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domingo, 13 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, DESPUÉS DE INTENSOS BOMBARDEOS, DECENAS DE REBELDES SE RETIRABAN ESTO DOMINOGO DE BREGA





Los rebeldes libios se retiran de Brega empujados por las fuerzas del régimen

Decenas de rebeldes se retiraban este domingo de la localidad de Brega, cerca de Ras Lanuf, después de intensos bombardeos de artillería por parte de las fuerzas del régimen a las puertas de esta ciudad en el este de Libia. La propia televisión estatal ha anunciado que Brega "está "limpia" de rebeldes.

Las fuerzas leales al régimen de Muamar Gadafi tomaron el control de la aldea de Al Hind, entre las ciudades de Al Aguila y Brega, y avanzaron hacia esta última localidad, ubicada a 80 km al oeste de Ajdabiya -clave para controlar las comunicaciones en la zona-, según los propios rebeldes. Sin embargo, aún aguantan algunos focos de resistencia frente a los leales al régimen, cerca de Al Bicher.

Los insurgentes -la mayoría jóvenes de unos veinte años de edad- que estaban apostados en las puertas de Brega huyeron en vehículos de transporte de baterías antiaéreas hacia Ajdabiya por la carretera costera.

Las fuerzas aéreas libias del régimeno no han intervenido en la toma de Brega. De momento no se ha podido obtener información sobre posibles víctimas.

La primera línea de batalla se ha trasladado más al este, mientras las ciudades controladas por los rebeldes han ido cayendo una tras otra a manos de las tropas del régimen.

Fuente Diario "EL MUNDO"

Una ciudad más recuperada para Gadafi. La televisión estatal Libia ha informado, citando a una fuente militar, que este domingo la ciudad de Brega "ha sido limpiada de bandas armadas" por el ejército. Según un corresponsal de la agencia France Press, decenas de rebeldes se han retirado de la ciudad después de los intensos bombardeos sufridos. La mayoría de estos insurgentes han huido hacia la ciudad vecina, Ajdabiya.

"Palmo a palmo, casa a casa, hogar a hogar, callejón a callejón, individuo a individuo". Muamar el Gadafi aseguró en una de sus recientes arengas que limpiaría Libia de rebeldes, que sofocaría la revuelta. Y en efecto, sus brigadas de soldados y mercenarios aceleraban ayer camino de Bengasi, la ciudad donde nació el alzamiento a mediados de febrero , aprovechando el dominio del aire y su aplastante superioridad en vehículos blindados y artillería. Caía la noche en esta ciudad, que pasa de la depresión a la euforia en cuestión de minutos, cuando saltó la noticia de que la Liga Árabe respaldaba la zona de exclusión aérea sobre Libia . "Nos vamos a comer a los soldados de Gadafi", decía un enfervorecido joven nada más conocer la decisión. No está nada claro que el chaval vaya a satisfacer su apetito tan rápidamente.

Las sanciones financieras y el embargo de armas -si no van acompañadas de la delicada intervención militar extranjera- que han impuesto infinidad de países eran un brindis al sol. Porque el dictador dispone de dinero y armamento para aplastar a los insurgentes. Sobre todo si es cierto lo que denunció ayer Abdelhafiz Ghoga, vicepresidente del Consejo Nacional, el Gobierno de los insurrectos: "Argelia y Siria, sintiéndolo mucho, colaboran con Gadafi en contra de nuestro pueblo. Condenamos la posición siria ante nuestra revolución". Ghoga aseguró disponer de pruebas de que el régimen argelino ha fletado vuelos a Trípoli repletos de mercenarios desde el día 18 del mes pasado. Y de que Damasco abastece de pertrechos militares a Trípoli. "Ayudadnos", suplicaban los bengasíes en una pancarta colgada en la plaza de Mahkama, epicentro del alzamiento.

Mientras, el Ejército del dictador avanzaba metro a metro hacia Ajdabiya, la ciudad que abre el camino hacia Bengasi. Solo hay arena entre ambas. Si Ajdabiya cayera, el asedio sobre la capital rebelde se precipitaría. Es un lugar estratégico porque desde esta ciudad -a 160 kilómetros al sur de Bengasi- parte una autopista hacia Tobruk, muy cerca de la frontera con Egipto. Y el control de la linde por parte de las tropas de Gadafi asfixiaría la región oriental de Cirenaica, bastión menguante de los insurgentes. No obstante, nadie tiene la certeza de que la prohibición de volar a los aviones de Gadafi revertirá la situación en el campo de batalla.

Las fuerzas armadas del déspota seguirán disfrutando, al menos a corto plazo, de una ventaja decisiva. En su arsenal abundan tanques, vehículos blindados, piezas de artillería pesada, y unas brigadas mucho mejor entrenadas que los anárquicos grupos de hombres que han venido haciendo la guerra sin mandos y sin estrategia, solo sobrados de voluntad para empuñar fusiles y para soportar cientos, si no miles, de bajas.

Los soldados del tirano, por el contrario, sí parecen contar con una estrategia. Han marchado hacia el este pausadamente mientras combatían y arruinaban ciudades en el oeste. Ya en su poder Zauiya, al oeste de Trípoli, ayer comenzaron el asalto a Misrata, 200 kilómetros al este de la capital. Y al mismo tiempo, bombardeaban con más vigor que en jornadas anteriores las poblaciones que median entre Ras Lanuf -zona de las escaramuzas más violentas- y Bengasi.

La reacción del dictador a la decisión de la Liga Árabe es una incógnita. Pero conocido que sus militares han arrasado cementerios donde habían sido enterrados muchos rebeldes, que sus tanques han disparado contra edificios de viviendas y que Gadafi ha jurado morir en Libia, es una temeridad augurar que la situación militar vaya a dar un vuelco.

Ocho claves para entender la crisis libia

La revuelta es una guerra civil en el país magrebí más rico y menos poblado

Tras Túnez y Egipto, Libia es el tercer país del norte de África que se alza contra el poder desde enero pasado. Estos son los principales factores que atizan la revuelta popular.

- ¿Cuál fue el detonante de la sublevación en Libia? La protesta había sido convocada vía Facebook para el 17 de febrero, pero se adelantó espontáneamente dos días a causa de la detención en Bengasi de Fathi Terbil, el abogado de las familias de los 1.200 reos islamistas que fueron ejecutados por las fuerzas de seguridad en 1996 en la cárcel de Abu Salim, cerca de Trípoli. En los años noventa el Grupo Combatiente Islámico Libio puso en pie una guerrilla contra el régimen de Muamar el Gadafi que fue aplastada, y muchos de sus miembros acabaron en esa cárcel de máxima seguridad.

- ¿Por qué se sublevó primero el este del país? Libia es un país compuesto de tres grandes regiones -la ubicada en el este se denomina Cirenaica- que fueron federadas por el colonizador italiano. La tribu de warfalla, la más numerosa de Libia y asentada en Cirenaica, se alió con el coronel Gadafi, pero la región, la más rica en hidrocarburos, se "considera ahora excluida del aparato del Estado y del reparto de la renta petrolera", según el investigador francés Luis Martínez. Es, además, la zona más religiosa del país. Los protagonistas de las protestas son jóvenes profesionales, empezando por los abogados, y también los islamistas.

- ¿En qué se parece y se diferencia Libia de Túnez y Egipto? Como sus vecinos, Libia es un país árabe, musulmán suní en un 97%. Está gobernado por la más férrea dictadura del norte de África, pero es también el menos poblado, con 6,7 millones de habitantes; el único que acoge inmigrantes (1,2 millones de trabajadores de otros países árabes y subsaharianos) y el más rico gracias a la exportación de hidrocarburos (1,8 millones de barriles al día antes de que estallase el conflicto). Su renta per cápita fue de 10.490 euros en 2009. La española, de 17.930.

- ¿Se trata de una guerra civil? La sublevación se ha convertido en una guerra civil, pero con matices. Es ante todo la guerra de unas fuerzas de élite, compuestas por mercenarios subsaharianos, la Guardia Revolucionaria y unidades especiales al mando de los hijos de Gadafi, y, en el otro bando, civiles convertidos en milicianos y entremezclados con los restos del Ejército convencional, mal equipado, que se unió a los insurgentes. Gadafi tiene también el apoyo de civiles, empezando por los de su propia tribu, los gadafa.

- ¿Cuánto tiempo durará? La sublevación se propagó rápidamente, pero fue aplastada en algunas ciudades incluida la capital, Trípoli. Otras ciudades que cayeron en manos de los rebeldes, como Zauiya y Ras Lanuf, han sido retomadas por los leales a Gadafi. El número de muertos supera ya los 6.000. La relación de fuerzas es favorable a Gadafi, porque, entre otras cosas, cuenta con una aviación que bombardea a los rebeldes. No parece, sin embargo, que pueda derrotar la rebelión ni que esta pueda tampoco montar una ofensiva sobre Trípoli. De ahí que el conflicto se alargue a menos que algún miembro del entorno inmediato del líder, un guardaespaldas o un familiar, le liquide. La opción del exilio de Gadafi, a Venezuela o a Zimbabue, parece poco probable porque un cambio de régimen en cualquiera de esos dos países podría provocar su entrega a la Corte Penal Internacional, que reclama al dictador y a algunos de sus colaboradores para juzgarles por crímenes contra la humanidad.

- ¿Qué puede hacer la comunidad internacional? La resolución 1970 del Consejo de Seguridad de la ONU, del 26 de febrero, impone ya sanciones al régimen de Gadafi, y la Unión Europea consagró, en su cumbre del viernes, al Consejo Nacional Provisional de Transición (CNPT), instalado en Bengasi, como su interlocutor privilegiado. Pero esas medidas apenas tienen consecuencias sobre el terreno. Si, en cambio, los cielos de Libia fuesen declarados zona de exclusión aérea, la aviación de Gadafi ya no podría atacar a los rebeldes so pena de ser derribada. EE UU, Europa y la Liga Árabe son partidarios de decretar esa zona de exclusión, pero desean que una nueva resolución le dé cobertura jurídica. China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y, por tanto, con derecho de veto, no son proclives a adoptar tal resolución.

- ¿Qué consecuencias tiene el conflicto libio para Europa y el resto de Occidente? La producción diaria de hidrocarburos de Libia ha caído un 80% y el precio del petróleo ha subido desde que estalló la sublevación. Si el país volviese a la calma, las exportaciones no podrían reanudarse al nivel anterior porque algunos terminales han sido dañados o destruidos. El enfrentamiento conlleva una crisis humanitaria. Al menos 250.000 inmigrantes han huido en tres semanas y es probable que muchos subsaharianos lo hagan cuando acabe el conflicto por temor a represalias por haber defendido a Gadafi. Una parte de ellos intentará emigrar clandestinamente a Europa.

- ¿Qué consecuencias tiene para las revoluciones árabes? Las revoluciones tunecina y egipcia tardaron menos de un mes en derrocar a los respectivos jefes del Estado. La revuelta libia dura casi un mes y está estancada. Ese parón supone un mazazo psicológico para muchos árabes que esperaban el cambio en un tercer país norteafricano.

Fuente Diario "EL PAÍS"

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