Las tropas británicas abandonan Afganistán cuando crece la inseguridad en la zona
Soldados británicos se preparan para abandonar Helmand al concluir su misión en Afganistán REUTERS
La Union Jack fue suplantada por la bandera de Afganistán y el último generador británico enmudeció. Camp Bastion, el fortín de la provincia de Helmand que albergó a 28.000 soldados de la coalición y que llegó a ser el quinto 'aeródromo' británico en todo el mundo por su tráfico aéreo, ha sido cedido oficialmente a las autoridades locales en una ceremonia que marca el punto final de la participación del Reino Unido en la guerra de Afganistán.
Al cabo de 13 años, con 453 muertos de uniforme en el conflicto abierto contra los talibán, la opinión pública británica cuestiona a estas alturas el esfuerzo dedicado a la guerra, mientras cunde la preocupación en Kabul por los recientes ataques con cohetes que se cobraron al menos un muerto durante el fin de semana.
Durante las últimas tres noches, coincidiendo con el repliegue británico, al menos tres cohetes cayeron sobre los barrios de Shash Darak y de Wazir Muhammad Akbar Khan. El impacto de los dos primeros se sintió incluso en el palacio presidencia de Kart-e-Ariana-
El mandatario afgano Ashraf Ghani ha dado instrucciones para reforzar las seguridad y poner en marcha una nueva estrategia para proteger la capital y sus alrededores. En ausencia de "una clara definición de cuáles son los enemigos de Afganistán", sus críticos aseguran que la actual política está sirviendo para "empoderar a los talibán" coincidiendo con la partida de los últimos efectivos de la coalición.
El presidente Obama anticipó la retirada de las últimas 37.000 tropas norteamericanas y de la coalición para finales del 2014. Lo ocurrido en Irak ha obligado sin embargo al Pentágono a replantear la estrategia y considerar la posibilidad de dejar en Afganistán una "fuerza residual", junto a los efectivos que seguirán entrenando al ejército local durante un tiempo indefinido. Gran Bretaña también mantendrá apenas medio millar de efectivos para labores de adiestramiento, pero las fuerzas de combate -que llegaron a Afganistán en octubre del 2011- abandonarán definitivamente el país esta semana.
Camp Bastion, el fortín erigido en 2006 y en el que estuvo destinado durante cuatro meses el príncipe Enrique en el año 2012, ha quedado reducido a la condición de "campamento fantasma", a la espera de que el ejército afgano tome posiciones, aunque gran parte de las instalaciones han sido ya desmontadas.
Pero Fallon pasó por alto el fiasco a la hora de controlar las extensas plantaciones ilegales de opio en la provincia. Tampoco reconoció que, al cabo de 13 años de guerra, los talibán controlan aún grandes partes del país y son capaces de seguir aterrorizando con sus ataques a los habitantes de Kabul.
Al cabo de 13 años, con 453 muertos de uniforme en el conflicto abierto contra los talibán, la opinión pública británica cuestiona a estas alturas el esfuerzo dedicado a la guerra, mientras cunde la preocupación en Kabul por los recientes ataques con cohetes que se cobraron al menos un muerto durante el fin de semana.
Durante las últimas tres noches, coincidiendo con el repliegue británico, al menos tres cohetes cayeron sobre los barrios de Shash Darak y de Wazir Muhammad Akbar Khan. El impacto de los dos primeros se sintió incluso en el palacio presidencia de Kart-e-Ariana-
El mandatario afgano Ashraf Ghani ha dado instrucciones para reforzar las seguridad y poner en marcha una nueva estrategia para proteger la capital y sus alrededores. En ausencia de "una clara definición de cuáles son los enemigos de Afganistán", sus críticos aseguran que la actual política está sirviendo para "empoderar a los talibán" coincidiendo con la partida de los últimos efectivos de la coalición.
El presidente Obama anticipó la retirada de las últimas 37.000 tropas norteamericanas y de la coalición para finales del 2014. Lo ocurrido en Irak ha obligado sin embargo al Pentágono a replantear la estrategia y considerar la posibilidad de dejar en Afganistán una "fuerza residual", junto a los efectivos que seguirán entrenando al ejército local durante un tiempo indefinido. Gran Bretaña también mantendrá apenas medio millar de efectivos para labores de adiestramiento, pero las fuerzas de combate -que llegaron a Afganistán en octubre del 2011- abandonarán definitivamente el país esta semana.
Camp Bastion, el fortín erigido en 2006 y en el que estuvo destinado durante cuatro meses el príncipe Enrique en el año 2012, ha quedado reducido a la condición de "campamento fantasma", a la espera de que el ejército afgano tome posiciones, aunque gran parte de las instalaciones han sido ya desmontadas.
Balance de la intervención militar
El ministro de Defensa, Michael Fallon, ha reconocido que "el ejército y los políticos cometieron errores en la campaña de Afganistán", pero aseguró que las lecciones aprendidas no han sido en vano: "Hemos contribuido a crear en Helmand un sistema de educación y sanidad pública que hace diez años no existían. Más de seis millones de niños están escolarizados en Aganistán, y la mitad son niñas".Pero Fallon pasó por alto el fiasco a la hora de controlar las extensas plantaciones ilegales de opio en la provincia. Tampoco reconoció que, al cabo de 13 años de guerra, los talibán controlan aún grandes partes del país y son capaces de seguir aterrorizando con sus ataques a los habitantes de Kabul.
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