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martes, 3 de febrero de 2015

MUJERES DE "ARAMAS TOMAR"

"Armas de Mujer" por Fernando Mazarro Ciarán

Cada vez que me han silbado las balas o explotado los obuses cerca me ha aparecido en mente la pregunta: “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”” (María del Carmen Rodríguez Castaño, METP. en la Brigada Paracaidista. AGT. “Madrid”.)

Nos casamos el pasado 2 de Septiembre y a los pocos días embarcamos hacia Bosnia -explicaba Miguel Angel Salete, un artillero de 22 años-. Tanto en lo del matrimonio, como en lo del Ejército, sabía en lo que me metía”... Su mujer, Yolanda González, también soldado profesional y también estaba en Bosnia, como miembro de la “Extremadura”: “Estamos los dos en la base de Dracevo, él como conductor de blindado y yo en abastecimientos, pero no dormimos juntos; aquí sólo somos compañeros de armas” (Alfonso Rojo: “Soldadito Español”. “El Mundo”, 4 de Diciembre de 1.994.). Además de Yolanda, la extremeña casada con el cabo Salete, entre los cascos azules españoles de la “Extremadura había una treintena de mujeres. Algunas eran oficiales, pero la inmensa mayoría eran soldados: “A mí esto me llamaba desde pequeña -asegura Mari Ángeles García, quien tiene 20 años, es policía militar y conduce el Nissan Patrol cada vez que su oficial de enlace se aventura por la zona musulmana-. Al llegar a segundo de BUP., decidí que me hacía soldado profesional y aquí estoy. Mi padre nunca dice nada, pero mi madre y mis hermanos están muy orgullosos”.
Mónica Tando Fernández, asturiana de 19 años, perteneciente al Regimiento "Alcázar de Toledo" de El Goloso (Madrid). Se encargaba de los suministros de los convoyes y se había presentado voluntaria porque "disfruto ayudando a los demás. Lo difícil fue decidirse al principio, porque no sabes lo que te espera y también te cuesta mucho dejar la familia atrás. Sin embargo, es importante ayudar a los civiles, y a los españoles nos quieren mucho". Y la realidad parecía adecuarse a sus palabras, pues la población distinguía la presencia de los soldados españoles de la de los otros 35 países integrantes de UNPROFOR. ¿Forma de ser? ¿Mentalidad? Nadie atinaba a concretar el porqué, pero "se nos ha acogido con una gran simpatía y el llevar la bandera española nos abre muchas puertas, hecho que nos produce gran satisfacción".

Cabo Montaña Linda Iglesias, 20 años, conductora de VEMPAR. destinada en la Agrupación de Transportes Nº 1 de Canillejas: "Al principio, mi familia decía que estaba loca, pero el trabajo es reconfortante"…
María Ángeles Monasterio Alegre y su tocaya María Ángeles Alcalá del Águila, destacadas en Divulje, ambas pertenecientes a la Brigada Paracaidista, pero en Bosnia, encargadas de la Estafeta (paquetería, cartas y carga y descarga de los aviones). Se les echaba en cara que solamente se habían tirado ocho veces en paracaídas, pero esas ocho veces eran muchísimas más que las que se había lanzado al vacío alguno de sus detractores. 19 y 20 años, respectivamente, "casi del colegio al batallón" (Belén Sánchez: "La Vida de las Españolas que Trabajan en la Reconstrucción de Bosnia". "Tiempo" Nº 663 -16 de Enero de 1.995-), como la Policía Militar María Ángeles García Tardío, destinada en Medjugorje, o su compañera -la única en funciones de PM. en el Cuartel General de la Agrupación- Esther Fernández Mir.

María Vicenta García, teniente médico también destinada en el HQ. español, pero esta vez en el Puesto de Socorro. Era una de las tres oficiales de la AGT.: "Estamos aquí para una labor muy seria, hay personas que están exponiendo su vida. Hablar de noviazgos y no de la gente que trabaja a 15 grados bajo cero durante una semana para construir una carretera o para llevar agua a un pueblo me parece una frivolidad". Pero es que en Hispania somos así de frívolos: Mientras ellas peleaban y sufrían y trabajaban a 15 grados bajo cero, en España se continuaba preocupados por la liga de fútbol por el precio de la gasolina…
Por curiosa que pueda parecer, las 44 mujeres que estaban integradas en esta Agrupación -que cargarían munición, conducirían BMR.’s, servirían una ametralladora pesada del calibre 50 (12´70 hispano), realizarían controles de registro o vigilarían un puente igual de bien, o mejor, que el resto de sus 1.333 compañeros masculinos- parecían tener las cosas sumamente claras... Excesivamente claras, aun llevando solamente cuatro meses de mili: "No nos mandan, hemos venido voluntarias. Nosotras somos profesionales del Ejército. Aquí estamos ayudando mucho, aprendes de verdad lo que cuesta vivir, conseguir algo de comer, ver gente como tú pegándose por la comida. Sientes lo ridículo que es a veces en España. A mucha gente le haría falta venir aquí. Aprendes a llevar siempre caramelos para los niños porque, aún en estas condiciones, siguen siendo niños", aseguraba Susana, una sevillana de 22 años encuadrada en la Sección de Caballería, que tan pronto conducía un VEC. como vigilaba un T-55 en Jasoc, o controlaba las posiciones de artillería en Obradovici, cerca de la ZDM. "Yo estoy con mi unidad en un blindado, controlando el paso en el pontón de Bijela. Cada misión dura seis días. A veces estás de patrulla a las tres de la mañana, con niebla, y tienes que ir guiando el BMR. con la linterna". Como ella, su compañera Esther Vallespín, de 19 años, conductora de BMR. destacada en Mostar Este, también solía pasar un par de días patrullando por el bulevar, compartiendo el estrecho interior de los blindados con uno o varios hombres, pero "llevamos juntos desde que la Agrupación empezó a entrenarse en el mes de Julio, y tenemos buena relación de compañeros".
 
Así eran esas guerreras -“hechas para dar la vida y no para combatir en primera línea”, como en trasnochadas declaraciones afirmó el ex primer jefe de la FAR., teniente general Agustín Muñoz Grandes (el Tte. General sostenía que no era partidario “de meter mujeres en unidades de combate de primera línea. Al ser que está hecho para dar la vida le ponen en la desagradabilísima tarea de matar”. No obstante, añadió que “las mujeres lo están haciendo bien, y no aprecio ninguna pega a que, en un futuro, reformando la Constitución, una mujer pueda ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas)-, con la cabeza muy fría y una gran madurez, a la par que un desbordado ánimo. El coronel García Almenta afirmaba que las mujeres de su AGT. realizaban una labor "magnífica y desempeñan las mismas funciones que los hombres. Si la mujer tiene una menor capacidad física respecto al hombre, lo suple con un mayor coraje y con ese estímulo que tienen las mujeres de no verse superadas por el hombre. Por otra parte, a igualdad de edad, la mujer está mucho más formada que el hombre y esto hace que le den un aire de mayor seriedad al trabajo" (Belén Sánchez: "La Vida de las Españolas que Trabajan en la Reconstrucción de Bosnia". "Tiempo" Nº 663 -16 de Enero de 1.995-). Además, añadía que ellas se esforzaban mucho más, como si compitieran con el resto -opinión que era compartida por todas ellas-: "Como que es verdad -apostillaba enfurecida María (20 años, Badajoz), de Infantería-. Si eres chica, como se te nota más, o eres perfecta y te matas o siempre te van a soltar lo de "Claro, vosotras...". Pero a un soldados normal, un chico, ya sabe, cuando se escaquea nosotras no le decimos: "Claro, hombres teníais que ser..."".
 Una carta para mamá de su pequeña… Llévala a mi casa, cartero.
Querida mamá:
Tu princesa guerrera está lejos de casa… Este país es muy extraño… Os echo tanto de menos…
Sé que lloras mamá… No llores, no me gusta verte triste… Sabes que estoy aquí cumpliendo con mi deber… Sabes que lo hago por amor a mi patria…
Sabes que a miles de kilómetros de casa nunca podría olvidaros… Os tengo siempre cerca… En mis pensamientos cada día… Os quiero tanto…
Aquí nos necesitan, mamá… Venimos a traerles la paz… En ningún sitio como en casa, pero aquí me tratan bien… Somos una gran familia…
A veces estoy triste, mami… Pero siempre hay pequeñas cosas que me hacen sonreír…
Papa y tú me forjasteis como persona… Me enseñasteis los valores de la entrega, el sacrificio, la lealtad y la obediencia… Mamá no llores, solo soy como me habéis enseñado… ¡¡Soy SOLDADO!!
Sé que nada aliviara tu pena, ese dolor de una madre que temerosa ve partir a su hija hacia un extraño país… Pero siéntete orgullosa, mamá… Porque soy como me habéis hecho… Soy el vivo reflejo de papá, del abuelo…
No soy más que otro NAVARRO entregado al servicio de su nación… No soy más que la fiel imagen de lo que se me ha inculcado…
El tiempo pasa rápido aunque los días se me hacen eternos, pero cuento cada uno de ellos, cuento los minutos que me quedan para volver con vosotros…
Mira, mamá… Te llaman… Nena para mami, nena para mami, ¿me recibe? Cambio.
Informo que camino hacia casa…
Bueno, mamá, te dejo… He de ir a hacer lo que me habéis enseñado… He de ir a cumplir con mi deber… Dile a papá y a mi hermana que los quiero… Un beso… Tu princesa” (Soldado Cristina Diz, perteneciente a la Agrupación de Apoyo Logístico XLI de Zaragoza: “Carta Para Mami”, 14 de Enero de 2.009. “Mami ésta es la respuesta a tus cartas, a tus paquetes, a todo el cariño enviado por correo que recibí durante los cuatro meses que pasé en el Líbano. Con todo el amor de tu agradecida hija. Os quiero...).

Pero si algo era digno de elogio era el compañerismo que profesaban hacia sus colegas del sexo opuesto -"Son estupendos (comentaba Esther Fernández), el ambiente es fenomenal. No nos sentimos solas ni desplazadas ni infravaloradas, más bien todo lo contrario. Sinceramente yo me llevo mejor con los hombres que con las mujeres y cuando tengo algún problema lo consulto con alguno de mis compañeros"-, aunque alguna de ellas se exaltase: "Mire, a mí me encañona un serbio de estos y me lo llevo por delante antes de que se entere", declaraba con rotundidad Rocío. María Luisa, una pacense de 25 años encuadrada en Ingenieros, trataba de arreglar el rapto de euforia de su amiga: "A mí es que me hieren a un compañero y yo no me lo pienso, salgo y disparo al que sea... Hombre, ya está bien, estás aquí ayudando". "Hay varios pasos -suavizaba Susana-. Tienes que intentar convencerlos y luego avisar; y luego, si no, montar el arma. Si la has montado es porque vas a disparar: Se supone que el otro se tiene que asustar".
¿Y si no se asusta?

"... Entonces tienes que tirar al aire, y ahí ya se tiene que asustar. Pero si te tira él, entonces ya le puedes tirar tú sin avisar".

"Ya, es lo que dice el reglamento, ahora que yo ante la duda salgo adelante a ráfagas, fijo -tercia de nuevo Rocío-. Sí, yo no esperaría tanto".

"Ni yo".

"Hombre, yo es que estoy en Telecomunicaciones", se excusaba María.

"Ya, pero es que si no llevas todas las de perder"... Las cascos azules se atropellaban entre ellas. "Aunque las más de las veces te encañonan para quedarse contigo, para hacerse los machos, pero vamos, conmigo que no jueguen...".
 
 

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