Los talibanes vengan el Corán
NUEVA YORK- El presidente Barack Obama envió ayer una carta de disculpa al líder afgano, Hamid Karzai, por el incidente de la base de Bagram en Afganistán, donde se quemaron varios coranes. «El error ha sido involuntario. Le aseguro que tomaremos las medidas apropiadas para evitar que no se repita lo sucedido», indicó Obama en la misiva entregada a Karzai por el embajador Ryan Crocker después de que el alto mando de la OTAN en Afganistán anunciase que sus tropas darán cursillos de cómo tratar de forma respetuosa los materiales religiosos de los musulmanes.
Sin embargo, este gesto del presidente de EE UU no sirvió para aplacar la ira en un país sumido en un conflicto que dura décadas. Dos soldados estadounidenses de la OTAN murieron ayer en Afganistán y otros cuatro resultaron heridos después de que un militar afgano la emprendiese a tiros contra ellos, debido al supuesto enfado por el trato dispensado al libro sagrado del islam.
De esta forma, el sospechoso se habría unido a las protestas contra la base estadounidense de Bagram y habría abierto fuego con un arma automática. Desde que se dio a conocer el incidente se han sucedido diferentes manifestaciones en contra de Washington durante esta semana, a pesar de que el comandante de la OTAN haya pedido disculpas y anunciado que Washington colaborará con el Gobierno afgano en la investigación para esclarecer lo sucedido. Las protestas de ayer terminaron con la muerte de 16 personas. La Policía tuvo que abrir fuego al aire para dispersar a cientos de afganos que intentaron entrar a la fuerza en una base estadounidense, ubicada al este del país. La Embajada de Estados Unidos en Kabul tuvo que cerrar sus puertas mientras se repitieron las protestas a lo largo del país. En un comunicado, desde la legación que representa a Washington, se indicó a los ciudadanos estadounidenses que «la embajada está cerrada. Se suspenden todos los viajes. Por favor, que todo el mundo se ponga a salvo», se concluyó.
Más tarde se hizo circular un comunicado en el que se pidió a los estadounidenses que evitasen las áreas frecuentadas por occidentales. «Recordamos que las pasadas manifestaciones en Afganistán se han convertido en ataques violentos con objetivos occidentales», explica la nota.
Alerta tras el rezo semanal
Aún así, los militares de la OTAN y el Consejo de Seguridad Nacional de Washington están pendientes de lo que ocurra tras las oraciones de hoy, día santo en los países musulmanes. Las manifestaciones podrían ser mayores una vez que miles de hombres varones salgan en masa de las mezquitas. Y hoy podrían invadir las calles en busca de venganza después de haber cumplido con sus rezos.
El incidente de la quema de coranes también fue aprovechado por los talibanes. Los extremistas religiosos pidieron a los afganos que atacasen las bases militares extranjeras y golpeasen y matasen a los ciudadanos occidentales en represalia por el trato dispensado en el principal recinto de la OTAN al libro sagrado musulmán.
«Tenemos que matarlos, pegarlos y capturarlos para darles una lección que les hará no querer volver a profanar el santo Corán de nuevo», decía un nota difundida por los talibanes a través de un correo electrónico.
Manning, ante el consejo de guerra
Sin embargo, este gesto del presidente de EE UU no sirvió para aplacar la ira en un país sumido en un conflicto que dura décadas. Dos soldados estadounidenses de la OTAN murieron ayer en Afganistán y otros cuatro resultaron heridos después de que un militar afgano la emprendiese a tiros contra ellos, debido al supuesto enfado por el trato dispensado al libro sagrado del islam.
De esta forma, el sospechoso se habría unido a las protestas contra la base estadounidense de Bagram y habría abierto fuego con un arma automática. Desde que se dio a conocer el incidente se han sucedido diferentes manifestaciones en contra de Washington durante esta semana, a pesar de que el comandante de la OTAN haya pedido disculpas y anunciado que Washington colaborará con el Gobierno afgano en la investigación para esclarecer lo sucedido. Las protestas de ayer terminaron con la muerte de 16 personas. La Policía tuvo que abrir fuego al aire para dispersar a cientos de afganos que intentaron entrar a la fuerza en una base estadounidense, ubicada al este del país. La Embajada de Estados Unidos en Kabul tuvo que cerrar sus puertas mientras se repitieron las protestas a lo largo del país. En un comunicado, desde la legación que representa a Washington, se indicó a los ciudadanos estadounidenses que «la embajada está cerrada. Se suspenden todos los viajes. Por favor, que todo el mundo se ponga a salvo», se concluyó.
Más tarde se hizo circular un comunicado en el que se pidió a los estadounidenses que evitasen las áreas frecuentadas por occidentales. «Recordamos que las pasadas manifestaciones en Afganistán se han convertido en ataques violentos con objetivos occidentales», explica la nota.
Alerta tras el rezo semanal
Aún así, los militares de la OTAN y el Consejo de Seguridad Nacional de Washington están pendientes de lo que ocurra tras las oraciones de hoy, día santo en los países musulmanes. Las manifestaciones podrían ser mayores una vez que miles de hombres varones salgan en masa de las mezquitas. Y hoy podrían invadir las calles en busca de venganza después de haber cumplido con sus rezos.
El incidente de la quema de coranes también fue aprovechado por los talibanes. Los extremistas religiosos pidieron a los afganos que atacasen las bases militares extranjeras y golpeasen y matasen a los ciudadanos occidentales en represalia por el trato dispensado en el principal recinto de la OTAN al libro sagrado musulmán.
«Tenemos que matarlos, pegarlos y capturarlos para darles una lección que les hará no querer volver a profanar el santo Corán de nuevo», decía un nota difundida por los talibanes a través de un correo electrónico.
Manning, ante el consejo de guerra
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