país. Fuentes del Ejecutivo han señalado a la agencia iraquí NINA que Bagdad presentará cargos contra Al Fares tras salir a la luz unas declaraciones en las que reconoció que colaboró en la entrada de 'yihadistas' en Irak para atacar a las tropas estadounidenses en el país.
«Tras la invasión de Irak en 2003, el régimen sirio empezó a sentirse en peligro e intentó quebrantar las fuerzas estadounidenses en Irak, para lo que se alió con (la organización terrorista) Al Qaida», dijo Al Fares, en una entrevista concedida al semanario británico «The Sunday Telegraph». «Todos los árabes y otros extranjeros fueron incitados a ir a Irak a través de Siria, y sus movimientos fueron facilitados por Damasco», agregó.
Al Fares agregó que estos mismos grupos llevaron a cabo una serie de atentados suicidas en Siria bajo órdenes del Gobierno sirio con la intención de acusar a los rebeldes de ser los responsables.
En este sentido, se refirió al atentado ejecutado en mayo que tuvo como objetivo el edificio de la Inteligencia militar ubicado en el distrito damasceno de Al Qazzaz, ataque en el que fallecieron 55 personas y resultaron heridas otras 370. «Sé que no resultó herido ni un solo oficial, ya que la oficina fue evacuada 15 minutos antes», aseguró. «Todas las víctimas eran peatones. Todas estas explosiones han sido ejecutadas por Al Qaida con la cooperación de las fuerzas de seguridad», apostilló Al Fares.
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EL CONFLICTO SIRIO
Rusia y la ONU analizan posibles soluciones para el conflicto en Siria
Vladímir Putin se reúne con Kofi Annan, el mediador internacional para el país árabe
La misión de observadores de la ONU expira el viernes
El presidente ruso, Vladímir Putin, y el mediador internacional para Siria, Kofi Annan, se reúnen hoy en Moscú para analizar las perspectivas de arreglo al conflicto en el país árabe y el futuro de la misión de observadores de la ONU, cuyo mandato expira el viernes.
En el curso de las conversaciones, Rusia reiterará su respaldo al plan de paz de Annan, se afirma en un comunicado del Kremlin, que subraya que dicho plan es la “única plataforma viable para solucionar los problemas internos sirios”.
El mediador internacional llegó la víspera a la capital rusa, en la que es su segunda visita a Moscú en los últimos cuatro meses. Rusia se pronuncia a favor de prorrogar el mandato de la misión de observadores de la ONU, pero rechaza de manera categórica que esa decisión del Consejo de Seguridad se acompañe de la amenaza de sanciones al régimen de Damasco, tal y como se prevé en un proyecto de resolución presentado por varios países occidentales.
“No excluimos la ampliación del componente político de las tareas de la UNSMIS (Misión de Observación de la ONU en Siria)”, señala la nota del Kremlin, que agrega que es “imprescindible encargar a los observadores la tarea de coordinar con todas las partes sirias un plan de alto el fuego simultáneo”.
El futuro de El Asad no fue abordado anoche en el encuentro que mantuvieron Lavrov y Annan, ha dicho el viceministro de Exteriores ruso Guennadi Gatílov en declaraciones a la agencia Interfax. En las consultas de anoche, la parte rusa le propuso al mediador internacional celebrar en Moscú una reunión del Grupo de Acción para Siria ante de fines de julio.
El Grupo de Acción para Siria, como señaló en su comunicado de Ginebra, aboga por “el establecimiento de un órgano gubernamental de transición, que pueda establecer un entorno neutral en el que se pueda desarrollar una transición” en el país árabe y que incluya tanto a las autoridades como la oposición.
La víspera, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó que Moscú respalde al presidente sirio, Bachar el Asad. “No respaldamos a Bachar al Asad. Nosotros apoyamos lo que hemos acordado todos: el plan de Kofi Annan, la resolución del Consejo de Seguridad y el comunicado de Ginebra”, dijo. Lavrov además acusó a Occidente de emplear “elementos de chantaje” al querer condicionar la prolongación de la estancia de los observadores de la ONU en Siria al apoyo de una resolución del Consejo de Seguridad que abriría la puerta a una intervención exterior en aquel país.
En los últimos días, se libran, por primera vez, batallas sin precedentes en pleno Damasco, la capital, que demuestran que el régimen sirio de El Asad no puede ganar la guerra como tampoco lograron acabar con la rebelión pacífica antes de que, en 2011, los alzados optasen por la lucha armada.
En el curso de las conversaciones, Rusia reiterará su respaldo al plan de paz de Annan, se afirma en un comunicado del Kremlin, que subraya que dicho plan es la “única plataforma viable para solucionar los problemas internos sirios”.
El mediador internacional llegó la víspera a la capital rusa, en la que es su segunda visita a Moscú en los últimos cuatro meses. Rusia se pronuncia a favor de prorrogar el mandato de la misión de observadores de la ONU, pero rechaza de manera categórica que esa decisión del Consejo de Seguridad se acompañe de la amenaza de sanciones al régimen de Damasco, tal y como se prevé en un proyecto de resolución presentado por varios países occidentales.
“No excluimos la ampliación del componente político de las tareas de la UNSMIS (Misión de Observación de la ONU en Siria)”, señala la nota del Kremlin, que agrega que es “imprescindible encargar a los observadores la tarea de coordinar con todas las partes sirias un plan de alto el fuego simultáneo”.
El futuro de El Asad no fue abordado anoche en el encuentro que mantuvieron Lavrov y Annan, ha dicho el viceministro de Exteriores ruso Guennadi Gatílov en declaraciones a la agencia Interfax. En las consultas de anoche, la parte rusa le propuso al mediador internacional celebrar en Moscú una reunión del Grupo de Acción para Siria ante de fines de julio.
El Grupo de Acción para Siria, como señaló en su comunicado de Ginebra, aboga por “el establecimiento de un órgano gubernamental de transición, que pueda establecer un entorno neutral en el que se pueda desarrollar una transición” en el país árabe y que incluya tanto a las autoridades como la oposición.
La víspera, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó que Moscú respalde al presidente sirio, Bachar el Asad. “No respaldamos a Bachar al Asad. Nosotros apoyamos lo que hemos acordado todos: el plan de Kofi Annan, la resolución del Consejo de Seguridad y el comunicado de Ginebra”, dijo. Lavrov además acusó a Occidente de emplear “elementos de chantaje” al querer condicionar la prolongación de la estancia de los observadores de la ONU en Siria al apoyo de una resolución del Consejo de Seguridad que abriría la puerta a una intervención exterior en aquel país.
En los últimos días, se libran, por primera vez, batallas sin precedentes en pleno Damasco, la capital, que demuestran que el régimen sirio de El Asad no puede ganar la guerra como tampoco lograron acabar con la rebelión pacífica antes de que, en 2011, los alzados optasen por la lucha armada.
Rusia acusa a Occidente de hacer chantaje con la misión de la ONU
El ministro de Exteriores ruso insiste en una solución diplomática al conflicto en Siria
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha acusado este lunes a Occidente de emplear “elementos de chantaje” al querer condicionar la prolongación de la estancia de los observadores de la ONU en Siria al apoyo de una resolución del Consejo de Seguridad que abriría la puerta a una intervención exterior en aquel país.
En una rueda de prensa, Lavrov calificó tal actitud como “absolutamente contraproducente y peligrosa” y señaló que “emplear a los observadores como moneda de cambio es intolerable”, ya que estos, según dijo, “tienen que dar una valoración objetiva de lo que sucede e investigar los incidentes como los que se han producido en Treimse”. Refiriéndose a esa localidad, Lavrov subrayó que “la oposición ha reconocido que allí habían tenido lugar serios enfrentamientos” y explicó que el 12 de julio unidades del Ejército Libre de Siria atacaron a una patrulla militar cercana a Treimse, tras lo cual tomaron posiciones en el pueblo. Poco después, Treimse fue atacado por las tropas del Gobierno, explicó.
El jefe de la diplomacia rusa se expresaba pocas horas antes de entrevistarse en Moscú con el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, quien este martes se reúne con el presidente ruso, Vladímir Putin. La visita de Annan se produce sobre el telón de fondo de una fuerte escalada de violencia, que afecta también a Damasco. Siria será también uno de los temas que Putin aborde con el jefe del Gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, el próximo miércoles en Moscú.
Lavrov insistió de nuevo en la posición rusa, según la cual Moscú no apoya al régimen de Bachar el Asad, pero quiere que sean los mismos sirios los que lleguen a un acuerdo de cese de las hostilidades y búsqueda de una salida política. Desde su perspectiva, la comunidad internacional debe presionar a las partes para que esto se produzca. El cese de las hostilidades, por otra parte, debe hacerse de forma simultánea y “sincronizada” bajo el control de la ONU. Refiriéndose a la violencia de los enfrentamientos y al creciente número de víctimas, Lavrov calificó de “horrible” la situación en Siria, pero insistió: “Rechazamos cualquier elemento que prepare el camino para una injerencia del exterior en apoyo de la oposición armada. No tomamos partido por nadie en el conflicto sirio. Nuestro único interés es no permitir la desestabilización del Estado y la ulterior desestabilización de toda la región”, dijo.
Lavrov confirmó que no ha habido acercamiento de las posiciones rusas con los grupos de la oposición siria que visitaron Moscú la semana pasada (Foro Democrático de la Oposición Siria y Consejo Nacional Sirio) y explicó que tras la “revolución popular” que pretende llevar a cabo la oposición hay una falta de esfuerzo para acabar con las hostilidades. Lavrov dijo que la oposición ni siquiera ha designado a un portavoz para negociar, tal como se decidió este mes en la conferencia del Grupo de Acción en Siria en Ginebra. “No podemos permitir una resolución del Consejo de Seguridad que no se base en los acuerdos de Ginebra. No nos pasamos [en Ginebra] medio día y medianoche intentando lograr un acuerdo sobre una fórmula concreta para que todo esto se ignore y para volver a la idea con la que los países occidentales llegaron a Ginebra”, señaló.
El ministro dijo que “no es correcto” culpar a Rusia y China de la situación en Siria, “sin hablar ya de las amenazas de que van a pagar por ello”. “ Considero que esto no solo está en el límite de la diplomacia, sino de la educación”, manifestó. Sobre las exigencias occidentales y de la oposición de que El Asad se marche, Lavrov dijo: “No se marchará, pero no porque le apoyemos, sino porque tiene una importante parte de la población tras de sí”. La posición occidental, que insiste en que sean las tropas gubernamentales quienes se retiren primero, “no es realista y simplemente no funcionará”. Rusia ha presentado un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad para que se prolongue durante tres meses la misión de los observadores de la ONU y se daría por satisfecha con una “resolución técnica” de un solo punto que permita prolongar el mandato de los observadores.
Lavrov eludió responder sobre una posible vinculación entre la venta de armas rusas a Siria y la posición de la Cruz Roja Internacional, que considera el enfrentamiento en Siria como una guerra civil. La posición oficial de Moscú es que Rusia no vende armas al régimen de El Asad que puedan ser utilizadas contra la población.
En una rueda de prensa, Lavrov calificó tal actitud como “absolutamente contraproducente y peligrosa” y señaló que “emplear a los observadores como moneda de cambio es intolerable”, ya que estos, según dijo, “tienen que dar una valoración objetiva de lo que sucede e investigar los incidentes como los que se han producido en Treimse”. Refiriéndose a esa localidad, Lavrov subrayó que “la oposición ha reconocido que allí habían tenido lugar serios enfrentamientos” y explicó que el 12 de julio unidades del Ejército Libre de Siria atacaron a una patrulla militar cercana a Treimse, tras lo cual tomaron posiciones en el pueblo. Poco después, Treimse fue atacado por las tropas del Gobierno, explicó.
El jefe de la diplomacia rusa se expresaba pocas horas antes de entrevistarse en Moscú con el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, quien este martes se reúne con el presidente ruso, Vladímir Putin. La visita de Annan se produce sobre el telón de fondo de una fuerte escalada de violencia, que afecta también a Damasco. Siria será también uno de los temas que Putin aborde con el jefe del Gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, el próximo miércoles en Moscú.
El presidente Putin se reúne este miércoles en Moscú con Kofi Annan, enviado de la ONU y la Liga Árabe
Lavrov confirmó que no ha habido acercamiento de las posiciones rusas con los grupos de la oposición siria que visitaron Moscú la semana pasada (Foro Democrático de la Oposición Siria y Consejo Nacional Sirio) y explicó que tras la “revolución popular” que pretende llevar a cabo la oposición hay una falta de esfuerzo para acabar con las hostilidades. Lavrov dijo que la oposición ni siquiera ha designado a un portavoz para negociar, tal como se decidió este mes en la conferencia del Grupo de Acción en Siria en Ginebra. “No podemos permitir una resolución del Consejo de Seguridad que no se base en los acuerdos de Ginebra. No nos pasamos [en Ginebra] medio día y medianoche intentando lograr un acuerdo sobre una fórmula concreta para que todo esto se ignore y para volver a la idea con la que los países occidentales llegaron a Ginebra”, señaló.
El ministro dijo que “no es correcto” culpar a Rusia y China de la situación en Siria, “sin hablar ya de las amenazas de que van a pagar por ello”. “ Considero que esto no solo está en el límite de la diplomacia, sino de la educación”, manifestó. Sobre las exigencias occidentales y de la oposición de que El Asad se marche, Lavrov dijo: “No se marchará, pero no porque le apoyemos, sino porque tiene una importante parte de la población tras de sí”. La posición occidental, que insiste en que sean las tropas gubernamentales quienes se retiren primero, “no es realista y simplemente no funcionará”. Rusia ha presentado un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad para que se prolongue durante tres meses la misión de los observadores de la ONU y se daría por satisfecha con una “resolución técnica” de un solo punto que permita prolongar el mandato de los observadores.
Lavrov eludió responder sobre una posible vinculación entre la venta de armas rusas a Siria y la posición de la Cruz Roja Internacional, que considera el enfrentamiento en Siria como una guerra civil. La posición oficial de Moscú es que Rusia no vende armas al régimen de El Asad que puedan ser utilizadas contra la población.
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