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domingo, 6 de noviembre de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-MIEMBROS DE LAS FARC AYUDARON AL EJERCITO COLOMBIANO A ACABAR CON ALFONSO CANO





Una guerrilla tocada, pero no hundida

Los analistas no ven un final cercano del conflicto, aunque sí una crisis de liderazgo

«Este es el golpe más importante contra las FARC. Quien lo reemplace (a Cano), no va a tener esa capacidad de mando de control sobre las FARC. Reitero el mensaje de que se desmovilicen (…). Aunque el diálogo con las guerrillas no está cerrado, necesitamos unas señales muy claras, que cese el terrorismo», dijo ayer por la tarde el presidente Juan Manuel Santos, visiblemente satisfecho con la muerte de Cano. Las FARC, en un comunicado emitida la noche del sábado, descartaron su desmovilización. "Hay una política trazada y esa es la que se continuará", advirtió la jerarquía guerrillera, según recoge EFE.

Desde su fundación en 1964, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia siempre se han esforzado por presentarse como un ejército revolucionario disciplinado. Pero los últimos golpes han mostrado traiciones, divisiones, vulnerabilidad.

Pese a que hoy son menos hombres alzados en armas —de 16.000 hombres que tenían a finales de los noventa se calcula que hoy son menos de 10.000— y a que ejecutan golpes menos visibles, los analistas no creen que la muerte de Cano indique el fin inminente del conflicto armado.

Varios ejemplos recientes. En la última semana de octubre, cuando se estaban eligiendo gobernadores y alcaldes, emboscadas guerrilleras en varios lugares del país dejaron 23 soldados muertos. Según un informe de la corporación Nuevo Arco Iris, una ONG colombiana crítica de las políticas gubernamentales, en el primer semestre de 2011 las FARC llevaron a cabo 1.115 acciones armadas, un incremento del 10 por ciento frente al mismo periodo en el año anterior. En las elecciones pasadas hubo 88 candidatos amenazados, 41 asesinados, un aumento del 52 por ciento con respecto a las elecciones del 2007.

Por eso, a la hora de los balances, la conclusión es una sola. Las FARC están muy vivas y las cifras así lo demuestran. En 2010 se registraron 1.947 hechos armados, una cifra levemente inferior a los 2.063 enfrentamientos del año 2002, el apogeo de las FARC.

Pactos con el crimen
Varios analistas han advertido que, además de mantener su propia capacidad militar, sectores de las FARC han hecho alianzas tácticas con las llamadas BACRIM (Bandas Criminales) emergentes, para seguir en operaciones de narcotráfico, cuyos ingresos siguen alimentando el conflicto armado.

Lo que sí está claro es que con esta muerte las FARC entran en una profunda crisis de liderazgo. Según el analista Alfredo Rangel «cualquiera que sea el relevo no va a tener la legitimidad necesaria. No creo que quien asuma la comandancia de la guerrilla pueda lograr en corto plazo colmar las expectativas de erigirse como jefe máximo. Ninguno de los guerrilleros que pueden suceder a Cano —ni Márquez ni Timochenko— tienen el ascendiente dentro de ese grupo guerrillero».

Mientras tanto la iglesía católica, que ha sido tan activa en las negociaciones de paz, le pidió al gobierno aprovechar la crisis para sentarse a hablar.«Cano era una persona que había dado señales de querer un acercamiento con la actual administración, pero que con su muerte se cierra esta posibilidad», opinó el padre el padre Darío Echeverry .

Vendedor de pesadillas bélicas

Alfonso Cano, líder de las FARC abatido

Guillermo León Sáenz Vanegas, alias «Alfonso Cano», fue un niño con suerte en América Latina.

De padre agrónomo y madre profesora, Saénz pudo ir a buenos colegios y vivir en el exclusivo barrio Santa Bárbara, de Bogotá. Nació el 22 de abril de 1948 y estudió Sociología. Fue miembro de Juco (la Juventud Comunista colombiana), luego del Partido Comunista, y terminó como clandestino en la guerrilla de las FARC. Considerado el principal ideólogo político de esa organización tras la muerte de Jacobo Arenas en 1990, «Cano» se encargó de instruir a los cuadros de la organización.

El inicio de su militancia transcurrió en Bogotá, donde fue capturado durante un allanamiento de su casa en 1981, cuando gobernaba el presidente Turbay Ayala. Permaneció en prisión poco más de 18 meses y luego se acogió a la amnistía decretada por la administración de Belisario Betancur. Cano, sin embargo,optó por incorporarse a la lucha armada.

Con sólida formación académica, a diferencia de la mayoría de líderes de las FARC, «Cano» fue elegido para negociar la paz durante las conversaciones de Tlaxcala, en México, durante el gobierno de César Gaviria, en 1991. En ese momento, el líder de las FARC reiteraba que la guerrilla todavía podía llegar al poder a través de la lucha armada.

Tras años de ausencia, «Alfonso Cano» reapareció como negociador en los diálogos impulsados por el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), cuando se desmilitarizó un territorio del sur para negociar de nuevo.

Estas conversaciones fracasaron estrepitosamente lo que facilitó la llegada de Álvaro Uribe, cuyo padre había sido asesinado por las FARC.

Con Uribe se polarizó el conflicto. «Cano» se concentró en dirigir el llamado Bloque Occidental, que ejerce influencia en el Macizo colombiano y en la zona selvática aledaña al nevado del Huila. Por él EE.UU. ofrecía cinco millones de dólares de recompensa para juzgarle por cargos de de narcotráfico.

Fuente Diario "ABC"


Miembros de las FARC ayudaron al Ejército colombiano para matar a Cano

-La operación se inició hace tres años y en ella participaron 7.000 militares

-La zona de la captura es inhóspita, tres jóvenes soldados murieron
de hipotermia y dos más al caer a un precipicio


La zona en la que ha sido abatido Alfonso Cano, el número uno de las FARC, es de una belleza imponente, pero también el escenario más inhumano para pelear. Se trata de un macizo montañoso en el sur de Colombia de verdes intensos, humedad permanente y temperaturas que en ocasiones pueden caer hasta los cinco grados bajo cero. Por eso, tras herirlo en un bombardeo, los militares tardaron siete largas horas para tenerlo en la mira y concluir su misión.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha confirmado este sábado que "gente dentro de las FARC" ayudó a la "impecable" operación militar. Odiseo, que así se llama la operación, "se inició alrededor del 15 de octubre (...) con inteligencia de diferentes fuentes, con la colaboración de gente dentro de las FARC", ha explicado Santos en Popayán, la capital de la región en la que murió el líder insurgente. "Nuestras Fuerzas Armadas fueron planeando lenta, pero seguramente, lo que ayer [por el viernes] ejecutaron de forma impecable", agregó el gobernante durante una rueda de prensa en una guarnición militar de esa ciudad, a la que viajó a primera hora de hoy.

Horas antes, al dar el parte de victoria después de la medianoche, el presidente había exclamado: “Es un día muy importante para Colombia”. “Es el golpe más contundente dado a las FARC en toda su historia”. En efecto, Cano era la pieza fundamental de este grupo que llegó a poner contra la pared al Estado, pero que ahora encadena derrotas tras derrotas.

De 63 años de edad, Cano no se dio nunca por vencido como lo ratificó en su día final ante sus adversarios. Con base en unas pacientes y exitosas tareas de inteligencia, éstos localizaron su campamento en la espesura de la vegetación. “Lo tenemos”, informó uno de los pilotos a su comandante que de inmediato pidió autorización a Bogotá para bombardear.

Cano sintió la envergadura del ataque pero mantuvo la frialdad para ordenar la retirada. Estaba muy cambiado pues se había quitado su espesa barba que lo identificó en sus 33 años de vida armada. Un comando de fuerzas especiales logró alcanzar a miembros de su guardia pretoriana que sabían que tenían que dar la vida antes de permitir su muerte o captura.

El grupo era reducido, pues aunque en la operación iniciada hace un poco más de tres años participaban casi 7.000 militares, cualquier movimiento debía hacerse con el sigilo de un lince. El frío y las minas antipersona que las FARC siembran en puntos estratégicos, no solo le han cerrado el camino a los militares, sino que les ha causado numeras bajas. De hecho, este sábado trascendió que en esta búsqueda tres jóvenes soldados murieron de hipotermia y dos más al caer a un precipicio.

Por eso desde hace cinco meses, cuando había información certera de la ruta que llevaba, había que extremar las precauciones. En esa fecha se llegó a uno de sus campamentos. Diez minutos antes de que llegaran las tropas al lugar, Cano había estado allí. Esto llevó al presidente Santos a informar que le estaban “pisando los talones”.

Consciente de sus dificultades, Cano se mimetizó en un área selvática a esperar el agotamiento de los militares. Estos, sin embargo, no dieron su brazo a torcer y trazaron un círculo en un área de varios municipios que le impediría salir a los departamentos de Cauca y Huila, en el suroccidente colombiano, una zona donde las FARC se mueven como pez en el agua por la experiencia acumulada de varias décadas de lucha.

El viernes las fuentes de inteligencia procedieron a informar su localización exacta. Vino un bombardeo en el que se capturó al guerrillero ‘Indio Efraín’. Aunque el año pasado ya habían dado muerte a por lo menos cuatro de sus hombres más cercanos, las tropas entendieron que ahora sí estaban realmente cerca porque este era uno de los hombres de más confianza, al punto que lo había nombrado jefe de su seguridad personal.

Es el golpe más contundente dado a las FARC en toda su historia”

Juan Manuel Santos

Tras el cruce de disparos, se envió más tropa y al ingresar a lo que había sido un improvisado campamento se encontró el cuerpo de El Zorro, encargado de comunicaciones desde hace 14 años en las FARC. Para una guerrilla que sufre el más implacable acoso, se puede perder cualquier unidad pero no el radista, porque este es quien sirve de vaso comunicante con el resto de militantes. Sin él, Cano estaba condenado a extraviarse sin saber para dónde tomar. En medio de la inspección las tropas encontraron una billetera personal de Cano, siete computadores, 39 memorias USB, 24 discos duros, dos ametralladoras y 194 millones de pesos en moneda nacional, dólares y euros.

La satisfacción entre los militares fue grande porque en el pasado el decomiso de los ordenadores de Raúl Reyes –muerto en un bombardeo en Ecuador (1 de marzo de 2008) y Jorge Briceño alias Mono Jojoy –también caído en otro bombardeo en las selvas del oriente colombiano (22 de septiembre de 2010), permitió penetrar en el cerebro de las FARC, lo que las debilitaría aún más.

Sin embargo el mayor tesoro, aunque de gran valor estratégico, no eran en ese momento los ordenadores, sino algo más simple y preciado para Cano en una fuga donde la neblina dificulta la visibilidad: sus gafas.

El día pasó con gran tensión en tres escenarios distintos. En el escarpado terreno del municipio caucano de Suárez donde Cano, el marxista puro a quien el presidente Álvaro Uribe definió como el “filósofo del terrorismo”, huía; en Bogotá, donde el joven ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón (39 años), acompañado de toda la cúpula militar, daba instrucciones; y en la costa Caribe en la que el presidente Juan Manuel Santos, recibía los datos.

A las dos de la tarde, la emisora W Radio dio un extra con la información. El revuelo fue general porque se trataba del más importante guerrillero de las FARC, no solo por su liderazgo, sino por su altísima formación académica. Cano era el marxista más preparado en Colombia en la historia de la lucha armada en este país y el de mayor visión política. Tanto, que en los fracasados diálogos de paz en el Caguán (1998-2002) creó el Movimiento Bolivariano, una organización política que le serviría de instrumento para la paz o sería la plataforma para la guerra. Todo dependía del resultado. Como las conversaciones fracasaron, el movimiento pasó a ser clandestino y Cano trazó las pautas a seguir a su nuevo aparato ideológico. Entretanto, lideró al interior de las FARC el plan Renacer para volver a tomar oxígeno. Toda la política giraba en torno a él.

El ministro de Defensa tuvo que salir en la noche a aclarar algunas de las informaciones que daban cuenta de la baja de Pacho Chino, el hombre más cercano a Cano. Al hacerlo, en los medios de comunicación el frenesí bajó. Y se creyó que de nuevo el esfuerzo se había perdido. Sin embargo, a esa misma hora los militares ya habían recogido un cuerpo que por sus características físicas coincidían con las de Cano. Fue llevado en helicóptero a la ciudad de Popayán. De allí lo trasladaron en una ambulancia a Medicina Legal en donde se hicieron las pruebas dactilares. Sí. Era Cano. Sin embargo, el Gobierno ordenó repetir los exámenes para evitar cualquier equívoco. A las diez de la noche ya no había dudas y la noticia corrió como la pólvora.

En un viernes donde los informativos de la noche tienen poca audiencia porque la gente está de fiesta, todos se volcaron en la televisión. El parte de victoria lo dio el propio presidente Santos a la medianoche, una hora absolutamente inusual, aunque en esta ocasión era seguido por todo el país.

Este sábado, miles de colombianos sacaron banderas y el eco de los vivas al Gobierno y al Ejército se podían escuchar con nitidez. Aunque Cano decía que representaba al pueblo, su vida había terminado en medio del rechazo general porque los medios usados para alcanzar el poder generaron una espiral de violencia dolorosa. Sin embargo, aunque muchos creen que hoy se respira un aire mejor en el país, también es cierto que en este momento alrededor de 8.000 hombres de las FARC armados, pero sin un líder que les diga qué hacer.

Fuente Diario "EL PAÍS"


Medios afines a las FARC niegan que haya llegado el fin de la lucha armada

La lucha armada de las FARC se mantendrá en Colombia a pesar de la muerte de 'Alfonso Cano', alias del jefe máximo de la organización guerrillera, según sostiene una agencia informática de noticias afín a los insurgentes.

En una nota difundida por su sitio en internet, la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), con sede en Estocolmo, recomendó a la "oligarquía" de este país andino que no se llame a engaños con la desaparición del líder rebelde, caído el viernes en combate.

"Las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo) son hoy por hoy un partido comunista alzado en armas, y por ende un proyecto colectivo de resistencia", consideró el mismo medio, que suele difundir documentos de los guerrilleros y sobre la confrontación interna, de casi medio siglo.

Según Anncol, "cuando lo colectivo existe, la ausencia de uno de sus miembros no afecta la esencia y la matriz que le da vida, sobre todo cuando las causas objetivas que han generado el conflicto siguen perpetuándose en el tiempo".

"No es matando insurgentes como se acaba la rebeldía de un pueblo que clama justicia social", consideró la agencia informática tras admitir que la dinámica de la guerra es de golpes militares de ambos lados y que la muerte es inherente a un conflicto sangriento.

En este sentido, Anncol se lamentó de que 'Alfonso Cano' haya recibido la muerte como respuesta a su invitación a la búsqueda de una salida negociada del conflicto.

El jefe guerrillero "pidió hasta la saciedad la salida política" y "la oligarquía respondió, como lo ha hecho en todos estos años de historia reciente, con el lenguaje de las bombas y su verbo de terror", añadió la misma fuente.

'Alfonso Cano', alias del antropólogo Guillermo León Sáenz, a la cabeza de las FARC desde mediados de 2008, murió el viernes por la noche en una zona montañosa del suroeste colombiano por la que huía de una gigantesca operación de las fuerzas de seguridad.

Su familia exige un 'trato digno' del cadáver
Mientras el cuerpo de Guillermo León Sáenz, alias 'Alfonso Cano', es trasladado a Bogotá, sus familiares exigieron que se le dé un tratamiento digno al cadáver del líder abatido durante la 'Operación Odisea' realizada el viernes por las fuerzas militares de Colombia en el sureño departamento de Cauca.

En el texto de cuatro puntos, reiteran como familia Sáenz Vargas el llamado a la paz y piden a las autoridades, en especial al presidente Juan Manuel Santos, permitir dar digna sepultura a 'Cano' para lo cual están dispuestos a realizar los trámites necesarios.

Finalmente agradecen a los medios de comunicación por respetar y comprender su privacidad "en este momento tan difícil".

Los padres de "Cano" murieron en los años anteriores, por lo que su familia está compuesta por cuatro hermanos.

Fuente Diario "EL MUNDO"


La lucha armada de las FARC se mantendrá en Colombia a pesar de la muerte de 'Alfonso Cano', alias del jefe máximo de la organización guerrillera, según sostiene una agencia informática de noticias afín a los insurgentes.

En una nota difundida por su sitio en internet, la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), con sede en Estocolmo, recomendó a la "oligarquía" de este país andino que no se llame a engaños con la desaparición del líder rebelde, caído el viernes en combate.

"Las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo) son hoy por hoy un partido comunista alzado en armas, y por ende un proyecto colectivo de resistencia", consideró el mismo medio, que suele difundir documentos de los guerrilleros y sobre la confrontación interna, de casi medio siglo.

Según Anncol, "cuando lo colectivo existe, la ausencia de uno de sus miembros no afecta la esencia y la matriz que le da vida, sobre todo cuando las causas objetivas que han generado el conflicto siguen perpetuándose en el tiempo".

"No es matando insurgentes como se acaba la rebeldía de un pueblo que clama justicia social", consideró la agencia informática tras admitir que la dinámica de la guerra es de golpes militares de ambos lados y que la muerte es inherente a un conflicto sangriento.

En este sentido, Anncol se lamentó de que 'Alfonso Cano' haya recibido la muerte como respuesta a su invitación a la búsqueda de una salida negociada del conflicto.

El jefe guerrillero "pidió hasta la saciedad la salida política" y "la oligarquía respondió, como lo ha hecho en todos estos años de historia reciente, con el lenguaje de las bombas y su verbo de terror", añadió la misma fuente.

'Alfonso Cano', alias del antropólogo Guillermo León Sáenz, a la cabeza de las FARC desde mediados de 2008, murió el viernes por la noche en una zona montañosa del suroeste colombiano por la que huía de una gigantesca operación de las fuerzas de seguridad.

Su familia exige un 'trato digno' del cadáver
Mientras el cuerpo de Guillermo León Sáenz, alias 'Alfonso Cano', es trasladado a Bogotá, sus familiares exigieron que se le dé un tratamiento digno al cadáver del líder abatido durante la 'Operación Odisea' realizada el viernes por las fuerzas militares de Colombia en el sureño departamento de Cauca.

En el texto de cuatro puntos, reiteran como familia Sáenz Vargas el llamado a la paz y piden a las autoridades, en especial al presidente Juan Manuel Santos, permitir dar digna sepultura a 'Cano' para lo cual están dispuestos a realizar los trámites necesarios.

Finalmente agradecen a los medios de comunicación por respetar y comprender su privacidad "en este momento tan difícil".

Los padres de "Cano" murieron en los años anteriores, por lo que su familia está compuesta por cuatro hermanos.

MANAGUA- El ataque del Ejército comenzó contra el campamento de «Pacho Chino». Allí fue capturado el «Indio Efraín», uno de los jefes de los anillos de seguridad de «Cano». También murió «el Zorro», quien llevaba 14 años en la guerrilla, y la compañera sentimental del líder narcoterrorista. Cuando las tropas de las Fuerzas Especiales inspeccionaban la zona, encontraron una billetera, unas gafas, siete ordenadores, 39 memorias USB, 24 discos duros, dos ametralladoras y 194 millones de pesos, dólares y euros.

Fuentes militares consultadas por LA RAZÓN confirmaron que el ataque al campamento de «Cano» se dio en la madrugada del viernes, cuando las tropas de las Fuerzas Especiales rodearon el refugio. Primero dispararon a discreción, y al ver que los guerrilleros no reaccionaban, utilizaron la estrategia de abandonar el lugar durante dos horas. Esperaron a que los insurgentes salieran de «la cueva» para atacar de nuevo con mayor fuerza. «Cano» cayó en este segundo ataque. Horas antes de ser liquidado, el máximo jefe de las FARC había logrado sobrevivir a un bombardeo de la Fuerza Aérea. Se salvó ya que el impacto no dio en la casa donde él estaba. Pero la buena suerte se le acabó en ese momento.

A las ocho de la noche, salió solo y caminó hacia un arroyo. Parece que se desorientó y los militares que estaban rastreando la zona lo detectaron; hubo combates entre algunos guerrilleros del cerco de seguridad de «Cano» y los militares. Las balas impactaron en el lado derecho del cuello del terrorista, en la ingle y en la cadera.

El jefe guerrillero había sido ubicado en la zona hace un mes, pero la espesura de la selva no permitía el acceso de las tropas. Aunque la historia del cerco al hombre fuerte de las FARC empezó hace cinco años, cuando el Ejército intentó romper su fortaleza; más de 60 hombres quedaron fuera de combate. En 2008 comenzó la cuenta atrás. Con 2.300 soldados se lanzó una ofensiva contra el tercer anillo de seguridad del guerrillero, el primero de una serie de golpes sucesivos contra sus estructuras.

Además de un golpe moral para sus hombres, la caída de «Alfonso Cano» supone un proceso de degradación ideológica mucho mayor. La «serpiente» agoniza, sin cabeza, y da los últimos coletazos antes de su muerte inminente. En menos de dos años, las FARC han perdido a dos de sus máximos comandantes: Jorge Briceño Suárez, alias «Mono Jojoy», abatido en septiembre de 2010, y un año después «Alfonso Cano», considerado el sucesor del legendario «Manuel Marulanda» o «Tirofijo».

Si bien la caída de «Jojoy» representó el principal trofeo de guerra, por el odio que desató este sanguinario líder guerrillero con sus secuestros, la muerte de «Cano» será mucho más significativa. Supone un golpe a la estructura de la organización justo cuando las FARC llegan a sus 50 años, más diezmadas que nunca y con menos líderes entre sus tropas. Con un claro mensaje: a este paso la narcoguerrilla no tendrá quién sople las velas.

Hay otro efecto a tener en cuenta. «Cano» agregó a esta guerrilla los componentes ideológicos, esos mismos que inspiraron a cientos de estudiantes universitarios a abandonar las aulas y adentrarse en el monte, dispuestos a empuñar las armas contra el Estado. Por aquellos días, a «Cano» le gustaba imitar en sus gestos y formas al «Che», con su barbita, la pipa y las gafas. Desde entonces, en las filas de las FARC se fundieron las líneas guerrilleras y políticas. Al desaparecer «Cano», las facciones proclives a desarrollar una acción de guerra dura se impondrán en la organización.

La guerrilla, cada vez más a la deriva, sobrevivirá únicamente como una gran industria del crimen, como un modelo sanguinario de negocio. Según el diario colombiano «El Tiempo», uno de los más probables sucesores es Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», debido a la cercanía que tenía con «Alfonso Cano» y al poder acumulado durante 34 años en las FARC; pero su largo exilio en Venezuela le puede restar autoridad sobre las tropas guerrilleras. El otro candidato fuerte es Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», supuesto cerebro de la inteligencia y de la contrainteligencia de las FARC. Los dos han mantenido contactos con ETA.

En primera persona
De comunista a pistolero
Nacido en 1948 al abrigo de una familia de clase media-alta, Alfonso Cano estudió Derecho y Antropología y militó en las filas del Partido Comunista, preludio de su etapa como pistolero de las FARC, donde destacó como ideólogo y negociador en diferentes procesos de paz que nunca cuajaron. Por delitos de terrorismo, extorsión y secuestro pesaban sobre su cabeza varias condenas a prisión, una de ellas por la ejecución de 40 de sus hombres tras un consejo de guerra. Acumulaba 226 órdenes de captura y una «circular roja» de Interpol.

Diez horas para abatirlo
«¡Quieto, levante las manos! ¡Levante las manos!». Eran las 7:19 horas de la noche del viernes (la madrugada en España) cuando un soldado de las Fuerzas Especiales colombianas dio con «Alfonso Cano» en un matorral de la selva El Chirriadero en el Cauca. El narcoterrorista no respondió a la llamada y salió corriendo tras lo cual el soldado lo abatió a tiros. «Aquí ha caído uno», dijo, y fue a inspeccionar quién era. «¡Es el blanco!». Pese a su barba rasurada, no hubo dudas. El segundo desembarco fue así el definitivo. «Cano» murió con su pistola en la mano. La operación duró diez horas.

Fuente Diario "LA RAZÓN"

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