Israel necesita 100 aviones para atacar Irán
Si Israel decidiera lanzar un ataque contra Irán, sus pilotos tendrían que volar más de 1.600 kilómetros a través de un espacio aéreo hostil, repostar durante el vuelo, neutralizar las defensas antiaéreas iraníes, atacar simultáneamente varios lugares subterráneos, y utilizar al menos 100 aviones.
Esta es la valoración de funcionarios de la Secretaría de Defensa y analistas militares próximos al Pentágono, que aseguran que un ataque dirigido a retrasar el programa nuclear iraní sería una operación enorme y altamente compleja. A su juicio, esta operación sería muy distinta a los ataques “quirúrgicos” contra el reactor nuclear en Siria en 2007, y contra el reactor de Osirak en 1981.
“A todos los expertos que dicen ‘Oh, sí, bombardeemos Irán’: no sería tan fácil”, advierte el teniente general David A. Deptula, que se retiró el año pasado como máximo oficial de la inteligencia de la Fuerza Aérea y que organizó las campañas aéreas en 2011 en Afganistán y en la guerra del Golfo en 1991.
En los últimos meses ha aumentado la especulación sobre un ataque de Israel a Irán mientras crece la tensión entre ambos países. Tom Donilon, consejero de Seguridad Nacional, se encontró el domingo en Jerusalén con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Martin E. Dempsey, advirtió a la CNN que un ataque israelí contra Irán en estos momentos sería “desestabilizador”, lo que demuestra la preocupación de Washington. Igualmente, el ministro de Exteriores británico, William Hague, dijo a la BBC que atacar Irán no sería “sensato” para Israel “en este momento”.
Pero mientras el portavoz israelí en Washington, Lior Weintraub, aseguró que su país continuaba presionando para que se apliquen sanciones más duras contra Irán, también reiteró que Israel, como Estados Unidos, “mantiene abiertas todas las opciones”.
En Washington se debaten las características de un ataque iraní y algunos analistas cuestionan incluso si Israel tiene la capacidad militar para llevarlo a cabo. Un temor es que EE UU se vea obligado a finalizar la ofensiva, una tarea que, incluso con su mayor arsenal de aviones y munición, podría durar varias semanas, según analistas de defensa. Otro tema es la represalia iraní.
“No creo que nadie diga: ‘Así es como debe hacerse: un puñado de aviones, saliendo y entrando durante una tarde”, señaló Andrew R. Hoehn, un exfuncionario del Pentágono que ahora es director del Proyecto Fuerza Aérea de Rand Corporation, que realiza amplios estudios para la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Michael V. Hayden, que fue director de la CIA entre 2006 y 2009, advirtió el mes pasado de que los ataques aéreos capaces de entorpecer seriamente el programa nuclear iraní estaban “más allá de la capacidad” de Israel, en parte por la distancia que tendrían que cubrir los aviones y por la magnitud de la misión.
Sin embargo, un alto funcionario advirtió en una entrevista la semana pasada que EE UU no dispone de “un total conocimiento” del arsenal israelí, y menos aún de sus cálculos militares. De sus opiniones se hizo eco Anthony H Cordesman, un influyente analista militar del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington. “Hay muchas incógnitas y riesgos potenciales, pero puede que Israel sepa que esos riesgos no son tan graves”, dijo.
Dado que Israel querría atacar las cuatro grandes plantas nucleares de Irán –las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Natanz y Fordo, el reactor de agua pesada de Arak y la planta de conversión de óxido de uranio [pasta amarilla] en Isfahán-, los analistas militares dicen que el primer problema sería llegar hasta ellas. Hay tres rutas potenciales: por el norte pasando por Turquía, por el sur a través de Arabia Saudí, y por el centro a través de Jordania e Irak.
La ruta que pasa por Irak sería la más directa y probable, según los analistas, porque Bagdad carece de defensas aéreas y EE UU, después de su retirada en diciembre, no tiene ya la obligación de defender el espacio aéreo iraquí. “Hace un año a los israelíes les preocupaba que nosotros podríamos interceptar sus aviones si elegían la ruta de Irak”, explicó un exfuncionario de defensa que pidió el anonimato para discutir asuntos secretos de inteligencia.
Si Jordania tolera los vuelos israelíes, el siguiente problema sería la distancia. Israel dispone de aviones de combate F-15I y F-161 de fabricación estadounidense que pueden cargar bombas hacia los objetivos, pero su radio de alcance -dependiendo de la altitud, velocidad y carga- se queda corto para recorrer los más de 3.200 kilómetros del vuelo de ida y vuelta. Eso sin contar el tiempo que se necesita para sobrevolar el objetivo ni la posibilidad de que haya que repeler ataques de aviones iraníes o sus misiles.
En todo caso, Israel tendría que utilizar aviones cisterna, aunque se cree que no dispone de los suficientes. Scott Johnson, analista de la empresa consultora de defensa IHS Jane’s y jefe de un equipo que prepara un seminario en la red sobre las posibilidades de un ataque contra Irán, aseguró que Israel cuenta con ocho aviones cisterna KC-707 de fabricación estadounidense, aunque no está claro que todos estén operativos. Es posible, añadió, que Israel haya convertido aviones existentes en depósitos de combustible para utilizar en el ataque.
Incluso así, los aviones cisterna necesitarían ser protegidos por aún más aviones de combate. “Por lo tanto el número que se necesita se dispara”, explicó Johnson. Israel tiene unos 125 F-15I y F-16Is. Una posibilidad, según Johnson, sería que los aviones cisterna volaran a 50.000 pies de altitud (unos 16-17 kilómetros), lo que dificulta el ataque aéreo israelí, para que luego descendieran a altitudes más bajas para reunirse con los aviones de combate para que tengan que repostar.
De todos modos, Israel tendría que utilizar sus aviones de guerra electrónica para atravesar las defensas aéreas de Irán y causar interferencias en sus radares que permitan la creación de un pasillo para el ataque. Aunque las defensas antiaéreas iraníes sean de la generación pasada –en 2010 Rusia se negó a vender a Irán su más avanzado sistema de misiles S-300-, no son nada desdeñables, sostienen analistas militares.
Los misiles iraníes podrían forzar a los aviones de guerra israelíes a maniobrar y a lanzar su munición incluso antes de haber alcanzado sus objetivos. Irán también podría devolver el ataque con misiles que podrían alcanzar Israel, lo que desataría una nueva guerra en Oriente Próximo, aunque algunos altos funcionarios sostienen que las consecuencias serían peores si Irán lograra el arma atómica.
Otro gran obstáculo es el número bombas israelíes capaces de alcanzar las instalaciones de Natanz, que se cree que está enterrada bajo diez metros de bloques de hormigón reforzado, y las de Fordo, que está construida dentro de una montaña.
Suponiendo que no utiliza un dispositivo nuclear, Israel posee bombas antibúnker GBU-28 de fabricación estadounidense y de más de dos toneladas que podrían dañar instalaciones así de reforzadas aunque no está claro qué profundidad pueden alcanzar.
Un informe de este mes del Centro de Política Bipartidista, elaborado por el exsenador demócrata de Virginia Charles s. Robb, y Charles F. Wald, un exgeneral de la fuerza aérea, recomendaba que el Gobierno de Obama vendiera a Israel 200 (bombas) GBU-31 mejoradas además de tres aviones cisterna avanzados.
Ambos aseguran que no defienden un ataque israelí, pero que la munición y los aviones son necesarios para mejorar la credibilidad de Israel mientras amenaza con un ataque.
Si Estados Unidos se implicara –o decidiera atacar por su cuenta-, los analistas militares dicen que el Pentágono tendría la capacidad de lanzar grandes ataques con bombarderos, aviones invisibles y misiles de crucero, seguidos por drones que podrían evaluar los daños para ayudar a dirigir los siguientes ataques. A diferencia de Israel, Estados Unidos posee una gran capacidad de reabastecerse de combustible. Los bombarderos podrían volar desde la base de Al Udeid, en Catar, Diego García en el océano Índico o bases en Reino Unido o Estados Unidos.
No obstante, altos cargos de Defensa aseguran que seguiría siendo difícil alcanzar las instalaciones más profundas iraníes con las bombas estadounidenses existentes, por lo que están mejorando su “artillería penetrante masiva” [Massive ordnance penetrator] que fue específicamente diseñada para Irán y Corea del Norte.
“Existe una sola superpotencia en el mundo que puede llevar esto a cabo”, declaró el general Deptula. “Israel es muy bueno en ataques selectivos aquí y allá”.
Esta es la valoración de funcionarios de la Secretaría de Defensa y analistas militares próximos al Pentágono, que aseguran que un ataque dirigido a retrasar el programa nuclear iraní sería una operación enorme y altamente compleja. A su juicio, esta operación sería muy distinta a los ataques “quirúrgicos” contra el reactor nuclear en Siria en 2007, y contra el reactor de Osirak en 1981.
“A todos los expertos que dicen ‘Oh, sí, bombardeemos Irán’: no sería tan fácil”, advierte el teniente general David A. Deptula, que se retiró el año pasado como máximo oficial de la inteligencia de la Fuerza Aérea y que organizó las campañas aéreas en 2011 en Afganistán y en la guerra del Golfo en 1991.
En los últimos meses ha aumentado la especulación sobre un ataque de Israel a Irán mientras crece la tensión entre ambos países. Tom Donilon, consejero de Seguridad Nacional, se encontró el domingo en Jerusalén con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Martin E. Dempsey, advirtió a la CNN que un ataque israelí contra Irán en estos momentos sería “desestabilizador”, lo que demuestra la preocupación de Washington. Igualmente, el ministro de Exteriores británico, William Hague, dijo a la BBC que atacar Irán no sería “sensato” para Israel “en este momento”.
Pero mientras el portavoz israelí en Washington, Lior Weintraub, aseguró que su país continuaba presionando para que se apliquen sanciones más duras contra Irán, también reiteró que Israel, como Estados Unidos, “mantiene abiertas todas las opciones”.
En Washington se debaten las características de un ataque iraní y algunos analistas cuestionan incluso si Israel tiene la capacidad militar para llevarlo a cabo. Un temor es que EE UU se vea obligado a finalizar la ofensiva, una tarea que, incluso con su mayor arsenal de aviones y munición, podría durar varias semanas, según analistas de defensa. Otro tema es la represalia iraní.
“No creo que nadie diga: ‘Así es como debe hacerse: un puñado de aviones, saliendo y entrando durante una tarde”, señaló Andrew R. Hoehn, un exfuncionario del Pentágono que ahora es director del Proyecto Fuerza Aérea de Rand Corporation, que realiza amplios estudios para la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Michael V. Hayden, que fue director de la CIA entre 2006 y 2009, advirtió el mes pasado de que los ataques aéreos capaces de entorpecer seriamente el programa nuclear iraní estaban “más allá de la capacidad” de Israel, en parte por la distancia que tendrían que cubrir los aviones y por la magnitud de la misión.
Sin embargo, un alto funcionario advirtió en una entrevista la semana pasada que EE UU no dispone de “un total conocimiento” del arsenal israelí, y menos aún de sus cálculos militares. De sus opiniones se hizo eco Anthony H Cordesman, un influyente analista militar del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington. “Hay muchas incógnitas y riesgos potenciales, pero puede que Israel sepa que esos riesgos no son tan graves”, dijo.
Dado que Israel querría atacar las cuatro grandes plantas nucleares de Irán –las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Natanz y Fordo, el reactor de agua pesada de Arak y la planta de conversión de óxido de uranio [pasta amarilla] en Isfahán-, los analistas militares dicen que el primer problema sería llegar hasta ellas. Hay tres rutas potenciales: por el norte pasando por Turquía, por el sur a través de Arabia Saudí, y por el centro a través de Jordania e Irak.
La ruta que pasa por Irak sería la más directa y probable, según los analistas, porque Bagdad carece de defensas aéreas y EE UU, después de su retirada en diciembre, no tiene ya la obligación de defender el espacio aéreo iraquí. “Hace un año a los israelíes les preocupaba que nosotros podríamos interceptar sus aviones si elegían la ruta de Irak”, explicó un exfuncionario de defensa que pidió el anonimato para discutir asuntos secretos de inteligencia.
Si Jordania tolera los vuelos israelíes, el siguiente problema sería la distancia. Israel dispone de aviones de combate F-15I y F-161 de fabricación estadounidense que pueden cargar bombas hacia los objetivos, pero su radio de alcance -dependiendo de la altitud, velocidad y carga- se queda corto para recorrer los más de 3.200 kilómetros del vuelo de ida y vuelta. Eso sin contar el tiempo que se necesita para sobrevolar el objetivo ni la posibilidad de que haya que repeler ataques de aviones iraníes o sus misiles.
En todo caso, Israel tendría que utilizar aviones cisterna, aunque se cree que no dispone de los suficientes. Scott Johnson, analista de la empresa consultora de defensa IHS Jane’s y jefe de un equipo que prepara un seminario en la red sobre las posibilidades de un ataque contra Irán, aseguró que Israel cuenta con ocho aviones cisterna KC-707 de fabricación estadounidense, aunque no está claro que todos estén operativos. Es posible, añadió, que Israel haya convertido aviones existentes en depósitos de combustible para utilizar en el ataque.
Incluso así, los aviones cisterna necesitarían ser protegidos por aún más aviones de combate. “Por lo tanto el número que se necesita se dispara”, explicó Johnson. Israel tiene unos 125 F-15I y F-16Is. Una posibilidad, según Johnson, sería que los aviones cisterna volaran a 50.000 pies de altitud (unos 16-17 kilómetros), lo que dificulta el ataque aéreo israelí, para que luego descendieran a altitudes más bajas para reunirse con los aviones de combate para que tengan que repostar.
De todos modos, Israel tendría que utilizar sus aviones de guerra electrónica para atravesar las defensas aéreas de Irán y causar interferencias en sus radares que permitan la creación de un pasillo para el ataque. Aunque las defensas antiaéreas iraníes sean de la generación pasada –en 2010 Rusia se negó a vender a Irán su más avanzado sistema de misiles S-300-, no son nada desdeñables, sostienen analistas militares.
Los misiles iraníes podrían forzar a los aviones de guerra israelíes a maniobrar y a lanzar su munición incluso antes de haber alcanzado sus objetivos. Irán también podría devolver el ataque con misiles que podrían alcanzar Israel, lo que desataría una nueva guerra en Oriente Próximo, aunque algunos altos funcionarios sostienen que las consecuencias serían peores si Irán lograra el arma atómica.
Otro gran obstáculo es el número bombas israelíes capaces de alcanzar las instalaciones de Natanz, que se cree que está enterrada bajo diez metros de bloques de hormigón reforzado, y las de Fordo, que está construida dentro de una montaña.
Suponiendo que no utiliza un dispositivo nuclear, Israel posee bombas antibúnker GBU-28 de fabricación estadounidense y de más de dos toneladas que podrían dañar instalaciones así de reforzadas aunque no está claro qué profundidad pueden alcanzar.
Un informe de este mes del Centro de Política Bipartidista, elaborado por el exsenador demócrata de Virginia Charles s. Robb, y Charles F. Wald, un exgeneral de la fuerza aérea, recomendaba que el Gobierno de Obama vendiera a Israel 200 (bombas) GBU-31 mejoradas además de tres aviones cisterna avanzados.
Ambos aseguran que no defienden un ataque israelí, pero que la munición y los aviones son necesarios para mejorar la credibilidad de Israel mientras amenaza con un ataque.
Si Estados Unidos se implicara –o decidiera atacar por su cuenta-, los analistas militares dicen que el Pentágono tendría la capacidad de lanzar grandes ataques con bombarderos, aviones invisibles y misiles de crucero, seguidos por drones que podrían evaluar los daños para ayudar a dirigir los siguientes ataques. A diferencia de Israel, Estados Unidos posee una gran capacidad de reabastecerse de combustible. Los bombarderos podrían volar desde la base de Al Udeid, en Catar, Diego García en el océano Índico o bases en Reino Unido o Estados Unidos.
No obstante, altos cargos de Defensa aseguran que seguiría siendo difícil alcanzar las instalaciones más profundas iraníes con las bombas estadounidenses existentes, por lo que están mejorando su “artillería penetrante masiva” [Massive ordnance penetrator] que fue específicamente diseñada para Irán y Corea del Norte.
“Existe una sola superpotencia en el mundo que puede llevar esto a cabo”, declaró el general Deptula. “Israel es muy bueno en ataques selectivos aquí y allá”.
Elisabeth Bumiller es periodista del New York Times
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