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sábado, 1 de enero de 2011

EL ACORAZADO ADMIARAL GRAF SPEE ( I I ) PARTE





El Alto Mando dispuso numerosas unidades de la Home Fleet para apostarse en los pasos entre Groenlandia, Islandia, las Shetland y las Orcadas, con la orden de abrir bien los ojos. Sin embargo, montaron guardia inútilmente, pues ninguno avistó a ningún buque de guerra extranjero. El Admiral Graf Spee y el Deutschland habían franqueado el paso y se desvanecieron en la inmensidad del océano.

Se inició la guerra y se desconocía el paradero del acorazado desaparecido. No se supo de él hasta el 30 de septiembre de 1939, cuando dos botes de salvamento alcanzaron las costas brasileñas en las proximidades de Pernambuco. Sus ocupantes refirieron que su navío, el Clement, mercante de 5.051 toneladas, había sido inspeccionado y hundido por “un gran navío de guerra alemán”.

La noticia confirmó los temores de Londres. Un corsario alemán hacía peligrosa la navegación en el Atlántico sur. Más tarde, un segundo mercante inglés fue hundido, esta vez en la ruta del Atlántico norte. Causó zozobra e inquietud la presencia de la nave corsaria en tan corto tiempo en dos puntos extremos del océano. La incertidumbre creció más cuando se supo que tres buques de carga, el Ashley (4.229 toneladas), el Newton Beach (4.661 toneladas) y el Huntsman (8.300 toneladas) habían desaparecido sin dejar rastro frente a la costa africana, entre El Cabo (Sudáfrica) y Freetown (Liberia). Era evidente que no era un solo corsario el que actuaba.
Fue necesario destacar una escuadra de vigilancia en desmedro de la flota inglesa. En total se movilizaron para esta tarea no menos de 23 navíos: cuatro acorazados, catorce cruceros y cinco portaaviones.

En noviembre de 1939, el Admiral Graf Spee apareció en el Océano Índico, hundiendo un pequeño petrolero frente a la costa de África oriental y retornó al Atlántico sur por el Cabo de Buena Esperanza, a considerable distancia de tierra. En la ruta de El Cabo a Freetown, hundió tres buques en muy poco tiempo. Pero la buena estrella del corsario alemán se torció cuando el Doric Star siguió transmitiendo, pese a las amenazas, y comunicó las coordenadas del encuentro. El 4 de diciembre se encontró con su buque de abastecimiento, el Altmark. Desde el 3 de septiembre, el Graf Spee había causado pérdidas al transporte británico por el monto de 50.000 toneladas. Comoquiera que estuviera navegando desde el 21 de agosto y las máquinas no habían cesado de funcionar, el comandante Hans Langsdorff pensó en el retorno a Alemania para poner a punto sus máquinas.

Entre septiembre y diciembre de 1939, el Admiral Graf Spee había hundido nueve buques mercantes en el Atlántico sur y el océano Índico. El capitán del Admiral Graf Spee se adhirió estrictamente a las reglas militares relativas al ataque a mercantes, poniendo a salvo a la totalidad de la tripulación de los barcos atacados. No se perdió ninguna vida en ninguno de los hundimientos. La mayor parte de las tripulaciones de los barcos fueron transferidas a su buque de apoyo, el petrolero Altmark. Más tarde, 299 miembros de las tripulaciones de los buques mercantes atacados fueron liberados por la fuerza en las aguas territoriales de Noruega, entonces neutral, por el destructor británico HMS Cossack (en lo que se conoce como el incidente del Altmark).

Cabe destacar que los POWS (prisioneros de guerra) fueron tratados con bastante consideración por parte del capitán Hans Langsdorff, y más tarde estos mismos devolvieron las atenciones cuando desembarcaron en Montevideo acompañando a los restos de los caídos en combate en el cortejo fúnebre.

Como resultado de la transmisión del mensaje del Doric Star, cayeron sobre el punto donde fue atacado dos de las nueve escuadras británicas: el Grupo H, formado por los cruceros pesados Sussex y Shropshire, y, sobre todo, el Grupo K con el crucero de batalla Renown y el portaaviones Ark Royal. Por fortuna para él, el Admiral Graf Spee había abandonado la zona del ataque.

Sin embargo, el comandante Langsdorff se equivocaba cuando supuso que todos los buques confluirían en la zona del ataque. El comodoro Harwood, jefe del Grupo G, no pensó en absoluto apartar sus naves de la zona asignada; lo conformaban los cuatro cruceros Cumberland, Exeter, Ajax y Achilles, fondeados ante el río de la Plata. Antes de poner en práctica su pensado retorno a Alemania, decidió atacar el comercio británico que hacía la ruta de América del Sur.

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