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miércoles, 12 de noviembre de 2014

GRAN BRETAÑA HONRA A SU CAIDOS EN LA GRAN GUERRA

Amapolas rojas en el Cenotaph

Por: | 08 de noviembre de 2010
Poppy Cuando llegan los primeros fríos del otoño, a finales de octubre, se empieza a ver a muchos británicos luciendo en la solapa una extraña figurita de papel, algo parecido a un huevo frito pero con la clara de color rojo y la yema de color negro. Pero ni es un huevo frito ni tiene nada que ver con la llegada del frío: es la representación de una amapola y su objetivo es recordar a los soldados caídos en el campo de batalla y ayudar a aquellos que han vuelto de él con el cuerpo tullido o la mente alterada. Es una de las varias maneras en que los británicos celebran el Día del Recuerdo, el Remembrance Day, en memoria del 11 de noviembre de 1918, el día en acabó la I Guerra Mundial. Tras cuatro días de conversaciones secretas en un tren estacionado en un bosque de Compiègne, en la Picardía francesa,Francia y Alemania firmaron el armisticio en presencia del mariscal Foch y del general Weygand. Eran las cinco de la mañana y se acordó que el acuerdo entrara en vigor a las 11 de la mañana de ese día 11 del mes número 11 del año.


¿Qué tienen que ver las amapolas con la I Guerra Mundial? Los campos de batalla de Bélgica y del norte de Francia, convertidos en lodazales sin cultivar, vieron cómo germinaban cientos de miles de semillas de amapola que dormitaban desde hacía años en el subsuelo. La explosión de frágiles amapolas, de hojas rojas y botón negro, fue especialmente espectacular en los campos de Ypres, una población de Flandes que vivió tres batallas decisivas. Fue la segunda, con resultado calamitoso para los aliados, la que inspiró a un soldado canadiense, el comandante John McCrae, un poema que pasaría a la historia: "En los Campos de Flandes"  (Download John McCrae), en el que se establece para siempre el vínculo simbólico entre los horrores de aquella guerra y los campos teñidos con el rojo de las amapolas.

Poppy fields Flanders

McCrae murió en enero de 1918, pero su poema inspiró a una mujer de Georgia (Estados Unidos) llamada Moira Michael, la primera persona que utilizó una amapola para conmemorar el armisticio y que propuso en otro poema honrar a los muertos con amapolas rojas (Download Moira Michael). La idea caló de inmediato y la Legión Británica la hizo suya en 1921. Desde entonces, esta asociación de ex combatientes, cuyo lema es "Recuerda a los muertos pero no te olvides de los vivos", produce cientos de miles de amapolas de papel: no tienen precio, cada uno paga la voluntad. Este año esperan recaudar 36 millones de libras (41,5 millones de euros).


Las amapolas son solo una parte del ceremonial anual de conmemoración del armisticio. En mayo de 1919, un periodista de Melbourne llamado Edward George Honey publicó una carta en el London Evening News proponiendo que cada 11 de noviembre se honrara a los muertos de aquella sangrienta guerra, en la que murieron 10 millones de soldados y 1,5 millones de civiles, con dos minutos de silencio. El rey Jorge V se sumó a la propuesta y el 7 de noviembre de ese año hizo un llamamiento "para que cese la locomoción de forma que, en perfecto silencio, los pensamientos de cada uno puedan concentrarse en un recuerdo reverente a los gloriosos muertos".

Queen_cenotaph-231x300 Son dos minutos de silencio marcados al principio y al final por una solitaria corneta entonando "The Last Post", el último correo, y suponen quizás el momento cumbre de las celebraciones que cada año preside la reina Isabel II ante el Cenotaph de Londres, el monumento a los caídos que se levanta en Whitehall, el corazón de la Administración británica, siempre en el domingo más cercano al 11 de noviembre.Este año es el domingo que viene, día 14.

La amapola es utilizada por mucha gente de la calle, pero sobre todo por los personajes públicos y en particular quienes salen por televisión: políticos, periodistas,empresarios, futbolistas, cantantes y famosos de todo tipo. De alguna manera se ha convertido casi en una obligación lucirla, para no quedar mal. Especialmente los extranjeros conocidos que viven en el Reino Unido. El español Rafa Benítez se la colgaba en la solapa cuando entrenaba al Liverpool y Arsène Wenger, el francés alsaciano que entrena al Arsenal, también la lleva. 

Precisamente por eso, por la creciente presión en favor de lucir la amapola, hay también un cierto movimiento de contestación. Jon Snow, el más famoso y popular presentador de informativos de Channel 4, ha denunciado desde hace ya unos años el "poppy fascism", el "fascismo de amapola", y se ha negado a ponérsela en televisión por lo que tiene de imposición, no porque esté en contra de lo que representa. No le faltan defensores.

Otros sí están en contra. En Irlanda del Norte los católicos han renegado de ella por considerar que es una representación del patriotismo británico. Y muchos pacifistas ven en la amapola roja uan exaltación del militarismo. Ya en 1926 se intentó lanzar el uso de una amapola blanca como alternativa pacifista a la amapola roja. La Legión Británica, sin embargo, rechazó en 1933 y de nuevo en 1988 la amapola blanca y se ha negado incluso a aceptar donaciones procedentes de amapolas blancas por considerar que son un insulto a los ex combatientes. No deberían ponerse demasiado nerviosos: este corresponsal no ha visto jamás una amapola blanca...

 

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